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sábado, 24 de febrero de 2018

"El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente". Libro de Francisco Ariza



Un trabajo formidable de investigación que Francisco dedica a Federico González y René Guénon, de quienes aprendió a mirar las cosas desde la perspectiva con la que enfoca la Historia.

Un gusto haber participado de una fiesta gracias a un trabajo bien hecho. Federico, que conoció el libro, se emocionó al leer algunos de sus capítulos. También hubo emoción y magia en esta presentación, desde la sorpresa de tener un escenario de libros donde poder hablar de la Cadena Áurea y de cómo las ideas de una Tradición Unánime han pasado por todas las peripecias para mantener vivo un fuego, el del Amor al Conocimiento y a la Transmisión del mismo, y eso se consiguió. Al menos así lo sentimos en aquel momento y las palabras que se pudieron oír también nos lo hicieron sentir así. Por mi parte ha sido uno de los momentos más bellos de mi vida. M.A.D.

Gracias Hermes, Gracias Fede, Gracias Franc






viernes, 4 de mayo de 2012

La Cruz de Mayo


Patio cordobés, engalanado para acoger la "Cruz de Mayo"


Son muchos los pueblos de la tierra que de forma unánime han celebrado la llegada de la Primavera, que es como decir el renacer de la vida y el triunfo de la luz que ya comienza a emerger tras el solsticio de Invierno.
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Es lógico que todos esos pueblos coincidan en ver en este despertar de la naturaleza la culminación de un ciclo, análogo al desarrollo mismo de la manifestación, y por ello dejen marcado en la rueda de su calendario y en su ordenamiento del tiempo, un espacio significativo, una fiesta, que distinga ese acontecimiento periódico y jubiloso. Un espacio en el que las flores, revestidas de su tenue y a la vez esplendorosa belleza, son el elemento principal capaz de aflorar, seguramente por asimilación empática, la alegría en los corazones de quienes admiran la perfección de sus formas, se deleitan con sus fragancias de múltiples matices o se embelesan con las tonalidades de sus colores. Flores que en definitiva se toman como una expresión de la belleza, que como el maestro Platón advirtió es un reflejo de lo verdadero.

Uno de los balcones

Por ello, desde el punto de vista de la literatura tradicional, los jardines siempre evocaron el paraíso de los poetas, el jardín del Edén, la casa del Bienamado de la que, en realidad, aunque se viaje, se vaya y se venga, uno nunca se ausenta.
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En España son distintas las ciudades que celebran con romerías y procesiones la Fiestas de la Primavera y todas ellas están enraizadas en Roma. Recuerdo las de Murcia (uno de los nombres de Venus), en las que durante un cortejo de carrozas adornadas de flores y guirnaldas es portado el caduceo de Mercurio entre otros elementos paganos. También he tenido ocasión de estar presente en “la festa de les flors”, en Gerona, Cataluña, aunque son célebres en muchas otras regiones de España y de Europa.
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Pero sin duda es en Andalucía, la región al sur de la Península Ibérica, distinguida por el Imperio Romano como La Bética (las otras partes de la división peninsular fueron la Tarraconense y la Lusitania), donde la explosión de las flores luce más vistosa, especialmente por los patios de las viviendas y los balcones de las casas, que cada año compiten en hermosura y que han llegado a constituirse en patrimonio cultural y de atracción de visitantes. Es durante los primeros días de Mayo cuando los patios a través de sus verjas aparecen revestidos de color reclamando la atención del paseante que contempla y participa de la sensación que provocan en el ánimo esas efímeras, pero contundentes, bellezas naturales. Uno, cuando las contempla, como cuando mira el cielo en una noche estrellada, de un modo u otro se pregunta ¡…diantres! ¿Quién las creó?

Una de las muchas cruces tapizadas con flores que pueden verse estos días en muchos pueblos del sur de España. la de la foto está hecha con claveles rojos y blancos la flor más representativa de Andalucía.

Es en Andalucía y en ciertos lugares de Hispanoamérica donde convive, entremezclada con las Fiestas de la Primavera, la Cruz de Mayo, una tradición cristiana que data del año 300 d.C., la cual muestra un periodo de unión entre el pensamiento pagano de la antigua Roma y el Cristianismo, escogido en ese momento por la Providencia para renovar el mundo imaginado.

La Cruz de Mayo es una tradición que consiste en adornar majestuosamente una cruz o realizar con las más hermosas flores, principalmente claveles y rosas, una cruz y depositarla en el medio de un jardín, en una plaza pública o en la puerta de las iglesias, donde todos puedan verla. Se trata de una tradición que conmemora la hazaña de una mujer, Flavia Iulia Helena, madre de Constantino, el emperador a quien se debe el decreto de tolerancia religiosa en un momento en el que los cristianos estaban siendo perseguidos.

El emperador Constantino y la emperatriz Helena, su madre.
Cuentan que Helena, aunque era ya anciana, realizó la primera expedición arqueológica a Jerusalén en pos de rescatar la Vera Cruz, esto es, la verdadera Cruz donde fue crucificado Jesús, para dar testimonio de la presencia en la tierra de aquél del que hablaban los cristianos y cuyas palabras resonaron en el corazón de esta mujer y su hijo, Constantino, el primer emperador romano convertido al cristianismo.
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Por el relato de los historiadores que siguieron sus satisfactorias pesquisas, sabemos que una vez obtuvo la información precisa, de parte de los judíos de Jerusalén, acerca del lugar exacto donde estaba enterrado el sagrado madero, mandó excavar el lugar, “supervisando ella misma los trabajos” que dieron finalmente con el hallazgo de la reliquia.
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Mandó la Emperatriz hacer de la Cruz tres partes. Una fue trasladada a Constantinopla, otra quedó en Jerusalén y la tercera la llevó a Roma para ser conservada y venera en la iglesia “de la Santa Cruz de Jerusalén”, donde la emperatriz es recordada como Santa Elena. Núria 


Moneda con la imagen de la emperatriz Helena, dama que encontró la Vera Cruz


Publicaciones anteriores sobre la Cruz de Mayo en este Blog

El actual post fue publicado con anterioridad en Mayo de 2009, con el título: Viaje a la Bética.
Cruz de Mayo del 2010
Cruz de Mayo en los Pueblos de España

miércoles, 31 de agosto de 2011

Rafael y Tobías. Una Historia Ejemplar


Andrea Verrocchio. Nacional Gallery de Londres

Un amigo que conoce bien los caminos y los montes se ofrece a guiar a un joven  judío llamado Tobías, noble y lleno de fe, que se dirige a la ciudad de Ragués de Media donde su padre, ciego desde hace años, le ha mandado ir a cobrar un capital que tiene allí depositado.

Este compañero conoce el alma del joven Tobías y sabe que éste sueña con encontrar a una bella mujer con la que formar una familia, por eso durante el viaje le habla de Sara, una joven que vive en la ciudad a la que van, la cual además de bonita es inteligente y valerosa, e hija de una honrada familia. Tobías tras escuchar atento al amigo queda ansioso por conocer a Sara y siente que ya se ha enamorado de ella.

Pero existía un grave problema, la joven, aunque aún virgen, estuvo siete veces casada y siete veces el demonio Asmodeo ocasionó la muerte de sus maridos nada más entrar en la cámara nupcial, antes de consumarse el matrimonio.

Durante el trayecto los amigos se detienen a descansar a la orilla del Tigris cuando un pez intenta arrastrar al joven Tobías hacia el caudal de aguas, y a punto está de conseguirlo si no es porque el joven, obedeciendo a su compañero de viaje, agarra al pez hasta sacarlo fuera del agua.

Entonces el amigo guía le dice:

"Tobías abre ese pez y sácale el corazón, el hígado y la hiel. Luego cásate con Sara y una vez estés en la alcoba nupcial echa sobre el quemador de perfumes el corazón y el hígado. Eso ahuyentará al demonio para siempre, y en cuanto a la hiel guárdala pues es un buen medicamento".

Subyugado al conocer a Sara pronto ambos jóvenes se desposan siguiendo el ritual judío. Luego, y antes de llegar ambos al tálamo nupcial, Tobías hace todo cuanto le dijo su compañero de viaje. Y así es como juntos y abrazados despiertan los dos jóvenes en su primer amanecer como esposos. Asmodeo ya no existe.

Ya de regreso a su pueblo en compañía de Sara y portando la plata que había recobrado, más una rica dote de la esposa, el amigo guía vuelve a hablarle a Tobías:


"Adelántate y ve hasta tu padre. Toma la hiel que guardaste y frótasela en los ojos"


Raudo, Tobías hace cuanto le dice el amigo y así logra devolver la vista al padre, quien puede ver a su hijo llegar junto a su linda esposa y una caravana de animales y objetos para su nueva vida.

Tobías cuenta a su padre tolo lo sucedido durante su viaje y éste, después de oír el relato, decide que deben entregar la mitad de todos los bienes que poseen a aquel desconocido que tanta alegría les había dado, y cuyo aspecto es el de un joven corriente, o sea, un hombre sencillo acompañado de un perro fiel.

Y cuando le preguntan:


"¿Quien eres?"

Este responde:


"Yo soy Rafael, que significa medicina de Dios, uno de los siete ángeles que están en la Gloria de Dios encargado de llevar sus mensajes a los hombres"


Y antes de que lo advirtiesen, Rafael ya había desaparecido.

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La historia de Tobías es de las más bellas que pueden leerse en la Biblia y constituye un compendio de la cosmogonía hebrea y de los nombres y números asociados al lenguaje simbólico de la jerarquía angélica, donde los demonios son aspectos contrarios y complementarios de esas mismas entidades.


La escena que recoge este pequeño cuadro es obra de la escuela de Andrea Verrocchio y se corresponde con la instantánea en la que Rafael, bajo el aspecto de un ángel ataviado de elegantes ropajes, se adelanta en el camino junto a Tobías para entregarle, en una cajita que sitúa junto a su corazón, el ungüento que habrá de sanar la vista del padre, de nombre también Tobías, de la tribu de Neftalí.


Mientras el joven Tobías viste a la moda florentina, es decir, tal como lo hacían los jóvenes de la época en que se realizó el cuadro, o sea, Leonardo da Vinci (que aún muchacho, fue quien pintó el lanudo perrito que acompaña a Rafael),  Sandro Boticelli, Lorenzo y Giuliano de Médici, Angelo Poliziano o cualquiera de aquellos que se acercaban a la escuela de Verrocchio para estudiar la técnica pictórica y comentar entre ellos los nuevos libros de Filosofía Hermética, Neoplatonismo y Cábala Cristiana, que Marsilio Ficino acababa de traducir y que circulaban de unos a otros, y cuyas ideas, sin duda, inspiraban sus obras. Núria.





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lunes, 15 de junio de 2009

Lucena, la Perla de Sefarad

Estas son algunas huellas del pasado judío de Lucena, la "Ciudad de los poetas del Talmud", expuestas en una sala del museo arqueológico de la ciudad Cordobesa.

La carretera que lleva a Lucena desde Córdoba cruza por una inmensa campiña marcada por el relieve de suaves colinas que se pierden a la vista. Estamos en pleno Corazón de Andalucía.
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En esta mañana soleada del mes de mayo la luz brillante hace tornasoles en los vigorosos cultivos de maíz, cebada, trigo… que se extienden, alineados en filas de soldados, en todas las direcciones.
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La fuerza de la Primavera se deja notar también en el borde de la calzada. De pronto es la sangre del mítico Gerión vencido por Hércules, la que tiñe la tierra de amapolas, luego el poder germinal de la flor amarilla, el jaramágo, cambia el retal de un paisaje o de una tenue ladera.
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¡Qué hermosa es esta tierra domesticada por la agricultura desde la época de los tartesos, los fenicios y los griegos, quienes supieron ver en esta “espesura selvática” de “corpulentos árboles poblada”, como describieron Tito Livio o Estrabón a estas tierras de la Bética, que tanto el olivo como la vid crecían espontáneamente.
Había estado por aquí en época de verano, cuando esta tierra generosa ha donado ya sus frutos o pinta los cultivos de dorado y maduro, lo que hace que los campos aparezcan agotados, confundiéndose el turista de ciudad que ante este aparente aspecto yermo no reconoce que la campiña ya entregó, a su justo tiempo, las dádivas de la cosecha.
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Presto mucha atención a este entorno de vistas amplias recordando las palabras y comentarios de ilustres personajes del pasado, o de discretos viajeros que han estado por aquí. En todos ellos destaca idéntica admiración a esta inmensidad que sólo encuentra límite en la línea del horizonte, que en esta época enmarca a un cielo inundado de luz clara.
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Pero especialmente me emociona pensar que este es el camino que emprendían los poetas del Talmud cuando iban a Eliossana, nombre hebreo de Lucena, ya que entre los siglos IX y XII la ciudad a la que me dirijo estuvo habitada exclusivamente por judíos manteniendo en ella la escuela talmúdica más importante de España, a la que acudió el propio Maimónides y de la que salieron algunos de aquéllos judíos que se establecieron en distintos lugares de España y el sur de Francia, formando otros parte de la famosa Escuela de Traductores de Toledo, que tan fundamental ha sido para la cultura judía, cristiana y musulmana.


No sin razón Eliossana, fue conocida entonces como “la ciudad de los poetas” extendiéndose su fama por todos los centros judíos de Europa y el Mediterráneo, que dieron a Lucena el título de“Perla de Sefarad”.

El pueblo judío ha sido un pueblo muy castigado a lo largo de la historia y también aquí, después de siglos de florecimiento, tuvo que vivir su ruina


Del propio Abraham ibn Ezra es este cantar amargo que describe el final de Lucena por los montaraces almorávides.
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"¡Ay! Cayó sobre Sefarad el mal de los cielos,
un lamento se cierne sobre Occidente,
por ello tiemblan mis manos.
Mis ojos, mis ojos manan lágrimas.
El llanto de mis ojos cae como manantial por la ciudad de Eliossana;
libre de tachas, pura, allí moró la cautiva comunidad,
sin cesar hasta cumplir la fecha de mil setenta años;
pero llegó su día, vagó su gente y ella quedó como viuda,
huérfana de Ley,
sin Escritura,
sellada la Misná,
el Talmud estéril se tornó…."
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Crónica de Viaje publicada también en DIARIO LITERARIO DE VIAJES con fotos complementarias.



domingo, 9 de noviembre de 2008

Viaje a Ampurias, Puerta de Entrada de la Cultura Clásica en Hispania

Ruinas de Ampurias (Empúries), en la costa catalana

Siguiendo las rutas simbólicas por la Geografía y la Historia de Cataluña, y después de haber visitado Tárraco y Centcelles , la Cova d’en Daina y la ciudad ibérica de Ullastret, Francisco Ariza nos conduce en esta ocasión a Ampurias (Empúries), un bellísimo paraje en la costa mediterránea que se convirtió en el primer asentamiento griego dentro de la Península Ibérica, y podríamos incluso decir que también allí en Ampurias se estableció, simultáneamente con Tárraco, el primer enclave romano. Es decir que Ampurias, fue la puerta de entrada de la Cultura Clásica en Hispania.

Una ciudad cuyos restos comenzaron a emerger hace justamente un siglo gracias a los datos aportados por ciertos historiadores, arqueólogos y arquitectos como Puig y Cadafalch, que se ocuparon de ubicar el enclave.

Al reportaje fotográfico del viaje a Ampurias he añadido algunas frases, entrecomilladas, pronunciadas por Francisco Ariza durante la visita guiada que tuvo lugar ayer, y que como las anteriores rutas simbólicas ha sido patrocinada por el Centro de Estudios de Simbología de Barcelona.
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"Hay ciudades que han jugado un papel crucial en la historia de los pueblos y las civilizaciones, que no olvidemos constituyen organismos vivos. Ampurias es una de esas ciudades, y su elección por parte de aquellos comerciantes griegos venidos de la lejana Focea respondió en gran medida a la posibilidad de realizar ese imaginario mítico que les nutría desde antiguo, es decir de establecerse en una tierra que de algún modo ya les era familiar pues formaba parte del paisaje de su propia geografía espiritual".
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Al nordeste aparece Sant Martí de Empúries, la pequeña isla (más tarde unida a la costa por un istmo) a la que arribaron los primeros pobladores griegos. En este mapa se distinguen claramente la ciudad griega (junto al mar) y la ciudad romana, mucho más grande.


“El primer lugar escogido para establecerse fue una pequeña isla, cercana a la costa en la desembocadura del rio Fluviá, cuyos sedimentos dejados a lo largo de más de dos mil años fueron haciendo desaparecer poco a poco la isla, uniéndola finalmente a tierra firme. A esa ciudad la llamaron Palaiópolis (que quiere decir “Ciudad antigua”) y desde la Edad Media recibe el nombre de Sant Martí de Empúries, la cual ha tenido su papel histórico en la gestación misma de Cataluña. Palaiópolis fue el germen originario de lo que sería Ampurias, que se comenzó a edificar al lado mismo de la ciudad antigua. Gracias a ese establecimiento la cultura clásica fue introduciéndose poco a poco en Hispania, pues Ampurias no era un punto comercial más en el Mediterráneo, sino que también fue un centro cultural de primer orden”.

Estela funeraria de un guerrero íbero, su lanza aparece recogida en espiral. Museo de Ampurias



“Efectivamente los iberos toman contacto con la cultura griega a través de Ampurias, y de ella reciben determinados conocimientos relacionados con las distintas artesanías, los nombres y atributos de sus dioses (que los íberos reconocen en los suyos propios), o las técnicas arquitectónicas, sin las cuales no se entenderían las ciudades íberas amuralladas que, como la de Ullastret, eran verdaderas acrópolis según el modelo de las griegas”.

Cabeza de Hermes-Dionisio, hallada en una excavación hace apenas 2 ó 3 años

Vasija cultual griega con símbolos terrestres y cósmicos

Ara romana. Ampurias


"Con toda certeza los griegos que se acercaron a la península ibérica a partir del siglo VIII a.C. conocían ya las leyendas míticas que se habían ido tejiendo desde antiguo por la civilización cretense y micénica acerca de las tierras del Occidente mediterráneo, y más concretamente de Iberia y Tartesos, que ellos conocían. Allí se encontraba el dios Océano, el Jardín de las Hespérides, las Islas Afortunadas, las columnas de Cronos (que después pasaron a ser las de Heracles-Hércules), nacidas de la separación de la tierra y el cielo, el País de los Antepasados, el cual estaba entroncado con la remota civilización atlante. Los viajes de Heracles-Hércules, de Ulises y de Jasón por las tierras del extremo Occidente forman parte de esas leyendas que siempre encierran una realidad concreta relacionada con el acto fundador y civilizador".
Asclepios, o Asklepios (Esculapio en latín). Estatua de gran tamaño encontrada en las excavaciones. Museo de Ampurias



Instantáneas tomadas en el recinto del poblado de Ampurias, durante la ruta simbólica guiada por Francisco Ariza. En ella aparecen algunos de los asistentes en distintos momentos del viaje.



“Aquella colonia griega destinada al comercio (Emporiom precisamente quiere decir “mercado” en griego), se convertiría enseguida en un foco de difusión de esa cultura, es decir en la transmisión de su cosmovisión, expresada a través de su mitos, ritos y símbolos. Por otro lado, ya sabemos que el comercio es una actividad que está bajo el amparo de Hermes-Mercurio y por tanto puede ser también un vehículo de relaciones e intercambios culturales"
"Pero Ampurias también fue la puerta de entrada del helenismo, lo que se vio potenciado cuando se convirtió en una ciudad romana a partir del siglo II a.C. Desde ese momento Ampurias establece una intensa relación comercial y cultural con Alejandría, capital del helenismo, y donde se gestó la gran síntesis cultural que dio nacimiento a la filosofía alejandrina y a la Tradición Hermética. En Ampurias esto se vería reflejado en la construcción del templo dedicado a la deidad greco-egipcia Serapis, que junto con el templo de Asclepios y el de Artemisa, constituyeron a lo largo de los siglos los centros sagrados de esta ciudad bañada por las aguas del Mare Nostrum. Así pues, con la visita a Ampurias continuaremos participando de la memoria de la herencia clásica y pagana, que está en la raíz de la cultura occidental, formando parte indisociable de nuestra propia identidad".


A continuación algunos de los mosaicos de las casas situadas en la parte romana del poblado de Ampurias. Como se podrá apreciar los pavimentos se conservan en un estado inmejorable. También se puede observar la distribución que tenían las casas.




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Foto del grupo tomada junto al mar Mediterráneo, justamente en la punta costera de la antigua isla de San Martín. Primer asentamiento griego en la Península Ibérica.
Ver fragmento de la disertación en este corte de video

martes, 7 de octubre de 2008

Hermes-Mercurio en Los Jardines Renacentistas del Alcázar de Sevilla (IV y Ultima Parte)


Hermes- Mercurio en los Reales Alcázares de Sevilla

Es tan impresionante y bello el edificio de los Reales Alcázares de Sevilla, tanto desde el punto de vista artístico como histórico, que no he podido sino hacer este brevísimo resumen (I, II, III y IV) y apuntar algunas ideas e impresiones surgidas durante mi visita. Sin embargo lo que en esta ocasión me llevó hasta este lugar fue mi interés en sus jardines renacentistas.

Cenador del León

Había oído hablar de los “jardines de ensueño”, jardines simbólicos diseñados por los hermetistas de esa época dentro de una atmósfera intelectual generada por la idea de utopía. Es decir por la idea de que el Jardín del Eden es un estado del alma posible de vivenciar. Mas sólo aquel cuyo amor al Conocimiento supere todo los obstáculos que le ponga el destino, podrá al fin realizar ese estado.

Jardín del Estanque de Mercurio
La literatura universal ha utilizado distintos modos argumentales para explicar este viaje soñado que realiza el amante de la Sabiduría en pos de esta “dama”, y ha comparado el ardor pasional que se siente por alcanzar el Conocimiento, con el de aquel enamorado para quien nada es más fuerte que su amor y su deseo de satisfacer su unión con la amada. Es de esta literatura iniciática y de amor de donde nacen los “jardines de ensueño”, tal y como leo en el libro Las Utopías Renacentistas, de Federico González, obra que me acompaña en el recorrido.

Verjas que comunicaban distintos espacios temáticos del jardín, algunas dispuestas a la salida de laberintos. La sorpresa, en forma de un chorro de agua, o un sonido, también estaba incluída en el juego simbólico.

Los Reales Alcázares, hasta entonces, habían conocido las huertas musulmanas, las albercas de regadío, los naranjos, los jazmines, las fuentes de agua, pero nunca, hasta ese momento, había tenido jardines temáticos. O sea, que sus zonas ajardinadas comenzaron a ser no sólo un remanso de paz, sino a expresar ideas y espacios significativos donde, por medio de estatuarias simbólicas y mitológicas, reflejar el viaje interior que el alma emprende hacia la unión con el Amado, con el Sí Mismo.


Jardín de la Cruz, comunica con el Jardín de las Damas por la puerta de Hércules.

Y es con ocasión de la boda de Carlos V e Isabel de Portugal -cuya belleza pintó Tiziano- cuando comenzaron a transformarse los jardines del Real Alcázar, ya que este enlace dio ocasión al encuentro trascendental entre distintos personajes llegados de Italia a la rica ciudad de Sevilla que se había convertido, gracias a la navegabilidad del Guadalquivir, en el único puerto interior de la península. Pues ya desde tiempos de Alfonso X el Sabio, según él mismo hizo constar en la Primera Crónica General: “Un navío del mar llega por el río todos los días”
Por su parte Ibn Jaldun, (siglos XIV-XV), célebre historiador musulmán descendiente de andalusíes residentes en Sevilla, también comenta que en esa época a la ciudad de Sevilla “llegan barcos de Tánger, Ceuta, Túnez, Alejandría, Génova, Portugal, Inglaterra, Burdeos, Bayona, Sicilia, Gascuña, Cataluña, Aragón et aun de Francia”.
Hasta tal punto el río es fundamental para la ciudad de Sevilla que el nombre de ambos, ciudad y río, se confunden y eso explica que en determinados documentos y mapas antiguos al Guadalquivir se denomine río Sibilie.

Fuente de la Fama. Originalmente esta fuente contaba con un mecanismo hidráulico que hacía sonar los tubos de un órgano al paso del agua. En ella elementos camuflados, convertían la presión en arquerías de agua.
Lo cierto es que todas las crónicas coinciden en que desde la época de Fernando III, Sevilla fue una ciudad de ambiente plural, culturalmente hablando, y cosmopolita, por cuyas calles podían verse gentes de todas partes y donde cristianos, árabes y judíos estaban perfectamente insertados en el entramado de la ciudad.

Como decía, con este enlace matrimonial el gusto italiano llega al conjunto monumental cristiano-musulmán, a través de arquerías de medio punto colocadas sobre columnas de mármol de orden jónico y corintio, montadas sobre pedestales y antepechos abalaustrados también de mármol, piezas que llegan de los talleres de Génova donde han sido labradas.

Pavimento Laberinto

“Puerto y puerta de las Indias”, en 1580 Sevilla, se ha convertido en la ciudad más universal de la Tierra, su población era numerosísima y a su puerto arriban abundantes riquezas de plata y oro del Nuevo Mundo. Todo ello redundaba en la extraordinaria vitalidad de la ciudad andaluza, comparada por los cronistas, intelectuales y humanistas que se daban cita en ella, con la Atenas clásica y con la Roma imperial. Este acontecimiento nupcial, en un momento fructífero para las letras y la cultura hispana, será el que da un ropaje renacentista al Real Alcázar.

Setos recortados formando un laberinto
Como hemos visto la característica principal de los jardines renacentistas no era exclusivamente la de hacerlos un lugar agradable y bello de paseo, sino que éstos se distinguían fundamentalmente porque esas realizaciones artísticas también eran simbólicas, es decir que representaban ideas contenidas en los textos platónicos y en el imaginario griego reactualizado en Italia por la Academia Platónica de Marsilio Ficino, también poeta, quien consideraba que el amor todo lo une pese a que es el furor o entusiasmo poético, y heroico, el que lo descubre.



Fuente de Neptuno. Jardín de las Damas.

Estos jardines simbólicos o “Jardines de Ensueño”, se diseñaban en ciertos festejos y bodas, en forma de juego de suertes, donde a veces se gana y otras se pierde (como en la vida misma). Por ello su temática reproducía ciertos pasajes ordenados, de la iniciación, donde el laberinto, los personajes mitológicos, los cantos de sirenas, los monstruos, las ménades y sátiros y toda clase de dioses y demonios, aparecen para ayudar o enredar en el viaje, que culmina tras atravesar con éxito todo el recorrido, donde en ocasiones se encontraba la novia, o las jóvenes invitadas a la celebración.

Mercurio-Hermes, a la entrada de este jardín sevillano, es el guía del viaje, y por ello, en actitud sensual, nos recibe a la entrada. El juego que nos propone es la unión de los contrarios, cosa que señalan las dos serpientes de su caduceo enroscadas en torno a un solo eje, y la energía del amor y la pasión, el motor para realizarla.



Jardín de los Poetas



En su origen las estatuas y fuentes eran un portento de ingeniería ya que las distintas escenas mitológicas estaban dotadas de un mecanismo hidráulico que las hacía “parlantes”. Y esto es así porque estas figuras emitían sonidos, por medio de la presión del agua. Del mismo modo se oían pájaros, trompetas y muchos otros instrumentos musicales que producían sonidos extraordinarios, y donde sus fuentes al accionarse conformaban bellas arquerías de agua.

De la belleza y artificio de las grutas tenemos esta crónica, no sé si de algún viajero:
“Tienen tan espesos saltadores de agua y canales que parece que llueve cuando los sueltan; haciendo no sólo este oficio tan apacible a los ojos, sino también regalando los oídos con música concertada, que resulta de ocultos órganos con que artificiosamente están todas estas grutas compuestas”.


Jardín de la Gruta Vieja

Ya hablé de las figuraciones de las ménades, es decir danzarinas alegres de Dionisio, el dios del vino y el frenesí, en cuyo honor pámpanos y sarmientos decoran algunas zonas, pero nada dije del montículo de Apolo y las musas, es decir el Monte Parnaso, considerado el paraíso de los poetas, por ser en él donde residen estas nueve hijas de Zeus, bajo la protección de Apolo, el dios geómetra.

Fuente del Signo. Jardín de la Danza

Por cierto que a esas diosas paganas han cantado los más ilustres poetas, entre ellos Homero y Hesíodo, y todo amante del arte ha deseado tener relaciones amorosas con ellas:

“Dichoso aquel que las Musas quiere: dulce fluye de su boca el acento.
Pues si a alguien, con duelo en el alma recién apenada, afligido, se le seca el corazón, y un aedo, de las Musas siervo, las hazañas de los hombres antiguos canta, y a los dioses que el Olimpo poseen, aquél, luego, de sus angustias se olvida, y nada de penas recuerda; pues pronto de los dioses lo divierten los dones.
Salve, hijas de Zeus, el deleitoso canto donadme”

Jardín del Retiro
Del delirio que producen en el alma de quien encarna estas entidades simbólicas, Platón ha dicho en su Fedro que “cuando se apoderan de un alma inocente y virgen, aún, la transportan y le inspiran odas y otros poemas que sirven para la enseñanza de las generaciones nuevas, celebrando las proezas de los antiguos héroes”.

Y sentencia:
“Todo el que intente aproximarse al santuario de la poesía, sin estar agitado por este delirio que viene de las musas, o que crea que el arte (técnica) solo basta para hacerle poeta, estará muy distante de la perfección: la poesía de los expertos se verá siempre eclipsada por los cantos que respiran un éxtasis divino”.
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Grabado de la utopía "El Sueño de Polifilo", de Francesco Colonna, antecedente literario de los jardines Simbólicos o "Jardines de Ensueño".
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Se señala como antecedente literario directo para estos jardines: “Hypnerotomachia Poliphili” o sea, “el Sueño de Polifilo” de Francesco Colonna, un libro hermético, mitológico y pagano escrito de forma criptogramática donde se relata el sueño iniciático de Polifilo, quien inflamado de pasión y amor por la ninfa Polia, la Sabiduría Universal, de la que Polifilo está profundamente enamorado y entregado a su amor, decide, en sueños, emprender un viaje a través de todo tipo de pruebas que afronta con la fuerza de su amor.


Escultura ricamente ornada y labrada por el escultor Diego de Pesquera y fundida por Bartolomé de Morel, donde Hermes-Mercurio aparece cubierto únicamente por una capa que le deja medio desnudo y en postura un tanto femenina, lo que alude al carácter hermafrodita de la deidad.

Este "Diario Literario de Viajes", de Núria , consta de las siguientes partes: