Maqueta del templo etrusco
Hesíodo y Herodoto también se refieren a los tyrrhenoi (del mar Tirreno, que baña la costa de la Toscana), como denominaban los griegos a este pueblo misterioso que fue asimismo una potencia marítima, una talasocracia, y se jactaba de ser hijo de reyes y patriarcas legendarios, y descendiente directo de Ulises y Circe, la maga conocedora de los secretos de las plantas. Efectivamente, tal como lo relata Esquilo, los etruscos elaboraban medicinas y practicaban lo que se denominó la “etrusca disciplina”, es decir, la aruspicina o ciencia de la adivinación. Un arte que era prerrogativa de la casta sacerdotal.
Precisamente, una pieza que me llamó poderosamente la atención es el "Hígado de Piacenza", que reproduce un hígado ovino en bronce, hallado cerca de Piacenza (Roma), el cual se encuentra totalmente grabado, dividido en pequeños sectores; 16 en el borde, que representan la bóveda celeste y se corresponden con los 16 dioses de la cosmogonía etrusca. Estos están orientados según los puntos cardinales, y 24 divisiones en el interior.
Parece ser que las ovejas desarrollan una enfermedad que deja huellas en el hígado, y a través de las correspondencias entre todas esas señales y los acontecimientos externos, se desarrolló una ciencia que se codificó según la matemática y la proporción. Hablamos de la aruspicina, de haruspex (“adivinador por el hígado”), ciencia que seguramente habían heredado en parte de Mesopotamia. Aunque se dice que estos sabios también leían las señales del destino a través del trueno.
Este Hígado de bronce, de Piacenza (foto de la izquierda), hasta finales del siglo II a C. y principios del I a.C., fue utilizado como modelo para enseñar dicho arte de la aruspicina sobre las vísceras de los animales sacrificados. Joseph Rykwert, en su libro La Idea de Ciudad, nos dice al respecto lo siguiente:
Bajo este título se está presentando actualmente en Barcelona (hasta el 4 de Mayo) una exposición sobre el antiguo pueblo de Etruria, una civilización anterior a la romana que habitó sobre todo la región de la Toscana y la Umbría (siglo IX a.C.). De esta estirpe de hombres casi no se sabe nada. Unos cuentan que eran autóctonos de esas tierras, otros en cambio creen que llegaron de Oriente. Dionisio de Halicarnaso, por ejemplo, asegura que esta civilización no se pareció a ninguna otra, ni en la lengua, ni en la forma de vivir.
Hesíodo y Herodoto también se refieren a los tyrrhenoi (del mar Tirreno, que baña la costa de la Toscana), como denominaban los griegos a este pueblo misterioso que fue asimismo una potencia marítima, una talasocracia, y se jactaba de ser hijo de reyes y patriarcas legendarios, y descendiente directo de Ulises y Circe, la maga conocedora de los secretos de las plantas. Efectivamente, tal como lo relata Esquilo, los etruscos elaboraban medicinas y practicaban lo que se denominó la “etrusca disciplina”, es decir, la aruspicina o ciencia de la adivinación. Un arte que era prerrogativa de la casta sacerdotal.
Precisamente, una pieza que me llamó poderosamente la atención es el "Hígado de Piacenza", que reproduce un hígado ovino en bronce, hallado cerca de Piacenza (Roma), el cual se encuentra totalmente grabado, dividido en pequeños sectores; 16 en el borde, que representan la bóveda celeste y se corresponden con los 16 dioses de la cosmogonía etrusca. Estos están orientados según los puntos cardinales, y 24 divisiones en el interior.
Parece ser que las ovejas desarrollan una enfermedad que deja huellas en el hígado, y a través de las correspondencias entre todas esas señales y los acontecimientos externos, se desarrolló una ciencia que se codificó según la matemática y la proporción. Hablamos de la aruspicina, de haruspex (“adivinador por el hígado”), ciencia que seguramente habían heredado en parte de Mesopotamia. Aunque se dice que estos sabios también leían las señales del destino a través del trueno.
Este Hígado de bronce, de Piacenza (foto de la izquierda), hasta finales del siglo II a C. y principios del I a.C., fue utilizado como modelo para enseñar dicho arte de la aruspicina sobre las vísceras de los animales sacrificados. Joseph Rykwert, en su libro La Idea de Ciudad, nos dice al respecto lo siguiente:
“Se consideraba el hígado como la sede de la vida, y de ahí se seguía que en todo animal consagrado a los dioses, cuyos movimientos más leves se observaban ansiosamente, el hígado, como punto focal de todo su ser, se convertía en una especie de espejo del universo en el momento del sacrificio”.
Estos sacerdotes y augures etruscos tenían como símbolo de su saber y autoridad un instrumento llamado lituo, con el que median y delimitaban o señalaban el espacio. El lituo de la exposición (foto de arriba), una pieza también de bronce, es en realidad un báculo y tradicionalmente ha estado asociado a Zeus, dios del trueno, el cual se corresponde igualmente con el bastón que usan los obispos cristianos en las ceremonias solemnes. En uno de los paneles de la exposición podemos leer:
“Los arúspices gozaban de un poder notable, ya que sus vaticinios, respetados por todos, condicionaban los acontecimientos más relevantes”.
El romano Vitrubio, por otro lado, se refiere a los etruscos como sus antepasados, y cuenta que este pueblo, y según su cosmogonía,
“cuando erigían una ciudad o un establecimiento militar, sacrificaban algunos animales que pastaban sobre el terreno y examinaban su hígados; cuando los de las primeras victimas aparecían negros o deformes, sacrificaban otro para averiguar si tales peculiaridades eran debidas a la enfermedad o al alimento. Nunca empezaban a levantar los muros en un determinado lugar, sin antes haber practicado reiteradamente aquellos exámenes. Debían conocer previamente el vaticinio de los dioses".
El romano Vitrubio, por otro lado, se refiere a los etruscos como sus antepasados, y cuenta que este pueblo, y según su cosmogonía,
“cuando erigían una ciudad o un establecimiento militar, sacrificaban algunos animales que pastaban sobre el terreno y examinaban su hígados; cuando los de las primeras victimas aparecían negros o deformes, sacrificaban otro para averiguar si tales peculiaridades eran debidas a la enfermedad o al alimento. Nunca empezaban a levantar los muros en un determinado lugar, sin antes haber practicado reiteradamente aquellos exámenes. Debían conocer previamente el vaticinio de los dioses".
Esta exposición, muy bien documentada pues incluye grandes mapas que ubican perfectamente al visitante en el tiempo y el espacio al que pertenece todo lo expuesto, nos permite ver las estrechas relaciones que existen entre los distintos pueblos mediterráneos, ya que si bien los etruscos fueron absorbidos por Roma, ellos antes recibieron el legado de la civilización fenicia y griega.
La muestra está compuesta de piezas cedidas por distintos museos arqueológicos y todas ellas fueron halladas en tumbas principescas de las ciudades más importantes de Etruria; se trata de grandes cantidades de objetos preciosos destinados al ornamento personal de hombres y mujeres.
Por las figuras, siempre recostadas sobre las tapas de los sarcófagos, y las pinturas que decoraban la sala funeraria junto a los objetos personales, puede verse que las mujeres llevaban túnicas bordadas, sujetas con broches de oro, plata y ámbar. Brazaletes, collares, pendientes con refinadas decoraciones que recuerdan las que describe Homero en la Odisea.
La pintura es muy delicada y colorista y marcadamente alegre, lo cual es muy sintomático teniendo en cuenta que estaban decorando las cámaras fúnebres. Lejos de lo que suele pensarse era un pueblo que amaba intensamente la vida, y esto lo mostraban hasta en sus ritos funerarios. De esas pinturas se ha dicho que es la primera página de la pintura italiana.
La misma delicadeza y frescura que desprenden sus pinturas se ve en la orfebrería y joyería donde se destaca el gusto por la filigrana y las formas libianas, tendentes siempre a lo aéreo y sutil. Las piezas expuestas son de tal belleza y finura en la factura, que me dejaron atónita. Siento no poder poner ninguna muestra de ellas por falta de definición en la foto. Animo a que todo el que pueda vaya a visitarla. Núria, de Desde mi Ventana.
Video de la exposición AQUI
Reseña Histórica sobre los etruscos: AQUI
19 comentarios:
Tan sugerente y motivador como que voy ahora mismo a visitar la exposición, ya que tengo la suerte de vivir en Barcelona.
Es curioso que nombras la frescura que impregna los motivos etruscos y es algo que a mí siempre me ha sorprendido porque es muy evidente. Hay algo muy vivo y muy limpio en todo su arte. Y es algo también muy misterioso que se conozca tan poco sobre sus orígenes...
Ya os cuento cuando haya acabado la visita!
H.
Dicho y hecho. Ya de vuelta de la expo. Lástima que los domingos los museos y exposiciones estén tan aborregados, especialmente si son gratis...
Mientras intentaba encontrar un hueco para observar las piezas expuestas y leer sus explicaciones, no dejaba de oir los comentarios de la gente y una vez más, sentí verdadera lástima por el hecho que el fin de ciclo se caracterice por la pérdida total de la memoria, y por tanto del recuerdo del Sí mismo, y por la negación de todo lo que se desconoce, lo cual imposibilita salir de la propia ignorancia. Pensaba en tus comentarios, Nuria, y en la belleza de lo que se llega a reconocer como propio a través de unos códigos adecuadamente descifrados: los que se han ido perdiendo y que impiden el retorno a la fuente, a la Sabiduría. Por tanto, te felicito una vez más por contribuir a mantener viva esa memoria a través de tu blog, por la diversidad de temas que en él tocas y que dan pie a la analogía, y por tanto al despertar de la verdadera Inteligencia. La expo me ha encantado, pero sugiero visitarla entre semana!
H.
Nuria! Realmente interesante el tema de los etruscos, sus obras y su existencia tan enigmática. Y, sobre todo, sorprendente la "serendipia", por llamarlo de alguna manera. En tu post comentas que te ha llamado la atención el "hígado de bronce", coincidentemente mi pareja, que es músico, en una ocasión tuvo un grupo de rock y el último disco editado con ese grupo se llama "Higado de bronce" haciendo referencia a ese "horáculo" etrusco.
Anoche le estaba comentando sobre tu comentario de los "palos borrachos" en la zona del puerto de Barcelona, yo no conozco España pero él si porque vivió algún tiempo en tu país y me preguntaba si te referías a los de la Zona de Villa Olímpica, que él también observó y le llamaron la atención.
Volviendo a los etruscos, te agradezco toda la información sobre la exposición, gracias a ti podré saber algo más "virtualmente" ya que me queda un poco lejos de otra forma ;-)
Un beso y una:
http://i273.photobucket.com/albums/jj201/betdelmar/florecer_otoo5.jpg
BeT
Querida (H) Ana:
No sabes que buen ánimo me ha dado que la reseña sobre la expo de los etruscos te haya motivado para ir a verla, y sobre todo que luego nos cuentes tus impresiones... ¡eres increíble!
Comprendo lo que dices del aborregamiento de la gente a la hora de ir a ver una exposición como ésta que tiene que ver con el pasado. Siempre piensan que es algo antiguo, ya superado por el modernismo. No se dan cuenta que es lo único que nos queda de grandes saberes, de principios… Un amigo me decía, “que lástima que ya no se sepa nada de estas ciencias”.
Es verdad, nos olvidamos de lo esencial y en cambio apostamos por un progreso siempre indefinido, sin rumbo fijo…
En el fondo todas esas huellas, que intencionadamente a través de su arte y de su ciencia dejaron nuestros sabios antepasados para que perduraran en el tiempo, nos están diciendo algo concreto y tal vez eso sea lo más importante que debamos descubrir en una exposición de esta naturaleza.
Un abrazo
N.
Bet!, que increíble coincidencia con lo del “Hígado de Bronce”, y lo que me cuentas del grupo musical de tu pareja, al que le puedes decir que esos “palos borrachos” de Barcelona de los que te hablé en tu blog, están, efectivamente, en la zona de Villa Olímpica. Los que pienso tener en observación para no perderme su proceso; y cuando florezcan les haré una foto para mostrarla aquí, como tú has hecho con las preciosas imágenes que nos has regalado desde tu álbum.
Muchas gracias por todo, Bet.
Un abrazo
N.
Querida Nuria
Te felicito por la reseña acerca de la exposición etrusca. Es muy interesente y misterioso todo esto de los oráculos por medio de las vísceras de los animales, que recuerdo haber leído que también es propio de otras culturas.
Un abrazo.
Lucia
Querida Lucía:
Así es, efectivamente, escrutar las entrañas de los animales sacrificados era una práctica universal. Según he podido indagar el método específico de la adivinación a través del hígado parece tener sus orígenes remotos en Sumer, desde donde se extendió a otros pueblos. Joseph Rykwert en su libro ya citado, “La Idea de Ciudad”, dice, entre otras cosas relativas al tema: “El hígado es un órgano voluminoso y delicado que en todo momento contiene una sexta parte del fluido vital, la sangre. Por ello se consideraba el hígado como la sede de la vida”
y añade:
“Para la práctica augural era también importante otro órgano interno aparte del hígado: los intestinos. En la ciencia de los augurios, los intestinos eran llamados ‘palacio de los intestinos’ o simplemente ‘gran palacio’ y ‘templo’. Palacios de los intestinos era el nombre que se daba al mundo inferior en Mesopotamia, dominio del demonio Humbaba, el ‘hombre intestinos’. Juntos los intestinos y el hígado parecen presentar el universo en la adivinación mesopotámica. Por otra parte, los términos usados en la adivinación mesopotámica, como ‘montaña’, ‘río’, ‘estación’, ‘paso’, ‘fuerte’, ‘puerta principal’, etc., parecen corresponder a algo como la descripción de un paisaje. Parece que llegó a establecerse una especie de nexo directo entre los elementos del paisaje, tales como los que rodean a una ciudad sitiada, y determinadas partes de las entrañas de la victima sacrificial”
Es un tema muy interesante y amplio, aunque da pena que sea una ciencia o un oficio que ya nadie conoce. Sin embargo siempre nos queda la esperanza de que una ciencia se actualiza cuando alguien la comprende, la valora y le da la dimensión que tiene. Aquí, entre todos, hemos dejado nuestra aportación. Otro día, cuando logre disponer de tiempo, pondré estos datos y otros que he reunido concernientes al tema, en la wikipedia.
Un abrazo.
Núria
Querida Nuria:
Andaba reflexionando sobre el milagro que se viene produciendo estos días, sin que apenas nos demos cuenta, la regeneración y la belleza que conlleva la primavera. Y aparece tu blog con el cuadro de Botticelli, y con la reseña a la exposición de los etruscos, me parece que los colores que se traducen de sus pinturas muestran una alegría en el corazón, una celebración de lo que es siempre nuevo, y es así expresado con toda generosidad. Tal es también la impresión que me llevo de la lectura de tu blog. Muchas gracias por ello.
Elarka:
Linda sorpresa ha sido recibir tu visita.
Tus palabras, no sé porqué, las he sentido cercanas, entrañables y frescas como la brisa. Tal vez es que a una le enamoran los buscadores de la red...o tal vez sea que haya reconocido en ellas el sonido que emiten los poet@s...
Un gusto recibirte.
Núria
Querida Núria: Como de costumbre, en este artículo transportas a tus lectores en un viaje mágico y sorprendente, siguiendo las huellas perennes, aunque a veces olvidadas, de la Tradición Unánime. Y es que estas huellas tradicionales muchas veces pasan por delante de nuestros ojos y no somos capaces de percibirlas, arrastrados por el soporífero estado de la humanidad.
Lo del hígado de bronce me parece muy interesante.
Platón, en Timeo, decía lo siguiente con respecto al hígado humano:
"...Entonces, endereza todo el órgano, lo suaviza y libera y hace agradable y de buen carácter a la parte del alma que habita en el hígado y le otorga un estado apacible durante la noche con el don de adivinación durante el sueño, ya que éste no participa ni de la razón ni de la inteligencia. Como nuestros creadores recordaban el mandato del padre cuando ordenó hacer lo mejor posible el género
mortal, para disponer también así nuestra parte innoble, le dieron a ésta la capacidad adivinatoria con la finalidad de que de alguna manera entre en contacto con la verdad."
Y más adelante agrega:
"Por eso, la naturaleza del hígado es tal y se encuentra en el lugar que dijimos, a saber, para la adivinación. Además, tal parte tiene signos muy precisos en todo ser viviente, pero cuando es despojada de la vida, se oscurece y sus signos adivinatorios se enturbian demasiado como para indicar algo claramente."
Un abrazo.
Querido Sahaquiel:
Tu comentario, siempre lúcido, apropiado y además erudito, da la medida de lo que se te echa a faltar cuando no estás.
Que bueno que recordaras esas enseñanzas que demuestran que en Platón está todo el saber humano.
Verdaderamente se comprende que aquellos “locos de amor por el Conocimiento”, me refiero a la ilustre estela de Marsilio Ficino, el médico del alma, lograran, apoyándose en las ideas expresadas por Platón en sus diálogos y cartas, impulsar un renacer de las ciencias y las artes, y dar nombre a un periodo histórico: el Renacimiento.
Un placer saludarte de nuevo.
Núria
Nuria,
voy a ver si puedo ir a ver la expo. Me ha encantado la reseña, porque es motivadora e incita a seguir buscando, investigando, etc,
Y encima, nos pones las fotos... Me muero por verla! Directa al hígado!
Un beso
Boston16
Boston, gracias por la visita. Vuelve cuando quieras.
Un abrazo.
N.
Nuria,
Hoy he visitado la exposición del Caixa Forum y la encontré sumamente interesante, muy bien dotada de elementos para al menos empezar a comprender lo que era la civilización etrusca. De todas formas he encontrado a faltar más elementos sobre la religión etrusca, aunque claro, al hacer referencia a la forma de vida de la aristocracia....
Estoy muy interesado en los cultos religiosos del pueblo etrusco, en el respeto por no decir miedo que tenían a la muerte, a la vida de ultratumba, a su creencia de que existía un camino físico de entrada al mundo de ultratumba, a través del cual se manifestaban los espíritus. Conoces alguna referencia bibliográfica sobre el tema?
Agradeceré cualquier sugerencia.
Jondi, creo que el catálogo que se ha hecho para esta exposición es lo mejor que te puedo recomendar, el cual se vende en la librería de Caixa Forum.
Laie, creo.
Lo del miedo a la muerte, no sé por qué lo dices, pues ni sus pinturas en las cámaras mortuorias, siempre bailando y tocando la flauta, ni sus imágenes en las tapas de los sarcófagos, donde aparecen como recostados y no muertos o dormidos, parece indicar que veían la muerte como una continuidad de la vida.
Ya sé que algunos dicen que los etruscos eran un pueblo pesimista, sin embargo otros, por las mismas razones (su manera de festejar y bailar en torno a los ritos funerarios), los consideraban optimistas.
Efectivamente son muchas las cosas importantes que se ha dejado de lado en la exposición, demasiadas sin duda. Cada vez se nota más la falta de conocimientos y de criterio en las personas que realizan exposiciones de esta naturaleza, pero es lo que hay. El que de verdad tenga interés en profundizar se las tiene que apañar. Estas exposiciones sirven para que uno se interese e investigue un poco más.
De cualquier manera me gustaría que volvieras a contarnos que más has descubierto de este pueblo enigmático.
Gracias por contarnos tu visita y tus impresiones de ella.
Saludos cordiales.
Núria
Agradezco la mención especial hecha por Javier Saez a nuestra reseña sobre la exposición de los etruscos, en su artículo: "Los etruscos en los blogs".
Todo ello en: http://elblogdejaviersaez.blogspot.com/2008/04/los-etruscos-en-los-blogs.html
Querida Núria:
Quiero aportar e esta extraordinaria y completa reseña un libro titulado: "Los Etruscos, pórtico de la historia de Roma" de Federico Lara Peinado. Editorial Cátedra.
Un abrazo.
Estimado amigo me ha encantado tu blog, he leido el artículo de los etruscos y ahora voy a echar un vistazo a ver que tienes en Alquimia.
Yo te invito a que visites el mio, que si bien lleva bastante menos tiempo de existencia creo que te puede parecer interesante, cuando entres siéntete como en casa.
http://notonidas.blogspot.com/
Very Interesting!
Thank You!
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