Potencias que estáis en mí, cantad al
uno y al todo; concertaos con mi voluntad
potencias todas que estáis en mí:
santo conocimiento, iluminado por ti, a
tu través, canto a la luz inteligible y me
regocijo en la alegría del pensamiento.
Potencias todas, cantad conmigo. Y tú
también, templanza, canta conmigo. Mi
justicia canta a lo justo a través de mí.
Mi generosidad canta al todo por mí.
Verdad, canta a la verdad. Bien canta
al bien. Vida y luz, de vosotras procede
la alabanza y a vosotras regresa. Padre,
energía de las potencias, gracias te doy,
Dios, potencia de mis energías. Tu palabra
te canta a mi través, recibe a mi través
el todo en la palabra, como sacrificio verbal.
Estas cosas claman las potencias que hay
en mí, cantan al todo, cumplen con tu
voluntad, tu determinación que viene
de ti a ti vuelve, el todo. Recibe de todas
el sacrificio verbal. El todo que ya está en
nosotros ¡sálvalo vida!, ¡ilumínalo luz,
[aliento vital], Dios! Pues a tu palabra la
apacienta el pensamiento, creador que
aportas el aliento vital, sólo tú eres Dios.
Tu hombre proclama estas cosas a través
del fuego, a través del aire, de la tierra y
de tus criaturas. He obtenido de tu eternidad
la alabanza y, tal como buscaba,
estoy en reposo por tu voluntad. He visto
por tu voluntad. (Corpus Hermeticum,
Tratado XIII, 16 y sig.).
Tomado del Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos de Federico González Frías