Descubrir espacios ciudadanos que de repente te sacan de un
lugar convencional para transportarte de inmediato a un tiempo y un escenario
insospechado, es lo que suele suceder cuando penetramos en un museo o en un
edificio o jardín histórico.
Lo que a este respecto sucede en la ciudad española de
Valladolid es, quizá, uno de los casos más insólitos ya que imprevistamente y
solo con traspasar una puerta, nos ubicamos en Japón.
Hablamos del asombroso museo vallisoletano donde,
efectivamente, una muestra permanente de objetos, considerados la más grande
colección de arte oriental de Europa, son expuestos en esta ciudad
castellano-leonesa, mostrándonos, a través de dicho arte (entre el siglo XVI al
XX), los modos y costumbres de esta cultura como son su caligrafía, pintura,
porcelana, lacas, bronces, escenas de jardines, de la ceremonia del té o formas
de expresar el teatro, el denominado "kabuki" y "noh", este
último considerado la tradición dramatúrgica viva más antigua del mundo.
El Museo Oriental de Valladolid, ubicado en el interior del convento de los padres filipinos de la Orden de los Agustinos, no es una excentricidad sino parte de la historia de España dado que, los objetos que se exponen en él testimonian las relaciones que existieron entre los más de 3.000 misioneros de esta Orden que desde 1560 se desplazaron a Extremo Oriente, Filipinas, China y Japón para comunicar el Evangelio, junto a otros españoles que también arribaron a esos lares como comerciantes, exploradores y cronistas. Mª Ángeles Díaz
No hay comentarios.:
Publicar un comentario