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domingo, 20 de marzo de 2022

PICO DE LA MIRANDOLA CONTRA LOS DEMAGOGOS Y A FAVOR DE LA VERDAD DESNUDA


En este teatro de remembranza por el que desfilan los gigantes a cuyos hombros nos subimos para atravesar las procelosas aguas del olvido, no podía faltar el amigo Pico de la Mirandola. Un joven ardoroso y lúcido llamado el “Fénix de del Renacimiento” que se atrevió a enderezar el mundo que ya en su época comenzaba a caer en la discordancia, el separatismo y la desavenencia. Pero Pico no lo hizo con rezos ni salmodias, pues no era ese el modo al que su espíritu guerrero le abocaba, tampoco con la espada. El suyo fue un modo de proceder que tuvo el estudio y la palabra veraz como arma de combate. Porque solo la Verdad, y la esencia que radica en la Pura Filosofía de las distintas tradiciones merecían de su ardiente y juvenil esfuerzo.

Sus 900 tesis con las que consigue demostrar la concordancia de las ideas arquetípicas que existen en todas las tradiciones, obra cumbre del Hermetismo renacentista, esto es, del esoterismo occidental, así lo atestiguan. Una obra solo comparable con la más esplendida construcción arquitectónica y la más perfecta síntesis del espíritu neoplatónico de su época.

Sumamos a los post que llevamos realizados este nuevo memorándum sobre tan insigne personaje. No son simples notas biográficas las que hacemos, ya lo llevamos dicho. Es de la cadena áurea de la que hablamos, esto es, de aquellas luces que ayer, igual que hoy, rememoran un pensamiento que el mundo moderno trata de extinguir y disolver en la mediocridad y la frivolidad de esta época, y que con nuestras fuerzas y luces intentamos que brote a través de estos autores, entre los que si bien “no están todos los que son, sí son todos los que están”, pues así lo aprendimos trabajando junto a Federico González, nuestro amigo y guía intelectual.

Aprovechando esta preciosa vidriera con la figura de Pico, que insertamos en nuestra "serie del Teatro Hermético de la Memoria", comentaremos en esta ocasión la carta que este escribe a su amigo Ermolao Barbaro, político y gramático y corrector de algunas traducciones clásicas, por ejemplo de Aristóteles. En dicha misiva Pico denuncia los excesos de la Retórica, enemiga, con sus florituras, de la “verdad desnuda”. Combate, asimismo, la obstrucción que a veces el lenguaje universitario y purista ejerce sobre la Pura Filosofía o Sagrada Ciencia, que no nace de la retórica sino del corazón.

Afirma Pico que tres son las credenciales que posee el filósofo auténtico: Bondad, Veracidad y Sencillez. Por ello, denuncia los peligros que conllevan aquellos que utilizan la palabra hueca, que emplean adornos en el lenguaje con los que embaucan, tergiversan y confunden las mentes de los que escuchan o leen. 

Podríamos citar aquí ejemplos como el de los sofistas, que con su demagogia acabaron con la vida de Sócrates, y más contemporáneamente podríamos citar a Frithjof Schuon, parásito de la obra de René Guénon, y al que por más que se le ha denunciado algunos aún no se dan por enterados. Resumimos las palabras que dirige Pico a Ermolao Barbaro:

 "¿Cuál es el oficio del retórico sino mentir, engañar, acorralar, embaucar? Es vuestro, decís vosotros mismos, poder a voluntad cambiar con la palabra lo negro en blanco, lo blanco en negro, poder, según se quiera, quitar, tirar, agrandar, achicar, por medio de la fuerza casi mágica de la elocuencia (os preciáis de ello) transfigurar las cosas mismas, poniéndoles el rostro que os viene en gana, de modo que, si no hacéis que sean lo que no son de su propia condición, al menos aparezcan tal como queréis al que os escucha. Todo esto ¿es otra cosa que pura mentira, pura impostura y simple embaucamiento de espaldas a la realidad? Saliéndose de ella por más o cortándola por menos, jugando con los ánimos de los oyentes, halagando sus oídos con cantos falaces y envolviéndolos en redes de engaños y fantasmagorías. ¿Es que va a haber hermandad de éste con el filósofo, cuyo empeño todo está en conocer y demostrar la verdad a los demás? (…) No es propio de los que andamos por la Academia, sino de los que se mueven dentro de la república aquella, en la que cuanto se dice y hace se lleva a refrendo popular, donde las flores tienen más peso que los frutos. ¿No sabes aquello de no a todos les sienta bien el mismo aire?” Mª Ángeles Díaz 


Ilustración: "Serie Teatro Hermético de la Memoria" número 70, inspirada en el Teatro de la Memoria de Federico González del que formamos parte.

Vidriera:"Centro internazionale di Cultura Pico della Mirandola".

Sobre Schuon ver: 

https://memoriadecaliope.blogspot.com/2022/03/schuon-versus-guenon.html



domingo, 20 de febrero de 2022

ACERCA DE LA PROGENITURA DEL AMOR.

Diálogos de Amor es una obra de León Hebreo (1450-1530), un humanista neoplatónico de la corte de Nápoles en torno a la cual se reunieron algunos intelectuales judíos, igual que en la de Mantua y Ferrara, donde no fueron simples protegidos, sino gentes muy respetadas y valoradas.

Estos diálogos, desarrollados a través de una pareja literaria: Sofía y Filón, están basados en el relato que hace Platón en El Banquete acerca del Amor, su naturaleza, progenitura y utilidad. Enseñanzas todas ellas que Sócrates recibe de Diotima, a quien el filósofo considera su maestra en "cosas del Amor".

Este que sigue es un fragmento de estos Diálogos de León Hebreo, los cuales, al igual que sucede con todas las enseñanzas iniciáticas, requieren madurarse en el interior de quien las retiene, pues como bien le dice Beatriz a Dante "no hace ciencia el entender, sino el retener consigo".

SOFÍA: Sé ya quiénes son, según Platón, los progenitores del Amor del hombre, que es un microcosmos. Quisiera también que me dijeras si él asignó primeros padres al Amor universal de todo el gran mundo físico creado.

FILÓN: Después de que Platón hubo establecido los progenitores del Amor humano en su libro El Banquete, poniéndolo en boca de Aristófanes (como ya has oído), también se esforzó en dar a conocer quiénes fueron los primeros padres del Amor universal de todo el mundo físico, haciéndolo por boca del hada Diotima, la maestra de Sócrates en los conocimientos amorosos. Esta le contó que el nacimiento del amor tuvo lugar del siguiente modo:

“Cuando nació Venus todos los dioses asistieron al convite, y entre ellos Metis, es decir, Poros, hijo del consejo que significa dios de la afluencia. Cuando los dioses hubieron acabado de cenar, vino Penia (o sea, la pobreza) como una pobrecilla, para obtener algo que comer de la abundancia de manjares que había en el convite. Estaba, como los mendigos, pidiendo junto a la puerta. Poros, embriagado por el néctar (por entonces aún no existía el vino) se fue a dormir al jardín de Júpiter; Penia, obligada por la necesidad, pensó cómo, con alguna astucia, se las ingeniaría para quedar preñada de un hijo de Poros, para lo cual fue a acostarse junto a él, y de él concibió al Amor.

De esos padres nació el Amor, arquero y observador de Venus, porque nació el mismo día del nacimiento de dicha diosa, Amor que siempre desea las cosas bellas, ya que Venus es bella; por ser hijo de Poros y de la pobrecilla Penia, participó de la naturaleza de ambos. Por ello, al principio, es seco y macilento, tiene los pies descalzos, vuela siempre sobre la tierra, sin casa ni refugio, sin lecho ni cubierta, duerme en las calles, al descubierto, siguiendo la naturaleza de su madre, siempre necesitada; de conformidad con la naturaleza de su padre va en pos de las cosas bellas y buenas, es valiente y audaz, cazador vehemente y sagaz, siempre maquinando nuevas intrigas, estudioso de prudencia, facundo, filosofando toda su vida, engañoso, fascinador, venenoso y sofista.

A causa de su naturaleza mixta no es ni inmortal ni mortal por completo, sino que en un mismo día muere y vive, resucita una vez, falta otra, y obra así muchas veces a consecuencia de la mezcla de las naturalezas del padre y de la madre. Pierde lo que ha adquirido y recupera lo que perdió, por lo cual nunca es ni pobre ni rico. Además, oscila entre la sabiduría y la ignorancia, ya que ningún dios filosofa ni desea ser sabio, porque ya lo es, ya que ningún sabio filosofa ni tampoco lo hacen los perfectos ignorantes, que jamás desean ser sabios, y esto es, en verdad, lo peor del ignorante: ni es ni desea ser sabio, pues nunca desea las cosas que no sabe que le faltan. Es, pues, el filósofo intermedio entre el ignorante y el sabio (aunque desea la sabiduría de la que carece) ni feo como el ignorante, al cual no solo le falta belleza, sino también el deseo de tenerla. Por consiguiente, el amor es verdadero intermedio entre lo feo y lo hermoso”.   Mª Ángeles Díaz

Imagen: Serie Teatro Hermético de la Memoria, Nº 65

Serie inspirada en el Teatro de la Memoria de Federico González Frías, del que formamos parte.

https://dmiventana.blogspot.com/ Publicación  Mª Ángeles Díaz

domingo, 26 de septiembre de 2021

LUCRECIA BORGIA Y LA ORDEN MILITAR DEL ARMIÑO, cuyo lema es "Antes morir que ser corrupto"

Placa de plata donde aparece Lucrecia Borgia en una procesión con otras damas que, como ella, portan una piel de armiño en el brazo, detalle que da a entender el vínculo de estas damas con la Orden militar del armiño. En esa época Lucrecia era ya duquesa de Ferrara tras haber contraído matrimonio en terceras nupcias con el duque Alfonso d’Este. Ambos quisieron conmemorar con esta placa la victoria de Ferrara contra las tropas vaticanas de Julio II, quien quería desposeer a los d’Este de sus territorios. 

Estas damas, militantes de la idea de pureza y honestidad aplicable tanto a su propia alma como a su función de gobernantes, tuvieron un absoluto rechazo a las malas artes en la política, teniendo en la noble actitud de este animalito que prefería morir antes que manchar su piel, un símbolo para guiar sus propios comportamientos en la vida. 

La Orden militar del Armiño se funda en una leyenda bretona que nace tras el desembarco de Brutus, nieto de Eneas, en Francia. Por lo visto en algún momento estos tripulantes quisieron atrapar un blanco armiño al que acorralaron dejándole como única escapatoria un fangoso charco, pero el animal prefirió perder su libertad y su vida antes que meterse en el barro. 

Brutus y algunos de sus generales no tuvieron duda de que aquel suceso había sido toda una lección por lo que decidieron poner al armiño en su escudo con la leyenda “antes morir que corromperse”.

En esta placa vemos a Lucrecia llevar consigo a su pequeño hijo Ercole, quien habrá de ser el futuro duque y por tanto gobernante de Ferrara, para ser bendecido en la ceremonia y como parte de su formación. M.A.D.


#teatrohermeticodelamemoria  #federicogonzalezfrias #bibliotecahermetica #lamemoriadecaliope #lucreciaborgia

martes, 14 de septiembre de 2021

CRISTÓFORO LANDINO Y LA RESTITUCIÓN DE DANTE

De izquierda a derecha tenemos a Marsilio Ficino, Cristóforo Landino, Ángelo Poliziano y Demetrios Chalkondyles.

A Cristóforo Landino debemos la primera edición de La Divina Comedia, ilustrada por Botticelli y comentada por él. En su introducción Landino dice de Dante: 

"Las descripciones de Dante son de tal tipo que no dejan nada oscuro o indeterminado en el espíritu: son como pinturas que representan para los ojos de tal manera que el sentido interior ve lo que el sentido exterior nunca ha visto".

El libro de Dante estuvo precedido por un escrito de Marsilio Ficino que preparaba el glorioso retorno del poeta a su ciudad, como adalid de la tradición platónica. Era la primera vez que la obra tomaba el título de Divina Comedia, ya que hasta entonces era simplemente La Comedia. 

            Landino fue un hombre muy respetado, algo mayor que Ficino, quien le considera un interlocutor idóneo para la conversación elevada. Esa es razón más que justificada para que ambos trataran grandes y controvertidos temas, como son ciertas opiniones dudosas emitidas por Aristóteles acerca de la naturaleza de las cosas, y que crearon opiniones muy oscuras. 

Muy sutil, efectivamente, es el modo en que ambos abordan tales cuestiones, intentando aclarar las cosas pero sin crear más controversia. En este sentido sus reflexiones nos conducen a recapacitar sobre lo dispuestos que estamos los humanos a alentar en nosotros mismos todo tipo de deseos, sin saber siquiera si en verdad estos nos convienen o no. También nos enfrentan a nuestras opiniones, faltas de atención, que muchas veces nos llevan a anteponer lo trivial a lo eterno, para acabar subrayando que el papel del hombre no es cualquier cosa, sino el de intermediario en la Creación. 

Algo que, según apunta Ficino, podemos ver reflejado en la relación subalterna que el animal tiene respecto al hombre, análoga a la que el hombre tiene respecto a Dios, quien añade:

¡Oh locos miserables! Si en modo alguno no podéis adquirir nada si no es mediante vuestro propio ser ¿Cómo podríais adquirir posesiones externas si habéis perdido las posesiones interiores? ¡Viajeros! ¿Por qué buscáis el tesoro en lugares lejanos, cuando en verdad está tan próximo, en vosotros mismos?

También me pregunto con frecuencia, Landino, cuál es la razón por la que tan sólo tememos esa muerte que es, a todas luces, el fin del morir, pero nunca nuestras muertes cotidianas. Ciertamente, la constitución de nuestro propio cuerpo varía a cada instante, y la vida pasada termina. Por último, viendo que practicamos las virtudes falsamente, y fielmente los vicios, me parece que no ha de extrañarnos que, con la mayor de nuestras habilidades, acabemos siendo falsamente felices y verdaderamente desgraciados. Esto es lo que ridiculizaba Demócrito, lo que Heráclito lamentaba, para lo que Sócrates buscaba remedio, y que Dios puede remediar ¡Oh, qué miserable criatura es el hombre! A menos que en algún momento se eleve por encima del hombre, quiero decir, que se dedique a Dios y ame a Dios por El mismo, y a todo lo demás por Su causa. Esa es la única respuesta a todos estos problemas y el fin de todo mal. M.A. Díaz (Fragmento). 


***

Domenico Ghirlandaio es el autor de este fresco que se encuentra en la iglesia de Santa María Novella, Capilla Tornabuoni, en Florencia (detalle).

Fuente: Este texto está extraído de mi libro Los Corresponsales de Marsilio Ficino y el Entorno Femenino de la Academia Platónica de Florencia. Editado solo en parte. Libro proyectado por Federico González quien tuvo tiempo de leerlo (junto a José Manuel Río, en ese momento secretario de Symbolos ISSN 1562-9910) y de sugerirnos algunas cosas que naturalmente incorporamos al texto. 

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lunes, 7 de junio de 2021

JOHANN REUCHLIN. Personajes de la Iglesia Secreta



Seguimos con nuestro afán de dar luz a los personajes que han constituido (y constituyen) la "Iglesia Secreta", desde el punto de vista intelectual y espiritual, pues es evidente que estos han padecido persecución, descrédito e incomprensión tanto de parte de la curia desviada como de aquellos que faltos de discernimiento meten a toda la Iglesia en el mismo saco.

Hoy quiero referirme a Johann Reuchlin, nacido en Pforzheim (1455-1522), filósofo humanista, y miembro destacado de la "Cadena Áurea de Occidente", es decir uno de esos sacerdotes de la Iglesia verdadera (o Colegio Invisible) que tuvieron que enfrentarse a una acusación fatal ante el tribunal de la Inquisisión, en este caso en Alemania.

Los antecedentes de esta acusación los debemos situar en 1500, cuando un judío converso, de nombre Pfefferkorn, que había sido rabino, sostiene que muchos libros hebreos, y en especial el Talmud, contienen grandes herejías. Las autoridades eclesiásticas decidieron entonces que sólo la Torá y aquellos textos que superaran el examen podrían conservarse, el resto debía arder en la hoguera. Persuadido por este inquisidor, el emperador austriaco Maximiliano I promulgó un mandato oficial por el cual se exhortaba a todos los judíos a entregar sus libros en las distintas vicarías donde permanecerían retenidos hasta su inspección y posteriormente su quema. 

Pero lo cierto es que a pesar de haber dado la orden Maximiliano I no estaba convencido de ejecutarla, y por ello antes de tomar la última decisión solicita la opinión y consejo de una serie de expertos. Entre ellos estaba Johann Reuchlin que fue el único en oponerse, aduciendo que quemar aquellas obras era una barbarie dado que en muchos de aquellos libros judíos se encontraba la esencia del cristianismo, por lo que esos textos, y en concreto el Talmud, contrariamente a lo propuesto por el inquisidor Pfefferkorn, debían ser no sólo conservados, sino estudiados adecuadamente con el fin de captar en ellos la verdad "de nuestra religión". 

Reuchlin expresó también que el hebreo es imprescindible para un estudio filológico de la Biblia y una grandísima ayuda para comprenderla. Por último, señaló que en cualquier caso siempre debe primar el derecho de las personas a las propias convicciones, en este caso las del pueblo judío que a fin de cuentas no eran sino conciudadanos. 

Como era de justicia y en sintonía con su propio convencimiento, Reuchlin habló de la concordancia de las religiones y especialmente de las tradiciones del libro, el judaísmo, el cristianismo y el islam. Seguía en todo a Nicolás de Cusa y a Ramón Llull.  Defendió lo mismo que su amigo Pico de la Mirandola, también acusado de herejía, según hizo constar en su alegato ante el tribunal, el cual se publicó bajo el título alemán: Gutachten über das Jüdische Schriftum, y Augenspiegel, en la edición italiana. 

Durante el juicio inquisitorial  Reuchlin fue defendido por Juraj Dragisic, de Srebrenica (Bosnia), un joven erudito, también sacerdote platónico y excelente jurista, a quien también le cabe el honor de haber colaborado con el cardenal Bessarión (miembro destacado de la Academia platónica de Marsilio Ficino) en una obra en Defensa de Platón.

Juraj Dragisic, apodado el argentino* fue asimismo el defensor de Pico de la Mirandola cuya causa de herejía recayó sobre algunas de sus 900 tesis, con las que había desafiado en duelo dialéctico a los más doctos representantes de la curia y de la universidad de la Sorbona donde se encontraban también los tribunales de la Inquisición.

Mª Ángeles Díaz 
Los Corresponsales de Marsilio Ficino y el entorno femenino de la Academia platónica de Florencia.

* La razón es que srebro es la voz croata equivalente al argentum latín y al castellano plata, por tanto nada que ver con la República Argentina.    

**En la imagen Johann Reuchlin en un vitral del antiguo Museo Reuchlin, en  Pforzheim, Alemania, realizado por Fritz Geiges, un famoso pintor de vidrio. La vidriera fue destruida en un ataque aéreo en 1945 que destruyó todo el museo. La imagen actual pertenece al archivo de la editorial De Man Holzboog. 

miércoles, 21 de abril de 2021

ROSALEDA DEL AVENTINO EN ROMA. Mujeres de la Iglesia Secreta

La famosa rosaleda situada en el centro del monte Aventino, en Roma, me ha parecido el mejor escenario para presentaros a un ramillete de mujeres que en el siglo IV tuvieron aquí su lugar de reunión y estudio. Conocido como "Círculo del Aventino", el grupo lo formaban la viuda Marcela, sus tres hijas, Asella, Blesila y Eustaquia, y Paula, también viuda y descendiente de los Escipiones y los Gracos (dos de las grandes familias romanas de la antigua nobleza republicana). Fueron ellas las que con sus conocimientos de teología y lenguas ayudaron a Jerónimo (o San Jerónimo) a traducir la Biblia (la Vulgata) que hoy en día sigue siendo el libro más divulgado y traducido de todos los tiempos.

Ellas fueron también las encargadas de reunir el material disperso de los diferentes textos que sobre las Escrituras circulaban por entonces, y de reunificar el sentido de las palabras confrontando las distintas lenguas para hallar el término más adecuado y que tradujese más fidedignamente el verdadero sentido de aquellos textos escritos en lengua griega y hebrea. Todas ellas estudiaron, junto a Jerónimo, los distintos significados que poseen las palabras en ambas lenguas y sus dialectos pues consideraron que conocer esto era imprescindible para comprender fielmente las enseñanzas de Cristo. La siguiente cita tomada de una carta de Jerónimo a Marcela nos muestra la línea de trabajo que siguió el grupo:

"Leyendo el Salmo 90, en el pasaje que dice: El que habita al amparo del Altísimo vivirá a la sombra del Dios del cielo, dije que en el texto hebreo, en vez de “Dios del cielo” se pone saddai, que Aquila traduce por ίκανόν, que nosotros podemos entender como “robusto” y “capaz de llevarlo todo a cabo”.

Precisamente es también Jerónimo quien nos descubre las cualidades de Paula del modo siguiente:

“No había natural más dócil que el suyo. Era tarda para hablar y diligente para escuchar. Conocía las Escrituras de memoria, y aunque amaba el sentido literal, al que llamaba cimiento de la verdad, seguía con más gusto el sentido espiritual, y con esta techumbre protegía el edificio de su alma”.

De Eustaquia podemos decir que fue una gran teóloga destacada por su gran conocimiento de todos los dialectos del griego, latín y hebreo siendo aclamada en su época como el “nuevo prodigio del mundo” por su conocimiento de las Escrituras.

En cuanto a Marcela solo añadir que cuando San Jerónimo partió de Roma a Belén, para no volver, dejó a esta al cuidado de distribuir su obra.

Nos parece fundamental destacar, en este tiempo ignominioso de manipulación y oscurantismo en el que vivimos, la labor fundamental que en los primeros años del Cristianismo llevó a cabo este "Círculo del Aventino", pues, según reconoce el propio Jerónimo, la obra realizada por estas mujeres acabó desplazando a todas esas traducciones plenas de desvaríos, dado que esta Biblia se convirtió en el documento principal de la Iglesia culta, la Iglesia verdadera o Iglesia secreta, donde se recogen los diferentes niveles de lectura que se contienen en este libro sagrado de la tradición cristiana

NOTAS:

1- Citas tomadas de Fernando Rivas Rebaque. Iguales y Diferentes. Ed. Frontera. 2012

2- También hemos tenido acceso a las actas del congreso celebrado en Jaén: "La educación de las Mujeres durante los primeros siglos del Cristianismo. Cartas de San Jerónimo". Con autorización de su ponente, Noemí Sánchez Martínez.

3- Este texto se enmarca en una serie llamada “Mujeres de la Iglesia Secreta” siendo un fragmento de un trabajo más amplio titulado: “Los Corresponsales de Marsilio Ficino y el entorno Femenino de la Academia Platónica de Florencia”.

4-La Rosaleda del Aventino (roseto comunale di Roma) fue creada en 1931 por la condesa Mary Gayley Senni y tenía o tiene una variedad de 300 rosas, que en la actualidad se mezclan con las ruinas de las villas que allí había, entre ellas la de Marcela, donde tuvieron lugar las reuniones de trabajo del "Círculo del Aventino".








Reproducción de una de las villas del monte Aventino. Podría ser la casa de la viuda Marcela donde se elaboró el texto traducido de la Biblia (Vulgata).

SERIE: MUJERES DE LA IGLESIA SECRETA

 

domingo, 11 de abril de 2021

ISOTTA DE NOGAROLA. MUJERES DE LA IGLESIA SECRETA


Isotta de Nogarola (1418-1466) es una de las mujeres que formaron parte de la Iglesia verdadera, la Iglesia expresada en los Evangelios (tanto los canónicos como los apócrifos). Esta nueva serie nos permitirá destacar la presencia de una corriente de pensamiento que, como una antorcha siempre viva y con influencias derivadas de las corrientes gnósticas y neoplatónicas, nunca dejó de transmitir el verdadero espíritu de las enseñanzas de Cristo, o lo que es lo mismo, la esencia evangélica, para lo cual debieron combatir a la curia extraviada que, en un momento dado, desviaron los principios cristianos y usurparon los púlpitos para llenar la cabeza de los oyentes de aire y de temor.  De ella es esta cita:
"El hijo unigénito de Dios cumpliendo el misterio de su muerte afirma que en él se consumó todo dolor y, entonces inclinando la cabeza expiró, así que lo que el ser humano perdió, Cristo lo recuperó. (…) Dice San Agustín en el libro del Génesis: "Dios no puede hacer nada contra aquella naturaleza que por su propia voluntad fue creada.(…) San Agustín nos da la razón cuando dice que en nuestra mente no hay nada sino Dios".
A pesar de vivir retirada y dedicada a la escritura, su fama se extendió por todas las Cortes y en Florencia algunos pensaban que Isotta era la más sabia de su época, por encima de muchos otros. Y nada menos que el Cardenal Bessarion, la "Luz de la Academia”, según lo apodó Marslio Ficino, quiso conocerla trasladándose expresamente a Verona para ello. Así se escribía de todo esto en 1765:
"Isotta fue el Oráculo de su siglo; porque sobre su ser muy docta en Filosofía, y Theología, se le añadió el ornamento de varias lenguas, gran lectura de los Padres, y en eloqüencia se asegura, que no fue inferior a los mayores Oradores de aquella edad. Las pruebas de su facundia no fueron vulgares; pues oró varias veces delante de los Papas Nicolao V, Pio II, y en el Concilio de Mantua, que convocó este Pontifice, a fin de unir todos los Principes Christianos contra el Turco. Aquel ilustre Protector de las letras el Cardenal Besarion, haviendo visto algunas obras de Isotta, quedó tan prendado de su espíritu, que hizo viage de Roma á Verona, solo por verla."[1] 

En realidad, vamos a destacar a un ramillete de féminas convertidas en eslabón de una cadena de pensamiento que ininterrumpidamente ha sostenido los pilares de la doctrina cristiana culta, que no significa necesariamente erudita, sino en el sentido de que ha cultivado sin cesar entre sus semejantes la fecundidad emanada del Verbo encarnado.

La mayoría son mujeres desconocidas, ya que en general los historiadores se hallan en dificultades para formarse de ellas un perfil que explique la aparente contradicción que supone para muchos “creyentes” el que estas devotas y piadosas mujeres pudieran seguir el catolicismo y al mismo tiempo las doctrinas paganas; como si estas fueran incompatibles con la enseñanza evangélica cuando, como es bien sabido, existió un gnosticismo en los propios orígenes del cristianismo. Véanse sino ciertos evangelios apócrifos.

El periodo de la Inquisición con sus tribunales instalados en universidades como la Sorbona de París llegaron al extremo de declararlas “personas no humanas”, a las que dieron por ello el nombre de brujas.

Si me queréis seguir por esta galería de damas, os presentaré a algunas de ellas, señalando además que de sus biografías no nos interesan sus rasgos personales sino las ideas universales de las que son trasmisoras a través de su propio pensamiento y periplo vital.

Mª Ángeles Díaz. Los Corresponsales de Marsilio Ficino y el Entorno Femenino de la Academia Platónica de Florencia.

Imagen: Serie "Mujeres de la Iglesia Secreta" 1 

#mujeresiglesia #iglesiasecreta #editorialsymbolos #bibliotecahermetica #pinacotecasimbolica


[1] Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro. Theatro crítico universal, o Discursos varios en todo género de materias para desengaño de errores comunes. 1765.


sábado, 27 de marzo de 2021

VIERNES DE DOLORES, SEMANA SANTA CRISTIANA


“Viernes de Dolores” dentro de la Semana Santa cristiana, comparto esta extraordinaria escultura de Miguel Ángel Buonarroti donde se aprecia su brillante dominio de la técnica escultórica, algo que se manifestó ya desde su juventud. Se trata de una pieza monolítica, es decir que está hecha a partir de un solo bloque de mármol de las montañas de Carrara, en la región de la Toscana, Italia.

La escultura reproduce el momento en que la Virgen María recibe el cuerpo de Jesús y lo sostiene en sus brazos. Pero María aquí no está llorando o con signos de sufrimiento, como suelen representarse las imágenes que se pintan o esculpen de esta advocación de María, sino que la vemos serena y joven, más joven que su hijo, pues Miguel Ángel (que pertenecía al círculo de la Iglesia Secreta, junto a Vittoria Colonna, su maestra) no ha querido representar solo a la Madre Dolorosa, sino a la discípula que ha comprendido el sacrificio de Cristo, y lo ofrece al mundo con la palma de su mano izquierda levantada hacia arriba mostrando su piedad desde sus más profundos adentros. Mª.A.D.



domingo, 1 de noviembre de 2020

MARTILLO DE BRUJAS. Para golpear a las Brujas y sus herejías con poderosa maza

 


La persecución de muchas de las mujeres que hasta aquí hemos presentado y otras que en aras de la brevedad nos hemos dejado en el tintero pertenecen al grupo de las que llamaban "brujas" (incluso a Catalina de Medici, como hemos visto, la llamaron así los espíritus inquisitoriales). 

Sin embargo, antes de ser pervertido, el término 'bruja' designaba a las mujeres cultas pues tiene su origen en las casas de cultura donde éstas mujeres se reunían y debatían temas filosóficos en público, rodeandose de todo aquel que quería escucharlas y compartir con ellas ciertos ritos ancestrales o aprender y practicar su medicina, pero que acabó convirtiéndose en un término acusatorio que podía conducir a una persona la muerte. Una locura provocada por la ignorancia sumada al poder, que son elementos inequívocos de corrupción, cobrándose esto muchas víctimas, mujeres y hombres que fueron llevadas ante un tribunal que decidía quiénes merecían el castigo de ser quemados vivos. Una animadversión que fue mucho mayor hacia el género femenino. 

Antes de nada queremos remarcar el carácter histórico de estos acontecimientos y alejarlos completamente de meras y confusas fantasías, pues del alcance que tuvo esta locura en la que se sumió Europa en dicha época da cuenta precisamente este libro cuyo título lo dice todo: "Martillo de Brujaspara golpear a las brujas y sus herejías con poderosa maza", un manual donde  está conteniendo toda clase de advertencias para detectarlas. 

El libelo, sin embargo, despertó un enorme interés ya que tuvo más de una docena de ediciones y una difusión extraordinaria, pues durante 200 años se divulgó por toda Europa constituyéndose justamente, en la guía que se usó como prueba de cargo contra las brujas en todos los procesos inquisitoriales que llevaron a la hoguera a tantas mujeres y hombres de la calidad intelectual de los que hemos traído aquí.

Efectivamente, fue en 1487 cuando aparece este mamotreto: Malleus maleficarum, de mano del monje dominico Heinrich Kramer, inquisidor del Sur de Alemania (región de intensa persecución), quien dio a conocer el texto diciendo que había sido escrito por Jacob Sprenger, teólogo de Colonia. 

El Malleus Maleficarum o sea Martillo de las Brujas, detalla "las distintas formas en que actúa el demonio sobre la mujer", dando detalles de sus artificios y "claves para resistirse a sus hechicerías". También refiere el modo en que deben llevarse a cabo las causas contra dichas mujeres. En fin, un manual que fue durante dos siglos la cartilla de los inquisidores y de todo aquel que con malévolas intenciones quiso ir contra todo tipo de personas que por algún motivo odiaban, siendo pues la espita que causó la histeria que contaminó a Europa y propició la terrible "caza de brujas".

El aciago libro plantea una serie de cuestiones que, a modo de cartilla escolar o catecismo, va respondiendo a las preguntas planteadas. La primera es:

"¿Por qué en un sexo tan frágil como el de la mujer se encuentran mayor cantidad de brujas que entre los hombres?"  Mª Ángeles Díaz 

 

*Este texto es un fragmento de un estudio más amplio titulado: Los Corresponsales de Marsilio Ficino y el entorno femenino de la Academia Platónica de Florencia.

Imagen Serie: TEATRO HERMÉTICO DELA MEMORIA 28

El personaje que nos ha servido para nuestra actual 'foto-creativa' es Vittoria Colonna, acusada de ser bruja, la cual formó parte de la Iglesia Secreta.

 Ver también: Sobre la Piedad que se encuentra en el Vaticano, obra de juventud de Miguel Ángel

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jueves, 1 de octubre de 2020

UNA PERSPECTIVA DE LA UNIDAD DE LAS TRADICIONES


Cuenta Frances A. Yates, la perspicaz investigadora del Hermetismo renacentista, que una de las acusaciones que se les hacía a los hermetistas para considerarlos herejes, era que estos parecían pertenecer a todas las religiones a la vez. Nunca entendieron los inquisidores lo que eso en verdad significa al no considerar la perspectiva filosófica de lo esencial en la que se basa la Ciencia Sagrada y sus vías de transmisión sapiencial, a saber: que la Verdad solo es una, aunque se exprese con diferentes lenguajes y formas. Asimismo, existen una serie de símbolos que son comunes a todas las tradiciones y pueblos de la Tierra, y el Hermetismo los ha conservado y se basa en ellos para seguir vehiculando lo fundamental de la Cosmogonía Perenne. Por ejemplo, esta figura de una reina perteneciente al pueblo ibo (Nigeria), y que forma parte de este escenario, no es extraña a la mirada hermética, pues en dicha figura esta puede reconocer un símbolo que exalta la idea de verticalidad y eje que caracterizaba a la realeza entre las sociedades tradicionales, si bien, y yendo más al fondo, esa misma idea, o arquetipo, está presente en la propia naturaleza del ser humano. M.A.D.

Imagen: Serie TEATRO HERMÉTICO DE LA MEMORIA 21


miércoles, 30 de septiembre de 2020

EL ARTE DE LA MEMORIA Y EL TEATRO DE GIULIO CAMILLO


El Teatro Hermético de la Memoria de Federico González es una forma de la Enseñanza tradicional y está basado en el Arte clásico de la Memoria, si bien tiene antecedentes en el Renacimiento con el teatro de Giulio Camillo quien construyó un fabuloso sistema nemotécnico que consistía en recrear el Cosmos en un teatro de madera. 

Una edificación hecha a base de columnas, escalinatas, palcos, repleto de imágenes y de cajitas ubicadas en distintos niveles o gradas conteniendo una infinidad de nombres, todos ellos ordenados y jerarquizados con respecto al orden del Universo. Dioses, planetas, constelaciones…

Sostenido por los siete pilares de la Sabiduría de la Casa de Salomón, el diseño tenía afinidad con el Árbol de la Vida de la Cábala, otro sistema de la memoria que Camillo conocía bien a través de Marsilio Ficino y Pico de la Mirándola.

Efectivamente, el teatro de Giulio Camillo es un modelo nemotécnico hermético y neoplatónico que trata de mantener viva la memoria de nuestro verdadero origen y lo hace entrelazando nuestra propia memoria con el orden del Mundo, del que en verdad formamos parte principal, puesto que el hombre es el único ser capaz de darse cuenta del misterio que somos, cosa que sucede cuando dejamos todos los papeles que nos han tocado representar en nuestra vida terrena y nos observamos a nosotros mismos.

Por ello en este diseño teatral el actor se sitúa arriba, en los palcos, desde donde observa el espectáculo que sucede abajo, en el plano inferior donde se producen todas las actuaciones. La razón de que sea así es que únicamente elevando la perspectiva sobre las cosas seremos capaces de ver todo nuestro panorama, es decir nuestra auténtica situación en el gran teatro del mundo.

 El propio Giulio Camillo nos explica las características de su artefacto prodigioso:

“Este elevado e incomparable alojamiento no cumple sólo el oficio de conservarnos las cosas, palabras y artes que le confiamos, sino que podemos encontrarlas al punto siempre que las necesitemos; pero nos proporciona también sabiduría verdadera, a partir de cuyas fuentes llegamos al conocimiento de las cosas desde sus causas y no desde sus efectos. Esto puede ser más claramente expresado con la imagen siguiente. Si nos encontrásemos en un vasto bosque y deseásemos ver su entera extensión, no podríamos lograrlo desde nuestra situación dentro de él, pues nuestra vista estaría limitada a una pequeña parte de él a causa de los árboles inmediatamente circunvecinos, que nos impedirían ver las vistas distantes. Pero si, cerca de este bosque, hubiese un talud que llevase a una alta colina, si saliésemos del bosque y subiésemos el talud, comenzaríamos a ver una gran parte de la forma del bosque, y desde la cima de la colina divisaríamos el bosque entero, El bosque es nuestro mundo inferior; el talud, los cielos; la colina es el mundo supraceleste. Y a fin de que entendamos las cosas del mundo inferior es necesario ascender a las cosas superiores, desde donde, mirando hacia abajo desde las alturas, podamos tener un conocimiento más cierto de las cosas inferiores”.

Cita tomada de Frances A. Yates. El Arte de la Memoria.

Imagen: Serie TEATRO HERMÉTICO DE LA MEMORIA 19

sábado, 11 de abril de 2020

EL DECAMERÓN. UNA UTOPÍA LITERARIA ENTRE LA ‘PESTE NEGRA’ Y EL CORONAVIRUS



La terrible calamidad provocada por el coronavirus (Covid-19) en la que casi de repente nos hemos visto afectados los humanos del siglo XXI de forma global, a algunos nos ha hecho recordar lo que creíamos que era algo del pasado, e impensable que sucediera en la época actual. Me refiero a la mortífera Peste Bubónica o Peste Negra, la devastadora pandemia que se vivió en el siglo XIV, y que afectó primero a Asia, como ahora, y después a Europa.

Y eso me llevó a releer el Decamerón, obra de Giovanni Boccaccio, uno de los más destacados integrantes de la organización iniciática de los Fieles de Amor,  en la cual el autor adopta la actitud de un cronista de esa cruenta realidad que le tocó vivir, y la de un narrador sabio y ágil que logra, en ese ambiente de depresión, crear un libro excepcional tanto en su prosa como en sus valores, y es que Boccaccio con su Decamerón consigue un modelo literario insuperable, construido a base de tejer sus historias desde lo dramático, irónico, mordaz, irreverente, crítico, cómico, trágico, sensual y refinadamente lujurioso. Como si quisiera captar la atención del mayor número de personas, o sea no queriéndose dejar a nadie fuera de aquellas enseñanzas tradicionales que deseaba comunicar, ni a los de “fino” oído que de seguro iban a captar la doctrina secreta, ni a los de oído más simple, los que sin duda hallarían enseñanzas para el goce y el buen entretenimiento. En suma, que todos podían estar capacitados para obtener de su narración algún tipo de beneficio.

Compuesto de 100 novelas cortas en las cuales sin duda se vehiculan ciertas enseñanzas de los Fieles de Amor, el Decamerón es un semillero donde afloran personajes dotados de virtudes como la nobleza, la generosidad, la solidaridad, la abnegación, el ingenio y, asimismo, sus contrarios, la miseria, la mentira, la insolidaridad, la picaresca, del lado de los más abyectos personajes.

El Decamerón se sitúa en el año 1348 cuando, en plena epidemia, Boccaccio, que entonces tenía 35 años, se encuentra en la egregia ciudad de Florencia que nos describe como un lugar pestilente por cuyas calles circulaban continuamente los carros cargados de féretros.

Nadie sabía a ciencia cierta por qué las personas se infectaban con aquellos bubones del tamaño de un huevo e incluso de una manzana, los cuales comenzaban a surgirles en las axilas y en las ingles y acababan cubriendo y desfigurando todo el cuerpo del afectado; pero sí sabían todos que aquel primer bulto era la señal inequívoca de que la muerte se había cernido sobre aquella persona, la cual a partir de entonces era repudiada por todos. Ningún lugar había donde refugiarse, pues el aire mismo traía la enfermedad contagiando a miles de personas que quedaban debilitadas, solas y desamparadas.

Giovanni Boccaccio, un filósofo hermético, y como decía, militante en las filas de Amor no permitiendo que otro dios sino ese fuera el que guiara su destino, ni siquiera en aquellos días funestos, tomó la determinación de consolar con su arte y con su pluma a cuantos pudieran leer su obra, eso sí, sin salirse de una realidad que no trata de disfrazar, sino que por el contrario se esfuerza por describir demostrando la proximidad de aquello que estaba viviendo, y al mismo tiempo manifestando que la posibilidad de elevarse por encima de aquella situación también era real, y ya nos advirtió René Guénon acerca de que “lo posible y lo real son metafísicamente idénticos”.

El Decamerón no es sólo la obra talentosa que abrió el paso a la novela corta actual, es además una obra solidaria y de agradecimiento, pues Boccaccio considerando que las armas de las que está dotado, por sus propios talentos y esa militancia suya en los Fieles de Amor, le hacen apto para consolar a aquellos que sufren, devolviendo así lo recibido, es decir cuando él mismo sufría el ardor provocado por el fuego en su corazón y contó con el apoyo de los amigos en el Conocimiento de la Sagrada Filosofía, para sofocar y aliviar su alma herida. Las obras y enseñanzas de sus amigos, Dante o Petrarca, uno ya ausente y otro presente, fueron entonces su refugio y consuelo.
“Los sufrimientos que esto me proporcionaba eran tan grandes que hubiera terminado por morir a no ser porque algún amigo me prestó la ayuda de sus consejos y de sus consuelos”.
“Todo el mundo siente compasión, pero nadie la siente más que quien ha tenido necesidad de ella alguna vez y ha experimentado sus saludables efectos; entre ellos me encuentro yo. (…) Pero, aunque mis tormentos hayan terminado ya, no por ello olvido a quienes compartieron, con cariño mis tribulaciones. Solo la muerte podrá borrar su recuerdo de mi alma agradecida. Y como la gratitud es la más estimable de las virtudes, y su contraria el más vituperable de los vicios, ahora que ya me encuentro libre, para no parecer ingrato, he determinado procurar alivio, si no a quienes me lo proporcionaron a mí, porque su sano juicio o su buena fortuna les ha dispensado de ello, sí a quienes pueden necesitarlo. Y aunque mi consuelo pueda significar muy poco para los necesitados, paréceme que puedo brindarlo, sin embargo, a quienes más afligidos se encuentren, porque de esa forma será más útil y apreciado”.
Y como cree que es de bien nacidos ser agradecidos, entrega su obra de consolación a los que sufren aquella terrible realidad, a los que han quedado solos, huérfanos, sin residencia. De esa manera pretende Boccaccio “aliviar en parte el fallo de Fortuna”. Concretamente dedica su obra a un público femenino, a aquellas damas que buscan amar, “porque las otras tienen suficiente con la aguja, el huso y la rueca”.  

Y así pues nos cuenta el autor, cómo a una abandonada casa solariega, un castillo, rodeado de frondosa vegetación y zonas ajardinadas, acuden, escapando de Florencia,  siete jóvenes damas: Pampinea, Fiammeta, Filomena, Emilia, Lauretta, Neifile, y Elisa; y tres caballeros de una similar edad: Pánfilo, Filostrato y Dioneo. Todos ellos, acompañados de algunos criados y criadas que organizan la cocina y el resto de las estancias.  Allí, dichos personajes, deciden crear un reino literario, una utopía.

Y en el transcurso de 10 jornadas, los mencionados 10 jóvenes, resuelven que cada uno de ellos reinará por un día, y ordenará la materia que en ese día todos ellos tratarán. Es decir que habrán de relatar uno a uno, una historia que tenga que ver con el tema escogido por el rey o la reina. Hemos de añadir que, como lo indica su propio nombre, en el Decamerón hay una estructura numérica que no solo ordena el desarrollo de las historias, sino que en algunos casos está integrada en la propia trama, como es el caso de la Primera jornada y el Tercer cuento dentro de ella, titulado “Los Tres anillos” donde se habla de Melquisedeq y las tres religiones del Libro.  
Así construye Boccaccio esas 100 novelas cortas que revolucionaron la literatura Occidental hasta nuestros días. Así presenta nuestro autor estas historias las cuales están:

“narradas en diez días, como manifiestamente aparecerá, por una honrada compañía de siete mujeres y tres jóvenes, en los pestilentes tiempos de la pasada mortandad, y algunas canciones cantadas a su gusto por las dichas señoras. En las cuales novelas se verán casos de amor placenteros y ásperos, así como otros azarosos acontecimientos sucedidos tanto en los modernos tiempos como en los antiguos; de los cuales, las ya dichas mujeres que los lean, a la par podrán tomar solaz en las cosas deleitosas mostradas y útil consejo, por lo que podrán conocer qué ha de ser huido e igualmente qué ha de ser seguido: cosas que sin que se les pase el dolor no creo que puedan suceder. Y si ello sucede, que quiera Dios que así sea, den gracias a Amor que, librándome de sus ligaduras, me ha concedido poder atender a sus placeres.

Decamerón' (1876) de Raffaello Sorbi (1844-1931)‬

Primera jornada, turno del reinado de Pampinea, la más exuberante de las damas, quien propone que elijan un juego, puede ser el ajedrez, aunque en él la diversión no es recíproca, ya que uno gana y otro pierde, sin embargo, en la narración hay más equidad, ya que tanto disfruta el que habla como el que escucha, es decir el que transmite como el que recibe esa transmisión. Y dado que todos están de acuerdo comienza el juego narrativo en aquella jornada cada uno de los participantes contará una historia relacionada con lo que más le agrada. “Os permito hablar sobre la materia que os parezca más alegre y divertida” …Y así es que cada uno de ellos cuenta su historia bajo esos parámetros, yendo con ella una enseñanza tan insólita como razonada del comportamiento humano.

Segunda jornada, reinado de Filomena, esta dama dispone contar historias de personas que, después de pasar por graves aprietos han sido capaces de escapar de ello y salir adelante.

Tercera jornada, reinado de Neifile, quien dictamina que se relaten historias de personas que por su empeño e ingenio llegaron a conseguir lo que querían o bien recobraron lo que habían perdido.

Cuarta jornada, reinado de Filostrato, quien dispone que se narren hechos de amores con final desdichado.

Quinta jornada, reinado de Fiammeta, quien dispone que durante la jornada se traten historias de enamorados que después de muchas y crueles vicisitudes vieron satisfechos sus deseos.

Sexta jornada, bajo el reinado de Elisa quien dictamina que en aquella jornada de su reinado se tratará de narrar historias donde los personajes, con su réplica ingeniosa o una salida inesperada, evitaron ofensas de estúpidos a los que cerraron de ese modo la boca.

Séptima jornada, bajo el reinado de Dioneo quien decide que aquel día se narren historias de mujeres que engañan a sus maridos, bien para satisfacer sus deseos o para salir de su prisión. En unas el marido se da cuenta y en otras no.

Octava jornada, reinado de Lauretta. Ella decide que las historias que se narren en esta jornada traten de las burlas a que continuamente someten las mujeres a los hombres, los hombres a las mujeres y ellos entre sí.

Novena jornada, bajo el reinado de Emilia se decide que cada quien escoja el tema que más le plazca.

Décima jornada, bajo el reinado de Pánfilo se decide narrar historias de grandes y magníficas acciones realizadas por Amor.

Decir, para finalizar, que la gracia literaria del Decamerón, calificado de libro pagano y puesto en entredicho por la Inquisición italiana, ha permitido que muchos lectores con poca predisposición a leer textos sagrados o filosóficos, hayan accedido,  sin embargo, a este libro por pura diversión, y no por ello han dejado de obtener sus beneficios. Añadiremos que la literatura escrita por los hermetistas y hombres de Conocimiento, trata siempre de llegar al lector bajo fórmulas distintas, siendo la intención de todos esos ropajes literarios despertar el interés del oyente a fin de hacer de él un receptor cualificado capaz de vislumbrar el verdadero mensaje de la Filosofía Sagrada, o cuanto menos esta clase de literatura siempre dará al lector algún tipo de enseñanza y buen entretenimiento.

Concluimos esta oda introductoria al Decamerón recordando unas palabras extraídas del Programa Agartha, dado que sintetiza muy bien la perspectiva desde la que nosotros abordamos la literatura tradicional que, en el caso del Decamerón es un vehículo de transmisión de la doctrina iniciática de los Fieles de Amor. 
“Crear, es repetir y reproducir la situación de la Creación original. La literatura no escapa a este principio, y las grandes obras en verso y en prosa son aquellas que despiertan y hacen presentir la inquietud y el deslumbramiento del Conocimiento. El poeta, bardo, o vate (de allí la palabra Vaticano), es un transmisor inspirado de las energías de lo sublime, y su lenguaje se articula con un ritmo preciso y particular. Los textos sagrados de todas las tradiciones dan cuenta cabal de ello. La belleza de la forma es el ropaje y la atracción de la Belleza del Principio, y por lo tanto lo refleja armónicamente. El arte es un vehículo y una manera de conocer, y son numerosos los esoteristas que se han expresado por su intermedio. Recordemos que la sefirah Tifereth es Belleza, y que se halla en el camino ascendente que va de Malkhuth a Kether. En un sentido amplio, todo escrito es literatura. Pero hay algunos en los que, el arte en la manera de decir, la transparencia de las imágenes con que se dice, la claridad y el orden de los conceptos, aunque permanezcan velados, los hacen memorables y los ligan a nosotros con lazos emotivos y sutiles" Mª Ángeles Díaz


Cita: Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Federico González y Colaboradores.

viernes, 20 de marzo de 2020

ELOGIO A LA VIDA SOLITARIA. Francesco Petrarca


El hombre solitario se tiene a sí mismo como compañero de mesa, como interlocutor y convidado no tiene miedo de quedarse solo si es consigo mismo con quién está.

Su corazón no envidia ni odia a nadie. Contento con su suerte y su fortuna e inaccesible a las injusticias, no teme ni desea nada, pues sabe que son bien pocas las cosas que bastan en la vida de los hombres, y que la riqueza más elevada y más auténtica es no codiciar nada y no temer al poder supremo.

Lleva una vida sosegada y dichosa, de noches plácidas, días basados en el ocio y comidas tranquilas. Camina libre, se sienta confiado, no urde ni se previene contra ninguna intriga. Sabe que a él le quieren por lo que es y no por lo que tiene.

Ciertamente hay quien piensa que la vida solitaria es peor que la muerte y que precisamente este tipo de vida conduce a ella.

Esta idea se da principalmente entre los iletrados, a los cuales si les falta un interlocutor ya no tienen nada de qué hablar con ellos mismos o con los libros, y por tanto permanecen callados.

Sin duda la soledad sin las letras es totalmente un exilio, una prisión, un potro de tortura. Pon la cultura y tendrás la patria, la libertad, una fuente de placer.

Son bien conocidas aquellas palabras de Cicerón referidas al ocio: ¿Hay algo más dulce que el ocio dedicado a la cultura?

Por otra parte, también es bien conocida la sentencia de Séneca: El ocio sin la cultura es como la muerte, o sea, una sepultura para el hombre vivo".


Petrarca, el autor de esta oda, perteneció a los "Fieles de Amor", organización iniciatica de la cual Dante fuera su miembro más destacado. Estos filósofos a menudo aparecen retratados con apariencia de clérigos o místicos, pero en verdad todos ellos fueron hombres apasionados y auténticos iniciados en el Conocimiento, los cuales se manifestaron contra la estulticia, enfermedad que amenaza a los hombres de todos los tiempos, y frente a la cual contrapusieron el cultivo de las ciencias y las artes, entre ellas la poesía, como manifestación del Verbo creador. 

Y aunque todos ellos hablaban de la necesidad de la soledad y el silencio, siendo los primeros en la historia en aconsejar tener un gabinete privado para el estudio (cambiando así el concepto de vivienda) tanto para la mujer como para el hombre. Sin embargo, estuvieron muy comprometidos con la vida social y con la política de su época, señalando, 
cuando fue necesario, todos los abusos y malas artes (artimañas) que desde los poderes políticos y religiosos se cometieron, ya fuera por maldad o por ignorancia. 

Petrarca escribió numerosas odas y canciones de amor dirigidas a exaltar el triunfo del Amor. Muchas las dirigió a Laura, la musa de su inspiración, o sea la mujer donde vio reflejada su propia alma superior. fb: 
Mª Ángeles Díaz