El ser humano siempre, y en todas las tradiciones, ha
observado las fases de la luna, el movimiento del sol en el año y los ciclos reiterados
de los astros. Lo que hoy constituye una ciencia, la Astronomía, nunca estuvo
separada de la simbólica y la mitología siendo en todos los pueblos las
referencia celeste que ubica a la humanidad en el plano terrestre y en el
centro del Cosmos, como la pieza fundamental capaz de perfeccionar, por su
propia voluntad y su libre albedrío, la obra misma del Creador.
“el arte tradicional no es un "juego", nos dice
Guénon, …lo que constituye el fondo mismo de todas las artes es principalmente
una aplicación de la ciencia del ritmo en sus diferentes formas, ciencia que se
relaciona ella misma directamente con la de los números; y por otra parte debe
entenderse bien que cuando hablamos de ciencia de los números no se trata de
la aritmética profana tal como la entienden los modernos, sino de aquello cuyos
ejemplos más conocidos se encuentran en la Cábala y en el Pitagorismo, y cuyo
equivalente existe también en todas las doctrinas tradicionales, con
expresiones variadas y con desarrollos más o menos extensos.
Y de Plinio el Viejo es la siguiente cita:
Y de Plinio el Viejo es la siguiente cita:
“Ahora bien, les gana en admiración a todos el último de los astros, el más familiar para nuestras tierras y el que fue descubierto por la naturaleza para remediar las tinieblas: la luna. Multiforme y ambigua, fue una tortura para la inteligencia de sus observadores, que se indignaban de que el astro más próximo fuese el más desconocido, siempre creciendo o menguando, unas veces con su faz curvada en forma de cuernos, otras veces partida justamente por la mitad, otras redondeada en círculo; llena de manchas y de pronto resplandeciente; inmensa en su plenitud total y de repente reducida a nada; unas veces pernocta, otras veces, sale tarde y durante parte del día ayuda a la luz del sol, y otras está eclipsada, pero es visible a pesar del eclipse (ya que a final de mes se oculta y no parece que entonces esté en ese trance). Además, está alta o baja, pero tampoco esto conforme a una misma ley, sino que unas veces está cercana al cielo, otras próxima a los montes, o bien elevada al aquilón o descendida hacia los austros. Estas singularidades suyas fue Endimión el primer hombre que las advirtió; por eso cuenta la tradición su amor por ella. (…) (Plinio el Viejo, Historia Natural. Libro II, 9, 41).
-La Luna en el Tarot de los Medici de Florencia
-La Cita de Guénon: Melanges.
-Cita de Plinio: Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Federico González Frías
-La Cita de Guénon: Melanges.
-Cita de Plinio: Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Federico González Frías
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