viernes, 20 de marzo de 2020

ELOGIO A LA VIDA SOLITARIA. Francesco Petrarca


El hombre solitario se tiene a sí mismo como compañero de mesa, como interlocutor y convidado no tiene miedo de quedarse solo si es consigo mismo con quién está.

Su corazón no envidia ni odia a nadie. Contento con su suerte y su fortuna e inaccesible a las injusticias, no teme ni desea nada, pues sabe que son bien pocas las cosas que bastan en la vida de los hombres, y que la riqueza más elevada y más auténtica es no codiciar nada y no temer al poder supremo.

Lleva una vida sosegada y dichosa, de noches plácidas, días basados en el ocio y comidas tranquilas. Camina libre, se sienta confiado, no urde ni se previene contra ninguna intriga. Sabe que a él le quieren por lo que es y no por lo que tiene.

Ciertamente hay quien piensa que la vida solitaria es peor que la muerte y que precisamente este tipo de vida conduce a ella.

Esta idea se da principalmente entre los iletrados, a los cuales si les falta un interlocutor ya no tienen nada de qué hablar con ellos mismos o con los libros, y por tanto permanecen callados.

Sin duda la soledad sin las letras es totalmente un exilio, una prisión, un potro de tortura. Pon la cultura y tendrás la patria, la libertad, una fuente de placer.

Son bien conocidas aquellas palabras de Cicerón referidas al ocio: ¿Hay algo más dulce que el ocio dedicado a la cultura?

Por otra parte, también es bien conocida la sentencia de Séneca: El ocio sin la cultura es como la muerte, o sea, una sepultura para el hombre vivo".


Petrarca, el autor de esta oda, perteneció a los "Fieles de Amor", organización iniciatica de la cual Dante fuera su miembro más destacado. Estos filósofos a menudo aparecen retratados con apariencia de clérigos o místicos, pero en verdad todos ellos fueron hombres apasionados y auténticos iniciados en el Conocimiento, los cuales se manifestaron contra la estulticia, enfermedad que amenaza a los hombres de todos los tiempos, y frente a la cual contrapusieron el cultivo de las ciencias y las artes, entre ellas la poesía, como manifestación del Verbo creador. 

Y aunque todos ellos hablaban de la necesidad de la soledad y el silencio, siendo los primeros en la historia en aconsejar tener un gabinete privado para el estudio (cambiando así el concepto de vivienda) tanto para la mujer como para el hombre. Sin embargo, estuvieron muy comprometidos con la vida social y con la política de su época, señalando, 
cuando fue necesario, todos los abusos y malas artes (artimañas) que desde los poderes políticos y religiosos se cometieron, ya fuera por maldad o por ignorancia. 

Petrarca escribió numerosas odas y canciones de amor dirigidas a exaltar el triunfo del Amor. Muchas las dirigió a Laura, la musa de su inspiración, o sea la mujer donde vio reflejada su propia alma superior. fb: 
Mª Ángeles Díaz



2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Esos abusos y malas artes son inmunes al paso del tiempo.
Sólo hay que mirar con el corazón los tiempos en los que vivimos.

Besos.

Anónimo dijo...

https://dmiventana.blogspot.com/2011/10/elogio-de-la-vida-solitaria.html