lunes, 28 de noviembre de 2022

ESCENARIOS EN EL JARDÍN HERMÉTICO. Mª Ángeles Díaz

Fig. 1

Siguiendo el hilo del post anterior sobre los jardines herméticos cuyos diseños reproducen escenas teatrales, me gustaría mostraros en esta ocasión el jardín de la villa palladiana de Chiswick, en el oeste de Londres (fig. 1).

En él una hilera de cedros del Líbano enmarcan un diseño con tres senderos, cada uno de los cuales termina en un pequeño edificio de arquitectura palladiana. Un tridente de caminos que parten de un mismo punto, pero solo uno es un sendero recto, los otros dos son oblicuos.

Se trata de un escenario que ofrece al visitante la oportunidad de entrar en él y actuar conforme al papel que en la vida desee representar. Pues no todo está escrito, se dice que "Dios escribe recto con renglones torcidos", la experiencia de hacer de nosotros una cosa u otra, alcanzar la rectitud de pensamiento o perdernos en el laberinto de la existencia, es opcional. Ahí radica el libre albedrío, capacidad que el ser humano no comparte con ninguna otra criatura.

El diseño escenográfico de este jardín de la villa Chiswick, con su tridente de caminos, imita el modelo del escenario del Teatro Olímpico de Vincenza (Fig. 2), donde tres calles se alejan de la escena hasta el horizonte. Ese es, también, el escenario del Teatro de Agua de Versalles, cuya imagen ilustra nuestro anterior post (Fig. 3).

Como vemos en todos estos jardines teatrales se juega con la perspectiva y no solo desde el punto de vista arquitectónico, sino que también podemos entrar en el juego propuesto por el jardín: penetrar en distintos planos de la realidad y ser conscientes de las diversas perspectivas del mundo y de nuestro papel en él. 


Fig. 2


Fig. 3


Imágenes:

1- Pieter Andreas Rysbrack (1729.1730). Tridente de Chiswick.
2- Andrea Palladio (1580). Teatro olímpico de Vicenza. 
3.-Jean Cotelle (1693). Bosque del Teatro del Agua. Jardín de Versalles.



EL BOSQUE SAGRADO

viernes, 25 de noviembre de 2022

LA IMPORTANCIA DE EGIPTO EN NUESTRA TRADICIÓN


La importancia de Egipto en la historia de nuestra tradición es fundamental. Kemi (nombre dado al Egipto antiguo, que significa "tierra negra", origen de la palabra Alquimia), es cuna de toda la cultura occidental y particularmente del Hermetismo.

Alquimia, tierra quemada o corazón en llamas, son los nombres que los antiguos egipcios daban a su tierra. Así lo dijo Horapolo del Nilo, sacerdote del templo de Isis y Osiris, en aquel manuscrito hallado en Andros, donde traducía para la posteridad el significado de los jeroglíficos egipcios. Gracias a ese libro supimos que los sacerdotes cuando querían escribir Egipto pintaban un pebetero ardiendo:

“El mismo nombre de Egipto significa ‘Corazón en llamas’ y para escribirlo pintaban un pebetero ardiendo y encima un corazón, indicando que así arde el corazón de Egipto produciendo incesablemente los seres vivos que lo habitan”.

 

"... ya que la sagrada patria de nuestros ancestros se encuentra en el medio de la Tierra, que el centro del cuerpo humano es el santuario del corazón y

que el corazón es el habitáculo del alma, por esa razón, hijo mío, los humanos de este país, por lo demás no menos dotados que los otros, son,

excepcionalmente, más inteligentes y más sabios, porque han nacido y crecido en el lugar del corazón". (Palabras de Isis a Horus). Corpus Hermeticum, Estobeo XXIV, 13.

 Y ampliando el plano citamos lo siguiente:

“Según Plutarco, los egipcios comparan su tierra a un corazón que representa también al cielo. Esta visión, que concibe al espacio habitado por el hombre como un reflejo de lo celeste y como una región central y sagrada es común a toda civilización que proviene de la Tradición Primordial, como es el caso de la egipcia, que comparte con otras altas culturas las verdades esenciales. Thot, el dios egipcio que posteriormente tomará entre los griegos el nombre de Hermes, es el que enseña a Isis el arte sacerdotal que esta diosa transmitirá a su hijo Horus. Estos misterios pasan a los hierofantes, guardianes y transmisores de una Sabiduría divina y esotérica que se deposita y revivifica en los símbolos, mitos y ritos de esa gran cultura, que con otras formas será también conocida por griegos y romanos y por el Occidente medieval y renacentista. El descuartizamiento de Osiris –como es el caso igualmente del Dionysos Zagreus griego– a manos de Seth y la restitución que de su cuerpo realiza Isis, uniendo lo disperso, ha sido en Occidente el modelo simbólico de la Iniciación (muerte y resurrección). Guiados por Hermes y con el auxilio de Isis, viajan los muertos hacia la verdadera morada, en un trayecto que es análogo al viaje iniciático. Isis en Egipto, como Deméter en Eleusis, es la que instituye las iniciaciones entre los hombres y la que enseña sus ritos”

Texto y edición: Mª Ángeles Díaz 

 

Fuentes:

Mª Ángeles Díaz. Viaje Mágico-Hermético a Andros. Una Aventura Intelectual. Editorial SYMBOLOS.

Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Federico González con la colaboración de Francisco Ariza y la de Fernando Trejos, José Manuel Río, L. Herrera, Mª V. Espín y Mª A. Díaz


martes, 22 de noviembre de 2022

EL JARDÍN HERMÉTICO, UN ESCENARIO TEATRAL PARA EL ALMA


Teatro de Agua, adornado con estatuas de los dioses niños. 

El jardín renacentista que crearon los hermetistas, y que continuó hasta el siglo XVIII, es un auténtico escenario teatral. Esa fue la idea para su esquema, la creación de un espacio donde se produjeran encuentros y se entablaran conversaciones inspiradas en su recorrido por grutas, laberintos y alimentadas por la simbólica de su estatuaria. Todos esos jardines fueron, efectivamente, diseñados para producir un efecto en aquellos que los recorren dejándose atrapar por la belleza de un lugar culturizado, hecho a imagen del modelo de la propia cosmogonía.

Muchas veces se ha comparado la labor del alquimista con la de un jardinero pues como este, el alquimista tiene entre sus prioridades nutrir las raíces celestes de sus propias capacidades intelectuales, a fin de que, como cada planta del jardín, adquiera la belleza que está implícita en su propio desarrollo. El jardinero sabe que para conseguir una buena floración de su jardín precisa de ciertos cuidados y de una tierra bien abonada. También el alquimista necesita abonar su mente para que florezca adecuadamente el vergel de su alma que es siempre un espacio secreto que ocupa el lugar más íntimo de su corazón. 


Publicación: MªAngeles.Díaz

OTRAS ENTRADAS RELACIONADAS CON "JARDINES Y LABERINTOS"



HACER MAGIA. Pico de la Mirandola

"Hacer magia no es otra cosa que fecundar el mundo".

*


Conclusiones de Pico de la Mirandola.

Tomado de Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, de Federico González, con la colaboración de Francisco Ariza, y la de Fernando Trejos y José Manuel Río, L. Herrera, Mª. V. Espín y Mª. A. Díaz


https://dmiventana.blogspot.com/2022/11/encuentro-en-florencia-de-pico-de-la.html

miércoles, 16 de noviembre de 2022

ALBAHACA ¿Cuántas hojitas tiene la mata? Cuento andaluz

 

Planta de albahaca. Ibn Butlan, Tacuinum sanitatis, siglo XV. B.N.F.

Había una vez una muchacha que tenía en su terraza una hermosa y verde planta de albahaca. Cada día que la joven salía a regarla recibía de parte de un joven que la observaba desde un ventanal de enfrente, la misma irónica pregunta:

Niña que riegas la albahaca ¿cuántas hojitas tiene la mata?

La joven, un tanto avergonzada, se retiraba dentro de la casa no sabiendo qué responder al dicharachero joven.

Más un día en el que nuevamente salió a regar su plantita de albahaca y que como de costumbre tuvo que enfrentar la reiterada chanza, fue ella quien dejó sin respuesta a su creído mirón diciéndole:

¡Anda, so repinturero, cuántas estrellitas tiene el cielo!  


Publicación: Mª Ángeles Díaz

Cuento andaluz narrado por mi padre, Fernando Díaz Montoro

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EL BOSQUE SAGRADO

lunes, 14 de noviembre de 2022

ENCUENTRO EN FLORENCIA DE PICO DE LA MIRANDOLA CON MARSILIO FICINO Y LA FAMILIA PLATÓNICA.

 

Pico de la Mirandola con su libro Heptaplus

 A finales de 1483 Pico se instala en Florencia, donde de inmediato se relaciona con la "familia platónica", algunos de cuyos miembros ya eran amigos suyos y con los cuales había mantenido una relación epistolar desde su primer encuentro unos años atrás, tal es el caso de Marsilio Ficino y Angelo Poliziano. Al primero, le había contado, por esa vía epistolar, que poseía una copia de su Teología de la Inmortalidad del Alma[1].

En la capital del Arno el joven conde se encuentra en el centro más dinámico del neoplatonismo y por supuesto en el bastión más importante desde el que se defendía la convergencia entre el pensamiento de Platón y el de Aristóteles que algunos, por desconocimiento, ven como filosofías enfrentadas. Sin duda todos estaban al corriente del Calumniatorem Platonis de Bessarion (a quien Ficino llamaba “la Luz de la Academia”), obra con la que había demostrado, de la forma más eficiente, que la filosofía platónica y aristotélica no se contradicen, sino que están referidas a planos diferentes, resaltando la concordancia allí donde la hay, pues al fin y al cabo Aristóteles fue discípulo de Platón[2].

Ya en ese entonces, con un Pico de apenas 20 años y un Ficino que anda por la cincuentena, traban un afectuoso vínculo que va mucho más allá de una simple amistad, pues Ficino se percata de la calidad intelectual del joven mirandolano y lo considera un enviado de la divinidad a razón de establecer un juego simbólico de relaciones, lo que para Ficino es algo serio que tenía que ver con su teatro personal que le ayudaba a penetrar en los mismos planes del Creador a través de observar las señales que los acontecimientos emiten. Pico, que como decíamos ya conoce las traducciones que Ficino ha hecho de la obra platónica, le pide al filósofo florentino que ahora traduzca a Plotino. Lo que Ficino escucha en boca de su joven visitante le recuerda a su viejo amigo Cosme de Medici, por lo que cree que es el mismo Cosme quien le ha enviado un mensajero y que no es sino el propio Platón el que en verdad ha cruzado el umbral de su estancia. De ese encuentro con el joven conde son las siguientes palabras de Ficino:

Nacido exactamente el mismo año en que empecé a traducir a Platón, Pico llegó a Florencia el mismo día y a la misma hora en que mandé la traducción a la imprenta y apenas cambiado el primer saludo, me habló de Platón. Nuestro Platón, le dije, acaba de trasponer los umbrales de mi casa. Me felicitó con entusiasmo y ya no sé en qué términos y tampoco él lo sabe, no sólo me instó a traducir a Plotino, sino que más bien me empujó a que lo hiciera[3].

 

Zacarías en el Templo (detalle). Fresco de Domenico Ghirlandaio en la Cappella Tornabuoni de la Basílica de Santa Maria Novella, Florencia, Italia (1486-1490). En este detalle que tomamos, vemos, de izquierda a derecha, a Marsilio Ficino, Cristoforo Landino y Angelo Poliziano


*


Efectivamente, Ficino tomó buena nota de lo que le pedía su jovencísimo amigo, lo cual se constata en estas líneas que tomamos del proemio que escribe a Lorenzo de Medici presentándole la traducción de Plotino:

El gran Cosme, por decisión del Senado padre de la patria, en el tiempo en que se desarrollaba Florencia bajo el Pontificado de Eugenio el acuerdo entre griegos y latinos, escuchó con frecuencia discutir acerca de los misterios platónicos a un filósofo griego de nombre Gemisto, de apelativo Plethon, como si fuera otro Platón; hasta tal punto fue inspirado por la palabra ardiente de aquel, hasta tal punto animado, que desde entonces concibió la idea de una Academia, la cual había de hacer nacer en tiempo oportuno. Mientras que el mismo gran Medici iba concibiendo tan gran concepto, a mí, todavía un joven hijo de su ilustrísimo médico, me destinó una gran obra: a esto me dedico en lo sucesivo. En adelante, puso su esfuerzo para que yo tuviese todos los libros griegos no solo de Platón, sino también de Plotino. Posteriormente en el año 1463, cuando yo tenía treinta años de edad, me encargó que tradujera primeramente a Hermes Trismegisto y después, a continuación, a Platón. En el plazo de pocos meses traduje a Hermes, mientras todavía vivía, entonces también empecé con Platón[4].

En el mismo texto añade:

El espacio ocupado por los peripatéticos está dividido en dos sectas fundamentales: la alejandrina y la averroísta (…) si bien ambos se apartan por igual de su Aristóteles, cuya mente pocos –excepto el sublime Pico, nuestro compañero en la platónica familia-, interpretan hoy con aquella devoción con que lo interpretaron antaño Teofrasto y Temistio, Porfirio, Simplicio, Avicena y recientemente Plethon.

Texto de: Mª Ángele Díaz

[1] Teología platónica sobre la inmortalidad del alma, obra teológica que consta de dieciocho libros elaborados por Marsilio Ficino entre 1469 y 1474 y publicada en 1482.

[2] Bessarion rebatía de ese modo las acusaciones del zafio aristotélico Jorge Trebisonda que presentaba a Platón como poco sabio, de vida descuidada e incompatible con el cristianismo. Bessarion escribió su defensa de Platón sin atacar la figura de Aristóteles, a quien mostró un gran respeto, pero defendiendo la supremacía del primero. Sus colaboradores fueron dos jóvenes: el español Fernando de Córdoba y Juraj Dragisic, de Srebrenica, actual Bosnia, ambos miembros del entorno de la Academia. Del segundo volveremos a hablar dado que será el jurista que defenderá a Pico de la condena de herejía que le impusieron a varias de sus 900 tesis.

[3] Adolfo Ruiz Díaz. Estudio Preliminar a La Carta de Pico della Mirandola a Lorenzo de Médici. “Revista de Literaturas Modernas”. Universidad de Cuyo. Mendoza. Argentina.

[4] Ficino Op. “Proemio a la traducción de Plotino”. Citado por Javier Clemente Hernández. “Malón de Chaide: Coincidencia y disparidad con dos renacentistas italianos”. Centro de Estudios Merindad de Tudela (España).