sábado, 25 de mayo de 2019

HERMETISMO Y EDUCACIÓN INFANTIL. LECCIONES DE HERMES A SU HIJO TAT

 "Nadie presume que una estatua o una pintura pueda haber sido  hecha sin escultor o sin pintor ¿y esta creación habría venido a ser sin su Creador? ¡qué ceguera! ¡qué colmo de ceguera! ¡qué impiedad! ¡qué colmo de irreflexión! Nunca vayas a separar, Tat, hijo mio, las obras creadas de su Creador".

Fuente de la cita: Poimandrés. Discurso de Hermes a Tat. Traducido para la Revista SYMBOLOS Arte - Cultura - Gnosis, por Federico González y José Manuel Río.
http://www.symbolos.com/corpus00.htm

Foto: Mª Ángeles Díaz



#revistasymbolos #programaagartha #pinacotecasimbolica #lamemoriadecaliope #federicogonzalez #bibliotecahermetica #teatrodelamemoria #tradicionhermetica



viernes, 24 de mayo de 2019

Baelo Claudia. La Ciudad Desconocida



Al sur del sur, en lo que fue la Bética, se encuentra Baelo Claudia, llamada la Pompeya Andaluza, una de las primeras ciudades romanas fundada allá por el siglo II a.C. en la Península Ibérica.

Situada a orillas del mar, en una preciosa bahía en forma de copa, y protegida por altos riscos y espesa vegetación, la ciudad de Baelo Claudia comenzó hace unos años a emerger imponente y majestuosa a medida que avanzaban las excavaciones y la restauración de sus altas columnas. Que en la actualidad aparecen como colosos que resistieron al tiempo para ser implacables testigos de una realidad histórica que fecundó a través de sus dioses y su concepción del mundo, el espíritu de esta tierra.

Todas las fotos de este post corresponden a Baelo Claudia, Cádiz


Si nos ponemos mirando al mar, el diseño de la ciudad recuerda a el de Cartago Nova y la ciudad de Tárraco. Una suave pendiente que se desliza hasta la playa de tal manera que desde el punto más alto se tiene una amplia visión del mar y del entorno terrestre, que aún hoy en día sigue estando constituido por un tupido bosque de encinas que recuerda al visitante lo que ,llegó a ser toda esta zona de la Bética.

Vemos en la parte baja del entramado de Baelo Claudia, construcciones que pertenecieron a las empresas de salazón que aquí existieron, justo como sucede en Ampurias, mientras que  en la parte alta y ocupando el centro de la ciudad, se encuentran los denominados templos capitolinos, es decir tres templos juntos, en honor a la triada de dioses común a todas las ciudades romanas, o sea el templo de Júpiter, en el centro, y a sus costados el de Minerva y Juno.



No puedo evitar subir los 132 escalones del templo central, el de Júpiter, que es además el mejor conservado. Es emocionante comprobar que 22 siglos después de su construcción aún puede distinguirse el lugar donde se encontraba la estatua del padre de los dioses. Asimismo se ve aflorado el teatro, una construcción que no falta en ninguna ciudad romana importante.

Junto a estos tres templos, pero en la misma calzada, vemos otro santuario, éste dedicado nada menos que a Isis, la venerada diosa de Egipto, esposa de Osiris y madre de los iniciados en sus misterios, una imagen siempre bella de la Sabiduría.

Me pregunto por qué un templo a Isis junto a la tríada capitolina. Sin duda existió una fuerte relación entre Baelo Claudia y los puertos del Oriente Mediterráneo, especialmente Alejandría, donde estuvo tan extendido el culto a esta deidad en época helenística. 
Mª Ángeles Díaz



jueves, 23 de mayo de 2019

SOR JUANA, UNA HERMETISTA DEL SIGLO DE ORO HISPANOAMERICANO


"Yo no estimo tesoros ni riquezas, 
y así siempre me causa más contento 
poner riquezas en mi pensamiento 
que mi pensamiento en las riquezas".
Sor Juana Inés de la Cruz

“Las últimas poesías significativas del Siglo de Oro español fueron escritas por una mujer, la única poetisa importante de la tradición renacentista. Y lo que puede asombrar a algunos es que no se escribieron en España, sino en el virreinato de la Nueva España, o sea en México”. (1)

Sus escritos llegaban a España editándose en Sevilla, Madrid y Barcelona. Y sus obras teatrales representadas en distintos escenarios españoles. 

Ver: Sor Juana Inés de la Cruz. Musa Novohispana 


(1) Georgina Sabat de Rivers. El «Sueño» de Sor Juana Inés de la Cruz:tradiciones literarias y originalidad. Támesis Books Limited. London 1975. Biblioteca Cervantes.


sábado, 18 de mayo de 2019

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ. MUSA NOVOHISPANA.




Si algo puede decirse con total rotundidad acerca de Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, es que sintió una pasión irrefrenable por el conocimiento anidando en su alma, ya desde muy niña, aquella fuerza irresistible que también decía sentir Sócrates, que le incitaba a conocer todo lo que ignoraba acerca de la máquina del Universo, por lo que hizo de las ciencias y del estudio, una escalera por cuyos peldaños ascender a vislumbrar algunos de aquellos misterios. 
"Yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar (que fuera en mí desmedida soberbia), sino sólo por ver si con estudiar ignoro menos...
"Sor Juana supo conciliar los saberes de la cultura náhuatl y los proporcionados por los clásicos europeos, todo lo cual ella integra en una bella y sabia combinación que le sirve para rescatar lo universal y explicar con ello la nueva realidad a la que se le estaba dando forma, una edad de oro o renacimiento que se conoce como periodo Novohispano en el que ella fue la máxima exponente, y eso lo demuestra el hecho de que se la haya llamado Fénix de América y Décima Musa.

Nació el 12 de Noviembre de 1648 en San Miguel Nepantla, en el Virreinato de Nueva España, actual territorio de México. Hija de una dama criolla, Isabel Ramirez, y de un capitán español, Pedro Manuel de Asbaje y Santillana, se nutrió de dos culturas a través de las cuales aprendió a indagar en las cosas que rigen y ordenan el Cosmos, siendo ella misma fruto inequívoco de aquellos dos mundos que dieron lugar, durante el barroco hispano, a una cultura nueva en la cual ella fue la luz.

Su primera obra la escribió en náhuatl, pero también lo hacía en español y latín, ya que sus libros se editaron en Madrid.

Desde muy joven debido a sus dotes y preparación fue reclamada en la Corte del virreinato como dama de compañía de la virreina la cual se convirtió en su amiga y mecenas, donde participaba en las tertulias literarias en las que la poetisa novohispana brilló por encima de todos.

Sin embargo cuando por su edad debía decidirse por un matrimonio, tenía unos veinte años, decidió, por honestidad con ella misma, vivir como monja y de ese modo poder continuar con sus estudios, tal y como hacían muchas mujeres europeas, que encontraron en esos espacios creados por la Iglesia, una forma de independencia.

Primero estuvo en un convento de carmelitas que a los tres meses dejó por su rigidez, para entrar en las jerónimas, que tenían una regla mucho más abierta. Recordemos que las primeras jerónimas no eran monjas de clausura ni mucho menos, sino que fueron aquellas mujeres de la nobleza romana que conformaron el "Círculo de damas del monte Aventino" que son las que ayudaron a Jerónimo a traducir la Biblia. Por cierto que una de ellas era Paula, a cuya memoria se debía el nombre del convento en el que vivió Sor Juana Inés, quien desde su celda ya nunca dejó de estudiar y escribir, y de tener una vida de relación epistolar con todos los universitarios e intelectuales de su época.

Los temas que abordó incluyen el teatro, comedias, autos sacramentales, poemas, villancicos, mitología, teología, astronomía, matemáticas, historia, pintura, medicina, cocina..., pues no había rama del saber que quedara al margen de su interés.

Consiguió reunir en su amplia celda más de 4.000 volúmenes, conformando la biblioteca más importante de su tiempo. También poseyó toda clase de aparatos científicos, de medición, astronómicos, instrumentos musicales, mapas, pinturas, etc.

Siguiendo el impulso de esa fuerza arrolladora que únicamente puede venir de un poder superior, no sólo estudiaba en los libros, sino que todo a su alrededor se le volvían letras y claves de una ciencia que en todo se expresaba. Así le cuenta por carta a una amiga sus  experiencia filosóficas en la cocina, citando a Lupercio Leonardo que decía que "bien se puede filosofar y aderezar la cena".
"Pues que os pudiera contar, señora, de los secretos naturales que he descubierto estando guisando; ver que un huevo se une y se fríe en la manteca o aceite y por el contrario se despedaza en almíbar..." 
También le escribe, en referencia a un periodo en el que le fueron prohibidos los libros, lo siguiente:
"...aunque no estudiaba en los libros, estudiaba en todas las cosas que Dios crió, sirviéndome ellas de letras, y de libro toda esta máquina universal. 
Y en otro párrafo:
“Estaban en mi presencia dos niñas jugando con un trompo, y apenas yo vi el movimiento y la figura, cuando empecé, con esta mi locura, a considerar el fácil moto de la forma esférica, y cómo duraba el impulso ya impreso e independiente de su causa, pues distante la mano de la niña, que era la causa motiva, bailaba el trompillo; y no contenta con esto, hice traer harina y cernerla para que, en bailando el trompo encima, se conociese si eran círculos perfectos o no los que describía con su movimiento; y hallé que no eran sino unas líneas espirales que iban perdiendo lo circular cuanto se iba remitiendo el impulso”
Sus obras son numerosas, las que en estos momentos estamos consultando son:
"El Divino Narciso"  y "Primero Sueño", y en ellas Sor Juana nos habla del dios de las Semillas, Xiuhtecuhtli, y asimismo de las luces del Evangelio para recordar al fin que "El hombre, pese a sus muchas limitaciones, tiene la centella del intelecto que participa de la divinidad".

Finalizamos citando a una autora que resume muy bien lo que esta hermetista del renacimiento español representa en la historia de las letras hipanas de su época:

“Las últimas poesías significativas del Siglo de Oro español fueron escritas por una mujer, la única poetisa importante de la tradición renacentista. Y lo que puede asombrar a algunos es que no se escribieron en España, sino en el virreinato de la Nueva España, o sea en México” (1).

*Mª Ángeles Díaz. La Mujer en la Filosofía Hermética.


Referencias:
*Iberoamérica. Divulgación científica 
*Jorge Sánchez Hernández, autor del óleo (fragmento).


(1) Georgina Sabat de Rivers. El «Sueño» de Sor Juana Inés de la Cruz:tradiciones literarias y originalidad. Támesis Books Limited. London 1975. Biblioteca Cervantes.

https://dmiventana.blogspot.com/2019/05/sor-juana-una-hermetista-del-siglo-de.html

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martes, 14 de mayo de 2019

ARTE NOVOHISPANO Y LA PRESENCIA DE LA BIBLIA


San José y el niño. Arte Novohispano. Escuela Cuzqueña


"Cuán desnudas estarían las paredes de nuestros museos despojadas de las obras de arte que ilustran, interpretan o aluden a temas bíblicos. Cuánto silencio habría en nuestra música ocidental, desde el canto gregoriano hasta Bach, desde Haendel hasta Stravinski y Britten, si suprimiéramos las versiones de textos bíblicos, las dramatizaciones y los motivos. Lo mismo vale para la literatura ocidental. Nuestra poesía, nuestro drama, nuestra ficción serían irreconocibles si omitiésemos la continua presencia de la Biblia". 

George Steiner Un Prefacio a la Biblia Hebrea. 

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domingo, 12 de mayo de 2019

APOLO DE DELFOS. Viaje Mágico-Hermético a Andros. Una Aventura Intelectual

Cuando se visita el museo de Delfos,  una pieza que llama poderosamente la atención es una cabeza de Apolo, que recuerda a las figuras egipcias. Es de marfil, oro y plata y tiene la mirada más luminosa que jamás se ha visto en una estatua, con los ojos húmedos. Dicen que es a causa de una resina, aunque los análisis que se le han practicado no han podido concluir qué es lo que tiene en esa mirada, y en cualquier caso lo que importa es apreciar la «viveza» luminosa de esos ojos, cuya luz te llega directa al corazón. Quienes esculpieron este magnífico busto sabían muy bien qué entidad estaban representando: nada menos que a Apolo, dios de la Luz inteligible, siendo además esta talla no la de cualquier Apolo, sino el de Delos, la isla que le vio nacer.


Mª Ángeles Díaz. “Viaje Mágico-Hermético a Andros. Una Aventura Intelectual”. Libro Editado por SYMBOLOS.
#pinacotecasimbolica #viajeandros

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jueves, 9 de mayo de 2019

LO EXOTÉRICO Y LO ESOTÉRICO. PROGRAMA AGARTHA


Todos los símbolos sagrados, tanto los expresados por la naturaleza como los adquiridos por los hombres mediante revelación divina, ya sean éstos gestuales, visuales o auditivos, numéricos, geométricos o astronómicos, rituales o mitológicos, macro o microcósmicos, tienen una faz oculta y una aparente; una cualidad intrínseca y una manifestación sensible, es decir, un aspecto esotérico y otro exotérico. 

Mientras el hombre profano –que es tal por su estado caído– únicamente puede percibir lo exterior del símbolo, pues ha perdido la conexión con su origen mítico y su realidad espiritual, el iniciado más bien procura descubrir en él lo más esencial, lo que se encuentra en su núcleo interior, lo que no es sensible pero sí inteligible y cognoscible, la estructura invisible del cosmos y del pensamiento, su trama eterna, es decir, lo esotérico, que constituye también el ser más profundo del hombre mismo, su naturaleza inmortal. 

Al tomar contacto e identificarse con esa condición superior de sí mismo y del Todo, constata que signos y estructuras simbólicas aparentemente diversas son sin embargo idénticas en significado y origen; que un mismo pensamiento o idea puede ser expresado con distintos lenguajes y ropajes sin alterarse en modo alguno su contenido único y esencial; que las ideas universales y eternas no pueden variar aunque en apariencia se manifiesten de modo cambiante. 

El cosmos, la creación entera, contiene una cara oculta: su estructura invisible y misteriosa que lo hace posible y que es su realidad esotérica, pero que al manifestarse se refleja en miríadas de seres de variadísimas formas que le dan una faz exotérica, su apariencia temporal y mutable. En el hombre sucede lo mismo: el cuerpo y las circunstancias individuales son 10 las que constituyen su aspecto exotérico y aparente, siendo el espíritu lo más esotérico, lo único Real, su origen más profundo y su destino más alto. 

Si los cinco sentidos humanos son capaces de mostrar lo físico, la realidad sensible, ese sexto sentido de la intuición inteligente y la mirada interna que se adquiere por la Iniciación en los Misterios permite Ver más allá; da acceso a una región metafísica en la que los seres y las cosas no están sujetos ya al devenir ni signados por la muerte. Esa visión esotérica identifica al hombre con el Sí Mismo, es decir, con su verdadero Ser, su esencia inmortal de la que se percata gracias al Conocimiento y al recuerdo de Sí. 

Mientras lo exotérico nos muestra lo múltiple y cambiante, lo esotérico nos lleva hacia lo único e inmutable. 

Con una mirada esotérica, que se irá abriendo gradualmente en nuestro camino interior, iremos comprendiendo y realizando que el espíritu del Padre, su Ser más interno, es idéntico al espíritu del Hijo. Esta conciencia de Unidad es la meta de todo trabajo de orden esotérico e iniciático bien entendido. Hacia Ella se dirigen todos nuestros esfuerzos; en Ella ponemos nuestro pensamiento y nuestra concentración interior. 

Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Federico González y Colaboradores. Revista SYMBOLOS 25-26. (ISBN 84-86695-59-7 ISSN 1562-9910). 
http://introduccionalsimbolismo.com/Programa_Agartha.pdf
Imagen: Beato de Liébana, códice medieval.


martes, 7 de mayo de 2019

LAS TRES GRACIAS. PROGRAMA AGARTHA. PINACOTECA SIMBÓLICA



Hesíodo dice en su Teogonía que a Zeus: "Eurínome, hija de Océano, de seductora belleza, le dio las tres gracias de bellas mejillas: Aglaia, Eufrósine y la encantadora Talía. Cuando miran brota de sus ojos el amor ¡Bellas son las miradas que lanzan bajo sus cejas!" 

Efectivamente, esas tres hembras han sido identificadas como Belleza, Amor y Placer. Esparcen alegría por doquier e inundan los corazones de los hombres. Viven en el Olimpo en compañía de las Musas con las que suelen cantar bellísimas melodías y también acompañan a Apolo cuando éste tañe su lira. 

Se las suele representar como tres jóvenes desnudas unidas por los hombros; generalmente dos de ellas miran en una dirección, y la del medio, en la dirección opuesta. Han tejido el velo de Harmonía y son compañeras de Atenea, Afrodita, Dioniso y Eros; podemos invocarlos a todos ellos con confianza.  Séneca se ha preguntado en el De beneficiis 

"Por qué son tres las gracias, por qué son hermanas, por qué se cogen de la mano" y se contesta: "Por el triple ritmo de la generosidad, que consiste en dar, aceptar y devolver", agregando: "como gratias agere, significa 'dar las gracias' (agradecer); las tres fases (de esta operación) deben estar encerradas en una danza, como lo están las Gracias; el orden de los beneficios requiere que sean dados en mano pero que regresen al donante". 

Para los cabalistas cristianos del Renacimiento este símbolo expresaba las emanaciones celestes que los dioses envían a la tierra, las que producen una inspirada vivificación en los seres, o conversión, a partir de la cual éstos las devuelven (o se elevan) hacia su lugar de origen. Se describe, pues, un recorrido triangular y se retorna al principio. Debe aquí tenerse en cuenta la identidad entre la figura del triángulo y el círculo y su uso indistinto, aunque hay una superioridad del primero respecto al segundo (32 = 9).

Federico González y Colaboradores. Revista SYMBOLOS, Arte-Cultura-Gnosis, número: 25-26. ISSN 1562 9910




jueves, 2 de mayo de 2019

LA DIVINA PROPORCIÓN. LA UTOPÍA MATEMÁTICA DE LUCA PACCIOLI Y LEONARDO DA VINCI



La Divina Proporción, es una obra del matemático hermetista Luca Pacioli, con ilustraciones de Leonardo da Vinci, pues ambos eran buenos amigos y participaban de una misma forma de contemplar el mundo.

Luca Pacioli, cuando presentó el libro en la Corte de Ludovico Sforza, en Milán, explicó que el motivo que le había llevado a dar dicho título a su tratado se debía a las numerosas correspondencias de semejanza entre dicha proporción y Dios mismo. Y como ejemplo de ello resumió para su audiencia cuatro de esas correspondencias comenzando por la unidad:
La primera es que ella es una sola y no más, y no es posible asignarle otras especies ni diferencias. Y dicha unidad es el supremo epíteto de Dios mismo, según toda escuela teológica y también filosófica.
La segunda correspondencia es la de la Santa Trinidad, es decir, que, así como in divinis hay una misma sustancia entre tres personas –Padre, Hijo y Espíritu Santo–, de igual modo una misma proporción se encontrará siempre entre tres términos, y nunca de más o de menos, como se dirá.
La tercera correspondencia es que, así como Dios no se puede propiamente definir ni puede darse a entender a nosotros mediante palabras, nuestra proporción no puede nunca determinarse con un número inteligible ni expresarse mediante cantidad racional alguna, sino que siempre es oculta y secreta y es llamada irracional por los matemáticos.
La cuarta correspondencia consiste en que, así como Dios nunca puede cambiar y está en todo, Él en todo y todo en todas partes, de igual modo nuestra proporción es siempre, en toda cantidad continua y discreta, grande o pequeña, la misma y siempre invariable, y de ninguna manera puede cambiar ni de otro modo puede aprehenderla el intelecto, como nuestra explicación demostrará.
Pacioli transmite, con su Divina Proporción, un legado fundamental que consiste en una visión sobre las cosas, es decir, una «perspectiva» de la Filosofía Perenne consignada a través del número y la matemática.

Federico González, quien nos sigue conduciendo y haciéndonos comprender en qué consiste esta línea hereditaria, nos dice ahora:

Las fuentes, o el legado recibido por Pacioli, se deben fundamentalmente al Timeo de Platón –como él mismo lo dice, y donde encuentra expresada la «división de un segmento en media y extrema razón»–, los Elementos de Euclides (en cuya proporción VI-XXX se encuentra su formulación, que él en su texto repite), los cuales tradujo y publicó en Venecia en 1509; también la Arquitectura de Vitruvio y la influencia del neoplatonismo de la academia florentina, y desde luego el propio Pitágoras.
Es evidente que Leonardo da Vinci y Luca Pacioli amaban las matemáticas y admiraban la máquina celeste, el macrocosmos reflejado en el microcosmos. Sobre los desarrollos de los sesenta dibujos de los cuerpos regulares que Leonardo realizó para la Divina Proporción, Pacioli, en una epístola de 1509, escribe a Pietro Soderini lo siguiente:


“Incluí en él esquemas hechos por la mano de nuestro Leonardo da Vinci, para serlo más instructivo a la vista”.

En la Divina Proporción se explora la vía matemática del intelecto y por ello en su discurso ante el Moro, una vez expuesto el porqué del título de su obra, Pacioli se vincula a Platón, a Euclides, a Nicolás de Cusa, a Vitruvio, a Boecio y por supuesto al propio Leonardo, al que se refiere de forma amistosa como «su compatriota florentino».

A Pacioli se le revela la Cosmogonía y el Orden Universal a través del número, los pesos y las medidas, y así lo comprende Leonardo. Por eso, como señala Federico, al abordar el tratado sobre las matemáticas de Pacioli, se ve que:
Su Divina Proporción es una utopía que se da a conocer mediante la expresión matemática, y por lo tanto una de las más claras en su exposición de la visión esotérica-hermética en la que el hombre como microcosmos está integrado en la creación y constituye todo un orden armónico, de arquitectura matemática (y musical). De esta manera es como a Pacioli se le revelan las formas cosmogónicas, puesto que el interés que había desarrollado por este modo del intelecto le había hecho, por ello, el matemático más destacado de su tiempo, y teniendo en cuenta que en su discurso al duque presenta a la divina proporción poco menos que como magia, lo cual involucra a toda la matemática y a todas las proporciones ya que esta ciencia enseñada en sus libros se transforma en teúrgia como debía suceder en vivo y directo desde la época en que la entregara al Moro. En verdad su libro puede verse también como un tratado de matemática, y de hecho de arquitectura. En la voz de su autor: 'Como se ha dicho, las ciencias y disciplinas matemáticas se encuentran en el primer grado de la certeza y las siguen todas las ciencias naturales; y sin el conocimiento de aquéllas se hace imposible entender bien ninguna otra ciencia. Igualmente está escrito en la sabiduría que omnia consistunt in numero, pondere et mensura, es decir, que todo aquello que se encuentra distribuido por el universo inferior y superior se reduce necesariamente a número, peso y medida'. (Facebook de la Autora)

Viaje Mágico Hermético a Andros. Una Aventura Intelectual
Mª Ángeles Díaz
SYMBOLOS, Octubre, 2014
ISBN: 978-84-617 - 1445-2

ISSN 1562-9910




miércoles, 1 de mayo de 2019

DEMÉTER. SÍMBOLOS Y RITOS DE LA DIOSA MADRE.


Regina Vasorum, una hidria del siglo IV a. C., que además de su espectacular belleza es una fuente iconográfica única sobre los Misterios de Eleusis.


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BIBLIOTECA HERMÉTICA LA MEMORIA DE CALÍOPE
https://bibliotecahermeticaebook.blogspot.com/


Este artículo se publicó en el número 27-28 de la revista SYMBOLOS Arte Cultura Gnosis, bajo el título: EN POS DE DEMETER. Para esta edición se han incorporado nuevas imágenes como ésta fabulosa hidria.

(Facebook de la Autora)

lunes, 29 de abril de 2019

LA BIBLIOTECA DE FRANCIA. OTRA OBRA DE CATALINA DE MEDICI


Signo de Leo en un manuscrito astrológico editado en 1501 y firmado por Hakin (Abu Ma'sar Ga'far), escrito en árabe el cual se encuentra en la Biblioteca Nacional de Francia, siendo de dominio público.

Todo indica que es uno de los manuscritos que Catalina de Medici hizo llevar a Francia, conformando así una Biblioteca admirada en todo el mundo. Así hablaba de ello uno de sus contemporáneos, el historiador Palma Cayet (1525-1610):
La reina madre es digna de elogio por haber hecho investigar antiguos manuscritos estuvieran en la lengua que fuera, con los cuales ha aumentado y dado honor a la biblioteca del rey [Francisco I] logrando que sea la más bella del mundo
Hilarión de Coste  (1595-1661), es otra fuente que nos explica que él mismo fue enviado por esta reina hermética a Florencia en busca de libros y manuscritos de su bisabuelo Lorenzo el Magnífico. Y aún más, resume todas las obras de arquitectura que realizó en Paris donde esta reina hermética llevó el Renacimiento.
No puede menos de elogiarse en la madre de Enrique III la elegancia de sus modales, y un amor ilustrado a las ciencias y las artes. Hizo trasladar a Francia desde Florencia una parte de los preciosos manuscritos que su bisabuelo Lorenzo de Medici había adquirido cuando la conquista de Constantinopla. Por su orden fueron construidos el palacio de las Tullerias, el Soissons, los castillos de Monceaux y Chenonceaux, y otros muchos edificios notables por un género de arquitectura, de cuyos verdaderos principios no había por aquel tiempo en Francia ni aun idea.
Por todo ello Catalina de Medici estuvo en el punto de mira de quienes veían en el estudio de los astros, en la realización de cartas astrales, en la composición de medicamentos, en la fabricación talismanes, etc., un acto de brujería y nigromancia. Y bajo esa acusación tuvo un proceso en el que fue condenado a muerte uno de aquellos astrólogos amigos suyos, Cosme Ruggieri, al que Catalina consiguió salvar,  aunque tuvo que exiliarlo. Fue en esos años de exilio, dedicados a la escritura, cuando el sabio produce un tratado sobre los calendarios. Mª Ángeles Díaz "La Reina hermética de Francia". 





1 Chronologie.
2 Diccionario Biográfico y Universal de las mujeres Célebres.








domingo, 28 de abril de 2019

LA LUNA, REFERENCIA CELESTE EN LA TIERRA


El ser humano siempre, y en todas las tradiciones, ha observado las fases de la luna, el movimiento del sol en el año y los ciclos reiterados de los astros. Lo que hoy constituye una ciencia, la Astronomía, nunca estuvo separada de la simbólica y la mitología siendo en todos los pueblos las referencia celeste que ubica a la humanidad en el plano terrestre y en el centro del Cosmos, como la pieza fundamental capaz de perfeccionar, por su propia voluntad y su libre albedrío, la obra misma del Creador.

“el arte tradicional no es un "juego", nos dice Guénon, …lo que constituye el fondo mismo de todas las artes es principalmente una aplicación de la ciencia del ritmo en sus diferentes formas, ciencia que se relaciona ella misma directamente con la de los números; y por otra parte debe entenderse bien que cuando hablamos de ciencia de los números no se trata de la aritmética profana tal como la entienden los modernos, sino de aquello cuyos ejemplos más conocidos se encuentran en la Cábala y en el Pitagorismo, y cuyo equivalente existe también en todas las doctrinas tradicionales, con expresiones variadas y con desarrollos más o menos extensos. 

Y de Plinio el Viejo es la siguiente cita:
“Ahora bien, les gana en admiración a todos el último de los astros, el más familiar para nuestras tierras y el que fue descubierto por la naturaleza para remediar las tinieblas: la luna. Multiforme y ambigua, fue una tortura para la inteligencia de sus observadores, que se indignaban de que el astro más próximo fuese el más desconocido, siempre creciendo o menguando, unas veces con su faz curvada en forma de cuernos, otras veces partida justamente por la mitad, otras redondeada en círculo; llena de manchas y de pronto resplandeciente; inmensa en su plenitud total y de repente reducida a nada; unas veces pernocta, otras veces, sale tarde y durante parte del día ayuda a la luz del sol, y otras está eclipsada, pero es visible a pesar del eclipse (ya que a final de mes se oculta y no parece que entonces esté en ese trance). Además, está alta o baja, pero tampoco esto conforme a una misma ley, sino que unas veces está cercana al cielo, otras próxima a los montes, o bien elevada al aquilón o descendida hacia los austros. Estas singularidades suyas fue Endimión el primer hombre que las advirtió; por eso cuenta la tradición su amor por ella. (…) (Plinio el Viejo, Historia Natural. Libro II, 9, 41)
-La Luna en el Tarot de los Medici de Florencia
-La Cita de Guénon: Melanges.
-Cita de Plinio: Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Federico González Frías


sábado, 27 de abril de 2019

SOBRE LA INICIACIÓN Tomado del muro de Francisco Ariza

Federico González y Francisco Ariza 



Dice Federico González en El Simbolismo Precolombino a propósito del rito de la iniciación que:

La muerte a un plano de conciencia –tal vez pudiera decirse, a un grado de experiencia– y la resurrección a un plano mayor, en cuanto más amplio y universal al menos, están íntimamente ligadas a la idea de destrucción del pasado, de fin de las imágenes conceptuales del hombre viejo y renacimiento a otro mundo, el del hombre nuevo; y también con ideas de trabajo, disciplina, orden, sacrificio –que viene de sacrum facere, de hacer sacro–, o mejor, de autosacrificio, en relación con las pruebas que deben sortearse y vencerse en los ritos de iniciación y que obligatoriamente han de vivirse no sólo en la mera superficialidad, sino en la interioridad de la conciencia, para estar efectivamente en el camino del Conocimiento, de la intuición inteligente percibida de manera directa, es decir, para ser un iniciado o tener algún grado de iniciación”.

En algunas tradiciones se dice que “cuando el discípulo está preparado aparece el maestro”, y uno se pregunta qué querrá decir “estar preparado” sino precisamente lo que expresa aquí Federico. ¿Y el maestro? En realidad hay una misteriosa identidad entre el maestro “externo” y el maestro “interno”. Una vez se “reconoce” al primero, el segundo hace su aparición en lo más recóndito del corazón, y se convierte en el “jefe” de tu mansión interna, es decir en su piedra angular, o “clave de bóveda”, o sea que “Yo soy tu”, que es esa identidad, la que permite la posibilidad real de trascender “por lo alto” la individualidad y de conocer los estados suprahumanos.

No negar, ni mucho menos “matar” esa individualidad, sino transmutarla, que es muy distinto, pues todos los elementos que la componen han de participar de ese festín de la Inteligencia al que somos invitados, nunca obligados, pues la libertad interior, por decirlo de alguna manera, es un canon de la iniciación al Misterio. La cadena de unión humana está engarzada simultáneamente con la cadena de unión suprahumana, mítica. ¿Qué diferencia esencial existe entre Hermes, o Hiram, y quienes transmiten, y reciben, su Palabra y su Arte? 
"La Obra de Federico González" de Francisco Ariza
Editorial Libros del Innombrable


viernes, 26 de abril de 2019

JOHANN REUCHLIN Y LA DEFENSA DE LOS LIBROS HEBREOS



Johann Reuchlin en un vitral del antiguo Museo Reuchlin, en  Pforzheim, Alemania, realizado por Fritz Geiges, famoso pintor sobre vidrio. La vidriera fue destruida en un ataque aéreo en 1945,  junto con el museo. La imagen es del archivo de la editorial "De Man Holzboog".

Johann Reuchlin nació en Pforzheim (1455-Bad Liebenzell o Stuttgart, 1522), pertenece a la Cadena Áurea de Occidente. Filósofo, humanista, fue uno de esos sacerdotes de la Iglesia verdadera que tuvieron que enfrentarse a una acusación por parte de la Inquisisión alemana.

Los antecedentes de esta acusación los podemos situar en 1500, cuando un judío converso que había sido rabino, de nombre Pfefferkorn, sostiene que muchos libros hebreos, y en especial el Talmud, contenían grandes herejías. Las autoridades eclesiásticas decidieron entonces que sólo la Torá y aquellos textos que superaran el examen podrían conservarse, el resto debía arder en la hoguera. 

Persuadido por este inquisidor, Maximiliano I promulgó un mandato oficial por el cual se exhortaba a todos los judíos a entregar sus libros en las distintas vicarias donde permanecerían retenidos hasta su inspección. Pero Maximiliano I no estaba convencido de ejecutar la orden, y por ello antes de tomar la última decisión solicitó la opinión y consejo de una serie de expertos. 

Entre ellos estaba Johann Reuchlin que fue el único en oponerse, aduciendo que quemar aquellas obras era una barbarie, alegando, además, que en muchos de aquellos libros judíos se encontraba la esencia del Cristianismo, por lo que esos textos, y en concreto el Talmud, contrariamente a lo propuesto por el inquisidor Pfefferkorn, debían ser no sólo conservados, sino estudiados adecuadamente con el fin de captar en ellos la verdad "de nuestra religión". 

Reuchlin añadía, además, que el hebreo es imprescindible para un estudio filológico de la Biblia y una grandísima ayuda para su comprensión. Por último señala que en cualquier caso siempre debe primar el derecho de las personas a las propias convicciones, en este caso las del pueblo judío que a fin de cuentas no eran sino conciudadanos. 

Como era de justicia y en sintonía con su propio convencimiento, Reuchlin habló de la concordancia de las religiones y especialmente de las tradiciones del libro, el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Seguía en todo a Nicolás de Cusa y a Ramón Llull. En todo ello prácticamente aludió a lo mismo que su amigo Pico de la Mirandola, según hizo constar en su alegato que se publicó bajo el título alemán: Gutachten über das Jüdische Schriftum, y Augenspiegel, en la edición italiana. 

Reuchlin le defendió Juraj Dragisic, de Srebrenica (Bosnia), un joven erudito, también sacerdote platónico y excelente jurista, pues nada menos que había colaborado con Bessarión en una obra en Defensa de Platón.
 
Juraj Dragisic, contratado por Lorenzo de Medici. también fue el defensor de Pico de la Mirandola, después de que éste también fue acusado de haber cometido herejía en algunas de sus 900 tesis, con las que había desafiado en duelo dialéctico a los más doctos representantes de la curia y de la universidad. 

Mª Ángeles Díaz.  
Los Corresponsales de Marsilio Ficino y el entorno femenino de la Academia platónica de Florencia.
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