sábado, 18 de julio de 2020

TRIBUNALES DE AMOR



Decíamos en el post anterior que los Tribunales de Amor existieron desde el siglo XII al XIV en la Provenza y también en otros lugares y en ellos Leonor de Aquitania, su hija, María de Champaña y un grupo de compañeras y algunos caballeros, ejercieron de mediadoras en conflictos y disputas entre hombres y mujeres que los elegían como árbitros para dirimir sus diferencias, y cuyo veredicto estaban obligados a acatar. 

Ese fue un modo de educar y corregir comportamientos y errores en el trato entre la pareja, al tiempo que se ponían de relieve los efectos que tiene el Amor sobre las vidas y las relaciones humanas.

Decíamos también que André el Capellán recoge veintiuno de esos juicios, en cinco de los cuales la sentencia es emitida por María de Champaña; tres más son sentenciados por su madre, Leonor de Aquitania; otros tres por Alix de Champaña; cinco por la vizcondesa Ermengarda y dos más por la condesa de Flandes: Elizabeth de Vermandot de Narbona y uno por la asamblea de Gascuña. 

Por nuestra parte, y a modo de ejemplo, reproducimos tres de esos juicios y su sentencia:

PRIMER JUICIO, ACTÚA COMO JUEZA MARÍA DE CHAMPAÑA

Este dictamen lo reclama cierto caballero, oficial de palacio, quien expone ante el tribunal que amaba sin medida a su dama y disfrutaba de sus abrazos, ella sin embargo no le amaba del mismo modo. Ante esa situación él quiso romper la relación, pero ella temiendo perderlo se opone a su voluntad.

El veredicto de María es el siguiente:

“Ciertamente es perversa la intención de una mujer que exige ser amada, pero se niega a amar. No tiene sentido exigir a los demás sin consideración algo que uno niega”.

SEGUNDO JUICIO, ACTÚAN COMO JUECES UNA ASAMBLEA DE DAMAS

El caso que se presenta ahora para su resolución es el siguiente: Un caballero divulgó torpemente las intimidades y secretos de su amor. Todos los que militan en el ejército del amor piden que se castigue severísimamente semejante exceso, pues temen que el ejemplo de tal traición sea motivo para que otros lo sigan. En consecuencia la asamblea de damas, reunidas en Gascuña, tomó por unanimidad la firme y definitiva resolución siguiente:

Que ese hombre perdiera toda esperanza de amor y llevara en todas las cortes, tanto de damas como de caballeros, el estigma de persona censurable y despreciable. Y si una mujer violara temerariamente las resoluciones de estas damas, entregándole su amor, quedaría sometida para siempre a la misma pena y, por tanto, sería tenida por enemiga de toda mujer honesta.

TERCER JUICIO, ACTÚA COMO JUEZA LA REINA LEONOR DE AQUITANIA

Un caballero solicitó el amor de una dama, que ésta se negó rotundamente a concederle. El caballero, no obstante, le envió unos regalos muy valiosos que ella aceptó con cara sonriente y ávido corazón. Después, sin embargo, se mostró esquiva en el amor y su respuesta fue rechazarle de nuevo. El caballero manifestó sus quejas, creyendo que el aceptar los regalos era expresión del amor, una esperanza que ahora le negaba sin motivo. 

La reina Leonor respondió así: 

“O la dama rechaza los regalos ofrecidos, o los compensa con el favor del amor, si no tendrá que soportar pacientemente que se la incluya en la compañía de las prostitutas”.







miércoles, 8 de julio de 2020

SOBRE LA CLASE DE MUJERES QUE HABITAN EN EL PALACIO DE AMOR


Siguiendo con los relatos del ciclo del Grial

“Se dice, y yo lo creo, que en el centro del mundo fue construido un palacio con cuatro hermosísimas fachadas y que en cada una de ellas hay una puerta por demás hermosa. Pero en este palacio sólo Amor y algunas comunidades de mujeres merecieron vivir. La puerta Oriental se reservó para sí solo el dios del Amor. Las otras tres quedaron destinadas a cierto tipo de damas.

La puerta Meridional siempre mantiene las puertas abiertas y en todo momento se encuentran mujeres en el umbral. Lo mismo sucede con las damas de la puerta Occidental, pero a estas siempre se las encuentran ociosas ante la puerta. En cambio, las que merecieron la custodia de la puerta del Septentrión permanecen siempre con la puerta cerrada y no ven nada de los exteriores del palacio. ¿A qué clase de estas pretendéis pertenecer?

-Las que están en la puerta del Sur o Meridional, son aquellas damas que cuando alguien pide acceso al palacio tratan de indagar con toda diligencia de qué méritos es digno, de qué virtudes está adornado. Y cuando su confianza es total los admiten con todos los honores de que son merecedores. Por el contrario, alejan del palacio del Amor a los indignos. […] Son las que quieren amar y no rechazan a los amantes dignos. Y con toda razón, pues están todas orientadas al Sur y han merecido ser tocadas por el rayo del Amor, el mismo que habita en Oriente

-Las que tienen como suya la puerta Occidental son mujeres vulgares que no rechazan a nadie y admiten a todos sin diferencias, expuestas como están a todo tipo de deseos […] Son las meretrices que apenas aman a alguien, ni se advierte tampoco que sean amadas por hombre íntegro alguno. Y es comprensible, puesto que, como sus habitaciones dan a Occidente. El ardiente rayo del Amor no puede llegar a ellas desde Oriente

-Las que cuidan la puerta Septentrional y viven siempre con la puerta cerrada, son las que no abren la puerta a nadie que llame, sino que cierran la entrada al palacio del Amor. […] Son las que se niegan a amar, aunque son amadas de muchos. Y ello porque Dios no mira a las que están a su izquierda, porque son malditas”.

Este es un fragmento del "Libro del Amor ", de André el Capellán (1150-1220) escrito a petición María de Champaña y de su madre, Leonor de Aquitania, conocida como la “reina de los trovadores”, creadoras ambas de los llamados “Tribunales de Amor”, un órgano constituido por 31 leyes que, según la leyenda, fueron dictadas de viva voz por el mismo rey del Amor y puestas por escrito con el mandato de que fueran entregadas a todos los amantes. Dichas reglas, inscritas en el ciclo del Grial, se custodiaban en el palacio del Rey Arturo en una percha de oro, junto a un halcón, hasta que un día fueron conquistadas por un joven caballero bretón cuyo afán era hacerse merecedor del amor de una hermosa joven de la que se había enamorado. 

Estos tribunales existieron desde el siglo XII al XIV en la Provenza y también en otros lugares y en ellos estas dos damas, junto a un grupo de compañeras y algunos caballeros, ejercieron de mediadoras en conflictos y disputas entre hombres y mujeres que las elegían como árbitros para dirimir sus diferencias, y cuyo veredicto estaban obligados a acatar. Ese fue un modo de educar, corregir comportamientos y errores en el trato entre la pareja, al tiempo que se ponían de relieve los efectos que tiene el Amor sobre las vidas y las relaciones

André el Capellán recoge veintiuno de esos juicios, en cinco de ellos la sentencia es emitida por María de Champaña; tres son sentenciados por su madre, Leonor de Aquitania; tres más por Alix de Champaña, cinco por la vizcondesa Ermengarda; dos más por la condesa de Flandes, Elizabeth de Vermandot de Narbona y uno por la asamblea de Gascuña. Mª Ángeles Díaz

Pintura: Edmund Blair Leighton (1853-1922).



ENTRADAS DEL BLOG SOBRE ESTE TEMA:


Continuará


sábado, 4 de julio de 2020

DANTE ENCUENTRA A BEATRIZ EN LA VIDA NUEVA

ALABANZA
Lleva en sus ojos al amor sin duda
la que embellece todo lo que mira;
y tal respeto su presencia inspira,
que el corazón le tiembla al que saluda.
Dobla él la faz que de color se muda
y sus defectos al sentir suspira;
huyen ante ella la soberbia e ira;
¡oh bellas, dadme en su loor ayuda!
Toda dulzura, toda venturanza
nace el alma del que hablar la siente;
mas, si en sus labios la sonrisa brilla,
se muestran tal, que ni la lengua alcanza
nunca a decir, ni a comprender la mente
tan nueva e increíble maravilla.
Dos lienzos de Raffaello Sorbi. con el título Dante encuentra a Beatriz, 1903


SALUDO
Tan honesta parece y tan hermosa
mi casta Beatriz cuando saluda,
que la lengua temblando queda muda
y la vista mirarla apenas osa.
Ella se va benigna y humilde
y oyéndose loar, rostro no muda
y quien la mira enajenado duda
si es visión o mujer maravillosa.
 Muéstrase tan amable a quien la mira
que al alma infunde una dulzura nueva
que solo aquél que la sintió la sabe.
Raffaele Giannnetti. Encuentro de Dante y Beatriz, en el jardín Boboli, 1877

viernes, 26 de junio de 2020

DE LA DIOSA OCASIÓN Y DE POR QUÉ LA PINTAN CALVA


En la emblemática hermética a la diosa Ocasión la pintan calva, es una de las enseñanzas que ha trascendido al hermetismo popular y que de un modo u otro todos saben interpretar. Ella es hija del continuo fluir del tiempo, y hermana de la Fortuna. Se presenta de repente y de forma veloz desaparece. Si la ves venir de cara la puedes agarrar del mechón de cabello que cae sobre su frente, más si la dejas pasar habrás perdido la posibilidad de agarrarla, pues por detrás es calva.

Una vez perdida la Ocasión, nace el remordimiento y la penitencia que merece la torpeza de no haberla aprovechado cuando se presentó ante ti.

Sin embargo, hay otra lectura que es la que en esta pintura de la escuela del hermetista Andrea Mantegna nos expresa. Mientras el joven corre para atrapar a la Ocasión que se presenta ante él alada y sobre una esfera, que en este caso es símbolo de movimiento e inestabilidad, otro personaje, la Constancia, virtud apoyada sobre una figura estable como es el cubo, lo retiene, lo que indica que la constancia en el trabajo y el estar preparado es lo más adecuado que uno puede realizar. De ese modo cuando llega la Ocasión se estará en condiciones de aprovecharla o de dejarla pasar.

Es decir, que no se trata de esperar sentado a que llegue la ocasión, sino en estar preparado, ser constante en el empeño, pues sin esa virtud consolidada la Ocasión pasará de largo.
Alciato nos muestra otro emblema donde aparece la diosa Ocasión siendo llevada velozmente por un viento favorable y portando una navaja abierta en una mano, indicando esto que dejar pasar la ocasión, por no haberla visto venir, es igual a dejarla morir. 

Petrarca habla de todo ello en su obra “De los remedios contra la próspera y adversa fortuna”, donde señala “quiso la natura que el fin fuese incierto.

Giovan Battista Bonacina es el autor de este emblema, "La Diosa Fortuna Jugando a los dados con el Padre Tiempo", es un juego donde el destino de todo el orbe está sometido a una partida de dados entre  el Tiempo y la Fortuna, y en la que cuenta muchísimo la Ocasión. 


Alciato nos muestra en este emblema a la diosa Ocasión llevada velozmente por el viento favorable al vuelo de sus alas, y portando una navaja en una mano, pues si al presentarse en una coyuntura específica del tiempo y no ser aprovechada, sino dejarla correr, solo le queda morir, pues es imposible recuperar el tiempo perdido. En otros emblemas la ocasión está representada con una lanza, para significar la misma idea.


Figura de Alciato
LA OCASIÓN
Soy obra de Lisipo, y soy llamada
La coyuntura del tiempo,
De quien no ay cosa que no esté domada
Estoy en lo más alto y más subido
De aquesta rueda, porque siempre ruedo.
Y el pie de leves alas es fornido
Porque parar no pueda ni estar quedo
Y para declarar mi delgadeza
Y quánto desatar y cortar puedo,
Navaja traigo de gran agudeza.
Y porque a quien topare pueda asieme
Cabello dio delante a mi cabeza.
Y por si alguno permitiere irme
No pueda por detrás después tomarme,
Prendiéndome con mano cierta y firme,
Quiso de la cabeza despojarme
De los cabellos la parte postrera
Y en público lugar manifestarme
Para que vista fuese de cualquiera.



La Diosa Ocasión veloz sobre una rueda





La Tradición Unánime: Entrevista a Francisco Ariza sobre Filosofía Perenne.

sábado, 20 de junio de 2020

Isabel d'Este. La Gran Dama del Renacimiento. La Memoria de Calíope

Isabel d'Este escultura de Cristóforo Romano


Biografía de Isabel d'Este, princesa de la Corte Renacentista de Mantua, y una de las mujeres mejor relacionada de su época, pues fue amiga de filósofos, artistas, políticos, militares ,hombres de la Iglesia, etc. Gracias a seguir su huella y al enorme archivo que nos legó, hemos podido seguir sus pasos y convivir con todos aquellos que fueron protagonistas del resurgir de las ideas arquetípicas en el hombre de esa época de la cual hemos heredado todo lo que de más valor tenemos hoy en día los contemporáneos. Este es un vídeo que realicé hace unos años y que hoy hemos vuelto a editar para el canal de La Memoria de Calíope y la Biblioteca Hermética.



Carbón y oleo de Isabel d'Este por Leonardo da Vinci



jueves, 11 de junio de 2020

¿Quién es más bella, Hera, Atenea o Afrodita? "El Juicio de Paris". Museo de Bellas Artes de Málaga




Paris emitiendo su veredicto sobre aquél dilema: ¿Cuál de las tres diosas griegas es la más bella? Hera, la protectora del hogar y del orden matrimonial; Atenea, la diosa de la paz, la Sabiduría y la civilización, o Afrodita, la diosa del Amor?

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miércoles, 20 de mayo de 2020

TRES NUEVOS TÍTULOS EN LA BIBLIOTECA HERMÉTICA.COM

                                             

La Biblioteca Hermética acaba de incorporar tres nuevos títulos a su colección de "Textros de la Tradición Unánime", en PDF gratis, cuyas portadas recogemos aquí, así como el link al post que los acoge en la página de la BIBLIOTECAHERMÉTICA.COM 
https://www.bibliotecahermetica.com/


AURORA, del hermetista cristiano Jakob Böhme 

SOBRE EL ZEN, Mª Ángeles Díaz

CORPUS HERMETICUM. Poimandrés

lunes, 4 de mayo de 2020

GEMISTO PLETÓN, OTRO ESLABÓN DE LA CADENA ÁUREA

Gemisto Pletón (1360-1452), importante eslabón de la «cadena áurea» y cuya efigie podemos ver en la Galería de los Uffizi junto a otros retratos de personajes que consiguieron, remando en una misma dirección, poner en pie las columnas de una Tradición sapiencial y crear con dichos mimbres una utopía que conocemos como el Renacimiento, justamente porque hicieron renacer un espíritu que ha sido el que ha vivificado periódicamente Occidente, que no es únicamente un lugar geográfico, sino un espacio mental, un lugar del alma.

Pletón, que toma su nombre de Platón, es la persona que recopiló, entre otros textos, el Corpus Hermeticum y los Oráculos Caldeos, reunidos y revividos siglos antes por el platónico bizantino Miguel Pselos.

Imposible estar en Florencia y no rememorar la gesta de Pletón cuando, en el año 1442, llegó a esta ciudad en compañía de su discípulo, el cardenal Bessarión, ambos procedentes de Bizancio, ya que habían sido invitados a dar una serie de conferencias en esta ciudad del Arno con ocasión de celebrarse un Concilio muy importante que pretendía encontrar una solución para unificar las Iglesias de Oriente y Occidente, puesto que la división que mantenían no hacía sino debilitar el propio Cristianismo. Un intento que ambos personajes ya habían llevado a cabo anteriormente en Ferrara con el fin de unir la Iglesia Católica Romana y la Ortodoxa Griega.

Dicen que las charlas que dio Gemisto Pletón en Florencia calaron muy hondo entre el público asistente, y que fue el calor de sus palabras el que impulsó a Cosme de Medici a decidirse a crear la Academia Platónica en su villa de Careggi, con el fin de que pudieran reunirse los textos sapienciales que en esa época andaban desperdigados, traducirse, estudiarse y en definitiva salvaguardarlos de las llamas, el extravío y la incomprensión.

Muchos de los textos clásicos que hoy citamos como fuente fidedigna de nuestra Tradición, tuvieron su propio renacimiento en esta villa florentina que bajo la dirección de Marsilio Ficino, máximo representante de esa proeza cultural. 

En su libro, titulado Leyes, Pletón habla de los dioses, es decir- en palabras de Federico González “de la organización de estos o sea del conocimiento de la cosmología y su relación con las almas humanas que ubicadas en el último peldaño de la jerarquía de la inmortalidad deben tomar conciencia del bien divino expresado en el orden perfecto de la creación mediante la verdad y la belleza, invocando a aquellos mediante himnos recitados a lo largo del ciclo anual de un modo rítmico y concentrado, forma de manifestar su entrega absoluta a la deidad”(Utopías Renacentistas).

Sin embargo, no podemos olvidar que para aquel entonces Florencia era ya la ciudad de Dante, cabeza de la organización iniciática de «Los Fieles de Amor», formada por hombres de gran ardor guerrero y poético. Ellos ya habían cruzado muchas veces el Ponte Vecchio por donde un día pasó también Beatriz para enamorarnos el alma de la sensación de Belleza que Dante experimentó al verla, siendo el encuentro con esa joven dama el aldabonazo que le dió la pasión para avanzar en el Conocimiento, tal y como nos refiere él mismo en su libro La Vita Nuova.

Un escenario y un puente bajo el que sigue pasando el Arno, río al que, precisamente, da la ventana de mi habitación. Sin duda estos días pasarán a ser inolvidables para mí, en el auténtico sentido de la expresión. Eso espero, que este recuerdo permanezca siempre vivo, como vivos están los días pasados en la verde isla de Andros. En ambos lugares la Memoria se ha hecho presente en mí, y quieran sus hijas, las veneradas Musas, que se retenga por siempre en mi alma. Ma. Angeles Díaz




sábado, 2 de mayo de 2020

SOBRE LA GENEALOGÍA DE ERIS, LA DISCORDIA


Los dioses no son buenos ni malos, son energías que se manifiestan y que, dependiendo del momento cíclico, son los aspectos negativos los que se revelan con más fuerza que los aspectos positivos, aunque estos últimos siempre están presentes si bien de manera más oculta, por así decir. Depende de la calidad que la naturaleza humana exprese en un momento dado, esas energías podrán manifestar uno u otro de esos dos aspectos.

En este momento del ciclo que estamos atravesando, son precisamente los aspectos negativos los que se manifiestan con mayor intensidad. A ello ha contribuido la conjunción de dos errores, o desviaciones sufridos por la naturaleza humana: el racionalismo y el sentimentalismo, aspectos aparentemente opuestos, pero que a decir de Guénon se complementan para facilitar que las fuerzas del caos prosperen. 

Lo primero que se ve afectado por esa “alianza malsana” es nuestra percepción de la verdad de las cosas, pues como también manifiesta Guénon, ¿qué importa la verdad en un mundo cuyas aspiraciones son únicamente positivistas, materialistas y sentimentales?

No debemos perdernos en los detalles, mirar los árboles (la parte) que tenemos delante sin ver el bosque (el Todo), porque en esa mirada corta es donde perdemos la perspectiva siendo en ese espacio mental donde se solaza el “príncipe de la mentira”, que siempre se las ingeniará para adoptar los disfraces, o las máscaras, más adecuados para lograr seducir a la mayoría de personas. No olvidemos que este gran tergiversador de los principios, es un imitador de Dios, pero de manera “invertida”, o mejor “contrahecha”, “adulterada”, un hacedor de principios falsos o “consignas” con los que pretende, y muchas veces consigue, destronar a la Concordia, “la unión de los corazones”, una manifestación del Amor, y poner en su pedestal a Eris, la Discordia.

De ella, y de su abyecta genealogía, todo lo sabemos, pues nos lo dejó dicho bien claro Hesíodo en su Teogonía:
Eris Discordia. Acuarela de André Declaustre, 1785 
"Eris (Discordia) parió al doloroso Ponos (Pena), a Lete (Olvido) y a Limos (Hambre) y al lloroso Algos (Dolor), también a las Hisminas (Disputas), las Macas (Batallas), las Fonos (Matanzas), las Androctasias (Masacres), los Neikea (Odios), las Pseudologos (Mentiras), las Anfilogías (Ambigüedades), a Disnomia (el Desorden) y a Ate (la Ruina y la Insensatez).”
Mª Ángeles Díaz





La Ilustración del frontispicio es de "Los Triunfos", de Petrarca

jueves, 23 de abril de 2020

SAN JORGE Y EL DRAGÓN (Texto y Vídeo)



La princesa Sabra, hija del rey de Silene en la actual Turquía, camina hacia el lugar donde habrá de ser sacrificada a un terrible dragón que tiene subyugado y amenazado de muerte a todo su pueblo al haber hecho su nido en una gruta donde se encuentra el manantial del que dependen.


Ante la gravedad de la situación, aquel reino había tomado una decisión drástica y dolorosa, distraerían al dragón entregándole periódicamente una joven doncella seleccionada por sorteo, y mientras la fiera se deleitaba con su presa otros podían recoger el agua suficiente para ir sobreviviendo hasta un nuevo sacrificio. 

Sabra no era la primera víctima, pero si era una víctima especial, pues no sólo era la hija del rey, sino que era una joven muy instruida, valiente y justa que según cuentan habría sido ella misma quien propuso ese sacrificio como única forma de que su pueblo no se extinguiera.

La noticia de que la princesa Sabra había sido la elegida para ser conducida al palo sacrificial se extendió rápidamente por otros reinos, y fueron muchos los que se reunieron con el rey para buscar junto a él una solución que acabara de una vez con aquel sorteo macabro.

Y así fue como también llegó a oídos de un famoso caballero que ya era conocido como Jorge de la Capadocia, joven y valeroso oficial romano de alto rango, un tribuno, que con su caballo blanco y blandiendo su espada Ascalón, nombre de la ciudad de Israel donde fue forjada, consiguió matar al dragón y acabar así con aquel intolerable ritual.
Jorge abatió al dragón y salvó a la princesa. Y es evidente que el hecho los unió por lo que pronto celebraron su boda en aquel reino.




El Dragón, un símbolo que ha sido visto como

" una representación del enemigo que hay que vencer, y así es denominado por figuras clásicas como Apolo, y Perseo y también por el Sigfrido nórdico y ya en el cristianismo hay una especie de resurrección cuando Miguel y Jorge los matan con su lanza. Aparecen en el Apocalípsis de Juan y en algún profeta y particularmente en la Alquimia donde según su color (y según los distintos autores) representan diversas operaciones que van de la putrefacción a la sublimación"(1).

Dado que este mito está tan arraigado en muchos lugares donde es patrón, como Inglaterra, Portugal, Etiopía, Bulgaria, Georgia, Bielorrusia… También en España: Cataluña, Aragón, Castilla-León, Cáceres, Lucena, Santurce… o en distintos lugares de Argentina, Chile, Uruguay o México, entre otros, hay distintas leyendas las cuales que varían ciertos detalles, pero ninguna difiere en el fondo. Por otro lado no es esta la única vez en que, bajo la forma de una simple leyenda o cuento, se disimula un sentido iniciático que queda de ese modo velado a unos y revelado a la investigación de otros.

Cita: Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Voz: Dragón

miércoles, 22 de abril de 2020

PICCARDA DONATI, PERSONAJE FEMENINO DE LA "DIVINA COMEDIA" DE DANTE



Esta figura representa a Piccarda Donati, figura femenina de la Divina Comedia a la que Dante y Beatriz encuentran en primer lugar al llegar al cielo de la Luna, Paraíso III.
Representa a las almas que aceptan de buen grado la voluntad de Dios, sin sentir odio, ni rabia, ni envidia, sino paz por dicha aceptación. Y eso es así porque Piccarda, habiendo entregado su vida a la clausura en un convento de clarisas en Florencia, involuntariamente tuvo que quebrantar sus votos al ser secuestrada por su hermano, el violento Corso, y obligada a casarse por razones políticas con Rosellino della Tosa. Al parecer la joven murió poco antes de que se celebrase la boda. Lo mismo que a ella le sucedió a la Emperatriz Constanza de Sicilia, de la cual Piccarda habla a Dante:

“En la esfera de la Luna se ven las almas de aquellos que faltaron a sus votos religiosos y que por lo mismo no llegaron al grado de gloria de los demás bienaventurados. Aparecese al poeta Piccarda di Donati, que satisface algunas de sus dudas respecto a la condición de los que moran en las esferas celestiales, y le refiere la violencia con la que fue sacada de su monasterio, hablándole también de la emperatriz Constanza , que como ella tuvo que colgar los hábitos para casarse con el rey Enrique VI de Suabia.
Virgen al claustro accedí como doncella. Y si tu memoria los recuerdos guardaNo me desconocerás por ser hoy más bella
Vendrás en conocimiento de que soy Piccarda. Y aquí me hallo con estotras bienaventuradas,
Siéndolo yo también en esta esfera que más lentamente gira”.Paraíso Canto III versos 46-51

sábado, 11 de abril de 2020

EL DECAMERÓN. UNA UTOPÍA LITERARIA ENTRE LA ‘PESTE NEGRA’ Y EL CORONAVIRUS



La terrible calamidad provocada por el coronavirus (Covid-19) en la que casi de repente nos hemos visto afectados los humanos del siglo XXI de forma global, a algunos nos ha hecho recordar lo que creíamos que era algo del pasado, e impensable que sucediera en la época actual. Me refiero a la mortífera Peste Bubónica o Peste Negra, la devastadora pandemia que se vivió en el siglo XIV, y que afectó primero a Asia, como ahora, y después a Europa.

Y eso me llevó a releer el Decamerón, obra de Giovanni Boccaccio, uno de los más destacados integrantes de la organización iniciática de los Fieles de Amor,  en la cual el autor adopta la actitud de un cronista de esa cruenta realidad que le tocó vivir, y la de un narrador sabio y ágil que logra, en ese ambiente de depresión, crear un libro excepcional tanto en su prosa como en sus valores, y es que Boccaccio con su Decamerón consigue un modelo literario insuperable, construido a base de tejer sus historias desde lo dramático, irónico, mordaz, irreverente, crítico, cómico, trágico, sensual y refinadamente lujurioso. Como si quisiera captar la atención del mayor número de personas, o sea no queriéndose dejar a nadie fuera de aquellas enseñanzas tradicionales que deseaba comunicar, ni a los de “fino” oído que de seguro iban a captar la doctrina secreta, ni a los de oído más simple, los que sin duda hallarían enseñanzas para el goce y el buen entretenimiento. En suma, que todos podían estar capacitados para obtener de su narración algún tipo de beneficio.

Compuesto de 100 novelas cortas en las cuales sin duda se vehiculan ciertas enseñanzas de los Fieles de Amor, el Decamerón es un semillero donde afloran personajes dotados de virtudes como la nobleza, la generosidad, la solidaridad, la abnegación, el ingenio y, asimismo, sus contrarios, la miseria, la mentira, la insolidaridad, la picaresca, del lado de los más abyectos personajes.

El Decamerón se sitúa en el año 1348 cuando, en plena epidemia, Boccaccio, que entonces tenía 35 años, se encuentra en la egregia ciudad de Florencia que nos describe como un lugar pestilente por cuyas calles circulaban continuamente los carros cargados de féretros.

Nadie sabía a ciencia cierta por qué las personas se infectaban con aquellos bubones del tamaño de un huevo e incluso de una manzana, los cuales comenzaban a surgirles en las axilas y en las ingles y acababan cubriendo y desfigurando todo el cuerpo del afectado; pero sí sabían todos que aquel primer bulto era la señal inequívoca de que la muerte se había cernido sobre aquella persona, la cual a partir de entonces era repudiada por todos. Ningún lugar había donde refugiarse, pues el aire mismo traía la enfermedad contagiando a miles de personas que quedaban debilitadas, solas y desamparadas.

Giovanni Boccaccio, un filósofo hermético, y como decía, militante en las filas de Amor no permitiendo que otro dios sino ese fuera el que guiara su destino, ni siquiera en aquellos días funestos, tomó la determinación de consolar con su arte y con su pluma a cuantos pudieran leer su obra, eso sí, sin salirse de una realidad que no trata de disfrazar, sino que por el contrario se esfuerza por describir demostrando la proximidad de aquello que estaba viviendo, y al mismo tiempo manifestando que la posibilidad de elevarse por encima de aquella situación también era real, y ya nos advirtió René Guénon acerca de que “lo posible y lo real son metafísicamente idénticos”.

El Decamerón no es sólo la obra talentosa que abrió el paso a la novela corta actual, es además una obra solidaria y de agradecimiento, pues Boccaccio considerando que las armas de las que está dotado, por sus propios talentos y esa militancia suya en los Fieles de Amor, le hacen apto para consolar a aquellos que sufren, devolviendo así lo recibido, es decir cuando él mismo sufría el ardor provocado por el fuego en su corazón y contó con el apoyo de los amigos en el Conocimiento de la Sagrada Filosofía, para sofocar y aliviar su alma herida. Las obras y enseñanzas de sus amigos, Dante o Petrarca, uno ya ausente y otro presente, fueron entonces su refugio y consuelo.
“Los sufrimientos que esto me proporcionaba eran tan grandes que hubiera terminado por morir a no ser porque algún amigo me prestó la ayuda de sus consejos y de sus consuelos”.
“Todo el mundo siente compasión, pero nadie la siente más que quien ha tenido necesidad de ella alguna vez y ha experimentado sus saludables efectos; entre ellos me encuentro yo. (…) Pero, aunque mis tormentos hayan terminado ya, no por ello olvido a quienes compartieron, con cariño mis tribulaciones. Solo la muerte podrá borrar su recuerdo de mi alma agradecida. Y como la gratitud es la más estimable de las virtudes, y su contraria el más vituperable de los vicios, ahora que ya me encuentro libre, para no parecer ingrato, he determinado procurar alivio, si no a quienes me lo proporcionaron a mí, porque su sano juicio o su buena fortuna les ha dispensado de ello, sí a quienes pueden necesitarlo. Y aunque mi consuelo pueda significar muy poco para los necesitados, paréceme que puedo brindarlo, sin embargo, a quienes más afligidos se encuentren, porque de esa forma será más útil y apreciado”.
Y como cree que es de bien nacidos ser agradecidos, entrega su obra de consolación a los que sufren aquella terrible realidad, a los que han quedado solos, huérfanos, sin residencia. De esa manera pretende Boccaccio “aliviar en parte el fallo de Fortuna”. Concretamente dedica su obra a un público femenino, a aquellas damas que buscan amar, “porque las otras tienen suficiente con la aguja, el huso y la rueca”.  

Y así pues nos cuenta el autor, cómo a una abandonada casa solariega, un castillo, rodeado de frondosa vegetación y zonas ajardinadas, acuden, escapando de Florencia,  siete jóvenes damas: Pampinea, Fiammeta, Filomena, Emilia, Lauretta, Neifile, y Elisa; y tres caballeros de una similar edad: Pánfilo, Filostrato y Dioneo. Todos ellos, acompañados de algunos criados y criadas que organizan la cocina y el resto de las estancias.  Allí, dichos personajes, deciden crear un reino literario, una utopía.

Y en el transcurso de 10 jornadas, los mencionados 10 jóvenes, resuelven que cada uno de ellos reinará por un día, y ordenará la materia que en ese día todos ellos tratarán. Es decir que habrán de relatar uno a uno, una historia que tenga que ver con el tema escogido por el rey o la reina. Hemos de añadir que, como lo indica su propio nombre, en el Decamerón hay una estructura numérica que no solo ordena el desarrollo de las historias, sino que en algunos casos está integrada en la propia trama, como es el caso de la Primera jornada y el Tercer cuento dentro de ella, titulado “Los Tres anillos” donde se habla de Melquisedeq y las tres religiones del Libro.  
Así construye Boccaccio esas 100 novelas cortas que revolucionaron la literatura Occidental hasta nuestros días. Así presenta nuestro autor estas historias las cuales están:

“narradas en diez días, como manifiestamente aparecerá, por una honrada compañía de siete mujeres y tres jóvenes, en los pestilentes tiempos de la pasada mortandad, y algunas canciones cantadas a su gusto por las dichas señoras. En las cuales novelas se verán casos de amor placenteros y ásperos, así como otros azarosos acontecimientos sucedidos tanto en los modernos tiempos como en los antiguos; de los cuales, las ya dichas mujeres que los lean, a la par podrán tomar solaz en las cosas deleitosas mostradas y útil consejo, por lo que podrán conocer qué ha de ser huido e igualmente qué ha de ser seguido: cosas que sin que se les pase el dolor no creo que puedan suceder. Y si ello sucede, que quiera Dios que así sea, den gracias a Amor que, librándome de sus ligaduras, me ha concedido poder atender a sus placeres.

Decamerón' (1876) de Raffaello Sorbi (1844-1931)‬

Primera jornada, turno del reinado de Pampinea, la más exuberante de las damas, quien propone que elijan un juego, puede ser el ajedrez, aunque en él la diversión no es recíproca, ya que uno gana y otro pierde, sin embargo, en la narración hay más equidad, ya que tanto disfruta el que habla como el que escucha, es decir el que transmite como el que recibe esa transmisión. Y dado que todos están de acuerdo comienza el juego narrativo en aquella jornada cada uno de los participantes contará una historia relacionada con lo que más le agrada. “Os permito hablar sobre la materia que os parezca más alegre y divertida” …Y así es que cada uno de ellos cuenta su historia bajo esos parámetros, yendo con ella una enseñanza tan insólita como razonada del comportamiento humano.

Segunda jornada, reinado de Filomena, esta dama dispone contar historias de personas que, después de pasar por graves aprietos han sido capaces de escapar de ello y salir adelante.

Tercera jornada, reinado de Neifile, quien dictamina que se relaten historias de personas que por su empeño e ingenio llegaron a conseguir lo que querían o bien recobraron lo que habían perdido.

Cuarta jornada, reinado de Filostrato, quien dispone que se narren hechos de amores con final desdichado.

Quinta jornada, reinado de Fiammeta, quien dispone que durante la jornada se traten historias de enamorados que después de muchas y crueles vicisitudes vieron satisfechos sus deseos.

Sexta jornada, bajo el reinado de Elisa quien dictamina que en aquella jornada de su reinado se tratará de narrar historias donde los personajes, con su réplica ingeniosa o una salida inesperada, evitaron ofensas de estúpidos a los que cerraron de ese modo la boca.

Séptima jornada, bajo el reinado de Dioneo quien decide que aquel día se narren historias de mujeres que engañan a sus maridos, bien para satisfacer sus deseos o para salir de su prisión. En unas el marido se da cuenta y en otras no.

Octava jornada, reinado de Lauretta. Ella decide que las historias que se narren en esta jornada traten de las burlas a que continuamente someten las mujeres a los hombres, los hombres a las mujeres y ellos entre sí.

Novena jornada, bajo el reinado de Emilia se decide que cada quien escoja el tema que más le plazca.

Décima jornada, bajo el reinado de Pánfilo se decide narrar historias de grandes y magníficas acciones realizadas por Amor.

Decir, para finalizar, que la gracia literaria del Decamerón, calificado de libro pagano y puesto en entredicho por la Inquisición italiana, ha permitido que muchos lectores con poca predisposición a leer textos sagrados o filosóficos, hayan accedido,  sin embargo, a este libro por pura diversión, y no por ello han dejado de obtener sus beneficios. Añadiremos que la literatura escrita por los hermetistas y hombres de Conocimiento, trata siempre de llegar al lector bajo fórmulas distintas, siendo la intención de todos esos ropajes literarios despertar el interés del oyente a fin de hacer de él un receptor cualificado capaz de vislumbrar el verdadero mensaje de la Filosofía Sagrada, o cuanto menos esta clase de literatura siempre dará al lector algún tipo de enseñanza y buen entretenimiento.

Concluimos esta oda introductoria al Decamerón recordando unas palabras extraídas del Programa Agartha, dado que sintetiza muy bien la perspectiva desde la que nosotros abordamos la literatura tradicional que, en el caso del Decamerón es un vehículo de transmisión de la doctrina iniciática de los Fieles de Amor. 
“Crear, es repetir y reproducir la situación de la Creación original. La literatura no escapa a este principio, y las grandes obras en verso y en prosa son aquellas que despiertan y hacen presentir la inquietud y el deslumbramiento del Conocimiento. El poeta, bardo, o vate (de allí la palabra Vaticano), es un transmisor inspirado de las energías de lo sublime, y su lenguaje se articula con un ritmo preciso y particular. Los textos sagrados de todas las tradiciones dan cuenta cabal de ello. La belleza de la forma es el ropaje y la atracción de la Belleza del Principio, y por lo tanto lo refleja armónicamente. El arte es un vehículo y una manera de conocer, y son numerosos los esoteristas que se han expresado por su intermedio. Recordemos que la sefirah Tifereth es Belleza, y que se halla en el camino ascendente que va de Malkhuth a Kether. En un sentido amplio, todo escrito es literatura. Pero hay algunos en los que, el arte en la manera de decir, la transparencia de las imágenes con que se dice, la claridad y el orden de los conceptos, aunque permanezcan velados, los hacen memorables y los ligan a nosotros con lazos emotivos y sutiles" Mª Ángeles Díaz


Cita: Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Federico González y Colaboradores.