Este es el talismán de Catalina de Medici (1515-1589). Está
realizado siguiendo reglas muy precisas de la medicina astrológica, que consiste
en poner en relación ciertos movimientos astrales con determinadas coordenadas
y humores del cuerpo humano, donde intervienen los metales, las hierbas y otras
artes mágicas relacionadas con espejos que sumergidos en tinturas, reflejan lo
que de otro modo es invisible. En él se pueden ver y leer algunos símbolos
astrológicos y los nombres de distintas entidades, tanto angélicas como del
inframundo.
Recordando lo que exponíamos en otro estudio nuestro:
"La Medicina tiene para Ficino y los hermetistas del
Renacimiento una alta connotación, hasta el punto de considerarla un arte que
está por encima de los demás, pues como tuvimos ocasión de exponer y en otro
sitio: 'esta disciplina incluye la salud del cuerpo y del alma, y así
lo dice Ficino y la Tradición Hermética y Platónica que él mismo
representa. La lista de quienes iniciaron dicho arte comienza con Apolo, quien
la obtuvo de Jove. Luego ésta pasó a Asclepios e Hipócrates y a partir de
entonces, sacerdotes y médicos hebreos, árabes, griegos, egipcios y persas la
practicaron o escribieron sobre ella. Entre los más ilustres representantes de
esta disciplina se cita a Pitágoras, Platón, Aristóteles, así como a Zoroastro.
Por todo ello Ficino anima a sus más cercanos a practicar esta clase de
medicina y considerarla una joya intelectual y talismán de la memoria cargado
de un poder verdaderamente saludable'.
Esa es la Medicina que practican otros hermetistas como Cornelio
Agrippa y Paracelso, tal y como ellos mismos quieren dejar bien
entendido.(...) Esta ciencia consiste en el conocimiento de un sistema
complejo y pormenorizado que relaciona nuestro cuerpo, y en concreto cada
órgano humano, con su estrella. Pues siendo el mundo 'una inmensa red de
analogías', un todo ligado por corrientes sutiles que descienden, ascienden y
se interfieren, es lógico pensar que cada persona está, por esa corriente,
vinculada a su planeta y a su ámbito celeste"(1).
Catalina de Medici es la última descendiente directa de
Cosme y Lorenzo el Magnífico, y que por avatares de la vida, no sólo
llegaría a ser reina de Francia, sino la persona que más influyó en la
construcción cultural del país galo hasta el punto que Francia no puede hablar
ni de su arquitectura, ni del diseño de sus jardines, ni de las artes
escénicas, el ballet, los museos (como el Louvre), la Biblioteca Nacional, la
industria de la perfumería, la cocina o las sedas sin decir que fue esta dama
italiana, quien introdujo todo ello en Francia, como vamos a poder ver.
Pero volviendo al talismán debemos comenzar por explicar
cómo fue construido, y para ello debemos hablar de la columna astronómica que
Catalina mandó edificar en su palacio y a la que se accedía desde sus propias
habitaciones privadas, para contemplar el cielo y realizar sus ritos, siendo
varios los amigos astrónomos que subían con ella a dicho observatorio, por
ejemplo Cosimo Ruggieri que había llegado con ella de Italia a
Francia, en aquel gran séquito con el que su tío, el papa León X, la había
entregado en matrimonio al segundo hijo de Francisco I.
Otro de los que la acompañaban a la torre era Jean Farnel, que
ejercía como médico de la Casa Real, y el cual sabía calcular, mediante
extraños aparatos que al parecer él mismo construía, las distancias entre las
estrellas y comprobar con total precisión los movimientos celestes observando y
estudiando los efectos que éstos tenían sobre las cosas, en especial en el
cuerpo humano y sus humores. Con esos datos conseguía los antídotos y venenos
que eran menester usar para controlar dichas energías, equilibrarlas y de ese
modo favorecer la salud sobre la enfermedad.
Jean Farnel es autor de varios tratados sobre Medicina, uno de
ellos es: De naturali parte medicinae, el cual está compuesto por
siete libros, cada uno con siete capítulos, uno por cada uno de los planetas
tradicionales. En ellos hace una descripción del cuerpo humano, la forma de
conservar su salud y su relación con las energías celestes y terrestres.
Algunos dicen que fue él (otros que Nostradamus), el creador del
talismán a la reina con el que ésta atraía hacia sí las energías estelares
positivas y saludables, al tiempo que alejaba o neutralizaba las maléficas.
Dicho talismán es un medallón ovalado hecho mediante una aleación de metales
fundidos en momentos astrológicos precisos, cuando los planetas de los que
derivan dichos metales se encuentran haciendo trígono u otra figura
potencialmente benéfica. Este medallón, tanto en el anverso como en el reverso,
está totalmente repleto de inscripciones, símbolos y nombres cabalísticos y
mágicos pertenecientes a las energías intermediarias.
En una de sus caras se encuentra Júpiter bajo palio y a
sus pies el águila, el ave que lo representa, siendo éste un modo de invocar su
justicia e inteligencia, condiciones necesarias para todo buen gobernante.
También aparecen caracteres hebreos y signos astrales. Además, en esa misma
cara, hay un extraño personaje con cabeza de animal sosteniendo un espejo
frente a sí.
En la otra cara se encuentra representada la diosa Venus,
desnuda y en una grácil postura. Porta una esfera o manzana, en una mano, y en
la otra parece que un peine. La rodean un tupido número de símbolos y trazos
geométricos, entre los que se distinguen los signos con que se representan
distintos aspectos de Venus, tanto los que aluden a su belleza como a su
inteligencia. Asimismo se leen los nombres de los ángeles Hagiel (que significa inteligencia de Venus), Haniel, Asmodei o Anael,
nombres que designan a las entidades angélicas así como a las del inframundo,
siendo las unas el reflejo de las otras, pero en distintos planos.
El talismán
de Catalina de Medici se encuentra en la Biblioteca Nacional de París, junto a
sus libros, aquellos que adquirió para dar inicio a dicha biblioteca, como se
dijo. También tenía un brazalete con una gran turquesa en la que se puede ver
el grabado de un dragón alado y los nombres de los arcángeles Gabriel, Rafael,
Miguel y Uriel.
Notas