Bernardo Bembo. Gran
Orador veneciano y patrón de filósofos en la Plaza de San Marcos de su ciudad.
Bernardo Bembo (1433-1519) es otro corresponsal y gran amigo
de Marsilio Ficino. Diplomático y miembro de una familia patricia, tuvo varios
cargos en Italia en representación de la República Veneciana. Entre ellos fue
embajador en Florencia y pretor en Rávena. Pero además era miembro de la Academia Platónica y por
consiguiente convivía en la ciudadela invisible junto a Marsilio Ficino, o sea
en su círculo de amistad, pues en verdad ambos, que tenían la misma edad y
sentían un gran respeto y afecto el uno por el otro, eran de esa clase de
amigos que se acompañan en la senda de la vida siendo capaces de hacerse
grandes el uno al otro, enalteciéndose recíprocamente el ánimo decaído, tal y
como se desprende de su correspondencia.
Precisamente una de las cartas que Ficino dirige a Bembo
lleva por título: "Felizmente amado aquel que es amado por el hombre más
digno de amor", y en ella el filósofo florentino agradece al veneciano el
amor que éste le profesa.
Bernardo Bembo, fiel a su amor a la Sabiduría y a aquellos
que la habían expresado, entre los que naturalmente se encontraba Dante, no
perdió ocasión de iniciar unas gestiones para devolver al poeta florentino el lugar
que le correspondía ocupar en la Historia, encargándole en Rávena, donde era
prior, un mausoleo de bello mármol blanco, donde escribe algunas frases suyas y
otras del propio Dante. Fue una manera elocuente de manifestar a sus
conciudadanos que debían sentirse orgullosos de tener en su ciudad, Rávena, los
restos de aquel insigne poeta que en vida fue acogido en ella cuando tuvo que
exiliarse de su patria. (Los Corresponsales de Marsilio Ficino y el entorno femenino de la Academia platónica. Mª Ángeles Díaz)
Retrato realizado por Hans Memling
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