La imagen que de los dioses y númenes nos hemos forjado los humanos a lo largo de la Historia ha sido muy variada, desde la forma antropomórfica (caso de los griegos y romanos, entre otros) hasta los que los representaron con rasgos de animales (los egipcios, caldeos, precolombinos, etc.).
Asimismo, tenemos a los que los figuraban bajo un símbolo numérico y geométrico, o como un elemento determinado de la Naturaleza terrestre y cósmica que estuviera en correspondencia con la idea-fuerza que conformaba la esencia misma del dios, siendo este el caso del Sol y la Luna, así como del resto de luminarias que pueblan la bóveda celeste.
Según algunas fuentes tradicionales, el Sol (Apolo) recibe su nombre de «Solo él», porque cuando está en el firmamento solo él reina. En cuanto a la Luna, su paredro, fue llamada Diana entre los romanos, porque «hace de la noche día».
Respecto al nombre de la diosa Hera, dice Platón, que es una forma disimulada de aire y en cuanto a Apolo, añade el filósofo en el Crátilo:
"No hay ningún nombre que, por sí solo, hubiera podido ajustarse mejor a las cuatro atribuciones que son las propias del dios; su nombre alcanza a todas y, por así decirlo, las hace ver: música, adivinación, medicina y ciencia del arco, sincero y llano, que siempre da en el blanco, purificador, autor del movimiento simultáneo" Mª Ángeles Díaz
Imagen del frontispicio:
Serie Teatro Hermético de la Memoria Nº 66.
Inspirada en el Teatro de la Memoria de Federico González Frías.
https://dmiventana.blogspot.com/ Publicación Mª Ángeles Díaz
2 comentarios:
Gracias Marí Ángeles.
Quién enseña al arte del arco enseña a no errar. Saludos,
Òscar
Muy cierto Oscar
Gracias por pasar por aquí.
Un saludo muy cordial
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