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domingo, 11 de abril de 2021

ISOTTA DE NOGAROLA. MUJERES DE LA IGLESIA SECRETA


Isotta de Nogarola (1418-1466) es una de las mujeres que formaron parte de la Iglesia verdadera, la Iglesia expresada en los Evangelios (tanto los canónicos como los apócrifos). Esta nueva serie nos permitirá destacar la presencia de una corriente de pensamiento que, como una antorcha siempre viva y con influencias derivadas de las corrientes gnósticas y neoplatónicas, nunca dejó de transmitir el verdadero espíritu de las enseñanzas de Cristo, o lo que es lo mismo, la esencia evangélica, para lo cual debieron combatir a la curia extraviada que, en un momento dado, desviaron los principios cristianos y usurparon los púlpitos para llenar la cabeza de los oyentes de aire y de temor.  De ella es esta cita:
"El hijo unigénito de Dios cumpliendo el misterio de su muerte afirma que en él se consumó todo dolor y, entonces inclinando la cabeza expiró, así que lo que el ser humano perdió, Cristo lo recuperó. (…) Dice San Agustín en el libro del Génesis: "Dios no puede hacer nada contra aquella naturaleza que por su propia voluntad fue creada.(…) San Agustín nos da la razón cuando dice que en nuestra mente no hay nada sino Dios".
A pesar de vivir retirada y dedicada a la escritura, su fama se extendió por todas las Cortes y en Florencia algunos pensaban que Isotta era la más sabia de su época, por encima de muchos otros. Y nada menos que el Cardenal Bessarion, la "Luz de la Academia”, según lo apodó Marslio Ficino, quiso conocerla trasladándose expresamente a Verona para ello. Así se escribía de todo esto en 1765:
"Isotta fue el Oráculo de su siglo; porque sobre su ser muy docta en Filosofía, y Theología, se le añadió el ornamento de varias lenguas, gran lectura de los Padres, y en eloqüencia se asegura, que no fue inferior a los mayores Oradores de aquella edad. Las pruebas de su facundia no fueron vulgares; pues oró varias veces delante de los Papas Nicolao V, Pio II, y en el Concilio de Mantua, que convocó este Pontifice, a fin de unir todos los Principes Christianos contra el Turco. Aquel ilustre Protector de las letras el Cardenal Besarion, haviendo visto algunas obras de Isotta, quedó tan prendado de su espíritu, que hizo viage de Roma á Verona, solo por verla."[1] 

En realidad, vamos a destacar a un ramillete de féminas convertidas en eslabón de una cadena de pensamiento que ininterrumpidamente ha sostenido los pilares de la doctrina cristiana culta, que no significa necesariamente erudita, sino en el sentido de que ha cultivado sin cesar entre sus semejantes la fecundidad emanada del Verbo encarnado.

La mayoría son mujeres desconocidas, ya que en general los historiadores se hallan en dificultades para formarse de ellas un perfil que explique la aparente contradicción que supone para muchos “creyentes” el que estas devotas y piadosas mujeres pudieran seguir el catolicismo y al mismo tiempo las doctrinas paganas; como si estas fueran incompatibles con la enseñanza evangélica cuando, como es bien sabido, existió un gnosticismo en los propios orígenes del cristianismo. Véanse sino ciertos evangelios apócrifos.

El periodo de la Inquisición con sus tribunales instalados en universidades como la Sorbona de París llegaron al extremo de declararlas “personas no humanas”, a las que dieron por ello el nombre de brujas.

Si me queréis seguir por esta galería de damas, os presentaré a algunas de ellas, señalando además que de sus biografías no nos interesan sus rasgos personales sino las ideas universales de las que son trasmisoras a través de su propio pensamiento y periplo vital.

Mª Ángeles Díaz. Los Corresponsales de Marsilio Ficino y el Entorno Femenino de la Academia Platónica de Florencia.

Imagen: Serie "Mujeres de la Iglesia Secreta" 1 

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[1] Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro. Theatro crítico universal, o Discursos varios en todo género de materias para desengaño de errores comunes. 1765.


domingo, 3 de marzo de 2019

DIOTIMA DE MANTINEA SACERDOTISA Y MAESTRA DE SÓCRATES


Diotima a Sócrates:

El Amor no es ni bello ni bueno. No pienses que todo lo que no es bello es necesariamente feo, y que todo lo que no es bueno es necesariamente malo. Y por haber reconocido que el Amor no es ni bueno ni bello, no vayas a creer que necesariamente es feo y malo, sino que ocupa un término medio entre estas cosas contrarias.
(Mi Fb)  https://www.facebook.com/maangeles.diaz

sábado, 2 de febrero de 2019

EL SÍMBOLO DEL LABERINTO. Introducción a la Ciencia Sagrada Programa Agartha. Federico González y Colaboradores. Donde leemos:


(Fig. 1)


"El símbolo del Laberinto ejemplifica perfectamente el proceso del Conocimiento, al menos en sus primeras etapas, aquellas en las que el ser ha de enfrentarse con la densidad de su propio psiquismo (reflejo del medio profano en que ha nacido y vive), esto es, con sus estados inferiores, separando alquímicamente lo espeso de lo sutil, que el alma experimenta como sucesivas muertes y nacimientos –solve et coagula–, sorteando al mismo tiempo numerosas pruebas y peligros que no hacen sino traducir el propio conflicto o psico-drama interior. Ese desasosiego es propio de aquel que habiendo abandonado sus seguridades e identificaciones egóticas descubre ante sí un mundo completamente nuevo, y por tanto desconocido, pero hacia el que se siente atraído porque en verdad intuye que atravesándolo es que podrá reencontrarse con su verdadera patria y destino.

Esa impresión indeleble de estar totalmente perdidos ha de llevarnos imperiosamente a encontrar la salida, ayudados siempre por la Tradición (y sus mensajeros los símbolos), que en este caso nos llega por medio de este Programa Agartha, que a modo de guía o eje ha de conducirnos (siempre y cuando nuestra actitud sea recta y sincera) a un estado de virginidad, a un espacio vacío imprescindible apto para la fecundación del Espíritu, lo cual se vive en lo más interno y secreto del corazón.

(Fig. 2)


Debemos señalar que muchos laberintos representados en el arte de todos los pueblos son auténticos mandalas o esquemas del cosmos, es decir de la vida misma, con sus luces y sombras, lo que nos permitirá comprender que ese proceso laberíntico es en realidad un viaje arquetípico, una gesta, en suma, que todos los héroes mitológicos y hombres de conocimiento han realizado, y que nos servirá de modelo ejemplar a imitar, tal y como estamos viendo en la serie "Biografías". 

En verdad el viaje por el laberinto es un peregrinaje ligado a la búsqueda del centro, y en este sentido es importante destacar que en muchas iglesias medioevales figuraba un laberinto (como en Chartres, en medio del cual aparecía antiguamente el combate entre Teseo y el Minotauro) que recorrían de forma ritual todos aquellos que, por una u otra razón, no podían cumplir su peregrinaje al centro sagrado de su tradición (por ejemplo Santiago de Compostela, o Jerusalén), el que era considerado un sustituto o reflejo de la verdadera "Tierra Santa", donde los conflictos y luchas han finalizado, posibilitando así el ascenso por los estados superiores hasta lograr la salida definitiva de la Rueda del Mundo.

(Fig. 3)


Como hemos dicho anteriormente hablando de la simbólica del Templo, esos laberintos se encontraban justo después de la pila bautismal (Yesod), y antes de llegar al altar (Tifereth, el corazón), es decir entre el bautismo de agua –relacionado con la regeneración psicológica y los viajes terrestres– y el bautismo de fuego, vinculado a su vez con el sacrificio por el espíritu y los viajes celestes, horizontales unos y verticales los otros. En el Árbol Sefirótico, el laberinto corresponde, pues, a Yetsirah, el plano de las formaciones, o de las "Aguas inferiores", las que el aprendiz ha de atravesar en su viaje por los estados y mundos del Árbol de la Vida.

Añadiremos, para finalizar, que en el Adam Kadmon microcósmico, o sea el hombre, este laberinto ha de ser ubicado en la zona ventral, área que se destaca tanto por sus combustiones y revoluciones, como por la analogía que presentan sus órganos internos con la representación general del laberinto".

(Fig. 4)


Notas:
Fig. 1: Laberinto de Saint Omer. Fuente: La Masonería y el Arte del Bordado. Mª Ángeles Díaz. Biblioteca Hermética la Memoria de Calíope Texto en PDF.
Fig.2: Casa de Lucrecio, Pompeya. Paolo Santarcangeli, El libro de los laberintos (il. nº 23). Siruela, Madrid 1997, que hemos tomado de Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. de Federico González y Colaboradores. Número 25-26 de la Revista Symbolos Arte - Cultura - Gnosis. ISSN 1562-9910. 
Fig. 3: Laberinto de Cormerod, Imagen tomada del Número 4 de la Revista Symbolos
Fig. 5 Adam Kadmon: Wikipedia
Ver también en la sección Artículos de la Gran Logia Operativa Latina y Americana