El criterio con el que abordamos nuestras biografías tiene un sentido bien definido que se resume muy bien en el siguiente acápice del Programa Agartha:
Hemos estado ofreciendo una serie de escuetas
"biografías" (Heracles-Hércules, Moisés, Hermes, Pitágoras, Platón,
Isis) de "personas", seres o entidades que han encarnado estados
espirituales y necesariamente los han volcado sobre el medio, según era su
destino y su función. No nos interesan de estas historias arquetípicas los
rasgos humanos y anecdóticos ni las valoraciones a que esos enfoques se
prestan. Creemos que son importantes al ser simbólicas, es decir como
reveladoras de determinadas pautas esotéricas, perfectamente asimilables –en
cuanto son ejemplares– al hombre en general, por ser universales y no sujetas
por eso al espacio y al tiempo sino de modo secundario.
Tienen también otra
función: la de ir preparando el camino para el conocimiento y la comprensión de
otra historia, secreta para los que no son capaces de profundizar y establecer
relaciones entre símbolos y se sienten satisfechos con las cómodas e
inverosímiles historias oficiales. La verdadera historia es otra cosa. Y los
occidentales podemos leer en la nuestra como en una simbólica de ritmos y
ciclos, una danza de cadencias y entrelazamientos, no casuales por cierto, y
donde todos y cada uno de los hechos adquieren un significado en la armonía del
conjunto, que se contempla bajo una lectura diferente, bañada por una nueva
luz. Además, y es lo importante, esto es especialmente válido para ser aplicado
a nuestra propia vida, a las anécdotas, aconteceres e historias relativas de
nuestra existencia. Las cuales han de ser consideradas bajo un enfoque
simbólico y nunca como un conjunto de posesiones personalizadas y exclusivas
con las que nos identificamos.
INTRODUCCIÓN A LA CIENCIA SAGRADA, PROGRAMA AGARTHA, DE FEDERICO GONZÁLEZ Y COLABORADORES