Altar de Maximón ante el que sus fieles han depositado ofrendas. (Pulsar sobre la imagen para verla completa)
Siempre he querido escribir acerca de Maximón, pero a la vez
nunca he tenido suficientemente clara la figura de este enigmático personaje,
venerado en Guatemala como dios popular. Un santo con aspecto de mestizo, ropas
europeas, sombrero, gran cigarro en la boca, zapatos bien lustrados, un fajo de
billetes asomando de su bolsillo y varias botellas de guaro a su alcance, es la principal iconografía, podríamos decir, que lo identifica.
Cuando vemos a este curioso personaje siendo devotamente adorado
en cualquier capilla de las muchas que le son dedicadas en todo el país, inevitablemente
la pregunta es: ¿Qué idea llevó a este pueblo a crear una imagen así de un dios?
Por eso es una satisfacción personal leer esta precisa y preciosa definición
que, en su Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, Federico González Frías
le dedica a este interesante personaje.
"Magnífico ejemplo de la
indefinitud de disfraces y máscaras de Dios.
Maximón baila, tiene mucho
dinero, es dueño de todo, toma trago y siempre tiene en la boca un habano.
Curioso ejemplo de lo sagrado que
reúne las dos posibilidades del ser- la divina y la humana- y que también
conoce el sistema de relaciones indígenas, el mismo que está presente en todas
las cosas como calor y el frío en que basa su medicina".