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sábado, 2 de marzo de 2024

DIONISO. LA EMBRIAGUEZ DIVINA. Mª Ángeles Díaz



Dioniso o Dionisos es otro de los grandes dioses venerados en todo el mundo grecolatino quien pasó a ser conocido también con el nombre de Baco. Su culto se extiende por todas las regiones del Mediterráneo aunque es Nisa el lugar que se da como lugar de su nacimiento. Sin embargo esta ciudad de Nisa no deja de ser sino un lugar mítico ubicada tanto en el Parnaso, como en el Helicón, en Delfos, Eleusis, Tebas, Eubea y otras varias regiones. En realidad se dice que el nombre de Nisa proviene de Dio-Niso o Nisa Divina, como la llama Homero en una de sus rapsodias(27), es decir que estas diferencias en cuanto a los lugares de su nacimiento, designan sitios donde este dios era venerado por ser uno de sus dioses fundadores,(28) como lo era Deméter, ambas deidades completamente impregnadas de un simbolismo vinculado con los distintos aspectos de la agricultura, a la que nos hemos referido como agricultura celeste, pues no sólo es la semilla al salir a la luz haciendo florecer los campos lo que anuncia el regreso de Perséfone sino que una estrella, la más brillante de la constelación de Virgo llamada Spica (Espiga) aparece en el cielo anunciando el acontecimiento de la Primavera. Y otra estrella de la misma constelación, Vindemiatrix, asciende en el cielo justo en el momento en que las uvas ya están a punto para ser cosechadas. Es por eso que el nombre popular dado a esta estrella es "la vendimiadora."

Dionisos es un dios inabarcable, sus múltiples nombres, referidos a sus otros tantos aspectos, así lo ponen de manifiesto. Como a Deméter, a él también se le construyeron numerosos santuarios, constituyendo las fiestas celebradas en su honor grandes acontecimientos populares que repartidos a lo largo del año, igualmente ordenaron el calendario romano entreverando el ciclo anual de alegría y divertimento. Aunque con el tiempo, y a medida que se fue perdiendo el sentido profundo y espiritual que estos actos festivos tenían, la propia desproporción del festejo fue acabando definitivamente con ellos, especialmente los conocidos como Bacanales, unas fiestas nocturnas trienales en las que al principio solo participaban mujeres, entre otras cosas porque Dionisos es el dios que con más fuerza representa el espantoso y cruel trance de los partos, cuando el dolor y la sangre se mezclan con el amor y la luz. Es este un brete por el que todo ser humano pasa siendo esa madre que pare la que da al niño tanto la vida como la muerte, ya que ambas nacen al mismo tiempo con cada uno de nosotros. Es por eso que las Ménades, compañeras de Dionisos, tanto secuestran, persiguen y atemorizan a los infantes como los alimentan.

 Con el tiempo este rito de las Bacanales terminó por sucumbir a la exageración, degenerando de tal modo que llegaron incluso a ser prohibidas por las leyes romanas. Sin embargo esta degeneración populista y exotérica en la que cayó Roma tras haber perdido el sentido trascendente y universal representado en sus dioses, en cuanto que son aspectos de la Unidad, no impidió que los misterios simbolizados por Dionisos-Baco continuaran irrigando el alma de los pueblos influidos por el dios, y por consiguiente que la doctrina iniciática y sapiencial representada por él continuase. Los Centros consagrados a Dionisos representan un importantísimo eslabón de la cadena iniciática de Occidente, pues se trata de un dios directamente injertado o enraizado en la tradición Primordial, siendo Orfeo, el rapsoda mítico, a quien se debe la creación de los ritos destinados a invocarlo.

 Orfeo, a quien perfectamente puede identificarse con Dionisos, es el impulsor de los Misterios dionisíacos, del mismo modo que el Pitagorismo supuso una nueva readaptación de estos misterios, por otro lado conocidos desde siempre, de ahí que las iniciaciones debidas a Dionisos sean llamadas igualmente órficas. Se trata aquí de sendos ejemplos que documentan los cambios y renovaciones periódicas a los que se ha visto abocaba la tradición para renovar su mensaje, conservándose siempre en la tradición emergente lo más esencial de aquella a la que sustituye. Hijo de la musa Calíope, la de los cantos sagrados, Orfeo recibió la lira de Apolo quien a su vez la recibiera de Hermes, componiendo con ella la música y la danza que servirían para invocar a Dionisos. Pues es así con danzas circulares y ritmo frenético, los llamados ditirambos, como se celebra al dios. Las mismas danzas y giros se hacían en torno al trono de Deméter.

 Podríamos decir que tanto la tradición de Dionisos como la de Deméter, suponen un nudo o lazo que religa los ancestrales cultos y misterios y prefigura las nuevas grandes formas que ha ido adoptando la tradición iniciática de Occidente para continuar vehiculando a través de sus ritos, mitos y símbolos, el Conocimiento espiritual. Nos referimos claro está al Judaísmo, el Cristianismo y a la Masonería. En especial existen en relación con la diosa de las espigas y el dios del vino, un vínculo evidente con los misterios de la Eucaristía que instituyó Jesús mediante el pan (cuerpo) y el vino (sangre-espíritu), ambos productos vegetales naturales, pero elaborados y fermentados por el fuego.

 Dionisos-Baco a quien como a Jesús también se le atribuyen prodigios de mutar el agua en vino,(29) cuenta con numerosas leyendas; una de ellas, la más difundida, es aquella que le hace vástago de Zeus y de la princesa Sémele, hija del rey Cadmo de Tebas. Cuenta esta leyenda que Zeus cautivado por la belleza de la mujer quiso que ésta concibiera un hijo suyo. Un día, cuando aún no se había cumplido el tiempo de gestación, Sémele, influida malévolamente por Hera, pidió al dios que se manifestara ante ella con todo su esplendor. Zeus accedió y la madre de Dionisos quedó inflamada con las llamas que su olímpico compañero despedía.

 "Pídele –le dice la diosa a Sémele– que con toda la grandeza y la gloria que tiene cuando Juno (ella misma) lo recibe, con las mismas te dé sus abrazos vistiéndose con sus galas distintivas."(30)

 Antes de que Sémele ardiera totalmente, Zeus tomó al hijo del vientre de la madre y se lo implantó en su muslo donde él mismo acabó de gestarlo. Es por eso que Proclo en su himno al Dios dice:

 "Cantemos un ditirambo a Dionisos porque procede de dos casas: de la de Sémele y la del muslo de Zeus."

 Autores modernos que relatan este hecho quieren encontrar en él un paralelismo con el nacimiento de Atenea, diosa parida por la cabeza del propio padre Zeus; sin embargo, este hecho se explica teniendo en cuenta que para los antiguos egipcios la Osa Mayor era llamada la constelación del Muslo lo cual corrobora la idea de que Dionisos es un dios primordial. René Guénon se refiere a este hecho extraño diciendo que esta leyenda según la cual el nacimiento de Dionisos se produce después de haber sido gestado en el muslo de Zeus,

 "descansa sobre una asimilación verbal de las más curiosas: el término mêros, muslo, ha sustituido a Mêru, la montaña polar, al cual es casi idéntico fonéticamente."(31)

 El Mêru es para los hindúes un monte celeste y mítico además de eje del Mundo, pues representa la parte de la tierra cuya prominencia más se acerca al Cielo. Idéntico significado tuvo para los persas el monte Alborj, o para los hebreos el Sinaí y Moriah, el Qaf para los árabes o el Uluru para los aborígenes australianos.

 Las vicisitudes para que el niño sagrado crezca y se desarrolle no se acaban con este segundo nacimiento ya que Zeus se ve obligado a ocultar a Dionisos a su esposa Hera, por ser ésta, como hemos dicho, tan terriblemente celosa del orden matrimonial. Por lo que Zeus confía al recién nacido a su otro hijo, Hermes, nacido de su relación con la Pléyade Maya. Pues se da la sorprendente circunstancia de que Hermes es el único de los hijos que Zeus tuviera fuera del matrimonio con Hera a quien la diosa estima y el único que incluso alimentó con su propia leche. El encargo que Hermes lleva de Zeus es el de entregar al niño dios Dionisos en los brazos de la hermana de Sémele de nombre Io o Ino, quien tenía un hogar con su marido Atamante y sus dos hijos. Se cuenta que Hermes persuadió al matrimonio para que criasen a Dionisos como si fuera una niña, para que no pudiera ser reconocido por Hera. Aunque es este un hecho simbólico que se relaciona con el carácter hermafrodita de la deidad remarcado en estas palabras que le dedica Ovidio:

 "Porque tú gozas de juventud imperecedera, tú eres el eterno niño, tú bellísimo, eres admirado en el alto cielo, y tu rostro, cuando te muestras sin cuernos, es como una virgen"(32)

Sin embargo la diosa que acaba por enterarse del paradero del niño trama contra éste un plan perverso: volver locos a los dos tutores del pequeño para que sean ellos mismos quienes acaben con la vida de su protegido. Hera no consigue llevar a cabo totalmente su plan pues la pareja, enajenada por la diosa, en lugar de dar muerte al pequeño Dionisos-Baco, mata a sus dos propios hijos.

Hermes siempre atento a la suerte del infante lo rescata y lo entrega a las Ninfas, a quienes deja el cuidado de proteger y educar en adelante al joven dios. Con el tiempo, dice la leyenda, que Dionisos iría al infierno donde ardía su madre, la mortal Sémele, inflamada en las llamas ardientes de Zeus, para liberarla y ya por el hijo convertida en diosa la condujo junto a los inmortales.

 La nutrida mitología en torno al dios es inconmensurable en cuanto a leyendas, todas ellas llenas de múltiples significaciones herméticas de modo que gran parte de los anales de la historia tanto mistérica o iniciática como popular de los pueblos de Occidente podrían ser contados siguiendo las huellas del dios. Orfeo le llama de varias maneras, uno de esos nombres con el que se refiere a Dionisos es el de Lisio Leneo, inventor y protector del lagar;

 "memorable germen, glorioso, deidad liberadora, retoño sagrado y secreto de los dioses, piadoso Baco, nutricio, fecundo, que acrecientas la grata cosecha, y surges de la tierra en estallido, Ineo, vigoroso, multiforme, que te muestras a los mortales como remedio eliminador de las fatigas, sagrada flor, dios de la alegría."(33)

 Los griegos destinaron en su calendario varios días para celebrar este aspecto del dios estableciendo las llamadas fiestas Leneas o fiestas de los lagares y del prensado de la uva, en diciembre, durante las cuales se ofrecían al dios los vinos nuevos.

 A finales de febrero se celebraban las Antesterias o fiestas floridas, en las que se probaba el vino de la última cosecha y se festejaba el regreso de Dionisos de los infiernos donde fue a rescatar a su madre. Estas duraban varios días en los que se celebraban festivales y se realizaba el anteriormente enunciado ditirambo dionisíaco. Rito que consistía en una danza alrededor de un altar en el que había depositado un carnero inmolado al dios. Estos danzantes denominados trasgos, al tiempo que bailaban, cantaban y recitaban. Es así que los cortejos dionisíacos han sido reproducidos en las Bacantes de Eurípides y descritos como incluyendo música, danza, frenesí y exaltación en los ritos campestres en los que se venera a Dionisos como dios de la vendimia.

 Y no sólo la comedia sagrada, la música y los coros tienen en los ritos de Dionisos-Baco su fuente de inspiración, sino que ellos nos sitúan en el inicio del teatro griego y por extensión del teatro occidental. Con el tiempo el ditirambo se realizó tanto en representaciones dramáticas como en comedias. Hoy en día por ditirambo se conoce a las composiciones poéticas inspiradas en un arrebato de entusiasmo y escritas en variedad métrica. Sin duda todo ello tiene relación con la lira de Orfeo y con la idea de contrapunto, como una forma o arte de unir los contrarios. Asimismo la palabra trasgo ha pasado a nuestro vocabulario designando un espíritu travieso y niño, vivo y enredador, todo lo cual le cuadra perfectamente a uno de los aspectos más conocidos del joven dios Dionisos.

 Pero Dionisos es sobre todo el espíritu del vino, es la pasión, el ímpetu y la vehemencia que provoca el vino. Este espíritu de fuego se deja conocer después de que se ha extraído o evaporado parte del líquido de la uva. Todo esto requiere una técnica sublime, pues criar o crear un vino es ver nacer una entidad, y por tanto para una mentalidad sagrada es colaborar con la obra del Creador. En cuanto a los misterios del vino simbolizan el Conocimiento y la doctrina tradicional. Guénon dice al respecto que

 "el vino es a menudo tomado para representar la verdadera tradición iniciática: en hebreo, las palabras iaïn, 'vino', y sod, 'misterio', se sustituyen una a otra, en cuanto tienen el mismo número; entre los Sûfis el vino simboliza el conocimiento esotérico, la doctrina reservada a la élite y que no conviene a todos los hombres, lo mismo que no todos pueden tomarlo impunemente. Resulta de ello que el empleo del vino en un rito confiere a este un carácter claramente iniciático; tal es especialmente el caso del sacrificio 'eucarístico' de Melkisedeq", nombre que en la tradición judeo-cristiana recibe "el Rey del Mundo" cuyos atributos son la Justicia y la Paz.(34) Es así que Deméter, la diosa de las espigas y del pan, alimento principal de los pueblos de Occidente, y Dionisos, dios de la vid y del vino, están presentes en la figura simbólica de Melki-Tsedeq, al que según el Antiguo Testamento se le atribuyen los misterios del pan y del vino. En cuanto a las dificultades para sobrevivir que tiene Dionisos desde su más tierna infancia, señalan uno de los momentos cíclicos en la historia del cosmos entero, prefigurando el arquetipo de otro drama y de otro niño dios también perseguido siendo infante, no por Hera sino por Herodes. Se trata de Jesús, nacido en Belén, la "Casa del Pan", cuya sangre sacrificial, siendo ya hombre, se simbolizó con el vino mientras su cuerpo, símbolo de la doctrina resucitada por él, se simbolizó con el pan.

 Está claro que el espíritu travieso y animoso del vino no a todos sienta bien ni todos pueden tomarlo con impunidad. Recordemos que uno de los epítetos de Dionisos-Baco fue el de dios loco, debido a los efectos que su embriaguez producía. Aunque sabido es que, como lo dice W. Blake, a través del exceso también se puede llegar al palacio de la Sabiduría. No se trata aquí sino de un exceso ritual pues el vino, como las plantas alucinógenas, incluso el tabaco o ciertas pócimas, han sido consideradas por los pueblos tradicionales plantas sagradas capaces de abrirnos aquellas puertas de la percepción de que hablaba Huxley; y por tanto su ingestión ha estado enmarcada dentro del acto ritual. Una vez perdido el respeto a la planta o sobrepasados sus límites, que son las medidas justas que tienen todas las cosas, éstas se vuelven contra aquel que las profana. En cualquier caso es obvio, como dice Walter F. Otto, que sin un poco de locura no hay creación. Así habla Otto de Dionisos:

"es el dios frenético. Por él danzan frenéticas las Ménades. No hay que preguntar por la razón de su trastorno y su fiereza, sino por el significado de la demencia divina. ¡Un dios furibundo! ¡Un dios cuya esencia forma parte de la demencia!",

 

y se pregunta:

 

"¿Qué habrán vivido o visto estos hombres para que una noción tan monstruosa se abriese paso en sus mentes?"

 

Y él mismo se responde que el rostro de cualquier dios auténtico es el rostro de un mundo.(35)

 

Dionisos es el dios alegre, dios del brindis, el dios que abarca todo lo vivo y el que se burla de la mansedumbre y de la entrega resignada a favor de un tipo de decoro establecido socialmente; especialmente este simbolismo pone de manifiesto esa actitud tan característica de ciertas mujeres, afanosas siempre de sus tareas domésticas y poco inclinadas al trabajo interior y a la filosofía. Es por eso que de las mujeres dionisíacas que formaban su cortejo y que se entregaron de forma ritual a su demencia, se decía que por seguirle habían abandonado la esclavitud de la rueca y el telar. Es sin embargo la inteligencia de Ariadna, (una identificación de Afrodita y Deméter y venerada como ellas en ciertos santuarios), inventando la manera de salvar a Teseo de la cárcel que supone el laberinto al que éste entra a matar al Minotauro, la que inspira en el Dios del vino el amor hasta el punto de hacerla su esposa, siendo por esa unión que Ariadna, una mujer mortal, reinará por siempre coronada por su esposo en el Olimpo. Y es así, en forma de diadema como podemos distinguirla en el firmamento; se trata de la pequeña constelación de Primavera conocida como Corona Boreal, porque la forma que tiene la disposición de las estrellas que la integran es justamente la de la diadema de Ariadna.(36)

Marsilio Ficino siguiendo a Proclo y refiriéndose a la doctrina de Dionisio Areopagita (autor de los Nombres Divinos y La Jerarquía Celeste) dice:

 "Nuestro Dionisio expresa su euforia en la embriaguez de este vino dionisíaco. Escancia enigmas y canta en ditirambos. Para penetrar en las profundidades de sus significados, para imitar su forma de hablar casi órfica hay que conocer la furia divina."

 Dionisos, como Hermes con su caduceo, simboliza las dos energías del Cosmos, por tanto los extremos de las cosas, lo femenino y lo masculino, lo oscuro y lo luminoso o el yin y el yang, según el conocido símbolo de la tradición extremo oriental, y por eso mismo también es un símbolo que tiende a resaltar la necesidad de hallar la medida de todo, la justa proporción cuyos sinónimos son equilibrio y justicia. Por eso dicen del vino que tomándolo sin medida consume los nervios, en cambio con templanza reúne las fuerzas perdidas.

Su rico simbolismo, se resume y se reúne en sus dos aspectos polares, lo que representa una enseñanza de lo que significa la necesidad de unir siempre los opuestos, ya que en esa unión es donde de verdad se encuentra la esencia de la deidad.

Los artistas tradicionales, tanto poetas como literatos, así como pintores, escultores, etc. nos muestran la figura de Dionisos adornado con racimos de uva. Otras veces con el tirso, esto es, un báculo al que se le enreda hiedra y que en ocasiones está rematado por una piña(37), siendo ambos vegetales, hiedra y piña, también plantas identificativas del dios. Este tirso sacudido por las Ménades durante los rituales en honor al dios, simboliza el eje en torno al cual se enrosca la hiedra, lo cual lo identifica con el caduceo de Hermes al que también se enroscan dos serpientes.(38) Pero en este caso el tirso es además de ese eje una vara con la que el dios sacude a sus adeptos con el fin de despertarlos de su letargo y conducirlos por el camino de la luz y del Conocimiento (lo cual también comparte con Hermes). Es esta acción belicosa (pero necesaria en determinados momentos del proceso iniciático), de portar el tirso, la que le hace decir a Orfeo que Dionisos lo empuña y que con él va armado y profundamente irritado;(39) cosa que hace que este dios pagano, inserto en la médula del Hermetismo, esté también cercano a la paradoja oriental de las enseñanzas del Zen. Asimismo se representa a Dionisos con dos rostros, de modo que unas veces es un viejo barbado de rasgos ásperos y otras un joven alegre, risueño y sensual.

 Se trata con todas estas representaciones artísticas de resaltar un arte mayor: la enseñanza simbólica vehiculada por el dios que señala lo imprescindible de unir siempre los contrarios, en este caso la experiencia y la sabiduría del Dionisos anciano y el vigor y virginidad del adolescente. Esta imagen de vejez y juventud es precisamente la del perfil del alquimista, que es un puer senex, es decir un niño-viejo.

Existe todavía otra leyenda cretense también muy difundida donde Dionisos es Dionisos Zagreo, quien también aparece como hijo de Zeus pero en este caso engendrado por la secreta unión con Perséfone, su propia hija. En esta versión del mito se cuenta que la esposa de Zeus, Hera, enterada del nacimiento de Dionisos manda a los Titanes para que lo maten. Estos, una vez se apoderan del tierno infante, al que atraen con malas artes abusando de su ingenuidad (pues lo engañan mostrándole algunos juguetes, tales como el trompo, la pelota, el espejo o el juego de tabas), lo descuartizan y se lo comen. Sólo el corazón, dicen algunos textos tradicionales, es recogido por Atenea quien lo entrega al padre, Zeus. Este, terriblemente encolerizado por la fatalidad sufrida, con su rayo fulminante destruye a los titanes hasta convertirlos en cenizas. Se dice que de estas cenizas, que contenían tanto la naturaleza del dios como la de las furias titánicas, nació la presente humanidad, que tiene por eso mismo naturaleza animal y divina. Este mito está muy ligado a los misterios egipcios de Osiris, cuyo cuerpo de dios, descuartizado por Seth es reconstituido por Isis, es decir por la Sabiduría. 


Nota: Este texto es un fragmento de un artículo titulado "En Pos de Deméter", publicado originalmente el la Revista SYMBOLOS, Arte - Cultura -Gnosis, núm. 27-28. "Lo Femenino - La Mujer" Barcelona 2004,  en la época en que la dirigía su fundador Federico González. En la actualidad  se encuentra en la Web de la Librería 2 de Enero   

Una reciente versión más actualizada puede leerse en pdf en el blog de la BIBLIOTECA HERMETICA.COM 


                     

jueves, 1 de febrero de 2024

DEMÉTER Y DIONISO JUNTOS EN LOS RITOS DE ELEUSIS



En este quinto episodio contamos cómo después de veinte siglos celebrándose los ritos eleusinos en honor a Deméter, la diosa madre, y de su hija Perséfone, entraron a formar parte de esos misterios los ritos a dedicados a Dionisos, dios de la vid.

Fue en ese transcurrir del tiempo que la comitiva en honor a Deméter también fue encabezada por una imagen de Dionisos, el cual fue venerado junto a Apolo en otro gran centro iniciático, el santuario de Delfos. De ese modo los griegos celebraban juntas las fiestas de la vendimia y las de las mieses, el trigo principalmente, que junto al olivo conforman los grandes descubrimientos de la agricultura griega y romana (...)

En realidad podría hablarse de un coronamiento de los Misterios Iniciáticos para esa época, cuando Dionisos, el dios que tomará entre los romanos el nombre de Baco, entra a formar parte de las fiestas de Deméter.(...) Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=PkozbcCtnvE


domingo, 14 de enero de 2024

LOS MISTERIOS DE ELEUSIS II. "LAS TESMOFORIAS". Un ritual secreto y otro popular.


https://www.youtube.com/watch?v=gu4GN2alVSs
Episodio 4

El relato sagrado o hieros logos, de la leyenda de Deméter y Perséfone, como ya hemos indicado en episodios anteriores (ver en:• SOBRE LOS MITOS. Deméter los Misterio...  )  no sólo es el eje en torno al cual se realizaban las ceremonias de iniciación a los Misterios de Eleusis, sino que toda la comunidad tomaba también parte de este mito, pues además de los ritos secretos donde sólo participaban los iniciados existían en Grecia otros actos populares que entre otras cosas estructuraban el tiempo y también el espacio, es decir que ordenaban la sociedad con grandes celebraciones en honor a las diosas. Tanto los ritos secretos como los populares estaban igualmente asociados a los ciclos agrarios, que por ser duraciones universales han sido celebrados desde siempre por todos los pueblos antiguos (...)

Una de entre estas fiestas que tenían que ver con la fertilidad y en las que sólo participaban las mujeres, eran las denominadas Tesmoforias que se inauguraban en Atenas todos los años en otoño, después de la siembra, con una romería en la que las participantes actuaban en calidad de legisladoras de la ley de Deméter, lo cual está en relación con el propio epíteto de la diosa que justamente es Tesmóphoros, esto es "Legisladora". Estas ceremonias duraban tres días. El último de luna nueva y total oscurecimiento se vivía como el duelo que representaba el drama del rapto de Perséfone.

 Minuto 3:16 Tesmoforias


Escultura donde aparece Deméter junto 
a Perséfone iniciando ambas a Triptolemo








viernes, 29 de diciembre de 2023

DEMÉTER Y LOS MISTERIOS DE ELEUSIS

https://www.youtube.com/watch?v=e3gCjN9i3A4


Episodio Primero:
https://dmiventana.blogspot.com/2023/12/sobre-los-mitos-demeter-los-misterios.html

sábado, 10 de junio de 2023

A PROPÓSITO DEL GRANADO


El granado es el árbol más bonito de mi jardín, y el que más me recuerda al rico simbolismo que posee en nuestra cultura, asociado al mito de las dos diosas Deméter, la diosa madre, y Perséfone, su joven hija, identificada también con Afrodita. De hecho, la granada es un fruto tradicionalmente presente, por un lado en los ritos matrimoniales, de ahí que las novias en la antigua Roma adornaran su cabello con la flor del granado, y por otro a los ritos funerarios de algunos pueblos del Mediterráneo antiguo.

Con el descenso de Perséfone al reino de Hades para dejarse amar por el dios del inframundo, se une lo dulce con lo amargo, tal cual es el sabor de la granada. El sacrificio de Perséfone, muriendo periódicamente por amor, es idéntico al de la semilla que tras su muerte en las entrañas de la tierra renace y vuelve con Deméter, la diosa del vestido verde, como planta llena de vida. Todo ello es una evocación a los misterios del amor y de la muerte.

De esa asociación simbólica "los humanistas y maestros herméticos del Renacimiento, que recogieron las enseñanzas de Platón y la mitología órfica y greco-romana, hablaban de los misterios del Amor identificándolos con los misterios de la muerte que son, al fin y al cabo, los misterios de la iniciación, y explicaban que morir es ser amado por un dios, y viceversa, que amar era morir y ser muerto por un dios. En realidad se trata de un sacrificio (de un acto sagrado), pues no hay nacimiento a la realidad del Espíritu, es decir al Conocimiento, sin que esto suponga una muerte o superación de las limitaciones propias de lo humano".





Más sobre el tema: https://dmiventana.blogspot.com/2016/03/simbolismo-de-la-granada.html?m=0

Cita: Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Federico González y Colaboradores
 

viernes, 10 de marzo de 2023

PERSÉFONE LA AMADA HIJA DE DEMÉTER

 

Perséfone 🌺, la amada hija de la diosa Deméter 🌾, fue llevada por Hades a su reino, el Inframundo.

Como consecuencia, Deméter, diosa que provee fecundidad a la tierra, cae en una desesperada y profunda tristeza que se traduce en el fin de toda vida vegetal sobre el manto terrestre. 

Ante el peligro que esta esterilidad se vuelva definitiva, Zeus, rey de todos los dioses, determina que Perséfone pasará una parte del año con su esposo, y la otra con su madre. 

Por eso hay épocas del año en que las semillas permanecen bajo tierra como si no tuvieran vida, y épocas en que de ellas brota la belleza exuberante del mundo vegetal 🌱🌾🌷🌴, y con ella, se dota de vida a todo ser viviente. 

La imagen (cuyo autor desconozco) que acompaña este texto, captura el momento exacto en que la ya diosa del Averno, Perséfone, contempla extasiada el fruto de la granada que le ha ofrecido su esposo con el fin de asegurar su vuelta una vez al año a su reino. Cosa que ocurre cuando ésta toma un bocado. 

Este fruto representa a la vez la vida y la muerte, porque:

- al estar henchido de semillas, simboliza esa dualidad de las simientes: enterradas bajo tierra, parecen muertas, pero atesoran toda la vida en su seno.

- su sorprendente belleza interior, cual piedra preciosa, simboliza los tesoros del mundo subterráneo 💎, del corazón de la Tierra, solo al alcance de quien reciba el don de llegar a él, muriendo y volviendo a renacer 🌱.

🤍 Esta página pretende ser un homenaje a esa Belleza interior (que todos atesoramos, como imagen que somos del Cosmos), a través de piezas hechas a mano con conciencia y Amor.

💎 Encontrarás sobre todo MINERALES, esos regalos tan preciados, y tan preciosos, que salen directamente de las entrañas de la Tierra. Que con esfuerzo, con pico y pala, ⛏️ se arrancan y son llevados a la superficie. Imposible no pensar en el duro trabajo del camino del Conocimiento, ese bajar a los Infiernos para renacer, renovado.

🧶 También encontrarás lana, hilo, y quién sabe qué más. Todo lo que nos permita transitar el camino de la creación artesanal con alegría y gozo.

📖 Y, por supuesto, habrá reflexiones para no perder de vista el foco que da origen a esta aventura.




lunes, 8 de marzo de 2021

DEMÉTER Y PERSÉFONE

 

"Seguro que hoy has leído mucho sobre los derechos aún por conquistar de la mujer, y tal vez también algo sobre alguna figura femenina relevante en la ciencia y la cultura.

Para no reiterarnos, en @demeteresencias queremos reivindicar el aspecto femenino del Ser Universal, y lo haremos a través de las diosas Deméter y su hija Perséfone.

Es decir, que queremos volver a la concepción tradicional (entendiendo "tradicional" en referencia a la Tradición Universal) de que lo masculino y lo femenino son dos aspectos de la misma Entidad, y por tanto son complementarios:

🌛☀️ Como la noche y el día, no existen el uno sin el otro.

️ Como el "yin" y el "yang", el uno contiene al otro, y viceversa.

️ O dicho de otra manera, todos participamos de lo masculino y de lo femenino, ya que formamos parte de un mismo Ser.

🌈 Si fuéramos conscientes de esto, ¿tendrían sentido las desigualdades, los enfrentamientos?

Pero volviendo al mito, daremos una breve pincelada sobre el tema, ya que no es este un lugar para largas disertaciones:

🌾 Deméter fue durante mucho tiempo la deidad más importante de Occidente, la Madre que atesora y acuna el saber ancestral e iniciático. La que cultiva la tierra y nos provee los frutos (que equivalen al Conocimiento Verdadero).

🌺 Perséfone, su bella hija, simboliza al Iniciado, y a la Semilla 🌱. Cuando se explica que es secuestrada por Hades, dios del Inframundo, se alude a la imagen del alma del iniciado cuando "muere" para renacer a su nueva vida. O a la de la semilla que, engullida por la tierra, espera su resurgimiento en Primavera.

Por decisión de Zeus, la joven estará la mitad del año con su marido, y la otra mitad con su madre. 🌾🔥 Por eso se explica que Deméter, triste porque no tiene a Perséfone a su lado, deja yerma la tierra durante unos meses. Y, radiante de felicidad cuando están juntas, en Primavera hace brotar las hojas, las flores y los frutos.

Si te interesa el tema, puedes visitar http://www.bibliotecahermetica.com/.../demeter-simbolos-y..., donde@maangelesdiazgarcia habla largo y tendido sobre ambas diosas y su simbolismo".

Este precioso texto es compartido del muro de"Deméter.Sabiduría de la Madre Tierra".

En Instagram: https://www.instagram.com/p/CMLR6LTFM4k/

#femeninoymasculino #deméter #perséfone #mitologia #revistasymbolos #bibliotecahermetica #diainternacionaldelamujer


domingo, 8 de septiembre de 2019

SIMBOLISMO DEL RAPTO ENTRE LOS DIOSES.


Frecuentemente aparecen actos de secuestro en los relatos sobre los dioses y los héroes, se trata siempre de dramas simbólicos y son una forma de explicar el rapto que sufre el alma que es seducida o atraída por el Amor al Conocimiento. Cuanto más inocente y virgen sea esta alma, mayor atractivo tiene para el espíritu ya que así puede modelarla de acuerdo a él mismo y hacer de ella su paredro. No su gemela, sino su esposa, su igual a la que poder inspirarle toda clase de cosas bellas y sorprendentes. Eso mismo se cuenta precisamente acerca de las musas de las que se dice que cuando se apoderan de un alma para inspirarla la transportan a sus moradas donde le enseñan odas y otros poemas que sirven para la enseñanza de las generaciones nuevas.
Arriba El Rapto de PerséfoneAlessandro Allori
sobre estas líneas:
 Mismo tema en los Jardines de Versailles.
Escultura de Girardon sobre dibujos de Le Brun.

El proceso iniciático del alma es asimilado al de la semilla secuestrada por Amor para fecundarla y devolverla de nuevo al mundo trasformada ya en su esposa. A esta clase de amor se refieren precisamente las leyendas que funden a Perséfone con Afrodita-Venus. Esta unión de los contrarios, a veces forzada, señala que ambas partes del ser humano (alma y espíritu) han de vivir juntas el paso por la caverna iniciática. Morir o disolverse juntos para nacer finalmente a su unidad. Es lo que en el Hermetismo y la Masonería se conoce como la realización de las Bodas Alquímicas. Orfeo se refiere a este mito invocando a la bella Afrodita en estos términos


"Venerable compañera de Baco. Que te complaces en las festividades. Propiciadora de las bodas. Madre de los Amores. Manantial de persuasión que se complace en el lecho. Apasionada por los hombres. Vivificadora que a muchos pueblos cautivas por la desenfrenada fuerza de la pasión amorosa".


Perséfone y Dioniso. Pinax o tabla. Locri.

Y en este mismo sentido, la controvertida y mítica poetisa griega Safo, la invoca para que sea su aliada en los temas del amor:

"¡Acude a mí [Afrodita] y líbrame de mis penas, y todo aquello que mi corazón desea que se cumpla, cúmplemelo tú en persona, sé mi aliada! Sólo contemplarte un solo instante y ya ni una sola palabra decir puedo, mi voz se quiebra y un tibio fuego al momento recorre mi piel, con mis ojos nada veo, y sordos tengo los oídos, de arriba abajo el sudor me brota y toda yo tiemblo, más verde que la hierba estoy y sin embargo siento que poco me falta para la muerte".

Este enamoramiento pasional forma parte del viaje iniciático y se experimenta como un tipo de arrebato calificado por algunos maestros herméticos como una locura de amor por el Conocimiento y, como tal, experimentada como ardor intenso en el corazón por lo que ésta sólo ha podido ser comparada a la pasión amorosa. De tal modo es importante ese furor pasional que sin el calor que provoca no hay combustión ni transformación de la conciencia; ese es el sentido simbólico de que Deméter, en calidad de Nodriza, pusiera en el fuego al niño que criaba, el príncipe de Eleusis, primer iniciado en los misterios de la diosa, y a quien ésta quería hacer inmortal como a un dios.

La cultura popular, que si bien no crea sí conserva las tradiciones a través del folklore, ha recogido la idea del rapto simbólico y de las Bodas Alquímicas entre el espíritu y el alma, asociándolas a los cortejos nupciales; es así que en algunos ritos de esponsales incluso se escenifica el rapto de la novia por parte del novio o de algún familiar de éste, que lo hace en su nombre, dando con ello inicio a la ceremonia. Casi siempre amparándose en la noche se produce el secuestro de la mujer para conducirla a su nueva casa, y en ocasiones nuevo pueblo, ritualizando mediante esta escenificación el cambio de estado. Siendo secuestrada, la novia es, con respecto a sus dioses tutelares (es decir los dioses lares y los penates que eran los propios de cada familia y de sus hogares), inocente de haberlos cambiado por otros nuevos, evitándose con esto el enojo de cualquiera de ellos. Hacer traspasar a la recién casada el umbral de su nueva casa en brazos del marido tiene su raíz en esta tradición del rapto que ejemplifica el secuestro sagrado del alma por el espíritu fecundante.



Rubens. El rapto de las hijas de Leucipo de 1616

El arte en la antigüedad, y luego en el Renacimiento, especialmente el pictórico, escultórico, la cerámica, la tapicería, el bordado, etc., se vieron completamente inspirados por este mito del rapto. Hoy podemos ver escenas reproduciendo el secuestro de Perséfone-Proserpina por Hades, el de Europa por Zeus o el de la hermosa Helena (ganadora del primer certamen de belleza) por el príncipe troyano Paris, en los principales museos del mundo. Son escenas representadas sobre lienzos, decorando vasos, fuentes, ánforas, sobre baúles o arcones, así como en otros muchos enseres pertenecientes a ajuares, lo que se advierte al ver que en bastantes de estas piezas se presentan escenas nupciales en donde la novia, engalanada según las costumbres de la época, aparece violentada de alguna manera, bien siendo agarrada por el brazo o directamente viéndose introducida en un carro con el que será conducida a su nueva morada. La tradición popular ha conservado este mito, aun sin comprenderlo en su esencia más profunda, en la costumbre de que los nuevos esposos se retiren de la ceremonia nupcial en una carroza o coche, a menudo tirado por caballos, con el que emprenden su primer viaje de casados, desapareciendo así de entre los suyos para morir definitivamente a su etapa anterior y tornar renacidos inmersos ya en su nueva vida de casados.

La asociación tradicional que hace del matrimonio y de la muerte asuntos semejantes, en el sentido de que ambas situaciones suponen un tránsito a otro estado, también ha quedado arraigada en la memoria popular, ya que en muchos lugares aún se acostumbra a guardar el traje de la boda para el propio funeral. El mismo origen mítico tiene la costumbre de ataviar, como si de una novia se tratase, a la joven fallecida antes de haber sido desposada. E igual equivalente simbólico tiene, entre algunos pueblos americanos y también africanos, la manta nupcial utilizada en el lecho y empleada luego como mortaja.

Perséfone, es un aspecto de la diosa que encarna tanto las energías que descienden del cielo, como aquellas ascendentes que impulsan el crecimiento de la nueva planta; por tanto, además de la semilla, Perséfone simboliza la lluvia que emanando del cielo penetra en la tierra y la fertiliza. De ahí que esta joven diosa sea hija de Zeus, dueño de las nubes y del rayo, y a veces también su esposa, en realidad siempre su contraparte y uno de sus aspectos femeninos.


Luca Giordano. El Rapto de Helena 1680-1683


Este mito violento del rapto por amor, única fuerza capaz de unir a los contrarios, tomado como idea de un amor superior, es compartido por otros muchos pueblos. Por ejemplo, entre los aztecas Xochiquetzal, diosa del amor, la vegetación, las flores y la fecundidad, y esposa de Tlaloc, el dios del agua y la lluvia, también es raptada por el dios del mundo subterráneo para liberarla renovada. Es cierto que esta relación entre las energías celestes y telúricas, simbolizadas por estos mitos, se establecen por intermedio del aire, la lluvia y otras deidades atmosféricas y de la tormenta como el trueno, el rayo o el relámpago directamente ligadas a ellos, y que el viento aparece como trasformador y emisario de la resurrección vegetal, como dice Federico González, pero también aclara que
"de ninguna manera son sólo eso las deidades correspondientes al viento. El aire también transporta el sonido e igualmente el polen y las semillas de las plantas. Pero por sobre todo es el símbolo del espíritu, el aliento o soplo vital, e inclusive de la palabra, y en este sentido debe recordarse al verbo como vehículo creacional y generativo, presente en numerosas tradiciones universales y también mencionado en varias de la América Antigua, especialmente cuando se comprende que ese verbo no es otra cosa que el logos griego. En todo caso, el viento como gestor de la fertilidad de la tierra interviene perennemente en el acto creacional, precediendo a las lluvias que son su consecuencia". Los Símbolos Precolombinos, cap. XVI: "Plantas y animales sagrados". Mª Ángeles Díaz
El Rapto de Europa. Rembrandt

EN POS DE DEMÉTER. Artículo completo en Revista Symbolos Arte-Cultura-Gnosis 27-28
Y en la página de la Librería Dos de Enero, sección Symbolos
En la Biblioteca Hermética PDF, con el título DEMÉTER. SÍMBOLOS Y RITOS DE LA DIOSA MADRE.
http://dmiventana.blogspot.com/2019/01/en-pos-de-demeter-revista-symbolos.html


IMAGEN DE ARRIBA: Alessandro Allori. El Rapto de Perséfone


miércoles, 1 de mayo de 2019

DEMÉTER. SÍMBOLOS Y RITOS DE LA DIOSA MADRE.


Regina Vasorum, una hidria del siglo IV a. C., que además de su espectacular belleza es una fuente iconográfica única sobre los Misterios de Eleusis.


TEXTO COMPLETO
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BIBLIOTECA HERMÉTICA LA MEMORIA DE CALÍOPE
https://bibliotecahermeticaebook.blogspot.com/


Este artículo se publicó en el número 27-28 de la revista SYMBOLOS Arte Cultura Gnosis, bajo el título: EN POS DE DEMETER. Para esta edición se han incorporado nuevas imágenes como ésta fabulosa hidria.

(Facebook de la Autora)

jueves, 8 de noviembre de 2018

LAS TESMOFORIAS, FIESTAS FEMENINAS EN HONOR A DEMÉTER, LA DIOSA MADRE



El relato sagrado o hieros logos, de la leyenda de Deméter y Perséfone, como ya hemos indicado no sólo es el eje en torno al cual se realizan las ceremonias de iniciación a los Misterios de Eleusis, sino que toda la comunidad tomaba también parte, pues además de los ritos secretos donde sólo participaban los iniciados, existían en Grecia otros actos populares que entre otras cosas estructuraban el tiempo y también el espacio, es decir que ordenaban el calendario con grandes celebraciones en honor a las diosas. Tanto los ritos secretos como los populares estaban igualmente asociados a los ciclos agrarios, que por ser duraciones universales han sido celebrados desde siempre por todos los pueblos antiguos. Federico González dice que estos
"ritos agrarios, y en general todos los mitos y símbolos vinculados a la naturaleza (y sus ritmos y ciclos), constantemente la sacralizan al tomarla como la manifestación del Ser y además su esposa, reflejo invertido de la divinidad, en la que ésta se expresa de modo inmanente. En particular están ligados a la ronda de las estaciones: la paralización y anquilosamiento del invierno, el despertar mágico de la primavera, la riqueza fructífera del verano y la melancolía del otoño" .
Los ritos de Deméter, la diosa a la que también se llamaba dispensadora de las estaciones, eran actos festivos multitudinarios que a pesar de que experimentaron ciertas modificaciones a lo largo del tiempo (20 siglos) siempre conservaron dos fases principales: la desaparición de Perséfone y su retorno a la luz.


Unas de las fiestas que tenían que ver con la fertilidad y en las que sólo participaban las mujeres, eran las denominadas Tesmoforias que se inauguraban en Atenas todos los años en otoño, después de la siembra, con una romería en la que las participantes actuaban en calidad de legisladoras de la ley de Deméter, lo cual está en relación con el propio epíteto de la diosa que justamente es Tesmóphoros, esto es "Legisladora". Estas ceremonias duraban tres días. El último de luna nueva y total oscuridad se vivía como el duelo por el drama del rapto de Perséfone. 

Estas ceremonias tenían antecedentes en ciertos ritos egipcios de oscuridad, sequía y de esterilidad de la tierra, en ellas los sacerdotes también celebraban ritos lúgubres para representar el luto de Isis, la diosa viuda de Osiris. En dicho acto sagrado se cubría la cabeza de una vaca con un paño negro, pues sus cuernos son como la tierra una copa baldía de no recibir del cielo la luz y el agua para germinar.

 ***
Fragmento del capítulo: "Un Ritual Iniciático y otro Popular"  de nuestro artículo titulado "En Pos de Deméter", publicado hace unos años. Dejo más abajo los datos de esa publicación y otras anotaciones.

Pintura: Las Tesmoforias, de Lawrende Alma-Tadema (1836-1912).
Vasija griega con una representación de las Tesmoforias Áticas, 550 a.C.
Texto:Mª Ángeles Díaz. En Pos de Deméter. Publicado en el monográfico de la Revista Symbolos. Arte - Cultura - Gnosis, número 27-28. -ISSN 1562-9910- Dedicado a "Lo Femenino, la Mujer".
Se ha citado: Federico González. Los Símbolos Precolombinos, cap. VIII: "La Iniciación". Editorial Kier. Buenos Aires, 2003.

martes, 9 de marzo de 2010

La Intangible Belleza de Kore

Kore. Museo Arqueológico de Atenas, Grecia/ΕΛΛΑΣ

El Museo Arqueológico de Atenas es impresionante. Toda la memoria cultural de la Grecia antigua está contenida en él, incluso hay piezas de lo que no hay ni memoria.

Hoy me quiero detener en la figura, a tamaño natural, de una de las Kore, arquetipo de la mujer joven, que allí hay. Me refiero a la Kore que apareció en la necrópolis de Merenda, lugar cercano a Atenas, y que está alojada en el centro de una de las salas dedicadas al “periodo arcaico”, según la terminología museística.

Todas las Kore llevan el pelo suelto, en bucles, y unos mechones cayendo sobre los hombros a uno y otro lado de la cabeza. Ese es uno de los símbolos que identifican a esta deidad, es decir, a la diosa joven, la muchacha, la doncella que aún no tiene marido; por eso estas estatuas se realizaban para distinguir la tumba de alguna joven fallecida antes del matrimonio, como es el caso de ésta que se hizo para Phrasikleia.

Por el donaire con el que coge su vestido y la caída que éste tiene a lo largo del esbelto cuerpo, se diría que el escultor más que piedra de mármol hubiera tenido entre las manos resina del bosque sagrado de Dodona, o tal vez cera del monte Himeto, materias que fácilmente se ablandan bajo los dedos cálidos del artista.

Enseguida vemos que estamos ante la talla de un refinado cincelador, si bien no podemos olvidar que la característica principal del arte tradicional es que éste es arquetípico y por lo tanto siempre es una imitación de cosas invisibles, que en verdad carecen de apariencia física, aunque puedan tomar las facciones de un modelo o una persona principal.

Si nos acercamos a observar el traje de esta Kore, advertimos que en él hay esculpidos pequeños símbolos geométricos, como esvásticas, el sol, alguna estrella, unos rosetones… Son dibujos tipo naif, sencillos y simples pero claramente geométricos, nada que ver con lo que sería un adorno.

Eso me lleva a pensar en Deméter y su hija Kore (también escrito Coré), ambas diosas de los misterios de Eleusis, de los que se hizo heredero Pitágoras, Platón y los neo-platónicos, es decir la Tradición Hermética. Pienso en los enigmas que aquí hay expresados y que hoy en día aunque están expuestos a la vista de todos pasan completamente desapercibidos a la mayoría.

En este sentido recuerdo aquello que dice Pico de la Mirandola en su Discurso sobre la dignidad del Hombre donde recoge parte del Asklepio y defiende que la Verdad única, revelada a la humanidad a través de los textos cabalísticos, árabes, cristianos, platónicos y herméticos, no están al alcance de todos, y es más, que conviene

“mantener estas cosas escondidas al vulgo y hacerlas accesibles a los perfectos, entre los cuales dice Pablo que la sabiduría habla, no fue producto de una decisión humana, sino una orden divina. Y esta costumbre de los antiguos filósofos la siguieron de una forma muy escrupulosa. Pitágoras no escribió nada, sino unas pocas letras que al morir encomendó a su hija Dama. Las esfinges esculpidas en los templos de los egipcios hacían la advertencia de que se debían guardar los dogmas místicos libres de la violación de la multitud profana, a través de los nudos de los enigmas”.

Dichos misterios permanecen refugiados en el mito y en el símbolo y todas las formas iniciáticas los conservan de un modo u otro para que puedan ser despertados por aquel que consiga hacerlos germinar en su interior, como indica el tierno loto, aun cerrado, que esta Kore sostiene cerca del pecho, y que anuncia, asimismo, su paso de niña a mujer.

Kore es la energía de la juventud y del ímpetu de todo lo que irrumpe en la vida. Diosa que quiere agradar, la encantadora, la de los ojos brillantes y mirada incitadora, la de los cantos alegres, la lozana, la verdadera, la que no necesita artificio. Aquella a la que le gusta adornar su cabello con una cinta de colores, o una diadema de flores.

Precisamente cuenta la leyenda de los Misterios de Eleusis que Perséfone Kore, la hija de Deméter, se hallaba recogiendo un ramillete de flores en el campo cuando se alejó demasiado y el dios del inframundo, no pudiendo retraerse ante su gracia, la arrastró a su reino, del que no pudo salir; coronándola allí como esposa.

Durante nueve días y nueve noches la buscó Deméter desconsoladamente, implorando a Zeus por su hija. Los lamentos y amenazas de Deméter de abandonar la Tierra dejando que ésta, sin su presencia, quedara exhausta y yerma como su propio y afligido corazón, si no tenía pronto a Perséfone con ella, dieron resultado. Pues Hades, el rey de las tinieblas, ante el desgarro de la madre y por atender la petición del propio Zeus, aceptó devolver a Kore -la joven Perséfone-nuevamente a la luz, pero sólo una mitad del año, mientras que la otra mitad la joven diosa tendría que volver al reino del esposo, en las entrañas de la Tierra.

Deméter no tuvo más remedio que aceptar el trato, quizá incluso pensando en no cumplir la promesa de devolver a la hija una vez la tuviera cerca; pero seguramente porque “los misterios del amor son también los de la muerte”, el rey del inframundo se aseguró en dar a Perséfone la dulzura de su amor en forma de unos granos del fruto de la granada, para asegurarse de ese modo el regreso periódico de la amada.

Con este mito sagrado los pueblos del Mediterráneo explicaron la desaparición de la semilla y su regreso a la vida todas las primaveras, después de haber pasado por la putrefacción en la Tierra.

Desde el punto de vista de la Alquimia espiritual existe una analogía entre la muerte de la semilla y su resurrección como planta, puesto que como ella el ser humano tiene la posibilidad de la regeneración si es capaz de abandonar su estado de ignorancia para renacer a la luz del Conocimiento.

Me reconforta recordar que la palabra “Museo” procede de Musa, y es verdad que un museo arqueológico puede ser verdaderamente el mejor templo para invocar a estas entidades y pedir a la madre de todas ellas, Mnemosine, que nos devuelva la memoria, y a sus hijas, que nos pongan en contacto con las energías celestes a través de sus artes, ya que estas disciplinas son las que nos pueden otorgar el impulso poético necesario para “traspasar las puertas de la percepción”.

Será por esta invocación, seguramente, que me viene a la memoria aquel acápite titulado “Arqueología”, que se encuentra en el módulo III del Programa Agartha, donde se dice que visitar un museo arqueológico es, en cierto modo, recuperar el sentido de atemporalidad, y añade

“Un museo arqueológico es en verdad un discurso donde se expresa lo antiguo (éste es precisamente el significado etimológico de arqueología), término que no debe ser confundido con lo viejo y lo caduco; más bien se relaciona con todo aquello que es perenne y que refleja las ideas o arquetipos universales. En este sentido lo antiguo es perfectamente actual.”
Núria M.A.D. Desde mi ventana.


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