Ángeles adorando al niño Jesús Charles Zacharie Landelle (1821-1908) |
jueves, 22 de diciembre de 2022
JESÚS EL CRISTO, arquetipo de la doble naturaleza del ser humano (Navidad-2022-2023)
lunes, 19 de diciembre de 2022
SIBILA SAMIA señalando la estrella de Belén que habrá de abrir paso al nuevo ciclo humano (Texto y Vídeo)
Sibila Samia. Escuela de Zurbarán |
lunes, 5 de diciembre de 2022
EL BOSQUE SAGRADO (Texto y Vídeo) Mª Ángeles Díaz
Arnold Böcklin. El Bosque Sagrado, 1882. Museo de Arte de Basilea |
El bosque, o la selva, siempre ha representado para el ser humano un lugar plagado de grandes peligros. Desde el punto de vista del simbolismo tradicional es el lugar análogo al laberinto en el que fácilmente podemos extraviarnos o incluso perdernos, tal cual Dante tenía perdida su alma antes de comenzar su recorrido iniciático y hallar la salida a su oscuridad.
En un claro del bosque, y ante una estatua de Afrodita, nos describe Filóstrato los rituales de Safo y sus alumnas, todas ellas seguidoras de las Musas. También en un abra del bosque tenían lugar los cultos a Diana, la diosa cazadora. Y por supuesto, en ese mismo lugar, y bajo la bóveda celeste, se reunían las brujas, nombre con el que los inquisidores de la Edad Media denominaban a las mujeres que con sus aquelarres mágico-teúrgicos invocaban a las potencias cósmicas para fecundar el mundo, esto es, invocar a las fuerzas constructivas y destructivas, para mantener la tensión en la que se sostiene el mundo.
"tanto en los bosques como en las selvas existen abras y claros donde poder reposar momentáneamente y ver la inmensa majestad del cielo. En muchas sociedades estos espacios son tomados como lugares de culto tal cual lo hacían las mujeres que en la Edad Media y en la época de la Inquisición la religión denominaba brujas. Incluso en ellos se han erigido templos. Salir de estos accidentes es análogo a partir del laberinto y encontrar el camino de vuelta a nuestra mansión de la que no hemos salido nada más que de modo aparente".
Texto: Mª Ángeles Díaz
Imagen: Arnold Böcklin. El Bosque Sagrado, 1882. Museo de Arte de Basilea
Cita: Federico González. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos.
OTRAS ENTRADAS RELACIONADAS CON JARDINES Y LABERINTOS
lunes, 28 de noviembre de 2022
ESCENARIOS EN EL JARDÍN HERMÉTICO. Mª Ángeles Díaz
En él una hilera de cedros del Líbano enmarcan un diseño con tres senderos,
cada uno de los cuales termina en un pequeño edificio de arquitectura
palladiana. Un tridente de caminos que parten de un mismo punto, pero solo uno es
un sendero recto, los otros dos son oblicuos.
Se trata de un escenario que ofrece al visitante la oportunidad de entrar en él y actuar conforme al papel que en la vida desee representar. Pues no todo está escrito, se dice que "Dios escribe recto con renglones torcidos", la experiencia de hacer de nosotros una cosa u otra, alcanzar la rectitud de pensamiento o perdernos en el laberinto de la existencia, es opcional. Ahí radica el libre albedrío, capacidad que el ser humano no comparte con ninguna otra criatura.
El diseño escenográfico de este jardín de la villa Chiswick, con su
tridente de caminos, imita el modelo del escenario del Teatro Olímpico de
Vincenza (Fig. 2), donde tres calles se alejan de la escena hasta el horizonte.
Ese es, también, el escenario del Teatro de Agua de Versalles, cuya imagen ilustra
nuestro anterior post (Fig. 3).
Como vemos en todos estos jardines teatrales se juega con la
perspectiva y no solo desde el punto de vista arquitectónico, sino que también podemos
entrar en el juego propuesto por el jardín: penetrar en distintos planos de la
realidad y ser conscientes de las diversas perspectivas del mundo y de nuestro
papel en él.
viernes, 25 de noviembre de 2022
LA IMPORTANCIA DE EGIPTO EN NUESTRA TRADICIÓN
La importancia de Egipto en la historia de nuestra tradición es fundamental. Kemi (nombre dado al Egipto antiguo, que significa "tierra negra", origen de la palabra Alquimia), es cuna de toda la cultura occidental y particularmente del Hermetismo.
Alquimia, tierra quemada o corazón en llamas, son los nombres que los antiguos
egipcios daban a su tierra. Así lo dijo Horapolo del Nilo, sacerdote del templo
de Isis y Osiris, en aquel manuscrito hallado en Andros, donde traducía para la
posteridad el significado de los jeroglíficos egipcios. Gracias a ese libro
supimos que los sacerdotes cuando querían escribir Egipto pintaban un pebetero
ardiendo:
“El mismo nombre de Egipto significa ‘Corazón en llamas’ y para escribirlo pintaban un pebetero ardiendo y encima un corazón, indicando que así arde el corazón de Egipto produciendo incesablemente los seres vivos que lo habitan”.
"... ya que la sagrada patria de nuestros ancestros se encuentra en el medio de la Tierra, que el centro del cuerpo humano es el santuario del corazón y
que el corazón es el habitáculo del alma, por esa razón, hijo mío, los humanos de este país, por lo demás no menos dotados que los otros, son,
excepcionalmente, más inteligentes y más sabios, porque han nacido y crecido en el lugar del corazón". (Palabras de Isis a Horus). Corpus Hermeticum, Estobeo XXIV, 13.
“Según Plutarco, los egipcios comparan su tierra a un corazón que representa también al cielo. Esta visión, que concibe al espacio habitado por el hombre como un reflejo de lo celeste y como una región central y sagrada es común a toda civilización que proviene de la Tradición Primordial, como es el caso de la egipcia, que comparte con otras altas culturas las verdades esenciales. Thot, el dios egipcio que posteriormente tomará entre los griegos el nombre de Hermes, es el que enseña a Isis el arte sacerdotal que esta diosa transmitirá a su hijo Horus. Estos misterios pasan a los hierofantes, guardianes y transmisores de una Sabiduría divina y esotérica que se deposita y revivifica en los símbolos, mitos y ritos de esa gran cultura, que con otras formas será también conocida por griegos y romanos y por el Occidente medieval y renacentista. El descuartizamiento de Osiris –como es el caso igualmente del Dionysos Zagreus griego– a manos de Seth y la restitución que de su cuerpo realiza Isis, uniendo lo disperso, ha sido en Occidente el modelo simbólico de la Iniciación (muerte y resurrección). Guiados por Hermes y con el auxilio de Isis, viajan los muertos hacia la verdadera morada, en un trayecto que es análogo al viaje iniciático. Isis en Egipto, como Deméter en Eleusis, es la que instituye las iniciaciones entre los hombres y la que enseña sus ritos”
Texto y edición: Mª Ángeles Díaz
Fuentes:
Mª Ángeles Díaz. Viaje Mágico-Hermético a Andros. Una Aventura Intelectual. Editorial SYMBOLOS.
martes, 22 de noviembre de 2022
EL JARDÍN HERMÉTICO, UN ESCENARIO TEATRAL PARA EL ALMA
El jardín renacentista que crearon los hermetistas, y que
continuó hasta el siglo XVIII, es un auténtico escenario teatral. Esa fue la
idea para su esquema, la creación de un espacio donde se produjeran encuentros
y se entablaran conversaciones inspiradas en su recorrido por grutas, laberintos
y alimentadas por la simbólica de su estatuaria. Todos esos jardines fueron,
efectivamente, diseñados para producir un efecto en aquellos que los recorren dejándose
atrapar por la belleza de un lugar culturizado, hecho a imagen del modelo de la
propia cosmogonía.
Muchas veces se ha comparado la labor del alquimista con la de un jardinero pues como este, el alquimista tiene entre sus prioridades nutrir las raíces celestes de sus propias capacidades intelectuales, a fin de que, como cada planta del jardín, adquiera la belleza que está implícita en su propio desarrollo. El jardinero sabe que para conseguir una buena floración de su jardín precisa de ciertos cuidados y de una tierra bien abonada. También el alquimista necesita abonar su mente para que florezca adecuadamente el vergel de su alma que es siempre un espacio secreto que ocupa el lugar más íntimo de su corazón.
OTRAS ENTRADAS RELACIONADAS CON "JARDINES Y LABERINTOS"
HACER MAGIA. Pico de la Mirandola
https://dmiventana.blogspot.com/2022/11/encuentro-en-florencia-de-pico-de-la.html
miércoles, 16 de noviembre de 2022
ALBAHACA ¿Cuántas hojitas tiene la mata? Cuento andaluz
Había una vez una muchacha que tenía en su terraza una
hermosa y verde planta de albahaca. Cada día que la joven salía a regarla
recibía de parte de un joven que la observaba desde un ventanal de enfrente, la
misma irónica pregunta:
Niña que riegas la albahaca ¿cuántas hojitas tiene la mata?
La joven, un tanto avergonzada, se retiraba dentro de la
casa no sabiendo qué responder al dicharachero joven.
Más un día en el que nuevamente salió a regar su plantita de
albahaca y que como de costumbre tuvo que enfrentar la reiterada chanza, fue
ella quien dejó sin respuesta a su creído mirón diciéndole:
¡Anda, so repinturero, cuántas estrellitas tiene el
cielo!
Publicación: Mª Ángeles Díaz
Cuento andaluz narrado por mi padre, Fernando Díaz Montoro
lunes, 14 de noviembre de 2022
ENCUENTRO EN FLORENCIA DE PICO DE LA MIRANDOLA CON MARSILIO FICINO Y LA FAMILIA PLATÓNICA.
Pico de la Mirandola con su libro Heptaplus |
A finales de 1483 Pico se instala en Florencia, donde de inmediato se relaciona con la "familia platónica", algunos de cuyos miembros ya eran amigos suyos y con los cuales había mantenido una relación epistolar desde su primer encuentro unos años atrás, tal es el caso de Marsilio Ficino y Angelo Poliziano. Al primero, le había contado, por esa vía epistolar, que poseía una copia de su Teología de la Inmortalidad del Alma[1].
En la capital del Arno el joven conde se
encuentra en el centro más dinámico del neoplatonismo y por supuesto en el bastión
más importante desde el que se defendía la convergencia entre el pensamiento de
Platón y el de Aristóteles que algunos, por desconocimiento, ven como
filosofías enfrentadas. Sin duda todos estaban al corriente del Calumniatorem Platonis de Bessarion (a
quien Ficino llamaba “la Luz de la Academia”), obra con la que había demostrado,
de la forma más eficiente, que la filosofía platónica y aristotélica no se
contradicen, sino que están referidas a planos diferentes, resaltando la
concordancia allí donde la hay, pues al fin y al cabo Aristóteles fue discípulo
de Platón[2].
Ya en ese entonces, con un Pico de apenas 20
años y un Ficino que anda por la cincuentena, traban un afectuoso vínculo que
va mucho más allá de una simple amistad, pues Ficino se percata de la calidad
intelectual del joven mirandolano y lo considera un enviado de la divinidad a
razón de establecer un juego simbólico de relaciones, lo que para Ficino es
algo serio que tenía que ver con su teatro personal que le ayudaba a penetrar en
los mismos planes del Creador a través de observar las señales que los
acontecimientos emiten. Pico, que como decíamos ya conoce las traducciones que
Ficino ha hecho de la obra platónica, le pide al filósofo florentino que ahora
traduzca a Plotino. Lo que Ficino escucha en boca de su joven visitante le
recuerda a su viejo amigo Cosme de Medici, por lo que cree que es el mismo
Cosme quien le ha enviado un mensajero y que no es sino el propio Platón el que
en verdad ha cruzado el umbral de su estancia. De ese encuentro con el joven conde
son las siguientes palabras de Ficino:
Nacido
exactamente el mismo año en que empecé a traducir a Platón, Pico llegó a
Florencia el mismo día y a la misma hora en que mandé la traducción a la
imprenta y apenas cambiado el primer saludo, me habló de Platón. Nuestro
Platón, le dije, acaba de trasponer los umbrales de mi casa. Me felicitó con
entusiasmo y ya no sé en qué términos y tampoco él lo sabe, no sólo me instó a
traducir a Plotino, sino que más bien me empujó a que lo hiciera[3].
*
Efectivamente, Ficino tomó buena nota de lo
que le pedía su jovencísimo amigo, lo cual se constata en estas líneas que
tomamos del proemio que escribe a Lorenzo de Medici presentándole la traducción
de Plotino:
El
gran Cosme, por decisión del Senado padre de la patria, en el tiempo en que se
desarrollaba Florencia bajo el Pontificado de Eugenio el acuerdo entre griegos
y latinos, escuchó con frecuencia discutir acerca de los misterios platónicos a
un filósofo griego de nombre Gemisto, de apelativo Plethon, como si fuera otro
Platón; hasta tal punto fue inspirado por la palabra ardiente de aquel, hasta
tal punto animado, que desde entonces concibió la idea de una Academia, la cual
había de hacer nacer en tiempo oportuno. Mientras que el mismo gran Medici iba
concibiendo tan gran concepto, a mí, todavía un joven hijo de su ilustrísimo
médico, me destinó una gran obra: a esto me dedico en lo sucesivo. En adelante,
puso su esfuerzo para que yo tuviese todos los libros griegos no solo de
Platón, sino también de Plotino. Posteriormente en el año 1463, cuando yo tenía
treinta años de edad, me encargó que tradujera primeramente a Hermes
Trismegisto y después, a continuación, a Platón. En el plazo de pocos meses
traduje a Hermes, mientras todavía vivía, entonces también empecé con Platón[4].
En el mismo texto añade:
El
espacio ocupado por los peripatéticos está dividido en dos sectas
fundamentales: la alejandrina y la averroísta (…) si bien ambos se apartan por
igual de su Aristóteles, cuya mente pocos –excepto el sublime Pico, nuestro
compañero en la platónica familia-, interpretan hoy con aquella devoción con
que lo interpretaron antaño Teofrasto y Temistio, Porfirio, Simplicio, Avicena
y recientemente Plethon.
[1] Teología platónica sobre la inmortalidad del alma, obra teológica
que consta de dieciocho libros elaborados por Marsilio Ficino entre 1469 y 1474
y publicada en 1482.
[2] Bessarion rebatía de ese modo las
acusaciones del zafio aristotélico Jorge Trebisonda que presentaba a Platón
como poco sabio, de vida descuidada e incompatible con el cristianismo.
Bessarion escribió su defensa de Platón sin atacar la figura de Aristóteles, a
quien mostró un gran respeto, pero defendiendo la supremacía del primero. Sus
colaboradores fueron dos jóvenes: el español Fernando de Córdoba y Juraj
Dragisic, de Srebrenica, actual Bosnia, ambos miembros del entorno de la
Academia. Del segundo volveremos a hablar dado que será el jurista que
defenderá a Pico de la condena de herejía que le impusieron a varias de sus 900
tesis.
[3] Adolfo Ruiz Díaz. Estudio
Preliminar a La Carta de Pico della
Mirandola a Lorenzo de Médici.
“Revista de Literaturas Modernas”. Universidad de Cuyo. Mendoza. Argentina.
[4] Ficino Op. “Proemio a la
traducción de Plotino”. Citado por Javier Clemente Hernández. “Malón de Chaide:
Coincidencia y disparidad con dos renacentistas italianos”. Centro de Estudios
Merindad de Tudela (España).
sábado, 5 de noviembre de 2022
PETRARCA, "La Vida Solitaria" (Vídeo)
sábado, 22 de octubre de 2022
SOBRE LA MUERTE DE SÓCRATES Y EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Sócrates dialogando con Diotima de Mantinea y quizá con Platón (anónimo). |
Consultar al Oráculo de Apolo, tanto en el templo que tuvo en la isla de Delos como el que luego fue su famoso templo en Delfos, del que Plutarco fue sacerdote, requería de una pregunta bien planteada ya que solo de ese modo el Oráculo podía emitir una respuesta adecuada. Nadie que tuviese que tomar una decisión crucial para su vida, enfrentar un dilema o realizar un viaje dejaba de acudir al consejo de Apolo. Sabemos que Eneas se detuvo en Delos para preguntar al dios, qué camino debía tomar para fundar Alba Longa, que fue el origen de Roma. Otros dirigían sus preguntas en pos de una orientación que les guiase a elegir entre la diversidad de creencias y filosofías que había en esa época.
Querefonte, un ciudadano ateniense, buen amigo de Sócrates y reconocido político
demócrata, fue al Oráculo de Delfos para hacer la siguiente pregunta: ¿Quién de
todos los filósofos y pensadores es el más sabio? El Oráculo, por medio de la Pitonisa,
respondió que Sócrates era el más sabio de todos ellos. Ciertamente, aunque la
Filosofía nace con Pitágoras siendo el primero en nombrarla, es Sócrates quien
la desarrolla y le da forma.
Naturalmente enseguida corrió por todas partes esta
respuesta oracular llegando hasta el propio Sócrates quien quedó totalmente
sorprendido. ¿Cómo podía haber emitido el dios aquella respuesta cuando él se
consideraba tan ignorante sobre tantas cosas?
Y es por ello que a partir de ese momento se dedicó a
desentrañar el enigma del dios, esto es, a preguntar sobre lo que no sabía a
los que decían tener las respuestas. Y así fue como se ganó la enemistad de los
sofistas que tras ser interrogados, primero uno, luego otro, y ponerse de
manifiesto que los que se tenían por más sabios eran los más carentes de
sabiduría, estos se enojaban al quedar en evidencia ante las personas que
seguían a Sócrates, en su mayoría jóvenes de familias nobles, que eran también
los más ilustrados. Platón es el mejor ejemplo, un aristócrata hijo de una
familia muy ilustre de la antigua realeza del Ática, que desde niño escribía y
componía textos teatrales.
Sócrates cuya su filosofía se basa en la “docta ignorancia”,
se tomó esa búsqueda como si se tratara de realizar los trabajos de Hércules,
pues se propuso ser fiel a su deber consigo mismo y con la divinidad.
Y así, dialogando y reflexionando con unos y otros y
esperando saber si habría alguien capaz de rebatirle aquella certeza,
refrendada por el propio dios Apolo, fue como descubrió que los poetas no son
sabios, sino inspirados con ciertas dotes naturales y que escriben bajo
inspiración, Asimismo vio que los profetas y adivinos practican frases inteligentes
y bellas, pero nada es fruto de su inteligencia y por ello muchas veces lanzan
mensajes sin darse cuenta de lo que están diciendo. Descubrió también que hay
otra clase de conocimientos que son los que poseen los artesanos. De todo eso
Sócrates reconoce no saber nada.
Como respuesta a las afrentas que recibían por no saber
responder a las preguntas de Sócrates algunos de los agraviados, entre ellos un
tal Anito, acabaron denunciándolo ante el tribunal bajo la acusación de
pervertir con sus ideas a los jóvenes.
Finalmente, el tribunal decidió por mayoría que Sócrates era culpable por lo que fue condenado a la pena de muerte, aunque le dieron a escoger: pagar una cuantiosa multa, o bien aceptar la pena capital a través de la ingesta de cicuta.
Ciertamente Sócrates no tenía esa cantidad que le exigían,
ni quiso endeudarse permitiendo que otros pagaran por él la multa, así que no
le quedó otra que aceptar tomar la cicuta, lo cual era una deferencia dado que
a los reos en general se les encerraba y simplemente se les dejaba morir de
sed.
La defensa que Sócrates hizo sobre sí mismo ante los
miembros del Senado no solo es conmovedora, sino que constituye el fundamento del
pensamiento filosófico que atraviesa y articula la historia y la cultura de Occidente.
Este que sigue es un fragmento de su propia defensa que puede seguirse en la
Apología de Sócrates, de Platón:
“Veréis atenienses, todos sabéis quien era Querefonte, demócrata como vosotros, desterrado por el régimen de los 30 tiranos y que luego contribuyó a restaurar el sistema democrático. Este amigo mío, en cierta ocasión fue a Delfos y se atrevió a hacer la siguiente consulta al oráculo; preguntó si había algún hombre más sabio que yo, y este le dijo que no había nadie más sabio que yo. Cuando conocí la opinión del oráculo sobre mí, empecé a reflexionar. ¿Qué quiere decir realmente el dios? ¿Qué significa éste enigma? Porque yo sé muy bien que no lo soy. ¿A qué viene, pues, proclamar que lo soy? (…)
Al desenmascarar a la gente ésta se encorajina contra mí (…) Es probable que ni uno ni otro sepamos nada que tenga valor, pero estos hombres creen saber algo y no lo saben, en cambio yo, así como, en efecto no sé, tampoco creo saber. Parece, pues, que al menos soy más sabio que ellos en esta misma pequeñez, en que lo que no sé tampoco creo saberlo (...) Luego ha surgido un grupo de jóvenes que parece que se interesa y me sigue pues le gusta ver cómo interrogo a la gente y ellos mismo me imitan.
De esta indagación, atenienses -sigue diciendo Sócrates- han surgido todos estos odios y estas enemistades, que han provocado las calumnias que sabéis, y me han hecho adquirir el nombre de sabio; porque todos los que me oyen dialogar creen que sé todas las cosas sobre las que descubro la ignorancia de los demás. Me parece, atenienses, que sólo Dios es el verdadero sabio, y que esto ha querido decir a través de su oráculo, dando a entender que toda la sabiduría humana no es gran cosa, o mejor dicho, que no es nada; el oráculo ha elegido mí nombre como un ejemplo, y como si dijese a todos los hombres: el más sabio entre vosotros es aquel que reconoce, como Sócrates, que su sabiduría no es nada.
Toda mi ocupación ha sido y es trabajar para persuadiros, jóvenes y viejos, que antes que del cuidado del cuerpo y de las riquezas, es del alma y de su perfeccionamiento de lo que os habéis de ocupar, porque no me canso de deciros que la virtud no viene de las riquezas, sino por el contrario, que las riquezas vienen de la virtud, y que es de aquí de donde nacen todos los demás bienes públicos y particulares. Pues bien, si diciendo esto corrompo a los jóvenes, tendré que aceptarlo, pero si alguien sostiene que yo digo una cosa distinta miente. Atenienses tened presente que aunque se me impongan mil penas de muerte no puedo sino afirmarme en todo lo que he dicho, así hagáis caso a Anito, me absolváis o no me absolváis. Y no digo más, porque es hora de partir, yo para morir, y vosotros para vivir. Quién de nosotros va a una mejor suerte, nadie lo sabe, solo los dioses lo saben". Mª Ángeles Díaz (Fb)
lunes, 17 de octubre de 2022
LOS NOMBRES DE LA MUJER
https://youtu.be/tsoED326ekc
"Palabra de origen latino cuyo significado es tan alto
y noble que pocos nombres pueden igualarlo, tanto si lo queremos derivar de
"fetu", o "parto", como quiere Isidoro, o del
"fos" griego, que significa "fuego". (…) en el primer modo
"fémina" denota generación, como dejó dicho Platón en el Cratilo. (…)
en el segundo modo significa fuego (…) Dos cosas maravillosas se descubren en
el fuego, el calor y el resplandor. (…) ¿Quién produce y fecunda más que el
calor? ¿Qué hay en el mundo más hermoso y útil que la luz?".
"Este nombre proviene de "domina", voz latina
que significa "Señora" y "Dueña", nombre también de
"Imperio", y de potencia regia, el cual no sólo es usado entre
nosotros, sino que también fue usado por los clásicos. Llamaban los espartanos
a las mujeres, como escribe Plutarco en la vida de Licurgo, con una voz
significativa "señoras". (…) Y Claudio César, conociendo la
excelencia de las mujeres, llamaba a su mujer ‘señora’. Lo mismo hizo el
emperador Adriano, y hasta la época de Homero se honraba a este sexo con tan
ilustre nombre".
Y no sólo reyes y héroes aplicaron este nombre a sus
parejas, también los poetas considerando su simbolismo lo aplicaron a
“cualquier cosa que signifique "dominio" y "señoría” ".
"El tercer nombre Eva, es una voz antiquísima que
denota vida, de la cual depende el ser de todas las cosas del mundo, y en
particular de las cosas animadas. De hecho, muchos quieren que el nombre de
vida se asocie solo a las cosas animadas. Cuán noble es dicha excelencia ahora
no me extenderé contándolo; ya que dependen de la vida el ser y todos sus
actos; y con razón es atribuido este nombre al sexo femenino (…) ¿Qué más se
puede decir que dar el ser y la vida? Y, por ello, este nombre supera los
anteriores".
"El cuarto nombre (dado a la mujer) es
"Ischah" que significa fuego, pero muy distinto del fuego primero, ya
que este nombre significa un fuego celeste, divino e incorruptible, cuya
naturaleza consiste en perfeccionar el alma encerrada dentro de nuestros
cuerpos, estimularla, hacerla resplandeciente y, en definitiva, partícipe de la
divina perfección, alejándola de toda fealdad terrenal. Este fuego celeste se
ve resplandecer en la belleza del cuerpo femenino, como probaremos en su lugar.
¿Qué se puede decir de este nombre?, sino que, así como las cosas celestes son
más nobles que las terrenales, del mismo modo este supera ampliamente a todos
los demás (…) Por ello, se puede perfectamente llamar feliz a aquel hombre que
tenga en su casa semejante fuego que lo estimule y anime a contemplar el
Cielo".
"El quinto y último nombre es “Mujer” o
"Mulier", voz latina que significa suave y delicado, si aplicamos el
nombre al cuerpo, pero si lo aplicamos al alma, significa "apacible"
y "benigno". Por ello, tanto en uno como en otro modo siempre resulta
en alabanza de la mujer (…) por todas estas cosas el nombre Mulier no es
inferior a los demás narrados, sino que es incluso de mayor valor y prestigio.
¡Oh, qué nombres más claros y dignos!, ya que denotan y significan todas
aquellas maravillosas excelencias que en el mundo se encuentran y se puedan
encontrar (…) producción y generación; fuego y esplendor del mundo; alma y
vida; rayo divino y celeste; delicadeza y clemencia, y finalmente dominio y
señoría. Por ello se podría decir, juntando todos esos nombres (Señora, Donna,
Fémina, Eva, Ischah, Mulier), que la mujer engendra al hombre, le da alma y
vida; lo ilumina con el esplendor de la divina luz; lo conserva en este cuerpo
terrenal con el calor, y con la luz; lo vuelve de ánimo afable y cortés y
finalmente lo inclina con un dulce y nada tiránico mando. Dios inmortal, ¿qué
nombres más claros se encuentran, pues, en el mundo?, que son tan nobles y
dignos, que, con los mismos, precisamente, yo me atrevo a decir, que los
hombres llaman y denominan a la Divina Providencia, siendo llamada Vida,
generadora, fuego, clemencia, y señor. Y esto quiero que baste en torno a la
declaración de los nombres atribuidos al sexo femenino". Mª Ángeles Díaz
"Lucrezia Marinella (1571-1653) "De los cinco nombres de
honor de la mujer" (texto completo en BibliotecaHermética.com
SOBRE LOS CINCO NOMBRES DE HONOR DE LA MUJER: Fémina, Señora, Eva. Ischah, Mulier
sábado, 8 de octubre de 2022
ARTE Y SÍMBOLO EN EL DAMASQUINADO (TOLEDO) Mª Ángeles Díaz
Los que hemos visitado alguna vez la ciudad de Toledo
conocemos bien el damasquinado, una bella y sofisticada artesanía tradicional
que aún en la actualidad se sigue realizando.Originario de Oriente, el arte de
damasquinar el metal mediante oro, plata y piedras preciosas, tuvo su mayor
centro de difusión en la ciudad de Mosul (actual Irak) de donde se expandió en
el siglo XIII a Egipto y Siria, de cuya capital, Damasco, procede la
denominación, extendiéndose desde allí, un siglo más tarde, a Europa.
Parece ser que al principio fue en Francia e Italia
(exactamente Venecia) donde este arte consiguió más notoriedad. En nuestro
territorio peninsular fueron importantes los trabajos llevados a cabo por los
árabes granadinos, pero solo los artesanos de Toledo, la antigua capital de
España, logró mantener vivo el oficio hasta nuestros días aplicando las mismas
técnicas manuales que sus antepasados orientales. Aunque también es cierto que
en los últimos tiempos estos artesanos se reducen en número, siendo los
talleres donde se ha introducido la semi-industrialización los que realizan las
piezas a mayor escala. De todos modos, sigue siendo corriente ver, a las
puertas de sus comercios de artesanías, a los damasquinadores toledanos
realizando su oficio a la vista de todo el que pasa y se detiene a observarlos.
El material con el que se elabora esta artesanía no puede
ser más extremo: acero ferruginoso, un material corruptible, y oro y plata,
ambos materiales nobles. Esto da a las obras un carácter extraordinario
haciendo evidente lo que se puede llegar a conseguir con arte, en este caso
uniendo adecuadamente dos opuestos y haciéndolos complementarios. Un símbolo
expresado tanto en la vara de Hermes con las dos serpientes enroscadas, así
como en el YinYang de la filosofía china.
Para la obtención de la pieza damasquinada (platos, vasijas,
broches, brazaletes, empuñaduras de espada, etc.) -nos dice uno de estos
artesanos toledanos- se parte de una lámina de acero. Esta se raya en toda su
superficie impresionando el diseño que vaya a ornamentar la pieza. Seguidamente se perfila el dibujo con un
profundo rayado efectuado con un punzón y se introduce en la muesca que ha
dejado el buril hilo o láminas muy finas de oro y plata, y si la pieza lo
requiere, diamantes, zafiros o rubíes. Todo ello se fija a la lámina base de
acero mediante un golpeteo especial conocido como “hacer perla”. La operación
se completa introduciendo la pieza incrustada en un ácido corrosivo que
ennegrece el acero ferruginoso sin alterar el brillo de los materiales nobles,
lo cual le da un impresionante acabado a la pieza.
Con esta operación, denominada “pavoneo” los artesanos
consiguen un fondo oscuro en donde contrastan y sobresalen los elementos
decorativos: arabescos, líneas entrelazadas, figuras geométricas y pequeñísimas
filigranas que componen verdaderos mandalas luminosos que alcanzan su mayor
vistosidad en las piezas circulares.
Se hace evidente la relación simbólica que este oficio posee con la Alquimia filosófica dado que la pieza damasquinada, convertida en una joya después de haber transmutado su estado ferruginoso, encuentra paralelismo con el proceso alquímico y el simbolismo constructivo ejemplificados en la Masonería en la piedra bruta expresión del estado profano en el que se encuentra el recipiendario antes de recibir la iniciación y de realizar un trabajo operativo y artístico de transmutación consigo mismo que le permita, finalmente, convertirse en una piedra pulida y cúbica, apta para la edificación del templo de su alma y así ocupar conscientemente el lugar y sitio que le corresponde en el gran concierto cósmico.
Cualquiera de estas piezas circulares nos recuerda, por su semejanza, a las cúpulas, bóvedas y artesonados que podemos admirar en la Alhambra de Granada, los Alcázares de Sevilla, la Sinagoga del Tránsito de Toledo o los de la Sala Capitular de la Catedral de la misma ciudad que, aunque realizadas con otros materiales (madera, mármol o yeso), siguen la misma técnica de incrustación de elementos y sobre todas estas obras tienen en común el de estar representando una cúpula mayor, cuyo fondo es el cielo incrustados de todas sus luminarias. Oro para el sol, plata para la Luna y piedras preciosas para las estrellas.
Como todas las artesanías tradicionales, pensamos por ejemplo en las incrustaciones de mármol en los decorados del pavimento de la catedral de Siena, el damasquinado tiene su propia simbólica, en este caso asociada a la alquimia, ya que para obtener el resultado final de la obra es necesaria la transmutación efectiva del acero en beneficio de los materiales nobles, concluyéndose de ese modo una pieza única, y esto gracias a la idea de su artífice y el conocimiento que posee de los metales. Una joya en la cual el acero, ennoblecido gracias a su transmutación alquímica, es parte fundamental, esto es, su soporte o su base. Es por ello que el damasquinado, como todo oficio o arte tradicional, representa para el artesano que lo realiza, y así lo sepa ver, un símbolo de lo que puede llegar a hacer consigo mismo, es decir un símbolo de su propia realización espiritual, constituyendo su oficio, por analogía, su particular fuente o vía de conocimiento.
La herramienta, que es en primera instancia, una
prolongación de la mano, lo es en definitiva de la idea, la que en realidad
está simbolizando. Por ello, el artesano que cumple su oficio de modo
tradicional, repitiendo la técnica y modelos, conecta con su antepasado aquel a
quien le fue revelado la creación de ese oficio, por lo cual a la vez conecta
misteriosamente con esa energía creadora que adaptándose a los tiempos
permanece inalterable perpetuándose en cada acto o gesto del artesano. Mª
Ángeles Díaz