lunes, 26 de agosto de 2013

Los Asolanos, la Utopía de Amor de Pietro Bembo. Arranque de la Obra (Capítulo V)

Banquete renacentista.

Lucrecia Borgia acababa de casar a una de sus doncellas, pues era parte de la responsabilidad de la Dama de Palacio ocuparse de la educación de las jóvenes de su Corte, de sus doncellas, a las que  procuraba buena educación y un matrimonio con algún caballero que las mereciera y cumpliera seriamente con ellas. Por eso el ambiente de Los Asolanos no le podía ser más conocido, ya que las conversaciones desplegadas en dicho libro se desarrollan, justamente, en el entorno de la celebración de la boda de una de las doncellas de la reina Caterina Cornaro de Chipre, en la villa de Asol

Tiziano. Caterina Cornaro, reina de Chipre


Sin duda un escenario muy bien escogido por Pietro Bembo al tratarse de una  isla convertida en el último bastión contra la invasión turca, que después de 1489 en que la República de Venecia se hace con su gobierno, su reina, viuda, mantiene de forma independiente su Corte de régimen monárquico dentro de dicha República. Es decir que a pesar de las presiones mantuvo su propia política basada en los principios defendidos por Dante en la Monarquía y por supuesto por Platón en El Filósofo, que son los mismos por los que apostaron las Cortes italianas como modelo a seguir

La idea consiste en "crear al príncipe", es decir, educarlo desde niño por los mejores filósofos a fin de convertirlo en el mejor y más justo de los ciudadanos, capaz de ser guía y modelo de su pueblo. Pues bien, en Asol, en el momento de la incursión de Bembo, quien se erige en cronista del acontecimiento, es esta reina quien gobierna, y a la que en todo momento debemos identificar simbólicamente con la reina de Chipre, es decir con la diosa Afrodita, quien está celebrando la boda de una de sus doncellas, razón por la que una serie de invitados ilustres se encuentran en la villa de Asol



Francesco Hayez, 1841. "La Reina Caterina Cornaro recibiendo a un enviado veneciano"


Efectivamente, el relato de Pietro Bembo se basa en lo acontecido durante tres jornadas distintas y comienza en el banquete de la boda donde están reunidos los más selectos personajes del momento, y los embajadores de las distintas cortes italianas.

Bembo cuenta que durante el tiempo que duraron dichos festejos todos los invitados residen en el palacio; juntos comen y celebran de día, y tras retirarse a descansar un rato por la tarde, vuelven al anochecer a festejar con música, danza y juegos de inteligencia, siendo estos los ritos sociales de las cortes ideadas por los hermetistas. Pensemos que estos banquetes se revestían de una rica escenificación teatral, con decorados fabulosos y actuaciones bien orquestadas. Grandes artistas como Leonardo da Vinci, por citar al más grande, desempeñaron el cargo de Maestros de Banquete. Y piezas teatrales que pusieron las bases de la Opera, como es la Favola de Orfeo, de Angelo Poliziano, el poeta homérico según se refería a él Marsilio Ficino, nacieron en este enmarque teatral de los banquetes de boda.

El arranque de la obra se produce justamente tras la comida, cuando aún están todos a la mesa. En ese ambiente propicio para la conversación en torno a los Misterios de Amor, y en honor a Afrodita y Eros, irrumpen dos bellas jóvenes portando un laúd y situándose a la cabecera de la mesa, donde se encuentra la reina... Si te interesa conocer más detalles ven a leer el capítulo siguiente.

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