Los pueblos cuyos calendarios hemos heredado crearon no sólo
su tiempo, sino también el nuestro, y lo hicieron con parámetros muy
elaborados, teniendo en cuenta todas esas concordancias y jerarquías cósmicas.
Y así designaron sus grandes días, y nuestros días festivos. Federico González,
que ha estudiado en profundidad el tema de los calendarios, los define como
“Arte y Ciencia de la Memoria Cósmica y Ciencia de los Ciclos y los Ritmos”*. Y
por ello los señala como auxiliares poderosos de la iniciación para aquel que
ha penetrado en la mecánica celeste.
Por ejemplo, muchos sabemos que el conocimiento ancestral
del calendario maya guiaba la existencia de esos pueblos desde el momento de su
nacimiento, de modo que todas las etapas de la vida estaban bajo la su
influencia. Estos constructores de pirámides astronómicas llevaban varias
cuentas calendáricas, de 365 días las más importantes. Leer completo: "El Simbolismo del Carnaval".
Los libros de horas fueron, en su momento, las ricas agendas de muchos nobles, aunque eran verdaderos libros de memoria, memorias del tiempo, las estaciones, del ser de las horas, de los días, los meses.
Las láminas iluminadas que acompaño pertenecen al “libro de horas” que encargó Juan I, duque de Berry (1360-1416), al taller de los hermanos miniaturistas Limbourg, que consiguieron crear el más bello de los manuscritos iluminados, tal y como está considerado por los expertos.
Homo signorum o El hombre anatómico, u Hombre zodiacal.
Conocer a los antepasados a través de sus libros, muchas veces criptogramáticos, sus biografías misteriosas y a veces hasta oscuras. La idea es ir abriendo puertas en el sendero iniciático. Son maneras de vivir la energía viva del pasado. Una utopía que nos pertenece y que está ligada a nuestro presente por medio de la cadena áurea de testificación.
Fue Federico González Frías quien durante la representación televisiva de la opera de Donizetti, Lucrecia Borgia, me sugirió que investigara en dicho personaje histórico siendo yo la primera en quedar sorprendida por tal sugerencia y más tarde admirada por todo cuanto nos aportó el haber seguido a esta fémina y lo que descubrimos del entorno por el que nos condujo su periplo vital. Para ello hemos contado con el libro de Fernando Gregorovius, escritor del siglo XIX, titulado: "Lucrecia Borgia según documentos y correspondencia de su propio tiempo"
Lucrecia Borgia es, para la mayoría, un personaje fabricado por la rumorología que ya comenzó a fraguarse en su época, a caballo entre el Quattrocento y el Cinquecento. Sin embargo, aunque algunos literatos y cineastas han preferido abundar en ello al punto de preferir el personaje inventado, lo cierto es que podemos afirmar que la realidad supera a la ficción, de ahí que de todos los papeles asignados a la figura de Lucrecia Borgia el suyo verdadero resulte el de mayor interés, pues la vincula con el pensamiento de Los Fieles de Amor, es decir, con Dante, Petrarca, Boccacio y Pietro Bembo, entre otros.
Pietro Bembo descubrirá que esta madonnacon fama de mujer fatal, es en realidad una linda joven, de figura delicada y pelo rubio como el oro y una forma atractiva en el vestir, siguiendo la moda española. En definitiva una bella mujer que adornaba su persona con cintas en el pelo y modales refinados. Y en especial lo que en ella resalta es su fina inteligencia, algo que para Bembo no es sino la causa de aquel sutil reflejo en su semblante. Lucrecia se desveló ante todos como una mujer excepcional, cuya preparación se ponía de manifiesto al abordar cualquier tema y en el diálogo en general. Quienes la escuchaban decían que hablaba de los temas “con mucha seriedad y sabiendo de lo que hablaba”. Bembo descubre que Lucrecia está avezada en la lectura de Dante, Petrarca, Bruni, Cicerón, entre otros. Y que con ella es posible emplear el lenguaje secreto de los símbolosdel amor y la virtud, tal y como lo entiende la Filosofía Platónica.
Gli Asolanni, “Los Asolanos” o “Las Gentes de Asol”, es el libro que Pietro Bembo dedica a Lucrecia Borgia de Este, y donde mejor podemos acercarnos al pensamiento que los unió. Bembo frecuentó la amistad de Lucrecia durante todo el tiempo que éste pasó estudiando en la famosa Universidad de Ferrara, que en esa época era un centro cultural de primer orden.(...)
Los Asolanos es el libro que rescata el pensamiento de Petrarca. Se trata de una composición literaria que bien podría ser considerado un juego de inteligencia hecho para razonar. Y aunque estos juegos mnemotécnicos estaban divulgados entre los nobles, no todos participaban en el mismo nivel de ellos ni con la misma claridad, pues lo que para unos podía ser un juego dialéctico, relacionado con la habilidad en el discurso, para otros era un juego de ideas con el que se construían y embellecían las estancias del palacio interior. Precisamente Bembo le escribe a Lucrecia respecto a esto, que ojala las ideas en él expresadas la hagan aún más bella.
Bembo entrega a Lucrecia Borgia su libro “Los Asolanos” con una carta, donde le habla con total confianza explicándole cual es su estado de ánimo, los sinsabores que le ha dado la vida y el modo cómo los va superando. Es decir que para nada es la típica carta protocolaria escrita a un benefactor, como era tan habitual hacer en esta época, sino que en ella, como un amigo, retoma una conversación que ambos dejaron pendiente en Ferrara un año atrás. Seguramente en la casa de los Strozzi. Copio aquí un extracto largo, no sólo porque es un estupendo documento, sino porque en realidad constituye una excelente introducción al libro de Bembo. Sin duda la obra capital del movimiento petrarquista,
Sin duda un escenario muy bien escogido por Pietro Bembo al tratarse de una isla convertida en el último bastión contra la invasión turca, que después de 1489 en que la República de Venecia se hace con su gobierno, su reina, viuda, mantiene de forma independiente su Corte de régimen monárquico dentro de dicha República. Es decir que a pesar de las presiones mantuvo su propia política basada en los principios defendidos por Dante en la Monarquía y por supuesto por Platón en El Filósofo, que son los mismos por los que apostaron las Cortes italianas como modelo a seguir.
Tras la actuación de esta pareja de doncellas la reina, que naturalmente dirige los actos, llama a una tercera cantora. Esta se distingue sobremanera de las anteriores, pues su belleza es causa de admiración entre la concurrencia. Bembo se las arregla muy bien para hacernos evidente a todas luces, el salto de nivel que quiere establecer entre la nueva joven y las dos anteriores. Esta toma entonces una vihuela y comienza a entonar otra canción de amor. De su actuación nos dice Bembo que lo hace,
con tanta gracia y maneras de melodía tan nuevas que, en comparación de la dulce flama que sus notas en los corazones de los oyentes dejaron, las de las dos mozas cantoras parecieron carbones muertos y fríos.
Bembo, que no da puntada sin hilo, oculta en literalidad de su relato todo el simbolismo propio de los "Fieles de Amor", y por ello continua recordando el sentido de aquella reunión (...) Bembo utiliza a la perfección la dialéctica de la batalla, y un lenguaje donde se reconocen las raíces del teatro de Shakespeare. Dos puntos de vista diferentes enfrentados mediante la dialéctica de la reyerta. Esto es idéntico a los planteamientos expresados por las dos jóvenes cantoras que llegaron al banquete nupcial enlazadas de las manos, hasta que interviene la tercera de las doncellas allí reunidas, Lisa, quien dirigiéndose a Lavinelo, el tercer muchacho que ha permanecido en silencio durante la disputa de sus dos compañeros, le interpela para que entre la batalla dialéctica y defienda el Amor verdadero, no dual
Esta Conferencia fue impartida en el Centro de Estudios de Simbología de Barcelona.
https://www.youtube.com/watch?v=QKp8bf5fEg4
Las Lupercas eran sacerdotisas que aparecen directamente
relacionadas con las vestales, las vírgenes que en Roma cuidaban del fuego, y
con el mito romano según el cual Rómulo y Remo fueron amamantados por una Loba.
Romance popular español de origen medieval que narra la leyenda de tres hermanas
cristianas cautivas de unos reyes musulmanes a las que habían dado la tarea de amasar la harina. La menor de ellas, encargada de traer el agua de la fuente, un día encuentra en ella a un anciano que resulta ser su padre que las andaba buscando. Y aunque la reina mora se resiste a devolver a las jóvenes a su progenitor y a su tradición, el rey, por el contrario, se apiada de ellas y las libera.
Estas historias de raptos y cautiverios son producto de una época que, en el caso de España, duró ocho
siglos, con períodos de convivencia y de lucha entre cristianos y musulmanes, donde estos raptos de jóvenes bellas, se daban igualmente al contrario.
De hecho el rapto (con resultados contrapuestos) ha sido una costumbre repetida por los distintos pueblos a lo largo de la historia. Recordemos, por ejemplo, el "rapto de las sabinas" por los romanos, el de Helena por los troyanos o el de Ariadna por todo un dios como Dionisos.
Hasta hace unos años la gente, y en especial las niñas, aún cantaban este romance en los campos de olivos, en los lavaderos públicos o en los juegos de la comba.
A la verde, verde,
a la verde oliva
donde cautivaron
a mis tres cautivas.
El pícaro moro que las cautivó
a la reina mora se las entregó
¿Qué nombre daremos
a estas tres cautivas?
La mayor Constanza,
la menor Lucía
y la más pequeña
llaman Rosalía.
¿Qué oficio daremos
a estas tres cautivas?
La mayor amasaba,
la menor cernía
y la más pequeña
agua les traía.
Un día fue a la fuente,
a la fuente fría
y encontró a un anciano
que en ella bebía.
- ¿Qué hacéis ahí, buen viejo,
en la fuente fría?
- Estoy aguardando
a mis tres cautivas.
- Padre, sois mi padre
y yo soy su hija.
Voy a darles parte
a mis hermanitas.
- Pues sabrás Constanza,
pues sabrás Lucía,
cómo he visto a padre
en la fuente fría.
Constanza lloraba,
Lucía gemía
y la más pequeña
así les decía:
- No llores Constanza,
no llores Lucía
que viniendo el moro
nos libertaría.
La pícara mora,
que las escuchó,
abrió una mazmorra
y allí las metió.
Cuando vino el moro
de allí las sacó
y a su pobre padre
se las entregó.
Fuente: Carmen Carrillo López. Transmisión oral. Otras versiones de la canción: http://www.lacasadelarbol.es/3Cautivas.htm La imagen de arriba es de Frank O. Salisbury (British, 1874–1962) titulada: The Sen sisters, ca. 1928 Fuente: Artnet.
Nota: Con posterioriidad a la publicación del post he añadido al texto de la letra un párrafo que faltaba y que no incluye el vídeo.
Acabamos de subir a la Biblioteca Hermética este nuevo cuaderno. Para mi ha sido un honor y un privilegio seguir las huellas de las ideas herméticas a través de la historia, por medio de rastrear la huella dejada por esta dama. Teniendo en cuenta que para nosotros estas biografías
"Tienen también otra función: la de ir preparando el camino
para el conocimiento y la comprensión de otra historia, secreta para los que no
son capaces de profundizar y establecer relaciones entre símbolos y se sienten
satisfechos con las cómodas e inverosímiles historias oficiales. La verdadera
historia es otra cosa. Y los occidentales podemos leer en la nuestra como en
una simbólica de ritmos y ciclos, una danza de cadencias y entrelazamientos, no
casuales por cierto, y donde todos y cada uno de los hechos adquieren un
significado en la armonía del conjunto, que se contempla bajo una lectura
diferente, bañada por una nueva luz".
Llamamos "chivo
expiatorio" a aquel que siendo inocente, carga con todas las culpas. Esta
designación, cuyo sentido podemos compartir los que procedemos de una misma
cultura, tiene su origen en la mitología judeo-cristiana, representando este
animal al propio Cristo quien, haciéndose cargo de la ignorancia y el dolor del hombre, se convierte en aquel que paga por todos nuestros errores y nos abre la
puerta a la posibilidad de lo real, teniendo presente que, en palabras de René Guénon, “lo
posible y lo real son metafísicamente idénticos”.
Este sorprendente lienzo de Willian
Holman Hunt, uno de los fundadores de la hermanad prerrafaelita, donde aparece un chivo engalanado con una corona, nos introduce
en aquellos párrafos de la Biblia en los cuales se nos habla de los diferentes
niveles de lectura que posee esta figura simbólica relacionada con la acción del maestro Jesús en la tierra, aquel que borra los pecados [errores] del mundo y nos da una nueva oportunidad.
El chivo que aparece en el cuadro remite al rito ceremonial dentro del calendario hebreo, conocido como Yon Kipur, o sea "Día de la Expiación" o Día del perdón y donde se ofrece un arrepentimiento sincero, de corazón.
El Yon Kipur es una fiesta sagrada con la que se pretende mantener viva la
memoria de lo que representa, por analogía, la figura de Jesús (nombre hebreo, con el agregado
del griego Cristo, Jesucristo) en nuestra cultura, la de aquel que nos revela con su historia
arquetípica la doble naturaleza, divina y humana, del hombre, “símbolo vertical
y axial de la comunicación cielo-tierra, hecho a imagen y semejanza de su
Creador” [1]
Estas son las citas bíblicas donde
se menciona este mito:
“Y
tomará Aarón los dos machos cabríos y los presentará ante Yahveh a la entrada
de la tienda del encuentro. Luego echará suertes sobre los dos machos cabríos,
una para Yahveh, otra para Azazel. Presentará el macho cabrío sobre el cual
haya caído la suerte para Yahveh ofreciéndolo suerte "para Azazel", lo
colocará vivo delante de Yahveh para hacer sobre él la expiación, para echarlo
al desierto para Azazel”. (Levítico 16:7-10).
“El
hombre encargado de soltar el macho cabrío para Azazel, lavará sus vestidos y bañará
su cuerpo en agua; después de esto podrá entrar en el campamento”. (Levítico
16:26).
“Y
con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba.
Nosotros le tuvimos por azotado herido de Dios y humillado”. (Isaías 53:4).
“Esto
ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Al
día siguiente ve a Jesús venir hacia él, y dice: He ahí el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo”. (Juan 1:29).
“Al
quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser
justicia de Dios en él”. (2 Corintios 5:21 [San Pablo]).
“Pero
presentóse Cristo como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, a través de una
tienda mayor y más perfecta, no fabricada por mano de hombre, es decir, no de
este mundo. Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de
machos cabríos y de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una
redención eterna. Pues si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza
de vaca santificada con su aspersión a
los contaminados, en orden a la purificación de la carne ¡Cuánto más la sangre
de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios,
purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios
vivo!”. (Hebreos 9:11-14 [San Pablo]).
No
puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni
tengo respuestas para tus dudas o temores, pero
puedo escucharte y compartirlo contigo. No
puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero
cuando me necesites estaré junto a ti.
No
puedo evitar que tropieces, solamente
puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas. Tus
alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos. Pero
disfruto sinceramente cuando te veo feliz. No
juzgo las decisiones que tomas en la vida. Me
limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides. No
puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar, pero
si te ofrezco el espacio necesario para crecer.
No
puedo evitar tus sufrimientos cuando
alguna pena te parta el corazón, pero
puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo. No
puedo decirte quien eres ni quien deberías ser, Solamente
puedo quererte como eres y ser tu amigo. En
estos días oré por ti… En
estos días me puse a recordar a mis amistades más preciosas. Soy
una persona feliz: tengo más amigos de lo que imaginaba. Eso
es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es
lo que siento por todos ellos. Veo
el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la alegría que sienten al verme. Y yo
también siento paz y alegría cuando los veo y cuando hablamos, sea
en la alegría o sea en la serenidad, en
estos días pensé en mis amigos y amigas, entre
ellos, apareciste tú. No
estabas arriba, ni abajo ni en medio. No
encabezabas ni concluías la lista. No
eras el número uno ni el número final.
Lo
que sé es que te destacabas por alguna cualidad que transmitías
y con la cual desde hace tiempo se ennoblece mi vida. Y
tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el
segundo o el tercero de tu lista. Basta
que me quieras como amigo. Entonces
entendí que realmente somos amigos. Hice
lo que todo amigo: Oré…
y le agradecí a Dios por ti. Gracias
por ser mi amigo.
Aunque el poema sigue siendo precioso, debo precisar que algunas fuentes aseguran que es uno de los poemas que atribuyen a Borges pero que en realidad no es de él, sino de un autor desconocido.
🌺Las pinturas son de Louis Janmot. Número 13 y 14 (de 18) de su serie "Poema del Alma".
Uno de los lugares donde más he disfrutado cuando he estado en Buenos Aires es el barrio de San Telmo que como casi todo de lo que de Bs. As. conozco me lo ha mostrado Federico González. Allí tuve ocasión de ver muchos de estos diseños del arte tradicional de los pueblos que originariamente ocuparon las regiones de lo que hoy es el territorio de la Argentina. San Telmo tiene un mercado de antigüedades y de artesanías. Ahí conocí a una artista aborigen que realizaba y vendía reproducciones de estos diseños. Descubrí, entonces, que hay distintas comunidades indígenas que forman 38 pueblos diferentes, repartidos por todo el territorio. Aunque, por lo visto, el Estado solo tiene registrados a 34 pueblos.
Mimetizarse con el entorno para pasar inadvertido. Así han actuado
los integrantes de la “Cadena Aurea” y del “Colegio Invisible” para que la Tradición,
adaptando su mensaje al color de los tiempos, no dejase nunca de trasmitir el
aliento espiritual del fuego arquetípico que, aunque no quema, sin embargo, todo
lo incendia dentro del corazón de las generaciones que se sienten concernidas a
mantener vivo ese misterio de la transmutación alquímica del alma.
Estos fotogramas que acompaño son una creación publicitaria de
la prodigiosa década de los 60 en Buenos Aires y contienen una idea análoga a lo que la
Tradición sapiencial de la antigüedad de distintos pueblos del mundo han
observado en la naturaleza del camaleón, un animal capaz de cambiar el color de
su piel adoptando “una coloración críptica” mediante un fenómeno que le permite
mezclarse con el fondo a través de imitar un patrón de color. Por esa razón es
que en muchas culturas de la antigüedad el camaleón se le considera un
transmisor y comunicador entre las fuerzas uránicas, relacionadas con los
secretos de la luz y del sol, y el ser humano. M.A.D.
Los fotogramas pertenecen a creaciones producidas en la década de los 60 en Bs.As, en el entorno del Instituto de Artes Di Tella.
Actualmente en el fondo del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Malba
Las escenas de este corto corresponden al primer acto de la
obra teatral "En el Útero del Cosmos", de Federico González Frías,
adaptación de un texto suyo anterior publicado bajo el título "En el
Vientre de la Ballena. Textos Alquímicos."
Sinopsis:
La representación transcurre en la sala de reuniones de una
facultad de letras donde un grupo de profesores han sido convocados para llevar
a cabo trabajos de experimentación sobre el lenguaje y la expresión verbal,
cuyo núcleo es inexpresable por su propia naturaleza metafísica. Se trata de
una nueva sesión de trabajo del Programa Agartha.
"'En el Útero del Cosmos es una comedia hiperrealista
de alcance subliminal, emparentada con el teatro de la memoria y el teatro del
absurdo. Aquel que mediante una trama sin un aparente significado y con unos
diálogos que no parecen seguir una secuencia dramática, va creando una
atmósfera que nos presenta el absurdo de lo convencional y simultáneamente nos
abre la puerta, a través de la poética y la magia, de lo 'real'”.
Este corto forma parte de la Serie que he titulado: TEATRO
HERMETICO DE LA MEMORIA, que está inspirada en el Teatro de la Memoria de
Federico González Frías.
Páginas con más información acerca de esta obra y sobre el
Teatro de la Memoria de Federico González Frías:
Descubrir espacios ciudadanos que de repente te sacan de un
lugar convencional para transportarte de inmediato a un tiempo y un escenario
insospechado, es lo que suele suceder cuando penetramos en un museo o en un
edificio o jardín histórico.
Lo que a este respecto sucede en la ciudad española de
Valladolid es, quizá, uno de los casos más insólitos ya que imprevistamente y
solo con traspasar una puerta, nos ubicamos en Japón.
Hablamos del asombroso museo vallisoletano donde,
efectivamente, una muestra permanente de objetos, considerados la más grande
colección de arte oriental de Europa, son expuestos en esta ciudad
castellano-leonesa, mostrándonos, a través de dicho arte (entre el siglo XVI al
XX), los modos y costumbres de esta cultura como son su caligrafía, pintura,
porcelana, lacas, bronces, escenas de jardines, de la ceremonia del té o formas
de expresar el teatro, el denominado "kabuki" y "noh", este
último considerado la tradición dramatúrgica viva más antigua del mundo.
El
Museo Oriental de Valladolid, ubicado en el interior del convento de los padres
filipinos de la Orden de los Agustinos, no es una excentricidad sino parte de la
historia de España dado que, los objetos que se exponen en él testimonian las
relaciones que existieron entre los más de 3.000 misioneros de esta Orden que
desde 1560 se desplazaron a Extremo Oriente, Filipinas, China y Japón para
comunicar el Evangelio, junto a otros españoles que también arribaron a esos
lares como comerciantes, exploradores y cronistas.Mª Ángeles Díaz
Imágenes. Serie Teatro Hermético de la Memoria.
Ver también: http://www.museo-oriental.es/ver_arte.asp?clave=19&loc=0
La nave, por su estructura, aparece como una imagen simbólica
del cosmos. Su mástil central figura el Eje del mundo que va del cénit al
nadir, y la cofa, que en muchas ocasiones lo rodea circularmente por arriba,
equivale al «ojo del domo» de las catedrales y de todo edificio construido
siguiendo el mismo modelo cósmico. Advirtamos que el espacio interior del
templo cristiano también se denomina nave, siendo ésta precisamente uno de los
emblemas de los pontífices católicos, también llamados «pastor y nauta».
Asimismo la nave está orientada según los cuatro puntos cardinales: la
dirección proa-popa señala el eje vertical norte-sur, y la dirección
estribor-babor el eje horizontal este-oeste. Es también una imagen del Arca
flotando sobre la superficie de las Aguas Inferiores, conteniendo los gérmenes
de un nuevo ciclo, por lo que también se la relaciona con la copa, la matriz, y
por extensión con el corazón y la caverna.
Recordaremos que el antiguo lema de los marineros:
"Vivir no es necesario, navegar es necesario", nos ilustra
perfectamente acerca del sentido profundo de la navegación, del peregrinar por
las Aguas Inferiores a la búsqueda del Centro, simbolizado por la isla o
continente mítico de los orígenes. En efecto, la vida no tiene ningún sentido,
ninguna 'orientación', si ella no está concebida como una aventura en pos del
Conocimiento, para lo cual es necesario, como se dice en el I-Ching, atravesar
las "Grandes Aguas", o el "Mar de las pasiones" inherentes
a la individualidad humana, como se afirma en el hinduismo, y en general en
todas las tradiciones. Programa Agartha
Imagen: Pieter Bruegel, detalle, 1558
Texto: Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Publicado en el número 25-26 de la Revista Symbolos Arte Cultura Gnosis
Se sabe que
antes de hacerlo por el aire, el sonido se propaga por el éter; este quinto
elemento o quintaesencia hermética, es el origen de los cuatro restantes. Por
su extrema rarificación inmaterial, superior a la del fuego, con el que a veces
se lo identifica, el éter es el vehículo por excelencia de la luz inteligible y
el sonido inaudible, cuya naturaleza vibratoria hace ser a todos los elementos
una sola y misma cosa, antes de diversificarse a través de los sentidos hasta
el mundo exterior. Por su extrema plasticidad, pureza, y receptividad
absolutas, la Tradición también ha asimilado simbólicamente este elemento al
agua, la sustancia universal. De ahí que la concha marina, cuya forma nos
recuerda al yoni femenino y a la oreja humana, sea el
representante unánime (como las conchas de agua bendita de los templos
cristianos) del poder purificador, productivo y "generativo" de este
supra-elemento divino.
Es de sobra
conocida la leyenda que hace de las conchas las conservadoras del sonido del
mar. Esta propagación se realiza en forma ondulatoria, de lo que la espiral es
símbolo por excelencia. Diremos además que este símbolo está estrechamente
vinculado al logaritmo pentagramático del crecimiento de los seres vivos, lo
que explica la estructura espiral misma de las conchas y caracoles, así como la
del ácido desoxirribonucleico que preside la cadena genética, y también otros
muchos ejemplos que omitiremos de momento.
La medicina
pitagórica atribuía a la música un poder terapéutico por excelencia. De ello
también nos da referencia la Alquimia, cuando hace coincidir los centros
musicales con los centros sutiles, y éstos con las octavas del microcosmos
humano. Así vemos cómo la música, encarada desde una perspectiva sagrada, es
mucho más de lo que parece. Y también que las naturalezas del tiempo y el
espacio, del agua y el fuego, unidas indisolublemente en el éter, origen de su
vida, siendo fundamentalmente distintas, se tocan en un punto en donde, sin
confundirse, se funden en una Armonía Unica y Universal.
Sócrates, en
boca de Platón, confirma a las Musas como las primeras protectoras del arte de
la música, de quienes ella recibió su nombre. Como ya hemos afirmado, el tiempo
y el espacio se relacionan mutuamente a través del movimiento, y éste no es
sino la expresión dinámica o rítmica de una armonía cuyos modelos son los
números. Ritmo y proporción, asimilados respectivamente al tiempo y al espacio,
son la métrica por la cual ambos quedan recíprocamente ordenados, conformando
la presencia viva de aquella misma armonía que se da por igual en el cielo y en
la tierra. La propia geometría (geo = tierra, metría =
medida) que ordena idealmente el espacio, está virtualmente implícita en la
música como relación métrica de sus intervalos. Armonía, número y movimiento
son pues términos equivalentes y mutables entre sí, en cuanto se refieren a una
misma realidad, ya sea la arquitectura sutil y musical del cosmos, el ritmo respiratorio,
las pulsaciones del corazón o el compás alterno de las fases diurna y nocturna
del día.
El hombre
especialmente recibe con más intensidad que ningún otro ser terrestre el ritmo
pulsatorio de la existencia, lo cual, en un sentido, lo convierte en el más
capaz de reproducirlo. De naturaleza musical está hecha el alma humana y su
inteligencia, ya que son ellas las que captan las sutiles relaciones entre las
cosas; la maravillosa articulación que a todas las mantiene unidas, con sus
matices, en un todo indivisible que se va revelando a medida que la unidad y la
armonía se imponen a nuestro caos particular.
En el
hombre, como en un pequeño instrumento en manos de un músico invisible, según
se nos dice en el hermetismo antiguo y del Renacimiento, se dan cita todas las
potencias, virtudes y ritmos del universo, homologadas o en diapasón con la
naturaleza de su estado. Sin embargo no siempre es consciente de ello, ya que
su diapasón particular no está en general ritmado al tono universal. Programa Agartha
F. Gaffurius, Theorica Musicae. Milán 1492.
Fuente de la imagen: Introducción a la Ciencia Sagrada Programa Agartha