viernes, 16 de noviembre de 2007

La extraña desaparición de las abejas. RESPUESTA Y REFLEXIONES


Núria

“La Rosa da su Miel a las Abejas”
Frase hermética en un grabado del Siglo XVII
Entre todos los comentarios al post se ha escrito una segunda parte de este artículo que por la claridad en el punto de vista merece estar en el cuerpo de este blog. Efectivamente, es un lujo y una gracia haber captado, desde este pequeño espacio, la atención de todos estos amigos que traen a la memoria de este blog pensamientos tan oportunos como por ejemplo los que expresa Ismael a través de René Guénon, concretamente la cita es de su obra: “La Crisis del Mundo Moderno”, un libro que muchos consideramos fundamental para entender las claves de la decadencia de este mundo en el que nos ha tocado vivir a los contemporáneos. Como lo es también “El Reino de la Cantidad y los Signos de los tiempos”. Ya que en ambas obras este preclaro autor explica, desde el plano de las ideas más elevadas que son siempre las más concretas y centradas, los errores que han llevado al hombre actual a este estado lamentable de cosas que atañe a todos los órdenes, aunque sea el de la Tierra el reino que está sufriendo con mayor evidencia las huellas de la destrucción.

Sin embargo, resulta increíblemente sorprendente descubrir que aún existe para el hombre actual la posibilidad de reformar su mentalidad, adquirir un verdadero criterio sobre las cosas y poner freno a tanto desatino, algo que pasa por reconocer lo absurdo de seguir creyendo en un progreso indefinido. Recapacitar para advertir que aprender es por encima de todo no olvidar, hacerse consciente de que no vamos ni venimos aunque el mundo sí está en permanente movimiento, darnos cuenta que en el orden principal de las ideas, estamos perdiéndolo todo, y que recuperar el eje entre lo de arriba y lo de abajo, entre el cielo y la tierra…, es ubicarse en el eje del cosmos donde todos los mundos están insertados.

Darnos cuenta de que sin la permanente idea de ese eje, idea que por alguna razón han sacralizado todos los pueblos tradicionales del mundo y han tenido como idea de unión entre los distintos planos de la existencia, nos vamos a la deriva.

Los pitagóricos que manifestaban su pensamiento filosófico a través del número y la matemática, hablaban de la progresión a la que puede llegar una línea desviada minúsculamente al comienzo de su trazo, y de lo necesario que es para todas las generaciones, y para cada individuo, volver siempre al centro, es decir, al eje.

Tiene mucha razón Ismael al recordarnos que los hombres no somos tan poderosos como nos creemos, y que este mundo podría llegar un día a un punto de detención o aniquilarse completamente en algún cataclismo. Los antiguos lo sabían muy bien y por eso al referirse a la tierra decían que era una nave tripulada por el hombre.

Ciertamente, “una civilización, de la cual los modernos tanto se envanecen, no ocupa un lugar privilegiado en la historia del mundo y puede tocarle la misma suerte que tocó a tantas otras que han desaparecido en épocas más o menos lejanas y de las cuales no quedan más que ínfimas huellas, vestigios apenas perceptibles o difícilmente reconocibles”.

Todo lo que sucede en la tierra sucede en el cielo, y todo lo que sucede en el cielo sucede en el mundo. La Naturaleza es mucho más que los ríos, las montañas y el resto de vegetación…

Sahaquiel, autor del precioso blog “Escuadra y Compás: http://escuadraycompas.blogspot.com/index.html , nos recuerda que los hechos que suceden en torno nuestro, tienen otra lectura, son simbólicos, es decir que son señales que debemos considerar e interpretar desde un plano más elevado, porque ése es el lenguaje con que se expresa la realidad.

Concretamente la cita de Guénon dice: "Es necesario considerar los hechos históricos mismos como símbolos de una realidad de orden más elevada." Siendo desde ese punto de vista que se puede entender todas estas cosas y lo que se ha dado en llamar “el sentido de la historia”.

Francisco Ariza, en su estudio “Metafísica de la Historia y la Geografía” (en la revista Symbolos nº 31-32), precisa que el sentido de la historia está “estrechamente vinculado con el tiempo y su devenir cíclico, lo que no excluye desde luego que ese sentido y ese devenir estén dotados además de otra significación mucho más profunda, de carácter supratemporal y suprahistórico, que es precisamente el que nos interesa destacar por encima de cualquier otro al ser el más esencial”.

Y Sahaquiel ve la desaparición de Abejas, “como símbolo de un mundo cuyas posibilidades están siendo agotadas”, un pensamiento que nos conduce a la idea de un ciclo que acaba.

Isis y Osiris también reflexionan sobre la ilusión (evidentemente de iluso), que significa estar instalado en esa idea de progreso, y ven en muchas cosas que están sucediendo cada día a nuestro alrededor que todo está hablando de la ignorancia actual, y de la necesidad que el mundo tiene de que el hombre sea capaz de reformar su mentalidad sobre las cosas y sobre sí mismo, aunque sin dejar de señalar ciertas ventajas que tiene vivir en la actualidad.

“Debemos aceptar que nosotros somos cómplices, si no directamente culpables, de los males que acechan al hombre y al mundo, a causa de un ansia desaforada por el progreso tecnológico y las ganancias económicas, sin haber tenido en cuenta los efectos negativos que se estaban creando. El problema no es el progreso en sí, sino su uso incontrolado. ¿O no nos gusta coger un avión e ir a cualquier parte del mundo? ¿No nos gusta entrar dentro de un ordenador y comunicarnos con todo el mundo? ¿No nos gusta ir a comprar comida y encontrar 4 marcas de un producto y escoger uno? Pero hemos hecho de todo esto el único objetivo a cumplir, olvidando lo esencial de nuestra vida y de todo el planeta”.

Y siguen diciendo “que la desaparición de las abejas nos pone encima de la mesa algo muy interesente a la par que preocupante que nos tiene que encender la alarma, e intentar centrarnos justamente en lo primordial de cualquier ser: la alimentación”.

Algo que no nos deja indiferentes sino que nos hace pensar en las hambrunas que según los textos tradicionales se anuncian para este periodo del ciclo, llamado en la tradición hindú Kali Yuga, o edad de la Diosa Kali, la diosa de la destrucción.

En este comentario se pone de relieve que esto ya está sucediendo, que “la crisis alimentaria ya ha comenzado, ¿qué comemos?, ¿de dónde proviene lo que comemos?, ¿qué contiene lo que comemos? Pareciera que permanecemos ajenos a las manipulaciones que desde hace mucho tiempo sufren los alimentos, siempre en nombre de una mejora de la producción y de la economía”. Para continuar con un link a Greenpeace: http://www.greenpeace.org/, una organización que en el plano de la ecología está concienciando a mucha gente y consiguiendo compensar en alguna medida los desequilibrios.

En esta línea escribe E, autor de “ecología humana” http://www.blogger.com/profile, un blog muy comprometido con el medio ambiente cuyo último post “Salvemos el Medio Ambiente” le ha hecho valedor de ser uno de los blogs más visitados.

Quien nos cuenta que la desaparición de las abejas es uno de los misterios de la naturaleza que no se ha podido resolver, pero que otras especies también están desapareciendo del mismo modo, como por ejemplo las ranas: La contaminación del aire y el agua, la degradación en general del medio ambiente, cambios de temperaturas y un aumento de las radiaciones UV, son algunas de las causas. “Es triste -nos dice este autor- el panorama, y urge buscar soluciones prácticas para terminar con el problema de la contaminación”.
Mahatma, cuyo interesantísimo blog: “Baldanders, puede verse en: http://gnosceteipsum.blogspot.com/, vuelve a reconducir la situación para que no nos olvidemos de la importancia que sobre todo tiene este hecho misterioso de la desaparición de ciertos insectos, como es en este caso la abeja. Lo cual no deja de ser significativo si tenemos en cuenta que se trata de un insecto relacionado con los símbolos de la realeza. Lo cual añade una cuestión interesante.

Susitta, desde Optworld en http://susitta.blogspot.com/ un recientísimo blog muy prometedor, se refiere a la necesidad que tenemos los hombres de cuidar la casa común, es decir la tierra.
Polvorilla, desde su “Razón o Verdad”, un blog muy lindo y lleno de actividad que puede verse en: https://www.blogger.com/, encuentra “impresionante lección la de las abejas a los humanos” y añade que es importantísimo naturalizar a la civilización en vez de civilizar a la naturaleza”.

O sea, entiendo yo, devolver a la civilización aquello que ha perdido: su contacto con los ritmos y ciclos cósmicos. El hombre actual, por haberse olvidado de las cosas fundamentales (como es por ejemplo que sólo él tiene la potestad para equilibrar las cosas y vivir conscientemente de acuerdo al ritmo del universo donde está integrado), ha quedado incapacitado para construir algo bueno. De ese modo, aplicando esa norma universal de equilibrio a todos los pensamientos y creaciones (como es la de la civilización), éstas devienen justas y equilibradas.
Sin embargo el hombre actual, creyendo que lo sabe todo, que es el más avanzado, y sigue avanzando…., pero que actúa como el más ignorante, debe volver a fijarse en las leyes de la naturaleza que le envuelve, y ver que su corazón late en una galaxia de estrellas, que la naturaleza no son únicamente los vegetales, los animales y los ríos, sino que él forma parte del la naturaleza, y una parte muy importante, pues igual que puede destruir puede construir.
Esto último, lo de construir, da sentido a que el simbolismo de la abeja sea tan importante para la Masonería, una Orden iniciática de constructores, porque se entiende que forma parte de la naturaleza real o central del ser humano la búsqueda constante del equilibrio.

En este intento están otras asociaciones, de ámbito más ecologista como la ya mencionada Greenpeace, que al tratar de restaurar esos abusos, consiguen equilibrar en alguna medida los desatinos. Recordemos que gracias a la acción práctica de esta asociación de amigos se ha parado la destrucción de la capa de ozono.

Es curiosísimo leer los distintos textos tradicionales de carácter profético, testamentario o apocalíptico cuando se refieren a este periodo del ciclo en el que vivimos al que definen como edad sombría y ver que dicen cosas tan evidentes para todos nosotros como estas:

“Cuando reinan el engaño, la mentira, la inercia, el sueño, la maldad, la consternación, la aflicción, la turbación, el miedo, la tristeza: esto se llama la Edad Kali, que es tenebrosa". Bhagavata Purâna, Libro XIII.
"En la Edad Kali la riqueza, entre los hombres, reemplazará con mucho la nobleza de origen, la virtud, el mérito; el derecho y la regla estarán determinados por la fuerza". Ibid.
"... ahora existe una estirpe de hierro. Nunca durante el día se verán libres de fatigas y miserias ni dejarán de consumirse durante la noche, y los dioses le procurarán
ásperas inquietudes (...). El padre no se parecerá a los hijos ni los hijos al padre; el anfitrión no apreciará a su huésped ni el amigo a su amigo y no se querrá al hermano como antes. Despreciarán a sus padres apenas se hagan viejos y les insultarán con duras palabras, cruelmente, sin advertir la vigilancia de los dioses (...). Ningún reconocimiento habrá para el que cumpla su palabra ni para el justo y el honrado, sino que tendrán en más consideración al malhechor y al hombre violento. La justicia estará en la fuerza de las manos y no existirá pudor; el malvado tratará de perjudicar al varón más virtuoso con retorcidos discursos y además se valdrá del juramento. La envidia murmuradora, gustosa del mal y repugnante, acompañará a todos los hombres miserables". Hesíodo, Los Trabajos y los Días, versos 174-195.
"Cuidad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías', y engañarán a muchos. Oiréis hablar de guerras y rumores de guerras, pero no os turbéis, porque es preciso que esto suceda, mas no es aún el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá hambre y terremotos en diversos lugares. Pero esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento (...) Entonces se escandalizarán muchos y unos a otros se harán traición y se aborrecerán; y se levantarán muchos falsos profetas, y por el exceso de maldad se enfriará la caridad de muchos, mas el que perseverare hasta el fin, ése será salvo". Mateo XXIV, 4-13.
Federico González, en su carta editorial de Symbolos nº 23-24, http://www.geocities.com/symbolos/s23edit.htm, escribe esta brillante síntesis:

La destrucción se producirá en tres escenarios, de abajo hacia arriba: primero el nivel de la tierra, en el que están incluidos como dijimos terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, huracanes, ciclones, sequías, incendios naturales y desastres en general. También determinadas pestes. El segundo nivel se corresponde con el del hombre y está íntimamente relacionado con el primero; incluye igualmente, daños ecológicos a la Naturaleza: calentamiento, venenos y gases tóxicos, y enfermedades y accidentes contra la propia especie provocados por el ser humano, negligentemente o con conciencia de distinto grado, así como hambrunas, extremo despojo y miseria, injusticias, abusos, mentira, corrupción, traición, robo, estafa, asesinato y violencias, especialmente guerras –y terrorismos– que no dejarían la conflagración atómica de lado. En el tercer nivel, que se corresponde con el cielo, la batalla cósmica se da en un nuevo escenario con los astros y estrellas por protagonistas en el que hay que tener en cuenta que cualquier movimiento de ellos puede ser una catástrofe total en la Tierra, y también que unas decenas de años más o menos, apenas son segundos en una dimensión mucho mayor, que incluso abarca la anterior. La confirmación más clara de esto se encuentra en el propio libro de la Revelación de Juan (21,1) donde se habla claramente de una nueva tierra y asimismo de un nuevo cielo. Volvemos a insistir en que estos mundos o planos se encuentran estrechamente relacionados y se interpenetran los unos con los otros siendo el hombre también aquí un intermediario. De hecho, todo esto ya está ocurriendo.”

Más, también se nos dice, que por encima de estos horrores y tragedias, que son los propios signos con los que se revelan estos tiempos, se abre para todos los seres de corazón recto, la esperanza de un mundo verdaderamente nuevo, que convive y crece con el viejo que está feneciendo a nuestro lado.

6 comentarios:

Avedelsur dijo...

Muy interesante tu artículo. Considero de suma importancia realizar un estudio acabado de este fenómeno. En alguna medida concuerdo contigo en que el proceso de polinización es básico en la sustentabilidad de la vida. Pero ya lo vez, "como es arriba es abajo" Lo que le ocurre al planeta, esta reflejandose en sus pequeños seres...Me pregunto con cierta alarma, ¿cuantas bacterias habran desaparecido ya de nuestro planeta?
Me ha parecido muy interesante tu nota y me tome la libertad de insertar un link en mi blog.
Cariños de desde una Isla en la que aun quedan abejas.

Polvorilla dijo...

Núria, estoy emocionada ante tu artículo, que maravilla, muchas felicidades por saber transmitir la verdad, la bondad y la belleza de un modo tan directo y claro, al tiempo agradecerte tu mención a tan humilde comentario que hice en tu post anterior. Reitero mis más sinceras felicitaciones.

Un fortísimo abrazo.

Anónimo dijo...

Te felicito Nuria por el sugerente temario que siempre traes a tu blog. Temas muy amplios referidos a la Tradición pero enfocados de una manera en la que pueden participar personas con distintos puntos de vista que, finalmente, convergen casi todos.

Este es el caso de las Abejas y del Medio Ambiente que has tratado últimamente, tema que me ha sugerido esta reflexión que quiero compartir contigo y con todos los que te visitan. Son muchos los que advierten que de seguir el camino que ha tomado el mundo actual, con la prepotencia científica y el desarrollo indefinido como faro y guía, el resultado final no sea otro que la destrucción de nuestro mundo.

Pero esta crisis que padecemos a todos los niveles es la consecuencia de un estado de cosas que tiene su inicio en el momento en que el hombre pierde, o mejor olvida (con lo cual siempre tiene la oportunidad de volverlo a recordar), su íntimo lazo con la Sabiduría. ¡Al igual que el rey Salomón ojalá podamos todos nosotros tener a la Sabiduría algún día como consejera!

Si nos referimos a nuestra civilización nos daremos cuenta enseguida que nada de lo que emana de ella puede proporcionarnos sabiduría alguna, ni darnos ningún tipo de respuesta a nuestras inquietudes más profundas.

Sin embargo, y a pesar de los pesares, existe una posibilidad que está al alcance de los buscadores más perseverantes. O sea que si queremos que la Sabiduría se haga en nosotros (pues es uno de los estados más elevados de la conciencia) hemos de liberarnos de ciertos prejuicios que tenemos muy incrustados, como es confundir o poner al mismo nivel lo metafísico y lo religioso, o lo sagrado y lo ceremonial. La Deidad no puede ser encerrada en ninguna forma ni fórmula, y ni mucho menos tiene que ver con toda esa cursilería devota y “angelical”.

Alan Watts nos dice de manera muy clara y bella:

“Es una sabiduría que no choca con la religión ni la reemplaza, porque en cierto sentido está fuera de la esfera religiosa. Su jurisdicción es un misterio con el que la religión, como tal, no guarda relación directa, ni tampoco tiene sobre él una doctrina oficial, pues no es posible expresarlo directamente en lenguaje típicamente religioso. Pero aunque se encuentra más allá de la esfera religiosa, la religión lo interpreta como un bailarín interpreta la música. Sin embargo somos en general sordos para esta música y por ello la mayor parte de nosotros debemos confiar en la religión para lograr la única relación que podemos tener con ella en esta vida. No obstante, para que la danza que es la religión tenga espíritu y fuerza, al menos los que la dirigen deben percibir la melodía”.

Es la Sabiduría y su hermana la Inteligencia la que ordena el mundo y la mente del ser humano que desea ardientemente ser bendecido por ellas, y de ahí que el propósito de las enseñanzas de todas las tradiciones sea “hacernos nacer” de nuevo, despertarnos la conciencia y permitir que afloren nuestras cualidades y virtudes latentes. La piedra cúbica ya está contenida en la piedra bruta.
Desde la mítica Tartesos saludos muy cordiales y cariñosos.

Mahatma dijo...

Gracias por la atención, Núria! Estoy convencido de que mientras el hombre, quiero decir, cada uno de nosotros no cambiemos nuestra forma de entender y aceptar el mundo del cual somos parte, lo iremos asesinando y nos iremos asesinando a nosotros mismos. Cuesta creer que haya gente a quien no le importe lo que suceda en breve si no cambiamos nuestra actitud, pero es verdad que existen. Afortunadamente existen también aquellos que desde su lugar luchan para que el mundo pueda seguir tan maravilloso como hasta ahora.

Besos!

M.

Anónimo dijo...

Agrego felicitaciones a tu blog,además del contenido es rico en fuentes, que suman información.
Reconforta saber que hay personas que podemos unirnos en el compromiso de intentar cuidar el planeta incluyéndonos.
Muchas gracias por la mención de mi naciente blog.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Muchas gracias y bienvenido Avedelsur. Espero seguir contando con tus comentarios. Efectivamente la tabla de Esmeralda dice que así es, "que lo de arriba es como lo de abajo".
Muchas gracias también a tí Polvorilla por tu cálida y amable aportación.
A Argantonios y Mahatma deciros que es todo un lujo contar con vuestros comentarios y que espero que sigais teniendo la generosidad de compartirlos.
Susitta tú eres todo un enigma, aunque en realidad quién no lo es, pero me encanta que pases por aquí.
Un abrazo.