lunes, 25 de febrero de 2008

Combate entre Carnaval y Cuaresma

Tal y como quedó anunciado en un post anterior, anoto aquí un fragmento de la segunda conferencia sobre el Simbolismo del Carnaval, ambas pronunciadas el 29 de Enero pasado en el Centro de Estudios de Simbología de Barcelona, en este caso de Ana Contreras.


Combate entre el Carnaval y la Cuaresma, obra de Pieter Brueghel (1525-1569)

En este estudio queremos ir más allá de la lectura literal o alegórica, y comprender los principios metafísicos que se plasman pictóricamente en este cuadro de Brueghel el Viejo que, con un lenguaje simple y didáctico al alcance del profano, pero sobre todo, como verdadero artista, integrando las actividades humanas dentro de un enfoque cósmico de la Naturaleza, pretende despertar nuestra conciencia, rescatando una perspectiva simbólica y por tanto universal.

Durante el estudio de este cuadro, veremos que análisis y síntesis se van urdiendo conjuntamente en un tejido que acaba floreciendo como un mandala, a través del cual se expresa la doctrina propia de Occidente, la Tradición Hermética, de la que bebió Bruegel y que queda aquí reflejada en su originalidad, y veremos como la forma personal en la que el pintor se ha expresado se va diluyendo para dejar aparecer lo aparentemente invisible, pero que es y debe ser siempre el principio de lo creado.

Este cuadro de Pieter Bruegel el Viejo, pintor flamenco nacido en Breda, Países Bajos, entre 1525 y 1530, se titula " La riña entre el Carnaval y la Cuaresma", o también "Combate entre el Carnaval y la Cuaresma", y fue pintado en 1559. Se conserva en el Museo de Historia del Arte de Viena.

La comprensión del cuadro está relacionada con su composición, cuya superposición de estructuras complementarias entre sí relatan toda una cosmogonía. Sus partes reflejan el todo y constituyen pequeños mundos interdependientes en los que se desarrollan escenas llenas de significado que el pintor ha escogido para transmitir un mensaje que va mucho más allá de las múltiples interpretaciones que se le han atribuido, como por ejemplo la de una recreación del calendario religioso, haciendo corresponder a los concurrentes al Carnaval con los Protestantes y a los de la Cuaresma con los Católicos.


El autor propone claramente el viaje iniciático ayudándose de tres símbolos claros. En primer lugar el bufón, que como ser camaleónico por excelencia, adopta en este caso un papel axial y muy mercurial, de guía o psicopompos, encarnando el hilo de Ariadna, la Tradición. A continuación la pareja, que ya no da vueltas como el resto de los participantes, sino que se encuentra atravesando el cuadro por el eje, simbolizando así la Iniciación, y por último el pozo, que en este caso nos sugiere el acrónimo V.I.T.R.I.O.L., "Visita el interior de la tierra y rectificando encontrarás la piedra oculta".


Y antes de volver a la forma cuadrada del pozo en la que reconocemos claramente el cuaternario y con él el número cuatro, vamos a ver que se hace alusión por lo menos a los cinco primeros números.

Obviamente, el uno viene representado por el centro del cuadro, el pozo, punto alrededor del cual todo gira, pero también por el propio cuadro en su totalidad, como cosmos en sí, ya que el uno es lo más pequeño y a la vez lo más grande, es decir que la unidad, al mismo tiempo que es contenida en todo, lo contiene todo.

El dos aparece expresado por las dos polaridades, orden-desorden, Bien-Mal, figuradas por el Carnaval y la Cuaresma, aunque de hecho, el pintor expresa continuamente la dualidad en multitud de escenas dentro de cada uno de ellos, con lo que cada escena se desdoblaría a su vez en dos, con lo que también se refiere a que todo lo creado tiene una cara luminosa y una cara oscura.
En la instantánea se ve a Ana Contreras en un momento de su exposición, explicando el sentido simbólico del cuadro de Bruegel a la luz del Arbol de la Vida de la Cábala.

En cuanto al tres, vemos un triángulo formado por la polea del pozo como vértice superior, la Cuaresma como vértice inferior derecho y el Carnaval como vértice inferior izquierdo. Bruegel aprovecha la ocasión para hacer una alusión al simbolismo alquímico: la base de color negro sobre la que se desplaza el Carnaval alude al Mercurio, mientras la base de color rojo de la Cuaresma representaría el Azufre. Curiosamente se invierten las correspondencias de uno y otro en un diseño arlequinado (sobre lo cual volveremos más adelante). Así el triángulo formado representaría los tres principios de la Alquimia: el Azufre, el Mercurio y la Sal, y que coincide con las tres columnas del Árbol de la Vida Cabalístico, a saber, el Azufre con la columna de la Gracia o Misericordia, que representaría el Carnaval, la Caída, el desorden o el Mal; el Mercurio con la columna del Rigor o la Forma, que representaría la Cuaresma y por tanto el retorno del Alma a su origen, la vuelta al orden; quedando la Sal simbolizada por la columna del Equilibrio, símbolo del Eje, representada por el pozo y su polea. (Leer el artículo completo)

13 comentarios:

Altas Cumbres del Intelecto dijo...

Núria: Te felicito por tu bello e interesante blog, cuya lectura se incorpora a mis prioridades.
Un beso

Anónimo dijo...

Que bueno que aquí siempre se encuentren novedades en los temas.

Paso para comunicarte que mañana parto de nuevo hacia Perú. Este último viaje fue increíble y espero, ansiosamente, continuar conectándome del mismo modo con el espíritu de las plantas.

Me llevo a Paracelso para presentarselo a mis amigos chamanes. Te mando un gran beso, e intentaré que tu ventana aparezca seguido en la pantalla de mi portatil.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Gracias amigas. Pido disculpas por no estar atenta al espacio, pero estoy a tope de trabajo.

Mucha suerte, Princesa, espero que te quede tiempo para mandar un saludo.

TORO SALVAJE dijo...

Gracias por tu esfuerzo.

Da gusto leer posts así.

Besos.

V dijo...

Querida Nuria: Gracias por compartir otro fragmento de esa fantástica conferencia..
Es una descripción sencillamente brillante de una pintura sublime.
Me quedo con estas palabras que resumen, en esencia, lo que es el verdadero Arte:
"...veremos como la forma personal en la que el pintor se ha expresado se va diluyendo para dejar aparecer lo aparentemente invisible, pero que es y debe ser siempre el principio de lo creado"

Te comento que por esta fecha, como todos los años, se estará celebrando en Mendoza (Argentina) la clásica Fiesta de la Vendimia que parece tener alguna reminiscencia de las Vinalias romanas en honor a Jupiter. Este festival incluye un peregrinaje de varios días, transportando una imagen de la Virgen, que concluye con la bendición de los frutos.

Un abrazo.

Polvorilla dijo...

El pozo reviste un carácter sagrado en todas las tradiciones: realiza como una síntesis de tres órdenes cósmicos: cielo, tierra, infiernos; de tres elementos: el agua, la tierra y el aire; es una vía vital de comunicación. (CHAS-152)Introduction au monde des symboles, París 1966.

Un fuerte abrazo.

Alchemy dijo...

Nuria! agradezco tu visita a mi bitácora y tu comentario.
Fascinante el mundo de la simbología y todo lo que encierra.
Bello cuadro el que has expuesto en tu "ventana". Más allá de su belleza y atractivo artístico, la sabiduría que encierra.
Los opuestos o la dualidad, las tres fuerzas que hacen un todo...en fin... formas de ver el mundo como es. No existiría uno sin el otro. Mientras sepamos descubrir los mensajes, mas allá de lo literal, encontraremos el camino.
Gracias Nuria por compartir tus tesoros. Este es un sitio que me encanta explorar y respirar su aire fresco...el que tu le das.
Saludos...asomando el sol entre las nubes grises sobre el atlántico, Alchemy (BeT)
Saludos Alquímicos!!

Mª Ángeles Díaz dijo...

Toro,
un placer saludarte, sabes que en este lugar siempre son bienvenidos los poetas, y todos aquellos que han merecido el amor de las musas, las nueve hijas de Nemosine, la diosa de la memoria.

Sahaquiel,
al leer de nuevo las palabras que has extraído del discurso de Ana Contreras, relativas al cuadro de Brueghel, he advertido que, verdaderamente, lo están diciendo todo respecto al arte tradicional, aquel que considera la obra no un fin (la hoy tan valorada obra de arte personal), sino un medio poderoso y misterioso de acceder a otras realidades, las cuales, a pesar de lo que pueda parecer, están en ésta. De ahí que se diga que el trabajo alquímico tiene que ver con la reforma de nuestra propia perspectiva sobre las cosas.

Por eso, como sabes, desde el punto de vista iniciático la verdadera obra de arte es aquella operación que, en el transcurso de la existencia, uno pude hacer consigo mismo. Multiplicando, o simplemente ejecutando, las propias posibilidades, o sea, no desperdiciando los talentos.

Entiendo que eso es lo que significa la enseñanza del maestro Jesús al dejar dicho que al que más tenga más se le dará y al que menos tenga más se le quitará.

Como sabes también, “los artistas” son un fenómeno moderno, ya que para el punto de vista tradicional “la obra de arte no existe, sino que el arte, verdaderamente, está en el artista que la ejecuta”. Son palabras de Ananda K. Coomaraswamy, aunque citadas de memoria, que a mi me han aclarado ciertas cosas elementales sobre todo esto.

Por ejemplo me han hecho comprender por qué Platón al considerar la ciudad ideal, la Utopia, la Jerusalén Celeste, dejó fuera, tras los muros, a los artistas y demás ególatras.

Quiero, por otro lado, darte las gracias por comentar aquí la Fiesta de la Vendimia, esa celebración anual que se lleva a cabo en Mendoza (Argentina), y relacionarla con las Vinalias romanas en honor a Júpiter.

Ciertamente, como indicas, en el folklore popular muchas veces, aunque ni los propios participantes se enteren demasiado de ello, se conservan vestigios que, estudiándolos al abrigo de otros símbolos análogos, de pronto despiertan a todo su significado. Dicho con otras imágenes, que en esos fragmentos está contenido el todo y únicamente se necesita la clave con la cual descifrar el mensaje arcaico y al mismo tiempo imperecedero que las creó.

Polvorilla,
me alegra mucho tu visita y que hayas enriquecido el post con tu observadora mirada.
Creo que has tenido un gran acierto al señalar el pozo, en el cuadro del que hablamos (Combate entre el Carnaval y la Cuaresma” de Brueghel el Viejo) y ubicarlo en el centro de atención de la composición. Pues teniendo en cuenta que estamos hablando de una pintura simbólica, es lógico pensar que nada de lo que hay en ella obedece simplemente a una acción arbitraria o estética del pintor, sino que éste nos está queriendo decir algo preciso y concreto. Por eso considero una aportación valiosa a este coloquio tu observación, ya que nos recuerda el sentido simbólico que debemos dar al pozo, en tanto que eje de comunicación entre los mundos. Ya que aquí no hay nada plano, como puede parecer desde la mirada profana o vulgar, sino que todo tiene relieve y un significado significante.

Un beso, Polvorilla. Nos seguimos encontrando.

Anónimo dijo...

Sinceramente, Nuria, no puedo dejar de pensar en ti, tras visitar tu blog y pasearme por sus enlaces, como una pequeña mensajera alada que con grácil sutileza vas tejiendo todo el entramado en el que nos encontramos aquí y ahora, cual enlazador de mundos camino de la Utopía.
Mis mejores deseos para este blog!
H.

Eduardo dijo...

Hola Núria, tu visita a mi blog si que fue una grata sorpresa. Me alegra saber que tienes el deseo de regresar a Guatemala, pues únicamente hiciste tu post sobre Mixco Viejo y me quedé esperando muchos más, además de uno sobre Maximón.
Sabes que me tienes a la orden en el país de la eterna primavera y porsupuesto, espero que hayas guardado bien las llaves que te dí, de lo contrario, por acá siempre habrá una copia para tí.

Saludos,

Oscar

Mª Ángeles Díaz dijo...

Alchemy,
(gracias Bet, por la confidencia), te colaste sin que lo advirtiese, algo muy propio de la sutilidad del trabajo del alquimista, y por eso no te saludé anteriormente, ni agradecí tus valiosos comentarios.

Hoy navegué de nuevo por tu Bitácora y me detuve a observar las Ilustraciones, Grabados y Xilografías que has colocado. Me ha llamado la atención la de Constantino de Pisa, aunque me parece que no se ve completa.

En ella aparecen los cuatro ríos del paraíso, manando del interior de la montaña, más abajo el triángulo, símbolo de esa misma montaña y unas letras hebreas que no consigo distinguir bien. Ahí nos vamos encontrando.

Qué bueno que reportes de la salida del sol sobre el Atlántico, un hecho sorprendente disfrazado de cotidianidad …por suerte.

Un abrazo.
N.

Mª Ángeles Díaz dijo...

H.,
Gracias, se nota que además de ser mi amiga eres andaluza (lo digo porque un poquito exagerada sí eres).
Un abrazo, guapa, siempre es un placer recibir tus aportaciones. Este espacio es potente, aunque pequeño, gracias a personas como tú que han aportado sus preciosos comentarios desde el principio.

Mª Ángeles Díaz dijo...

Oscar,
Me encanta que sigas el blog.

Tienes razón en que no he continuado, de momento, con los post sobre los lugares de Guatemala que me interesaron después del post sobre Mixco Viejo. Pero no he podido por falta de tiempo. Sin embargo esto no significa que lo haya descartado.

Por supuesto que sigo conservando las llaves de Guatemala en mi corazón, y como verás por el post anterior a éste, sobre Córdoba (de España), su recuerdo anda entreverado en mis pensamientos.

Te mando una dirección interesante:
http://www.geocities.com/indoamerica/

Para mí es también una llave que te entrego y que abre expectativas a todo un continente.

Un abrazo.
N.