lunes, 25 de julio de 2022

LA MUERTE DE ORFEO A MANOS DE LAS BACANTES


Baldassarre Peruzzi. Muerte de Orfeo, Roma. Villa Farnesina. 

Los testimonios tradicionales narran que las mujeres de Lesbos, y la escuela de Safo en particular, recogieron los restos dispersos de Orfeo destrozados por el delirio de las Bacantes, mujeres que participaban de los misterios báquicos a través de la embriaguez, como medio iniciático y de integración con el dios. Estas mujeres son el símbolo de las energías excesivas que irrumpen en todo descenso cíclico cuando una tradición sapiencial degenera, con el fin de acelerar el proceso de cambio. Las Bacantes son entidades que la mitología y la plástica nos representan junto a Dionisos, danzando e invocando al aspecto más salvaje del dios, asociado al vino y al frenesí.

Efectivamente, en Mitilene, y en toda la isla de Lesbos por extensión, rebrotó en ese periodo de la vida de Safo la Tradición Orfica, siendo varios los autores clásicos que así lo corroboran. Este es el caso de Fanocles, un poeta griego quien, en una obra titulada "Erotes", relata que las mujeres tracias habían descuartizado a Orfeo, pero que la cabeza y la lira del cantor fueron arrastradas por la corriente marina hasta Lesbos donde dichos restos recibieron sepultura.

Un texto de Proclo viene a poner luz sobre este hecho. Dice el filósofo platónico que el origen simbólico de esta leyenda concerniente a la cabeza de Orfeo reside en que la gente de Lesbos tomó de la Tradición Orfica su parte más alta, la primera y principal, es decir que en Mitilene asimilaron por comprensión de las ideas una Tradición, o lo que es lo mismo, una Cosmogonía con la que reconstruir su mundo y su escala de valores. O sea, su particular escalera al cielo. (Del libro: "Viaje Mágico-Hermético a Andros. Una Aventura intelectual"). Mª Angeles Díaz

PINACOTECA SIMBÓLICA

Recreación de Andros en nuestro Teatro Hermético de la Memoria






Otra reseña: https://www.2enero.com/textos/andros_apitarch.htm
Recreación fotográfica de la presentación del libro en Barcelona. Vemos en la mesa, de izquierda a derecha, a Francisco Ariza, la autora y José Manuel Río.




miércoles, 20 de julio de 2022

EROS DE CÁSTULO DE LINARES (JAÉN)


Hace ahora unos cuantos años apareció en el yacimiento Ibero Romano de Cástulo, en Linares (Jaén), este precioso grabado de Eros en un cristal de roca. Es una pequeña pieza de unos 16 milímetros, datada en el siglo I. 

Se trata una representación del más bello y el más joven de todos los olímpicos, hijo de Afrodita y camarada de Cupido. Es Dios de la unidad por excelencia, cualidad que comparte con Amor. 

Por cierto, la palabra hebrea que significa Amor es Ahabah, que numéricamente equivale a la palabra Ehad (Uno) y por tanto se identifica con la sefirah Kether". 

Como nos decía el poeta: "Estas son nuestras labores, traducir el sentido espiritual y metafísico de las noticias a la actualidad".




Fuente de la Noticia: http://rutasimbolicas.blogspot.com/2019/10/erote-hallado-en-el-yacimiento.html


 

lunes, 18 de julio de 2022

ARTE Y SÍMBOLO EN LA PLÁSTICA RENACENTISTA Adara Mª Ariza Díaz

 

PDF libre en la Biblioteca Hermética

https://www.bibliotecahermetica.com/2022/07/arte-y-simbolo-en-la-plastica.html

Estos estudios de Adara Mª Ariza Díaz expresan con brillantez distintas obras del arte pictórico y escultórico del Renacimiento, incluidas las de Antonio Canova (1757-1822) y Jean-Baptiste-Camille Corot (1796-1875) que, si bien no pertenecen a esa época, sí lo son los temas que de ellos ha escogido la autora: “Amor y Psique” y “Orfeo conduciendo a Eurídice fuera del Infierno”, respectivamente. En efecto, estamos ante dos mitos de la Antigüedad Clásica que fueron extensa mente estudiados por los artistas y filósofos renacentistas, especialmente por los influenciados o directamente pertenecientes a la Academia Platónica de Florencia, faro luminoso que proyectó su luz a todo el Renacimiento y cuyos rayos continúan alumbrándonos, un ejemplo de lo cual son los escritos que aquí presentamos.

No en vano, la autora, historiadora del arte, para desvelar el significado esencial contenido en estas obras, articula su discurso centrándose en las dos corrientes principales que nutrieron intelectualmente dicha Academia: el Neoplatonismo y el Hermetismo, incluyendo dentro de este a la Cábala-Cristiana. Desde esa perspectiva nos redescubre la dimensión esotérica y simbólica contendida en las pinturas de Botticelli, Leonardo, Rafael y Durero, incluso en la de Fra Angelico (heredero de la espiritualidad cristiana medieval), y que por lo general pasa desapercibida al gran público, incluso a muchos “especialistas” del Renacimiento, quienes destacan los elementos estéticos por encima de los valores espirituales, iniciáticos y metafísicos, o sea directamente relacionados con el Conocimiento, aquellos que, justamente, supo reflejar lo mejor de ese espléndido período de la cultura europea. F. A


Adara Mª Ariza Díaz es historiadora del arte por la Universidad de Barcelona. Ha realizado un estudio sobre El Árbol Peridexion, el árbol del Paraíso, y asimismo una monografía sobre Leonardo da Vinci, haciéndose aquí eco de dos de sus obras más emblemáticas: “San Juan Bautista” y “La Virgen de las Rocas”. Es autora, además, de África. Autóctona y Vivade El Nacimiento de Venus (del que aquí presenta un extracto y que próximamente publicaremos íntegramente), investigando en las raíces filosóficas de los círculos neoplatónicos renacentistas de la Academia de Florencia, bajo cuya influencia fue creado este famoso cuadro de Sandro Botticelli. Ha colaborado en la revista SYMBOLOS telemática (2016) con un artículo sobre “Introducción a la Cosmogonía Dogón”, y en la BIBLIOTECA HERMÉTICA ha publicado Afrodita-Venus dentro de nuestra colección “Cuadernos de la Tradición Unánime”. Fue integrante de la compañía del teatro de la memoria “La Colegiata”, creada y dirigida por Federico González (1933-2014), cuya obra cosmogónica y metafísica forma parte de la enseñanza recibida por la autora.

INDICE de los cuadros tratados en este número de CUADERNOS DE LA TRADICIÓN UNÁNIME, el 29 que se puede leer en la Biblioteca Hermética.

I La Anunciación. p. 5

II El Nacimiento de Venus. p. 10

III La Virgen de las Rocas p. 12

IV Las Tres Gracias p. 16

V Melancolía I p. 21

VI San Juan Bautista. p. 27

VII Amor y Psique p. 29

VIII Orfeo conduciendo a Eurídice fuera del Infierno p. 33.

Bibliografía p. 38


Ver también de Adara sobre la simbólica de Venus Afrodita

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sábado, 9 de julio de 2022

DE LOS MIL NOMBRES DE LA DIOSA ISIS (Vídeo-Arte documental)



"…Sepas que soy madre y naturaleza universal, señora de todos los elementos, principio primordial de los tiempos, soberana de todas las cosas espirituales, reina de la muerte, de los océanos, y también reina de los inmortales, la única manifestación de todos los dioses y diosas, mi gesto manda sobre las alturas resplandecientes del cielo, la saludable agua del mar y los secretos lloros del infierno.

Aunque soy adorada en muchos aspectos, y conocida por nombres innumerables... los troyanos, que fueron los primeros que nacieron en el mundo, me llaman Pesinuntica, madre de los dioses, los atenienses, naturales y allí nacidos, me llaman Minerva cecrópea, y también los de Chipre, que moran cerca de la mar, me nombran Venus Pafia, los arqueros y sagitarios de Creta, Diana, los sicilianos de tres lenguas me llaman Proserpina, los eleusinos, la diosa Ceres antigua y otros me conocen como Juno, otros Bellona, otros Hecates, otros Ranusia... pero los egipcios que se destacan en el aprendizaje y culto antiguo, me llaman por mi nombre verdadero ... Reina Isis."

Apuleyo, iniciado en los Misterios de Isis, en su libro: El Asno de Oro









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jueves, 30 de junio de 2022

REGRESO AL ÚTERO O EL MITO DE LA CAVERNA INICIÁTICA (Vídeo y Podcast)

El conocimiento de lo sagrado muchas veces se concibe como un proceso obstétrico, es decir como una nueva gestación, pues se trata de penetrar en el Universo espiritual donde está para el hombre la posibilidad de lo trascendente. Recordaremos que Sócrates se comparaba a sí mismo con una partera pues como ella ayudaba a la gente a nacer de nuevo, o lo que es lo mismo: a tomar conciencia de sí y del Cosmos. Esta simbología iniciática es análoga a la de otras tradiciones como es el caso del Budismo, donde el neófito pasa a denominarse “hijo natural del Bienaventurado nacido de su boca, nacido del dharma, modelado por el dharma”, o sea modelado por la doctrina salida de la boca del emisario que transmite la Enseñanza Tradicional. El propio Buda decía:

Yo he mostrado a mis discípulos los medios para poder crear, a partir de este cuerpo constituido por los cuatro elementos corruptibles, otro cuerpo de substancia intelectual completo, con sus miembros y dotado de facultades trascendentales.  (Mircea Elíade. Lo Sagrado y lo Profano).

Mª Ángeles Díaz

Texto completo en el Vídeo o Podcast 


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miércoles, 29 de junio de 2022

INICIACIÓN FEMENINA EL ARTE DEL TEJIDO (Vídeo)

 

Distintas tradiciones refieren que el oficio de tejer es un arte revelado a la mujer en el “tiempo mítico”, lo cual es hondamente significativo dado que toda su simbólica está asociada con lo femenino, siendo la Luna, como tejedora del tiempo, uno de los símbolos más directamente asociados a la mujer. Se trata, además, de un oficio que, como el de la construcción, puede elevarse al rango de poder explicar el Mundo (la Cosmología). Efectivamente, tejer e hilar está vinculado al tiempo y de ahí que las diosas del destino sean hilanderas, caso de tres hermanas conocidas como las Moiras o las Parcas que Platón describe en la República como hijas de la Necesidad. Acerca de los útiles y herramientas que estas tres mujeres emplean en su tejeduría, Platón señala la inmutabilidad del eje del huso, al que precisamente denomina el “huso de la Necesidad, gracias al cual pueden girar todas las esferas”. M.A.D.

 
#hermetismoymasonería



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jueves, 16 de junio de 2022

DE LOS ENEMIGOS DE LA FILOSOFÍA


Como todos sabéis, Sócrates, a quien muchos tenemos por el puntal de la Filosofía, fue calumniado y odiado por sus conciudadanos, todos ellos sofistas y hombres de letras, que no soportaban que los jóvenes le siguieran para escucharle y que la Pitonisa del Oráculo de Delfos le nombrara como el más sabio de los atenienses. En especial no aguantaban quedar en evidencia al no tener respuestas cuando eran interrogados por el viejo Sócrates, que además decía que lo único que sabía era que no sabía nada. De ahí nació el odio y la calumnia, la mofa y finalmente la sentencia de muerte por ingesta de cicuta. Durante el juicio que le llevó a tal condena, el filósofo tras recibir la sentencia se dirigió a la audiencia con una bellísima y coherente apología a la que corresponden las siguientes palabras:

“De la indagación han surgido todos estos odios y estas enemistades, que han provocado las calumnias que sabéis, y me han hecho adquirir el nombre de sabio; porque todos los que me oyen dialogar creen que sé todas las cosas sobre las que descubro la ignorancia de los demás. Me parece, atenienses, que sólo Dios es el verdadero sabio, y que esto ha querido decir a través de su oráculo, dando a entender que toda la sabiduría humana no es gran cosa, o mejor dicho, que no es nada; el oráculo ha elegido mí nombre como un ejemplo, y como si dijese a todos los hombres: el más sabio entre vosotros es aquel que reconoce, como Sócrates, que su sabiduría no es nada. Toda mi ocupación ha sido y es trabajar para persuadiros, jóvenes y viejos, que antes que del cuidado del cuerpo y de las riquezas, es del alma y de su perfeccionamiento de lo que os habéis de ocupar, porque no me canso de deciros que la virtud no viene de las riquezas, sino por el contrario, que las riquezas vienen de la virtud, y que es de aquí de donde nacen todos los demás bienes públicos y particulares. Pues bien, si diciendo esto corrompo a los jóvenes, tendré que aceptarlo, pero si alguien sostiene que yo digo una cosa distinta miente. Atenienses tened presente que, aunque se me impongan mil penas de muerte, no puedo sino afirmarme en todo lo que he dicho, así hagáis caso a Anito, me absolváis o no me absolváis. Y no digo más, porque es hora de partir, yo para morir, y vosotros para vivir. Quién de nosotros va a una mejor suerte, nadie lo sabe, solo los dioses lo saben”.

Mª Ángeles Díaz 


Imagen: "Sócrates dialogando", de John La Farge, 1905. (Wikipedia


martes, 14 de junio de 2022

AMOR - VERDAD - BEATRIZ - VENUS. Programa: "Masonería y Hermetismo desde mi Jardín Secreto" Texto, Vídeo y Podcast)


   Sabido es que en la literatura tradicional o simbólica los mitos y las leyendas tienen cuatro niveles de lectura (literal, alegórico, simbólico y metafísico), los cuales están en todas las cosas entre las que, por supuesto, está incluido el ser humano. También los textos sagrados y revelados de las distintas culturas poseen esos mismos niveles de comprensión, que evidentemente son grados de conocimiento. Grados, todos ellos, útiles y perfectamente jerarquizados como lo son, en efecto, los peldaños de una escalera. Una muestra de lo que intentamos decir la hallamos, precisamente, en la literatura amorosa profana en la cual, mezclados con textos sapienciales, se escriben versos halagando a mujeres reales sin tenerse en cuenta significados simbólicos y metafísicos, y por lo tanto sin percatarse los autores de estos textos de que la influencia de esa literatura afectiva desciende desde el mundo iniciático al profano, nunca a la inversa.

Sin embargo, esta desviación literaria respecto al sentido metafísico del Amor no es del todo achacable a los poetas profanos, ya que en muchos casos han sido intencionadamente inducidos a dicho equívoco por los propios iniciados, que de ese modo han salvaguardado del ostracismo, y a veces de la persecución, el sentido iniciático de muchos de estos textos simbólicos[1]. Aun así, esta no es la razón principal de esta ocultación, sino que la propia naturaleza de estas Enseñanzas doctrinales implica que su lectura más elevada esté reservada a aquellos que por una vía u otra han recibido el influjo espiritual que les permite desvelarla. No obstante, esta doble interpretación de la doctrina metafísica tiene una motivación añadida, expresada por Horapolo del Nilo (último sacerdote del templo de Isis) al referirse al sentido que los egipcios daban a sus jeroglíficos e ideogramas, de los cuales los sacerdotes extraían un sentido trascendente, mientras el pueblo podía obtener de su lectura literal enseñanzas beneficiosas para su vida cotidiana.

Son varios, y todos ellos relevantes, los autores tradicionales que han escrito libros cuyo tema versa sobre el Amor, identificado con la Verdad y con Beatriz, así lo declara Dante en la Vita Nuova cuando al hablar de Beatriz dice que esta debe ser “llamada Amor”. Una simbólica esclarecida y perfectamente descrita en el ritual del grado 26 de la Masonería Escocesa (Rito Escocés Antiguo y Aceptado), llamado “Príncipe de Gracia”, donde aparece una estatua representando la Verdad cubierta con un velo de tres colores, verde, blanco y rojo, referidos a los tres colores alquímicos. El capítulo de ese alto grado masónico tiene por nombre el “Tercer Cielo”, correspondiente al Cielo de Venus, la diosa del Amor. Durante la ceremonia ritual el Venerable escocés lleva una flecha en la mano y sobre el pecho un corazón dentro de un triángulo, siendo una personificación del Amor[2]. Como vemos, en este grado masónico la Verdad, el Amor y Venus se identifican, de igual modo que entre los Fieles de Amor, donde Beatriz se identifica con Verdad y Amor.


Emblema tricolor del Grado 26 de la Masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, llamado "Príncipe de Gracia".

En esta literatura iniciática sobre el Amor y la Dama Sabiduría que surge en el siglo XII en ciertas cortes, como la de Aquitania (de la que participan también los trovadores),  y que nutre a las Órdenes de Caballería, confluyen dos corrientes tradicionales: una procedente de Salomón (Cantar de los Cantares y Sabiduría), y otra de la Filosofía clásica, fundamentalmente a través de Platón (Fedro y El Banquete)[3] y Ovidio (El Arte de Amar), a las que debemos añadir las leyendas de origen celta recogidas en la saga del Grial, donde el amor a la Dama, como símbolo de la búsqueda interior, cobra toda la relevancia.

Aquí debemos citar a un escritor medieval conocido como André el Capellán y su obra titulada precisamente Sobre el Amor. Se trata de un autor clave en la transmisión de la doctrina tradicional, lo mismo que Chrétien de Troyes[4], ambos del siglo XII y pertenecientes a la corte de Aquitania. Sin embargo, no es autor solo el que escribe, lo es también el que define el tema, el argumento y el sentido de la obra, papel que en la creación de este libro debemos dar a María, condesa de Champagne e hija de Leonor de Aquitania, según nos lo cuenta el propio André.

Esta obra se nos presenta como un tratado sobre la energía del Amor, “verdadero motor que mueve todo lo que existe”, tal y como Dante señalaría en la Vita Nuova y en el último versículo de la Divina Comedia. Si bien hacia el final del texto entra en contradicciones que desvían completamente la atención del lector, debemos insistir aquí diciendo que no sería esta la primera vez en que una Tradición oculta a la mirada profana el verdadero fondo de esta poiesis, que no es otro que el de exaltar, bajo el velo de la poesía amorosa, pensamientos dirigidos a Dios mismo, en este caso al aspecto femenino más elevado de la Deidad.

La obra de André, es doctrinal y educativa, pues las Cortes de Amor, y los tribunales que dirigieron las mujeres de la corte de Aquitania, fueron lugares donde se educaron los comportamientos entre parejas y se resolvieron los conflictos que, por falta de formación o entendimiento, requerían una mediación justa que ellas ofrecían en los veredictos que dictaban de acuerdo a las estrictas reglas del dios Amor. Entre estas damas, además de la reina Leonor y su hija María, podemos citar a Beatriz, la condesa de Dia, trobairitz (trovadora) de la Provenza, Alix de Champagne, Hermenegilda, vizcondesa de Narbona, Stéphanette des Baux, Odalasie, vizcondesa de Aviñón, etc.

Venus de la Flor

Durante ese periodo histórico André recrea el Arte de Amar y Remedios de Amor de Ovidio, que son manuales prácticos de comportamiento y tratados filosóficos sobre el amor que le sirven como fuente principal de su propio tratado. Y es que Ovidio, autoproclamado “maestro de Amor”, tiene muy claro la forma en que este dios aparece ante los seres humanos y cómo estos deben proceder ante él. Lo primero, dice Ovidio, es descubrir qué es lo que verdaderamente amas, luego conquistarlo y lo más difícil, mantenerlo. Esta es la síntesis espiritual de toda interpretación iniciática cualquiera sea la forma que esta tome para expresarse. Y esa es precisamente la razón de que Beatriz (Amor-Verdad) le indique a Dante en el canto V del “Paraíso”, cuando ambos llegan al cielo de Mercurio:

Abre la mente a cuanto yo te digo / y guárdamelo bien; que no hace ciencia el entender, sino el guardar consigo.

Ovidio también trata a lo largo de su bibliografía del aspecto más humano del mito, y lo hace muchas veces a través del alma femenina, en concreto en sus Heroidas, donde una serie de mujeres, heroínas de la Ilíada y la Odisea, nos son presentadas por el autor bajo un aspecto más relacionado con la “Venus Pandemos”, que es a fin de cuentas una creación de la “Venus Urania” en su cara más humana, y como señala la historiadora del arte Adara Mª Ariza Díaz recogiendo esta tradición:

Afrodita-Venus es físicamente bella porque representa la Belleza divina. En este sentido, debemos recordar la distinción que Platón establece entre la Afrodita Urania y la Afrodita Pandemos. Mientras que la primera, nacida sin madre del esperma de Urano, dios del Cielo, simboliza la Unidad de lo divino, la segunda, hija de Zeus y Dione, es la multiplicidad, es decir, lo terrenal y mutable. Pese a la evidente inferioridad de la Afrodita Pandemos, cumple un papel importante para la filosofía platónica, ya que por ella lo divino se muestra a los hombres, permitiendo su acceso a la Verdad última[5].  Mª Ángeles Díaz



[1] Jacques de Baiseux, otro integrante de la milicia secreta en la que estuvieron constituidos los Fieles de Amor, en su poema C’est des fiez d’Amours, ordena “que no se revelen los consejos de Amor, sino que se oculten con todo cuidado”.

[2] Ver: Sedir. Historia y Doctrina de la Rosa Cruz. Cap. I Editorial Humanitas. Barcelona 1992 y Le Tuilleur de Vuillaume. Dervy-Livres, París 1983. Asimismo, René Guénon, Esoterismo de Dante. Cap. III.

[3] En El Banquete, Sócrates habla de Diotima, su “maestra en las cosas del Amor”, según afirma él mismo afirma, quien le enseña acerca de la naturaleza de este dios, sobre quiénes son sus progenitores y cuál es su utilidad. Un tema sobre el que vuelve León Hebreo en sus Diálogos de Amor, y Marsilio Ficino en su De Amore.

[4] Ver René Guénon. Esoterismo Cristiano. Cap. VII, “Fieles de Amor y Cortes de Amor”.

[5] Afrodita-Venus. Cuadernos de la Tradición Unánime, 2018. bibliotecahermética.com




martes, 7 de junio de 2022

ANDROS, PARADIGMA DEL CENTRO DE UNA HISTORIA VERTICAL Mª Ángeles Díaz


No todos los viajes terminan cuando uno regresa al lugar donde tiene su casa, su familia, su trabajo, su rutina… Algunos son como si se llevaran dentro y por eso son viajes que continúan realizándose en el interior, suscitándonos nuevas aventuras intelectuales y encuentros con personajes verdaderamente fascinantes, a los que merece la pena conocer, indagar en sus vidas y obras, lo que abre una ventana a otra época y otro entorno vital y geográfico. Pero especialmente abren un espacio nuevo en el corazón y una renovada percepción sobre las cosas. Cierto que eso nos puede ocurrir en cualquier parte a donde vayamos, pues personajes insignes los ha habido por doquier a lo largo del tiempo, pero lo que no es habitual es descubrir que las personas más relevantes con las que te vas encontrando «fortuitamente» en el trayecto, si bien pertenecen a diferentes momentos de la Historia, están todas ellas mágicamente vinculadas a la isla de Andros y al mismo tiempo a la Tradición Hermética.

El hecho de que Hierogliphyca, el libro de Horapolo del Nilo, nada menos que el eslabón que une la tradición griega a la egipcia, y que descubre los misterios de la lengua del sacerdocio, se conservara en Andros hasta el Renacimiento –cuando fue adquirido allí por Cristóforo Buondelmonte quien lo hizo llegar hasta Marsilio Ficino–, para mí está indicando que Andros es un lugar especial y que su vinculación con Thot-Hermes está ratificada en todos y cada uno de los fragmentos de su historia y su arqueología. Así lo intuyó Federico, que es quien primero se fijó en esta isla vinculada con la Tradición Hermética.

Lo cierto es que he podido comprobar que estas ilustres personas a las que me refiero, y que de forma asombrosa desde el principio me salen al paso, constituyen en mismas eslabones de la cadena áurea. Se trata de personajes cuya relevancia ha sido la de sustentar a lo largo de las épocas, la Filosofía Perenne, siendo ellos los que, en distintas coyunturas del tiempo, han mantenido vivo el lazo de los seres mortales y transitorios con la Identidad Suprema. Y aunque el nivel de aproximación y comprensión que alcanzaron es distinto en cada uno de ellos, como diferentes han sido sus circunstancias y sus propias sensibilidades, lo llamativo es que todos se han constituido en la correa de transmisión de la Antigua Sabiduría egipcia y greco-romana que vivió a través de Pitágoras, Sócrates, Platón, los neo-pitagóricos y los neo-platónicos, quienes asimilaron y sintetizaron todo ese saber ancestral heredado de la Tradición Primordial: aquélla que nos señala a los hombres de todas las épocas el camino vertical y nos da los valores eternos, soporte fundamental para crear –o refundar–, adaptándola a los tiempos, una Cultura.

El caso es que hace más de cuatro meses que volví de Andros y sin embargo el recuerdo de ese lugar no ha dejado de tener presencia viva en mi memoria, especialmente porque no han dejado de producirse hechos verdaderamente mágicos que me acercan una y otra vez a la isla, dándome a conocer una historia verdadera, aunque aparentemente oculta, relacionada con la Tradición de Hermes y con el Mediterráneo. Sin duda algo me querrá decir todo esto, tal vez tenga que volver a Andros...

No me mueven deseos de aventura, aunque sabemos la eficacia que tienen los viajes para cambiarnos las imágenes e integrarnos en un tiempo nuevo. Aquello que me llevaría de nuevo a la isla es más bien una necesidad espiritual de rememorar y fijar, o sea, de seguir profundizando en ciertas señales e indicaciones que me dicen y me hablan con fuerza magnética de Andros.


La intención no es devolverles la memoria a esos parajes y a los héroes que los poblaron, y que me asaltan continuamente en el camino, sino que estos antepasados me la devuelvan a mí. Y porque lo interesante y emocionante del asunto es comprobar que las señales que de continuo recibimos, mezcladas entre cientos de cosas aparentemente inconexas, están concatenadas y que más bien se trata de afinar el oído, o mejor, encontrar el hilo vertical que las une como las perlas ensartadas por el destino, haciéndonoslo todo más comprensible.


Ese es el sistema que utiliza el lenguaje simbólico para comunicarnos las verdades más íntimas y misteriosas, pero también las más reveladoras, que son las que de ordinario se ocultan tras las apariencias de una simple anécdota. Sin embargo, muchas veces sólo hace falta prestarles la atención adecuada para advertir su ligamen con otros planos y descubrir, de ese modo, un discurso coherente y pleno de analogías. Se nos revela, por así decir, otra lectura y dimensión del tiempo y del espacio, pero sobre todo se revelan ámbitos secretos de nuestra geografía interior. Seguramente es en este sentido como deben entenderse las palabras de Federico, cuando señala que:

 

…el hombre es un privilegiado, pues en cualquier momento puede recuperar la memoria de sí, intentar reconstruir su pasado glorioso, volver a sus fuentes perdidas.

El hilo del tiempo teje permanentemente en su rueca esta urdimbre y trama, que es un soporte para conocer lo atemporal, lo eterno, presentido oscuramente en nuestro interior, y que es, en definitiva, el motor secreto que nos impele a realizar todos los actos, aunque no sepamos este hecho o lo traduzcamos de mil maneras tan superficiales como anecdóticas. (El Simbolismo de la Rueda, cap. VI).


Estos son los preliminares de los que parto para relatar los entresijos que me llevaron a descubrir nuevas etapas de mi viaje mágico-hermético a Andros, la isla convertida para en paradigma del centro de una historia vertical. Mª Ángeles Díaz