Estamos acostumbrados a ver las esculturas
clásicas sin color austeras, dejando al descubierto la
desnudez del mármol y no por ello
exentas de belleza. Pero en muchos casos no era así como
nuestros antepasados las tenían en sus
templos y lugares de culto En base a los pigmentos que
algunas piezas aún conservan de su
policromía ha sido posible que
podamos hacernos una idea de cómo
eran viéndolas junto al original:
Este vídeo tiene un antecedente en otro de igual título que se publicó, hace unos años, en mi Canal dmiventana; para subirlo al Canal de La Memoria de Calíope se le ha añadido un audio de voz.
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