Las Vestales eran las sacerdotisas que en la antigua Roma, como lo habían hecho antes en Grecia, se ocupaban exclusivamente de mantener encendido el fuego sagrado del hogar, es decir que permaneciera viva la llama del amor en tanto que esencia de la
vida, un cuidado que estaba consagrado únicamente a Hestia, siendo el culto a esta diosa el que daba
inicio a todos los demás ritos.
Platón, en el Cratilo, señala que la razón de esta primacía se
debe a que mientras los otros dioses van y vienen del Olimpo, sólo Hestia
permanece inmutable en el centro de la tierra y que eso, "Esencia", ousia, es lo que significa Hestia.
"Antes que a todos
los dioses es a esta diosa a quien primero deben celebrar sus sacrificios los hombres que consideran
a Hestia la esencia de todas las cosas." M.A.D. Imágenes: En el Templo de Hestia. Grabado de 1915 Templo de Vesta Óleo de 1902
En la Tradición Hermética siempre se ha invocado a estas
diosas como un acto teúrgico que posibilite la recuperación de la memoria de
nuestra identidad verdadera. En este vídeo nos hacemos eco de esta doctrina
tradicional y su operatividad en el alma humana, señalando ciertas claves
simbólicas por medio de las cuales las Musas revelan sus artes y ciencias de la
reminiscencia.
Desde este espacio tengo el gusto de informar de esta nueva conferencia de Francisco Ariza, titulada: "Mitos y Símbolos del Ciclo Heroico", que tendrá lugar el día 30 de Octubre de 2018 en la Biblioteca Arús de Barcelona. Para los que estáis interesados y no podáis asistir también se grabará y se pondrá en el canal de La Memoria de Calíope, al que os invito a suscribiros: https://www.youtube.com/channel/UCMFDA-tw5BFRZC5jO6nWAIQ?view_as=subscriber Un saludo cordial. Mª Ángeles Díaz
Ariza, Francisco: El Simbolismo de la Historia. Una
Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente. Ed. Libros del Innombrable,
Zaragoza 2018. 456 págs., 42 en color.
Hemos leído recientemente el libro del Sr. Ariza: El
Simbolismo de la Historia. Una
Perspectiva Hermética de la Tradición de
Occidente, una lectura rápida pues, por un lado, despertó completamente nuestro
interés, por otro, el libro se deja leer con facilidad, pese a la gran cantidad
de información que presenta y al nivel de despersonalización y altura de miras
que promueve.
Es un recorrido por la Historia europea desde el año 8oo con
el nacimiento del Sacro Imperio y Carlomagno, hasta el siglo XVII con la
retirada de los Rosacruces a Oriente.
Ocho intensos siglos de los que se trazan líneas maestras
que permiten al lector acercarse a la comprensión del latir interno de la
verdadera historia y de los actores que desfilaron por el escenario del poder
en distintos espacios a la vez que a diferentes niveles.
Para ayudar a la comprensión de estos hechos históricos, el
autor dedica los seis primeros capítulos a hablar de la Metafísica de la
Historia. Por ejemplo: “Hermes ‘Guía de los pueblos’”, “la Providencia y el
Destino”, o “Roma y la Idea de Imperio” son tres de esos capítulos.
Una vez expresado el punto de vista en que se sitúa pasa a
recorrer la historia de esos ocho siglos. Son muchos los autores que vienen en
su ayuda, comenzando por Dante y su Monarquía. Y no podemos dejar de presentar
aquí una de las citas recogidas en el libro:
"Yo me admiraba antes de que el pueblo Romano hubiera
llegado sin ninguna resistencia hasta el límite de la Tierra; porque, mirando
superficialmente, suponía que lo había obtenido no por su derecho, sino
solamente por la fuerza de las armas. Mas cuando hundí los ojos hasta el
tuétano y por eficacísimos signos conocí en ello la acción de la Providencia,
cedió mi admiración y sobrevino en mi un cierto desprecio irónico, al saber que
las naciones se irritaban contra la preeminencia del pueblo Romano ( … ) Amando
la paz universal y la libertad, ese pueblo santo, piadoso y glorioso, aparece
constantemente desdeñoso de la molicie y el provecho egoísta para procurar la
salud común del género humano. Por lo que se ha escrito bien lo siguiente: 'La
fuente del imperio Romano es la piedad'”. (Dante, De la Monarquía II).
La comprensión cabal de la Idea de Monarquía Universal, que
es la del Imperio Romano y la del Sacro Imperio que rigió la Europa de la Edad
Media, con mejor o peor fortuna, es capital para comprender la vivificación de
la tradición en esas tierras; hecho que posibilitaron aquellos que
comprehendiendo estas ideas se pusieron en manos de la Providencia para cumplir
un Destino en que ambos se unían.
Sitúa Francisco Ariza las piezas maestras del tablero
histórico europeo: Dante, los Fieles de Amor, la Fede Santa, el legado
Artúrico, las Ordenes de Caballería y un largo etc. Siguiendo con el Humanismo,
el Renacimiento y el florecimiento Hermético que le siguió.
Otro punto a destacar, aunque hay muchos, es la exposición
de la autoridad del Emperador y la del Papa no dependiente ni subordinada la
una a la otra; una colaboración en situación de igualdad, la imagen del Papa
Pío II Piccolomini y el emperador Federico III (incluida en el libro) la
expresan perfectamente.
El emperador no era simplemente un “jefe temporal” ni
competía con los reyes por el dominio de un determinado territorio, sino que
era el representante de una entidad, el Sacro Imperio, cuyo fin no era otro que
instaurar en la tierra una imagen de la Ciudad Celeste. Su autoridad reposaba
por tanto en el carácter espiritual de su cargo, que es el que legitimaba
cualquier función temporal y política que pudiera ejercer. (pág. 142 del libro)
La Idea de Imperio, y el imperio mismo (con sus más y sus
menos), comienza en Europa con Carlomagno y finaliza con Rodolfo II, aun cuando
continuara el Sacro Imperio Romano Germánico dos siglos más. Rodolfo II
encumbró a Praga convirtiéndola en hogar de hermetistas, astrólogos,
alquimistas, matemáticos y de cuanto verdadero artista llegó a ella. Los
Manifiestos Rosacruz (1) son luz emanada de ese centro visible que hubieron de
abandonar una vez que con la muerte de Rodolfo en 1612 cayó el ambiente
propicio y se impusieron la intolerancia y la discordia.
Hasta aquí esta breve reseña de un libro inspirado que
merece estar en la biblioteca de los amantes de la Historia y la Metafísica.
Muchas gracias al autor por su trabajo.
M. V. Espín
(1) Los Manifiestos Rosacruz, atribuidos a Juan Valentín
Andrae, como es sabido, fueron lanzados al aire el primero en Cassel, 1614
(Fama fraternitatis), y el segundo al mismo tiempo en Cassel y Frankfurt, 1615
(Confessio fraternitatis).
El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de
la Tradición de Occidente, Francisco Ariza. Editorial Libros del Innombrable
Zaragoza 2018. 978-84-92759-93-4.
Cartel de presentación donde, como se indica, los patrocinadores son Libros del Innombrable, Revista Symbolos, y Alibri librería.
También completamos el post diciendo que el libro está dedicado a la memoria Federico González, que conoció el libro y tuvo ocasión de emocionarse con con él, y a René Guénon, los dos pilares que conforman el pensamiento que guía la obra de este autor, como él mismo dijo.
Participan en esta presentación, por orden de intervención
Raúl Herrero, Editor
Mª Ángeles Díaz,
y el autor: Francisco Ariza
https://youtu.be/niy_uri8mMA
Vídeo de la presentación en la librería Alibri de Barcelona, realizado por La Memoria de Calíope, Canal de Video-Arte Documental dirigido por Francisco Ariza.
Texto y Video. "Se
sabe que antes de hacerlo por el aire, el sonido se propaga por el éter; este
quinto elemento o quintaesencia hermética, es el origen de los cuatro
restantes. Por su extrema rarificación inmaterial, superior a la del fuego, con
el que a veces se lo identifica, el éter es el vehículo por excelencia de la
luz inteligible y el sonido inaudible, cuya naturaleza vibratoria hace ser a
todos los elementos una sola y misma cosa, antes de diversificarse a través de
los sentidos hasta el mundo exterior. Por su extrema plasticidad, pureza, y
receptividad absolutas, la Tradición también ha asimilado simbólicamente este
elemento al agua, la sustancia universal. De ahí que la concha marina, cuya
forma nos recuerda al yoni femenino y a la oreja humana, sea el representante
unánime (como las conchas de agua bendita de los templos cristianos) del poder
purificador, productivo y "generativo" de este supraelemento divino. Es de sobra conocida la leyenda que hace de las conchas las conservadoras del
sonido del mar. Esta propagación se realiza en forma ondulatoria, de lo que la
espiral es símbolo por excelencia. Diremos además que este símbolo está
estrechamente vinculado al logaritmo pentagramático del crecimiento de los
seres vivos, lo que explica la estructura espiral misma de las conchas y
caracoles, así como la del ácido desoxirribonucleico que preside la cadena
genética, y también otros muchos ejemplos que omitiremos de momento. La
medicina pitagórica atribuía a la música un poder terapéutico por excelencia.
De ello también nos da referencia la Alquimia, cuando hace coincidir los
centros musicales con los centros sutiles, y éstos con las octavas del
microcosmos humano. Así vemos cómo la música, encarada desde una perspectiva
sagrada, es mucho más de lo que parece. Y también que las naturalezas del
tiempo y el espacio, del agua y el fuego, unidas indisolublemente en el éter, origen
de su vida, siendo fundamentalmente distintas, se tocan en un punto en donde,
sin confundirse, se funden en una Armonía Unica y Universal. Sócrates, en boca
de Platón, confirma a las Musas como las primeras protectoras del arte de la
música, de quienes ella recibió su nombre. Como ya hemos afirmado, el tiempo y
el espacio se relacionan mutuamente a través del movimiento, y éste no es sino
la expresión dinámica o rítmica de una armonía cuyos modelos son los números.
Ritmo y proporción, 16 asimilados respectivamente al tiempo y al espacio, son
la métrica por la cual ambos quedan recíprocamente ordenados, conformando la
presencia viva de aquella misma armonía que se da por igual en el cielo y en la
tierra. La propia geometría (geo = tierra, metría = medida) que ordena
idealmente el espacio, está virtualmente implícita en la música como relación
métrica de sus intervalos. Armonía, número y movimiento son pues términos
equivalentes y mutables entre sí, en cuanto se refieren a una misma realidad,
ya sea la arquitectura sutil y musical del cosmos, el ritmo respiratorio, las
pulsaciones del corazón o el compás alterno de las fases diurna y nocturna del
día. El hombre especialmente recibe con más intensidad que ningún otro ser
terrestre el ritmo pulsatorio de la existencia, lo cual, en un sentido, lo
convierte en el más capaz de reproducirlo. De naturaleza musical está hecha el
alma humana y su inteligencia, ya que son ellas las que captan las sutiles
relaciones entre las cosas; la maravillosa articulación que a todas las
mantiene unidas, con sus matices, en un todo indivisible que se va revelando a
medida que la unidad y la armonía se imponen a nuestro caos particular.
En el
hombre, como en un pequeño instrumento en manos de un músico invisible, según
se nos dice en el hermetismo antiguo y del Renacimiento, se dan cita todas las
potencias, virtudes y ritmos del universo, homologadas o en diapasón con la
naturaleza de su estado. Sin embargo no siempre es consciente de ello, ya que
su diapasón particular no está en general ritmado al tono universal".
Fuente del texto:
Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, de
Federico González Frías y Colaboradores. Publicado en la Revista SYMBOLOS Arte-Cultura Gnosis, 25-26 (Issn 1562-9910). También se encuentra íntegro en el
siguiente enlace:La Revista Symbolos 25-26
Dioniso es otro de los grandes dioses venerados en todo el mundo grecolatino quien pasó a ser conocido también con el nombre de Baco. Su culto se extiende por todas las regiones del Mediterráneo aunque es Nisa el lugar que se da como cuna de su nacimiento. Sin embargo esta ciudad de Nisa no deja de ser sino un lugar mítico ubicada tanto en el Parnaso, como en el Helicón, en Delfos, Eleusis, Tebas, Eubea y otras varias regiones. En realidad se dice que el nombre de Nisa proviene de Dio-Niso o Nisa Divina, como la llama Homero en una de sus rapsodias, es decir que estas diferencias en cuanto a los lugares de su nacimiento, designan sitios donde este dios era venerado por ser uno de sus dioses fundadores, como lo era Deméter, ambas deidades completamente impregnadas de un simbolismo vinculado con los distintos aspectos de la agricultura, a la que nos hemos referido como agricultura celeste, pues no sólo es la semilla al salir a la luz haciendo florecer los campos lo que anuncia el regreso de Perséfone sino que una estrella, la más brillante de la constelación de Virgo llamada Spica (Espiga) aparece en el cielo anunciando el acontecimiento de la Primavera. Y otra estrella de la misma constelación, Vindemiatrix, asciende en el cielo justo en el momento en que las uvas ya están a punto para ser cosechadas. Es por eso que el nombre popular dado a esta estrella es "la vendimiadora." (Facebook de la autora: https://www.facebook.com/maangeles.diaz En Pos de Deméter.Mª Ángeles Díaz (Fragmento). Contribución al número 27-28 de la Revista Symbolos.
Este cuadro, atribuido a Leonardo da Vinci, representa la figura de María Magdalena leyendo un libro, aunque es mucho más que un retrato pues constituye un símbolo perfecto de cómo los Filósofos herméticos y platónicos renacentistas, hombres y mujeres, le restituyeron a esta discípula y amiga de Cristo su auténtico papel de mujer intelectual. Y así la pintaron también, Corregio, Van de Weyden, Ambrosius Benson, entre otros artistas que no vieron en ella a una "santa", sino a una Venus absorta en el estudio. M.A.D. Para más información sobre el personaje de María Magdalena
Magnífica pieza de Arte Etrusco. Etruria fue una civilización que convivió con la romana y que habitó sobre todo la región de la Toscana y la Umbría (siglo IX a.C.). De esta estirpe de hombres casi no se sabe nada. Unos cuentan que eran autóctonos de esas tierras, otros en cambio creen que llegaron de Oriente. Dionisio de Halicarnaso, por ejemplo, asegura que esta civilización no se pareció a ninguna otra, ni en la lengua, ni en la forma de vivir. Arte y Símbolo en las Culturas del Mundo https://angeladiazk.blogspot.com/2018/10/la-civilizacion-etrusca.html?spref=fb
Fresco de Pompeya. Representación de Hele y Frixo sobre el carnero dorado
El Estrecho de Dardanelos está ubicado entre Europa y Asia comunicando el mar Egeo con el mar de Mármara. Este estrecho antiguamente llevaba el nombre de 'Helesponto' o 'Mar de Hele'. El origen de este nombre y su relación con el mito del Vellocino de Oro, lo explica la siguiente leyenda:
Narra la Tradición que Atamante, hijo del dios Viento y rey de una ciudad griega situada al oeste de Beocia, estaba casado con Néfele, la diosa de las nubes con la que compartía dos hijos gemelos, chico y chica, de nombres Frixo y Hele.
Eran aún niños cuando Atamante se enamoró de Ino, hija del rey de Cadmo, fundador de Tebas, repudiando a Néfele.
La
nueva esposa no quería a sus hijastros e ideó un plan para acabar con ellos. Primero mandó tostar granos de trigo que luego hizo sembrar. Naturalmente, cuando llegó la época nada brotó por lo que una gran hambruna se cernió sobre la ciudad. El rey mandó consultar al Oráculo de Delfos, que como se sabe está en el templo de Apolo. Pero al volver los emisarios Ino los interceptó, transmitiéndole a su esposo que estos le habían comunicado que el dios le pedía realizar una gran ofrenda. Ino persuadió a su esposo de que aquella demanda requería un gran sacrificio y ese sacrificio debía ser la muerte de uno de sus gemelos, el muchacho, o sea Frixo.
Atamante a pesar de su dolor decide llevarlo a cabo, pero enterada Néfele pide ayuda a Hermes y éste, poco antes de que se produzca el sacrificio, manda a los hermanos un carnero alado con vellón de oro, en el que los niños pudieran huir volando sobre el mar. Sin embargo ocurrió que durante la huida Hele cayó
del lomo del animal, ahogándose en el mar, que desde entonces lleva su nombre, 'Helesponto' o 'Mar de Hele', como decimos actual estrecho de Dardanelos.
Su
hermano Frixo, no obstante, consiguió llegar a la Cólquida, ciudad comparada a Jerusalén, donde sacrificó el carnero en el
templo de Marte, lugar donde se conservó su dorada piel que, según la leyenda, daba
prosperidad a quien la poseía. Por ello, y tras haber caído tiempo después en manos de Eetes, un rey que no la merecía, los Argonautas, con Jasón como capitán, pretendieron conquistarla, cosa que consiguieron con la ayuda de la maga Medea, hija de aquel rey, con la que Jasón se casó (lejos estaba aún la tragedia que una vez roto este matrimonio, ambos vivirían). En aquella expedición de la nave Argos, también estuvieron personajes tan destacados como Orfeo, Cástor y Pólux, Ajax, Pele y otros muchos. Nota: En 1430 el Vellocino de Oro fue escogido como símbolo de condecoración de la Orden de Caballería del Toisón de Oro, cuyo sentido verdadero está imbricado con el simbolismo alquímico y con aquel Tesoro espiritual que pretenden recuperar todos aquellos que han advertido su pérdida.En realidad la simbólica del Toisón reúne elementos de la tradición clásica, el hermetismo y el judeo-cristianismo.
Más sobre sobre el tema: EL TOISON DE ORO http://dmiventana.blogspot.com/2012/02/la-orden-del-toison-de-oro.html
"Con la publicación de Defensa de Sócrates y Los Misterios de
Mitra, comienza una nueva colección monográfica: Textos de la Tradición
Unánime, auspiciada por LA MEMORIA DE CALÍOPE".
"Hoy son más necesarias que nunca las voces que atestigüen la realidad de una Sabiduría Perenne, pero investidas del ánimo y del espíritu de un Sócrates o de un Platón, solo interesados en la justicia y la verdad de las cosas", pero que tuvo que enfrentarse a la calumnia y finalmente a la muerte, por sus mismos amigos. La Apología de Sócrates es el paradigma de lo que le viene sucediendo al sabio, que es juzgado y condenado, silenciado su pensamiento, quemados sus libros o defenestrado de una u otra manera por la misma bestia, la ignorancia.
El segundo texto habla del "luminoso Mitra, hijo del Sol Arquetípico, o de Minerva, diosa sabia y guerrera nacida de la mente de Júpiter, la cual, armada con su lanza-eje, combate contra quienes, títeres en manos del Adversario, siembran la oscuridad y la división en el mundo.
El ser humano es el objeto y el sujeto del Conocimiento, y esto implica vivir esa aventura hasta el 'fondo', experimentando que realmente 'conocer es ser' y que 'uno es lo que conoce' dicho en palabras nuevamente de Federico González, cuya obra, junto a la de René Guénon, confirma esa presencia de la Tradición Unánime en nuestro tiempo, evitando su desaparición del horizonte humano. Vincit Omnia Veritas".
Sabina von Steinbach o Sabrina (siglos XIII-XIV), perteneció al gremio de constructores y arquitectos que trabajaron en edificios como la Catedral de Estrasburgo o Notre Dame de Estrasburgo, siendo su padre Erwin von Steinbach, destacado masón, el maestro de obras. A la muerte de este en 1318, la escultora continuó trabajando junto a su hermano, también maestro constructor. Asimismo se casó con otro masón junto al que trabajó en la catedral Magdeburgo.
Sabrina esculpiendo una de sus estatuas Pintura de Moritz von Schwind, 1844
Iglesia y Sinagoga. Esculturas en la Catedral de Estrasburgo realizadas por Sabina von Steinbach