Del collar se desprenden cosmos indefinidos que nada simbolizan en un mundo sin significados. Los números sólo para medir, las palabras para consumir, una potencialidad para que quede en nada. La llave perdida en la gruta de la montaña. Siempre un punto marca la puerta, señala y revela la salida. Voy a colocarme a la luz y al calor de la pasión contenida, de la atención concentrada, de la reiteración ritual sucesiva.
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