Esta preciosa pintura de gorriones pertenece al género Nihonga, nombre japonés dado a una pintura realizada sobre un tipo de papel vegetal llamado: washi, o sobre seda: eginu. Sin embargo no es de este arte de lo que quiero hablar, sino del museo que contiene esta bellísima obra: el Ashmolean Museum, situado en Beaumont Street, Oxford, Inglaterra. Un museo muy singular por la cantidad de obras y objetos variadísimos que contiene, incluidos manuscritos y objetos raros y curiosos.
Y toda esa maravilla se debe a las colecciones que llegó a reunir Elías Ashmole
(1617-1692), un iniciado masón que jugó un papel determinante durante la época de transición (siglo
XVII), momento en que se buscó reunificar y reconstruir una tradición
prácticamente desaparecida y dispersa. Como René Guénon dice, al referirse al
papel de Ashmole, “en ese momento se buscó reconstruir una tradición que en
gran parte ya se había perdido”, a lo que Federico González, en Hermetismo y
Masonería cap. II, añade:
En esta extraordinaria labor brilla el nombre de E. Ashmole en dos aspectos: como uno de los reconstructores de la Masonería en cuanto a la relación de ésta con las órdenes de caballería y las corporaciones de constructores, e igualmente como punto de confluencia con la tradición Hermética. El mismo Ashmole se llamaba hijo de Mercurio (Mercurophilus Anglicus).
Fuente de la imagen: https://www.facebook.com/ashmoleanmuseum
Ver sobre este arte: https://es.wikipedia.org/wiki/Nihonga
Este texto es un fragmento de la entrada: Elías Ashmole del Diccionario de la Masonería, de Francisco Ariza