jueves, 7 de febrero de 2008

PASEO POR LA CORDOBA ETERNA

Escribo desde la recoleta plaza Judá Leví (nombre del filósofo y poeta español, nacido en Tudela -Navarra- hacia el año 1.070) de Córdoba, la conocida ciudad de las tres culturas (judía, cristiana y árabe), si bien yo añadiría también la romana, que está en sus orígenes.


Me encuentro pues en el barrio de la Judería, un intrincado laberinto de calles zigzagueantes, blancas y empedradas de pura filigrana, donde un simple paseo nos va mostrando los patios andaluces repletos de plantas, frescor y señorío, idénticos a los que hace poco pude visitar en Antigua (Guatemala). En esta época aún no han florecido los jazmines, pero los helechos están pletóricos y vigorosos como los de esa ciudad centroamericana donde se les llama cola de quetzal.


De pronto, observando las magníficas cancelas de hierro forjado de esos patios, me encuentro en el número 20 de la calle Judíos y ante mí la belleza de la Sinagoga, una de las tres más importantes de España, las otras dos en Toledo.

Es evidente que el pasado judío de esta ciudad no sólo está inserto en sus calles y plazas, sino que llega hasta Lucena, “la Perla de Sefarad”, una localidad cercana a la capital donde existió un importantísimo núcleo hebreo.

La Sinagoga de Córdoba es una auténtica joya mudéjar, lo que significa que está realizada por alarifes y artesanos musulmanes que vivían en tierra cristiana. Data del año 5075 del calendario judío, que se corresponde con el año 1315; se trata de un templo pequeño y bellamente ornado de ricas yeserías, al que se accede después de cruzar un precioso y calmo patio.

Al penetrar en su recinto me siento atraída por la perfecta conservación de su lápida fundacional, cuyo texto, escrito en letras hebreas, dice:

"Santuario en miniatura y morada de la Ley que terminó Isaac Moheh hijo del señor Efraim Waddawa el año 5075. Asimismo vuélvete, oh Dios, y apresúrate a reconstruir Jerusalén".
Sin embargo, tal vez lo que más me ha llamado la atención es observar que cada uno de los muros de esta sinagoga está sacralizado con versículos extraídos del Antiguo Testamento, sobre todo de los Salmos. Aquí anoto las referencias:

Muro de Oriente, donde está el Sancta Sanctorum: Salmo 138,2; 27-4
Muro del Mediodía o Sur: Salmos 13,5-6; 122; 102,13-14 y 57,2-3. Proverbios: 8,34 e Isaías 26,2
Muro Occidental: Cantar de los Cantares 4,4
Muro Norte: Salmo 95,6; 132,7; 99,5; 100,1b; 86,9; 95,1; 29,2; 96,9 y 66,4; 22, 28.

Una visita a la Casa Sefarad. Casa de la Memoria (http://www.casadesefarad.com/) ha completado esta mañana radiante en Córdoba. Allí conozco a Judit, quien me guía en una exposición permanente que tienen allí dividida en cinco apartados donde pueden verse desde objetos relacionados con la vida cotidiana, la artesanía del bordado en hilo de oro, objetos de culto hasta una interesante sección dedicada a la música Sefardí.

También hablamos de libros y de la Cábala y finalmente hemos intercambiado información que considero muy valiosa. Entre ella que este Centro Cultural, ubicado en el corazón mismo de la Judería, cuenta con una biblioteca que muy pronto se va a poder consultar. También me dice que están preparando para la primavera una serie de conferencias, “pues el objetivo de esta entidad privada es despertar el interés por un legado oculto y recuperar la memoria de una tradición que forma parte de nuestra identidad: la tradición sefardí judeo-española”.


Por la noche, dejando la Judería, paseo por el puente romano sobre el río Guadalquivir, que une la "Puerta del Puente" (construida por Felipe II) con la "Torre de la Calahorra", sede de un centro dedicado a las tres culturas. A mitad del puente me detengo ante la estatua de San Rafael, patrón de esta ciudad. Rafael, que quiere decir "Medicina de Dios".

Antes de cerrar esta nota de viaje debo decir unas palabras respecto al salmorejo. El plato estrella de toda la gastronomía andaluza que aquí en Córdoba adquiere categoría de exquisitez y que algunos dicen de esta sopa fría que es una “bebida hechicera”.

En realidad se trata de un plato hispanoamericano ya que la aparición del tomate americano cambió para siempre la receta de los cordobeses, y a la mazamorra de ajo se le sumó magistralmente el tomate para mutarse en el salmorejo por estas tierras o el gazpacho en otras zonas andaluzas.


Ambas modalidades cuentan, además, con otro ingrediente principal, el aceite de oliva, llamado oro líquido en toda la cuenca mediterránea.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Núria:
Me ha gustado mucho tu nota. Muy bella. Y me han nacido muchas ganas de visitar todo este itinerario tan interesante, especialmente para todos aquellos hombres y mujeres que han emprendido la búsqueda de su verdadera identidad; reconociendo en estos viajes, donde se hace palpable la huella, las raíces de nuestra cultura -sus símbolos, mitos y ritos-, especialmente en España donde, como tu señalas, convivieron en armonía las tres tradiciones del libro. Felicitarte también, porque con toda esta investigación que realizas, con tanto empeño, se nos abre una puerta para difundir este mensaje, nuestra herencia espiritual, ¡la empresa más gloriosa!, que nos une por lo más alto y como decía nos abre una posibilidad para difundir este mensaje, tal vez dando alguna conferencia o curso sobre la Cábala, y sobre la Tradición Hermética. ¡Qué preciosa la figura de San Rafael!, el curandero divino de cuerpos y almas, análogo a Hermes, el alado mensajero, la deidad intermediaria entre los dioses y los hombres que siempre aparece de forma sorpresiva en todas las encrucijadas del camino para guiar a todo aquel viajero intrépido que se abre de corazón a su influjo. Me gustaría tener esa imagen para colgarla en mi estudio.

Un fuerte abrazo.
Miranda

Mª Ángeles Díaz dijo...

Querida Miranda:
Qué alegría contar con tu colaboración en este pequeño espacio. Sin duda tu energía y tu entrega al Conocimiento es lo más alentador que se puede recibir en esta minúscula trinchera. Estoy contigo para lo que necesites y desde luego para conquistar los corazones de todos aquellos que se dejen fecundar por la llama del amor a las ideas, aquellas que nos conectan con el Padre. Como las lupercas azotando a las almas adormiladas para que reconozcan su verdadera naturaleza divina.

Además como dice Fede, aquí se siembra al boleo.....

Cuenta con una foto de la imagen de San Rafael. ¿Te has fijado? Lleva una calabaza con el líquido de vida en una mano. ¿Y el pez? Tobías descubre la razón de ese símbolo que tiene que ver con la luz. Cuanta sabiduría en la iconografía tradicional. De eso tú sabes un montón....

Además estoy pensando que el sombrero cordobés te tiene que sentar de no creer.

Un gran beso Miranda y también para Daniel y el resto de los amigos de la Colegiata.

Anónimo dijo...

Querida Núria:
Se agradecen tus profundas reflexiones acompañadas siempre de un lúcido sentido del humor, que levantan el ánimo. Quiero darte las gracias también por tu detalle de enviarme la foto de San Rafael y tus comentarios respecto a su simbólica. He vuelto a leer tus interesantes aportaciones respecto a las Lupercas y el Lobo, de las que nos hiciste partícipe al transcribir la conferencia sobre el Carnaval de Mª Angeles Díaz.
Un fuerte abrazo
Miranda

Anónimo dijo...

Querida Núria,
Me ha encantado tu nota y espero pronto poder ir a vivir todo lo que pone!
Lo de la judería me ha tocado hondo, será porque algo llevamos dentro todos nosotros...
Y lo del salmorejo...
Bueno, pronto me cuentas en vivo y en directo!
Un besote,
Hannah

Anónimo dijo...

Gracias cordobesa,

Recuerdo con tus palabras la belleza de la sinagoga aun tan vacía como se encuentra, con forma de piedra cúbica en punta y estructurada en esos tres niveles, a más alto más iluminado por el cielo andaluz, incluso puedo imaginar en pleno florecimiento esa pequeña perla celeste evocando a la deidad: "amo la casa donde moras, el lugar donde reside tu gloria .. refugiado al amparo de tus alas", cantan todavía los muros enyesados.
Saludos,
Iñaki

Anónimo dijo...

Quiero dar las gracias por este post, el cual me ha ayudado a completar un tema de convivencia entre culturas. Un trabajo que he presentado hoy con gran contento. También doy las gracias a http://fotos-cordoba.blogspot.com/

Mª Ángeles Díaz dijo...

Gracias Miranda por tus palabras. Me alegra saber que lo que pongo en el blog te interesa. También quiero aprovechar para desearte un Feliz cumpleaños!!!
Y un fuerte abrazo.

Hannah me encanta que vengas por aquí, nunca olvidaré que fuiste tú la primera visitante en este espacio.
Un gran beso.

Iñaki, encantada de recibirte, espero que regreses con tus comentarios enriquecedores.

Sara, un placer y un gusto que mi post te ayudara en tu trabajo sobre la convivencia de culturas.

Sin duda Córdoba es una de las ciudades que mejor representan esa unión.

Gracias por dejarme esa dirección, que voy a visitar en cuanto pueda.

V dijo...

Querida Nuria: Te agradezco por compartir esta fantástica nota. Tu estilo de escritura es muy ameno y por momentos nos transporta hacia esos lugares maravillosos.
Si en algún momento tengo la oportunidad de viajar a España, ya sé a quién pedirle referencias y consejos sobre lugares para visitar.

Un abrazo.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Gracias Sahaquiel, eres muy amable.
Pasaré a saludarte en cualquier momento por Escuadra y Compás. Ya he visto que has puesto un escrito del divino Dionisio. Eso merece tomar aire y dejarse fecundar por las raices, es decir por el intelecto. Bellísima también tu introducción. ¿cómo que no estás en condiciones de hacer grandes aportes al blog?

Un abrazo.

Alchemy dijo...

Nuria; muy agradecida con tu visita y comentario, aquí estoy navegando por tus mares... Realmente es un placer recorrelos y encontrarme con estos viajes que transportan, no solamente a esos lugares místicos y enigmáticos sino también al interior de uno mismo.
Me alegro mucho que te hayas sentido a gusto en mi bitácora...nació como homenaje a esas imágenes tan apreciadas para mi.
Ya te enlazado a mis sitios amigos, para tener a mano, la vía a "tu ventana".
Saludos desde el bosque mar...en la orilla sur del planeta: Alchemy

Anónimo dijo...

Hola Nuria:
He estado de viaje unos días y al volver me encuentro con este bello post, que te agradezco, pues me rememora antiquísimos recuerdos de otros tiempos que viven en mí:

Córdoba, aquella Kórdyba que fue una de las sedes del reino íbero de la Turdetania, vástago de mi añorada Tartesos. La Córdoba de que habla Ptolomeo, o Estrabón en su obra Geografía, fundada urbe romana por Claudio Marcelo con el nombre de "Corduba Colonia Patricia", y cuya deidad latina no es otra que la diosa Fortuna representada como Amor alado. ¿Acaso no es esta deidad, Amor, el nombre secreto de Córdoba, como es también el de Roma? ¿No está la palabra “corazón” contenida en la etimología de Córdoba?

Córdoba, bañada por el río Tartesos (o Betis, o Guadalquivir, según las épocas), dividiendo su llano y la cercana serranía de la fértil Campiña (la Al-Campania de los árabes), salpicada de villas con tanta historia como la misma Hispania: Munda (Montilla), Ulía (Montemayor), bautizada por el mismo César como "Ulía Mater Genitrix", Ucubi (Espejo), Egabra (Cabra), Iponuba (Baena), Luciana (Lucena), Nueva Carteya...

No se si visitaste el Museo Arqueológico Provincial. Si no fue así te lo recomiendo para otra vez. Allí se comprende, en un rapto de la Musa inspiradora, que la historia se hace simultánea en Córdoba. Al lado mismo del río, junto al puente Romano, se alzó en el mismo lugar el templo de Júpiter, más tarde la iglesia hispanovisigoda de San Vicente, posteriormente la mezquita, dentro de la cual, sin destrozar nada, el gran rey Fernando III el Santo habilitó una capilla cristiana, y que durante el Renacimiento se amplió convirtiéndose en la sede de la actual catedral, llamada precisamente mezquita-catedral.

A algunos les parece una aberración estética, o un áspero sincretismo, la construcción de la catedral “dentro” de la mezquita, pero yo pienso que revela uno de los rasgos característicos del alma cordobesa, y por extensión andaluza, nutrida de su cultura milenaria generada por multitud de pueblos desde la noche de los tiempos, y que pacientemente ha cristalizado en una sutil y armoniosa interrelación que huye de la discordia y ama intensamente la síntesis, la concordia, la “unión de los corazones”.

Hablas de la recoleta plaza de Judá Levi, en plena Judería, muy cerca de la placita de Tiberíades (junto a la Sinagoga), donde Maimónides con su Guía de Perplejos nos contempla siempre perfumado por ese jazmín perenne que no conoce las estaciones.
Judá Leví, el poeta, que al ser nombrado jefe de la escuela talmúdica de Lucena dedicó estos versos a su antecesor, Joseph ben Migash:

"Te ha levantado tu Dios para hacer vivir la Ley y su práctica,
para hacerla admirable (...)
Te ha ungido para estar sobre el trono de nuestro rey, el Señor (...)
Se enorgullecen las gradas de la Torah, y está asentada la Gloria en ella,
que no muere (...)
Tu eres su secreto y su edificio, a ti te ha elegido el Señor(...)
Por ti se alegran los mares, por ti gritan los montes de júbilo".

En fin... Me despido de ti con este verso de dedicado a Córdoba por uno de sus hijos, Luís de Góngora:

"¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
de honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
de arenas nobles ya que no doradas!
¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas
que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre gloriosa patria mía,
tanto por plumas cuanto por espadas!
Si entre aquellas ruinas y despojos
que enriquece Genil y Dauro baña
tu memoria no fue alimento mío,
nunca merezcan mis ausentes ojos
ver tu muro, tus torres y tu río,
tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!"


Un abrazo
Argantonios

Mª Ángeles Díaz dijo...

Alchemy,
Por la fina percepción que has tenido, al captar la direccionalidad que tienen los viajes que se proyectan desde este blog, presiento que estamos ante el comienzo de una buena amistad. Aunque me ha quedado tipo “título de película”, es lo que siento.

Un abrazo desde Barcelona, o Barca Nona, la novena barca de la flota de Hércules, y que fue la que recaló en estas costas. Así ha sido relatado por el insigne trovador Jacinto Verdaguer, más conocido como Mosen Cinto, en su utopía L’Atlántida, un poema épico donde canta los orígenes míticos de Cataluña.
Núria
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Querido Argantonios,
Leyendo tu comentario, lúcido y siempre axial, he comprendido por qué la Historia es una de las nueve musas (otra vez nueve…) (?). Clío, la que “canta la gloria de los hombres y la celebración de los dioses”, cuyos atributos son la trompeta heroica y la clepsidra.
Esta vez no pude visitar el museo arqueológico de Córdoba, pero tengo en la retina una formidable estatua de Mitra que hay en él y que me llamó mucho la atención cuan la vi.Después de lo que me cuentas me han dado ganas de volver a visitarlo. Sin duda es esta una nueva razón para volver a Córdoba.
Un fuerte abrazo Argantonios y no dejes de reportarnos tus comentarios y los de Clío, la musa que te inspira y que claramente te entrega sus favores.
Núria