viernes, 9 de abril de 2010

Danza en el Parnaso





La música occidental nace míticamente con la lira de Apolo y el patrocinio de las musas, de las cuales deriva su nombre, y Platón en el "El Banquete" la da como invención de Olimpo, aunque debemos vincularla también con los martillos de distintos pesos que oyó sonar Pitágoras en una herrería, adaptando posteriormente esa escala a una cuerda cuyo sonido está dado por las proporciones de su largo, la cual conforma el monocordio -imagen del monocordio universal- que se constituye en un modelo permanente de la Teoría musical posterior, capaz de sintonizar (sinfonizar) con la armonía de las esferas y su música celeste, ya que los distintos sonidos y sus proporciones son expresiones de la manifestación cósmica, a la que reflejan. Estas relaciones y especulaciones entre la música, la cosmología y la metafísica son propias de todo el pensamiento occidental y se han continuado sin interrupción hasta nuestros días. El propio Pitágoras, seguido por Platón, establece proporciones numerales y geométricas y las vinculaciones que las unen a la música como reveladora de la estructura y perfección cósmica e intermediaria entre sus niveles. Pero no es sólo eso, estas proporciones establecen también las normas de la arquitectura y las artes visuales, el plano de la ciudad, el metro poético, y se reflejan en todos los aspectos culturales e institucionales, como ha sucedido no sólo con los pueblos de ascendencia greco-romana o hebreo-cristiana, (en la edad Media, por ejemplo) sino con otros muchos -así sean arcaicos o civilizados-, pues estos módulos conforman la estructura de base de la cultura de las sociedades que no están en decadencia, las que toman los ritmos y las proporciones como leyes que todo el universo refleja a su manera, las cuales fijan y limitan, y por lo tanto hacen posible permanentemente la ejecución del concierto cósmico. Seguir la lectura en la web del autor.

El Parnaso. Fragmento donde se ven las Musas con Apolo. Cuadro de Andrea Mantegna Pintado a petición de Isabel d'Este  para su estudiolo de Mantua.










8 comentarios:

V dijo...

Muy interesante entrada, querida Núria. Creo que, si hablamos de los orígenes míticos de la música, no debemos olvidarnos de aquel que construyó la lira de Apolo:

"Al encontrarse allí una tortuga, logró una dicha infinita: Hermes fue en efecto el primero que se fabricó una tortuga musical. Ésta se le puso por delante a las puertas del patio, pastando ante su morada la hierba lozana con andares retozones. El raudo hijo de Zeus se echó a reír al verla y en seguida le dirigió la palabra:
-¡He aquí un presagio muy favorable para mí! No lo desdeño. ¡Salud, figura encantadora, que ritmas la danza, camarada del banquete! Bienvenida es tu aparición. ¿De dónde viene este hermoso juguete? Una tornasolada concha es tu atavío, tortuga que vives en los montes. ¡Bien! Te cogeré y te llevaré a mi morada. En algo me serás útil. No te despreciaré, sino que será a mí al primero al que beneficiarás. Mejor estar en casa, pues es peligroso lo de puertas afuera. Tú serás, en efecto, un amparo contra el muy penoso maleficio, en vida, y si mueres, podrías entonces entonar un canto extremadamente hermoso.
Así habló, y, al tiempo que la levantaba con ambas manos, marchó en seguida adentro de su morada, llevando su encantador juguete. Luego, pinchando con un cincel de grisáceo hierro, vació el meollo de la montaráz tortuga.
Como cuando un pensamiento fugaz atraviesa por el ánimo de un varón al que asedian múltiples preocupaciones o como cuando saltan desde los ojos las miradas chispeantes, así pensaba a la vez la palabra y la acción el glorioso Hermes. Una vez que cortó en sus justas medidas tallos de caña, los atravesó, perforando el dorso, a través de la concha de la tortuga. Alrededor tendió una piel de vaca, con la inteligencia que le es propia, le añadió un codo, los ajustó a ambos con un puente y tensó siete cuerdas de tripa de oveja, armonizadas entre sí."

(Himno homérico a Hermes)

Un abrazo.

Jan dijo...

Te felicito por el vídeo, muy hermoso.

Permíteme también recordar que la escena representada por Mantegna está inspirada en la picante historia que aparece en Odisea VIII 266-369 de Homero, donde se narra la unión adúltera entre Afrodita y Ares en casa de Efesto (que aparece en la pintura a la izquierda en su herrería).

Bella interpretación de este tema clásico en el que podemos descubrir el nacimiento de Armonía por la unión entre Marte y Venus (que coronan la escena) y el regocijo de los dioses por el establecimiento de la paz y la concordia.

Recuerdos

Isabel Barceló Chico dijo...

Interesantísima explicación. La música es para mí un arte casi inexplicable, un lenguaje universal capaz de unir las almas. Un abrazo.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Tienes toda la razón, Sahaquiel, al decir que no debemos olvidarnos de Hermes.

Precisamente en el cuadro de Mantegna ,“el Parnaso”, éste aparece junto a Pegaso, símbolo de la poesía épica, que se muestra en clara confabulación con Hermes, el dios inventor y travieso, como nos has recordado transcribiendo a Homero. También se cuenta que ya desde pequeño, Hermes se escapaba para hacerle travesuras a Apolo y luego se enfundaba tranquilamente en los pañales haciendo como que nada tenía que ver con el asunto. Apolo le reclama a Maya por estas cosas de su hijo, aunque al final acaba riéndole la gracia, pues en verdad siempre le resultó divertida la manera en que su pequeño hermano inventa nuevos alicientes para dárselos a los hombres, por algo se dice de él que es el más humano de los dioses.

Apolo, como habrás observado, también está representado en el cuadro de Andrea Mantegna, a la izquierda, tañendo la lira a cuyo son divino bailan las nueve Musas, las sagradas diosas hijas de la Memoria. Mientras que arriba se ve a Marte y Venus, aunque esto es a un nivel, porque a otro más oculto y verdadero la pareja representa a un sólo personaje, al ser humano andrógino (hombre-mujer), cuya alma desnuda de toda impureza se encuentra amparada por el aspecto decidido del guerrero armado, capaz de expulsar todo aquello que en verdad le impide ser.

Muchas gracias por tu aportación siempre oportuna y recibe, como siempre, un fuerte abrazo.

Núria

Mª Ángeles Díaz dijo...

Hola Jan:
Efectivamente el personaje que Mantegna ha puesto a la izquierda de su pintura, junto a la fragua, es, como dices, Hefesto (Vulcano).

Te agradezco la cita de la Odisea, cuyas imágenes sin duda le sirvieron a Mantegna para realizar su pintura, pero de eso no debemos deducir que se basó sólo en esa descripción literaria, como dando a entender que fuera un relato particular de Homero, pues la historia de Hefesto, el dios Olimpico del inframundo que entre otras cosas realizó el casco de Atenea, las alas de Hermes o los propios muros celestiales del Olimpo, es un mito que va más allá y que igualmente describen otras fuentes, por ejemplo Hesiodo o Platón. Este último decía que si bien el fuego procedía de Prometeo (que lo robó para dárselo a los hombres), las artes que de él derivan se deben a Hefesto que es el verdadero dios del Fuego.

Un saludo.
Núria

Mª Ángeles Díaz dijo...

Hola Isabel:

Me alegra saber que te ha parecido interesante la explicación de Federico González sobre la música, pues creo que es el autor que con mayor claridad ha puesto en valor el pensamiento filosófico sobre cuestiones profundas que tienen que ver con la Cultura en mayúscula.

En realidad en este post he querido participar sólo como “recopiladora” de tesoros y uno de ellos es el texto de Federico, extraído de su libro más musical, “Simbolismo y Arte”. Otro es traer a mi pinacoteca el arte pictórico de Mantegna al dar luz y color al simbolismo de “El Parnaso”, la tierra mítica de los poetas. Una residencia que físicamente se encuentra en Delfos pero que míticamente está en el corazón de los poetas y aprendices a poeta.

A ello he unido una de las piezas musicales de Guglielmo Hebreo, pues ambos pertenecían al mismo circulo de amigos de Isabel d’Este, quien encargó el cuadro y amparó esa y otras “músicas del alma”, como se llamaban a esas piezas y canciones creadas en las Cortes renacentistas, en este caso la de Mantua, que entraban por el oído hasta el corazón, produciendo la danza que acompañaba a cada pieza.

Un abrazo también para ti.

Núria

Claudia dijo...

Qué linda melodía, qué lindo vídeo.

Anónimo dijo...

Mira esta curiosa web, en ella han puesto tu bonito vídeo. (?)...Lo bello sirve para todo.
Un beso
Marcos

http://www.recetasguay.com/recetas/recetas-de-asturias/tag/parnaso/1/updated