viernes, 4 de mayo de 2012

La Cruz de Mayo


Patio cordobés, engalanado para acoger la "Cruz de Mayo"


Son muchos los pueblos de la tierra que de forma unánime han celebrado la llegada de la Primavera, que es como decir el renacer de la vida y el triunfo de la luz que ya comienza a emerger tras el solsticio de Invierno.
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Es lógico que todos esos pueblos coincidan en ver en este despertar de la naturaleza la culminación de un ciclo, análogo al desarrollo mismo de la manifestación, y por ello dejen marcado en la rueda de su calendario y en su ordenamiento del tiempo, un espacio significativo, una fiesta, que distinga ese acontecimiento periódico y jubiloso. Un espacio en el que las flores, revestidas de su tenue y a la vez esplendorosa belleza, son el elemento principal capaz de aflorar, seguramente por asimilación empática, la alegría en los corazones de quienes admiran la perfección de sus formas, se deleitan con sus fragancias de múltiples matices o se embelesan con las tonalidades de sus colores. Flores que en definitiva se toman como una expresión de la belleza, que como el maestro Platón advirtió es un reflejo de lo verdadero.

Uno de los balcones

Por ello, desde el punto de vista de la literatura tradicional, los jardines siempre evocaron el paraíso de los poetas, el jardín del Edén, la casa del Bienamado de la que, en realidad, aunque se viaje, se vaya y se venga, uno nunca se ausenta.
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En España son distintas las ciudades que celebran con romerías y procesiones la Fiestas de la Primavera y todas ellas están enraizadas en Roma. Recuerdo las de Murcia (uno de los nombres de Venus), en las que durante un cortejo de carrozas adornadas de flores y guirnaldas es portado el caduceo de Mercurio entre otros elementos paganos. También he tenido ocasión de estar presente en “la festa de les flors”, en Gerona, Cataluña, aunque son célebres en muchas otras regiones de España y de Europa.
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Pero sin duda es en Andalucía, la región al sur de la Península Ibérica, distinguida por el Imperio Romano como La Bética (las otras partes de la división peninsular fueron la Tarraconense y la Lusitania), donde la explosión de las flores luce más vistosa, especialmente por los patios de las viviendas y los balcones de las casas, que cada año compiten en hermosura y que han llegado a constituirse en patrimonio cultural y de atracción de visitantes. Es durante los primeros días de Mayo cuando los patios a través de sus verjas aparecen revestidos de color reclamando la atención del paseante que contempla y participa de la sensación que provocan en el ánimo esas efímeras, pero contundentes, bellezas naturales. Uno, cuando las contempla, como cuando mira el cielo en una noche estrellada, de un modo u otro se pregunta ¡…diantres! ¿Quién las creó?

Una de las muchas cruces tapizadas con flores que pueden verse estos días en muchos pueblos del sur de España. la de la foto está hecha con claveles rojos y blancos la flor más representativa de Andalucía.

Es en Andalucía y en ciertos lugares de Hispanoamérica donde convive, entremezclada con las Fiestas de la Primavera, la Cruz de Mayo, una tradición cristiana que data del año 300 d.C., la cual muestra un periodo de unión entre el pensamiento pagano de la antigua Roma y el Cristianismo, escogido en ese momento por la Providencia para renovar el mundo imaginado.

La Cruz de Mayo es una tradición que consiste en adornar majestuosamente una cruz o realizar con las más hermosas flores, principalmente claveles y rosas, una cruz y depositarla en el medio de un jardín, en una plaza pública o en la puerta de las iglesias, donde todos puedan verla. Se trata de una tradición que conmemora la hazaña de una mujer, Flavia Iulia Helena, madre de Constantino, el emperador a quien se debe el decreto de tolerancia religiosa en un momento en el que los cristianos estaban siendo perseguidos.

El emperador Constantino y la emperatriz Helena, su madre.
Cuentan que Helena, aunque era ya anciana, realizó la primera expedición arqueológica a Jerusalén en pos de rescatar la Vera Cruz, esto es, la verdadera Cruz donde fue crucificado Jesús, para dar testimonio de la presencia en la tierra de aquél del que hablaban los cristianos y cuyas palabras resonaron en el corazón de esta mujer y su hijo, Constantino, el primer emperador romano convertido al cristianismo.
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Por el relato de los historiadores que siguieron sus satisfactorias pesquisas, sabemos que una vez obtuvo la información precisa, de parte de los judíos de Jerusalén, acerca del lugar exacto donde estaba enterrado el sagrado madero, mandó excavar el lugar, “supervisando ella misma los trabajos” que dieron finalmente con el hallazgo de la reliquia.
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Mandó la Emperatriz hacer de la Cruz tres partes. Una fue trasladada a Constantinopla, otra quedó en Jerusalén y la tercera la llevó a Roma para ser conservada y venera en la iglesia “de la Santa Cruz de Jerusalén”, donde la emperatriz es recordada como Santa Elena. Núria 


Moneda con la imagen de la emperatriz Helena, dama que encontró la Vera Cruz


Publicaciones anteriores sobre la Cruz de Mayo en este Blog

El actual post fue publicado con anterioridad en Mayo de 2009, con el título: Viaje a la Bética.
Cruz de Mayo del 2010
Cruz de Mayo en los Pueblos de España

15 comentarios:

ketil brambgard dijo...

Hola Nuria.

Hermosa revelación para estar de regreso.
Son fascinantes la de vestigios vivientes de la tradición que se mantienen contra viento y marea.
Incluso aquí en Valencia aun persisten en algunos pocos lugares las cruces de mayo.
Bueno ha sido un placer reencontrado el leerte por este otra vertiente y nos seguimos encontrando.
Feliz día de la Diosa que es mañana elaborado en la fiesta de la Ascensión de la Virgen, Madre, y par de Dios.
Me chiflan los días 21.

Un saludo.
Agur.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Hola Ketil, un placer saludarte. Pensé que nadie se acordaría ya de mí...
Gracias también por recordar la fiesta que mañana se conmemora; le pediremos a la Diosa que nos proteja y cuide a todos.
Un saludo
Agur

V dijo...

Núria: ¡Qué alegría volver a ver actividad por aquí!
La alegría es doble por encontrar, como en los viejos tiempos, uno de tus preciosos y elaborados artículos.
Como acotación al margen; al rey Arturo se llamaba "el rey de mayo" porque todos los relatos que de él y de sus caballeros se narraron durante la edad media transcurren, precisamente, en este mes.

Un abrazo desde la otoñal Argentina.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Muchas gracias Sahaquiel por tu visita y por tu comentario. ¡Que curioso que al rey Arturo de le llamara de ese modo!
...y ¿por qué sus gestas eran en mayo?

Gracias de nuevo por estar ahí.

V dijo...

Eso lo dice Wolfram von Eschembach en el Parzival...
Sin conocer la respuesta, me arriesgaría a decir (a riesgo de equivocarme) que está relacionado con la idea de "renovación" que trae aparejada la primavera. Los caballeros de Arturo, como los javânmardân, buscaran conducir al mundo a su transfiguración o rejuvenecimiento, es decir, la reinstauración de todas las cosas a su belleza y lozanía original, como diría Corbin.
Hasta aquí llega mi divagación, muy tomada de los pelos.

Saludos!

Pola dijo...

Núria, sólo pasar a dejarte un abrazo muy fuerte y comentarte la alegría que da volver a encontrar nuevos escritos aquí.

Veo además que tienes un blog paralelo para hablarnos de tus viajes... Doble alegría entonces.

Besos.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Sahaquiel seguro que es como dices. Tiene todo el sentido.

Un saludo

Mª Ángeles Díaz dijo...

Muchas gracias Pola. Da gusto reencontrarse con amigos tan amables.
Un abrazo también para ti.

Anónimo dijo...

Hola Núria, cuanto tiempo sin asomarte a la ventana del torreón.
Te seguiré visitando sin ser visto.

Pedro Maria

Altas Cumbres del Intelecto dijo...

Hola Núria,

yo también me alegro mucho de que tengas activa esta ventana. Por cierto, me encanta el Caduceo con Pegaso que subiste a tu blog.

Un abrazo

A.

Mª Ángeles Díaz dijo...

De acuerdo Pedro María, como gustes...
...Puede ser incluso divertido ese anonimato, y desde luego un placer contar con tu visita, y por supuesto agradezco tu comentario.
N.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Hola amiga,

un placer saludarte en estos lares. Tienes razón, el caduceo con Pegaso es una belleza.

Por supuesto puedes disponer de él, como siempre, pues ya sabemos de tu afición por coleccionar imágenes y atributos del dios Hermes, una afición que como sabes compartimos.

Un abrazo también para ti.
N.

Mahatma dijo...

Querida Núria!!!
Es con mucha alegría que leo tu regreso (aunque nunca te has ido realmente), es post tan hermoso y esclarecedor como son siempre los tuyos.
Personalmente me gusta pensar en Mayo como el mes de Maya (la madre de Hermes) cargada de simbolismo. Si bien aquí en nuestro hemisferio no es primavera, es siempre interesante meditar en la ambivalencia de los símbolos, y no dejo de asombrarme de su riqueza.
Qué hermosa además la historia de Santa Elena, no la conocía, pero francamente hay en ella y su relación con la Vera Cruz mucho que meditar y revivir.
Te dejo un fuerte abrazo y seguimos en contacto!
M.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Agradezco especialmente tu comentario pues me ha llevado a recordar y releer lo que al respecto del nombre de Maia dice Federico González. Esto es lo que escribe en el prefacio de su libro "Hermetismo y Masonería", por cierto libro que compré en Buenos Aires, en la librería Kier. Dice así:

“El Hermes griego, según los himnos homéricos, nace en la oscuridad de una gruta, –como Jesús en un pesebre– en la noche, y finalmente ha de convertirse en el sol del amanecer. Sus padres son Zeus y Maia (relacionar este nombre con el de la madre del Buda) y como todas las deidades análogas, a través de un proceso ascendente alcanza la plenitud de sus posibilidades y el ser humano entonces se deifica a través de cielos, o planos –el mundo intermediario–, como el Corpus Hermeticum y otros textos testifican; lo que es igual a decir que los númenes o ángeles se hacen en él (de modo descendente), puesto que el recipiente de su alma ha logrado darles cabida mediante una reciprocidad armónica, posibilidad que puede expresarse en cada alma individual, o ser colectivo, aún en nuestros días sombríos” y en nota añade: Maia es una de las Pléyades, hijas de Atlas y de allí su relación con la civilización Atlántida y sus secuelas, a saber: con la raza roja”.

(leer completo en: http://www.geocities.com/daimon.geo/hermympr.htm)


Un fuerte abrazo también para tí y muchísimas gracias.

N.

Mª Ángeles Díaz dijo...

El link anterior al libro de Federico González ha cambiado, ahora es:

http://simbolismoyalquimia.com/hermetismo/introduccion.htm