Abstract del curso que dimos hace unos días en Málaga
La Tradición Hermética, es decir el esoterismo
Occidental, tiene un largo pasado situándose sus orígenes en Egipto y la
antigua Grecia. Se trata de un pensamiento transmitido por la deidad intermediaria
Thot, idéntica en su labor civilizadora a Hermes-Mercurio, el dios amigo de los
hombres, el mensajero heraldo de los dioses y vehiculador de una Enseñanza que
tiene a las artes y las ciencias cosmogónicas como coadyuvantes.
Esto tiene que ver con la Alquimia y con la Teúrgia,
o sea con la idea de la transmutación y universalización del alma humana, a la que
se toma como un athanor donde cada quien puede gestar al “niño de oro” que
lleva dentro, lo que se produce a través del fuego y sus distintas graduaciones,
es decir de la intensidad del amor que cada cual tenga por alcanzar ese Conocimiento,
y aplicarlo en la realidad de su vida.
La transmisión de estas ideas-fuerza, de esta
Enseñanza Cosmogónica, ha pasado por periodos distintos, adoptando formas
diferentes de expresarse, y esto ha sido así gracias a una larga cadena de
iniciados que han contribuido a través de sus obras y sus vidas, a difundirla y
recrearla, adaptándola a los tiempos, siempre que fuese necesario devolverle
todo su sentido.
Para el Hermetismo, Platón es uno de los sabios
que recoge toda esa Filosofía arcana, la sintetiza y la transmite para nuestro actual
ciclo humano. Enseñanza que él heredera de los presocráticos, de Pitágoras y de
los Misterios Órficos.
Todo lo cual fue perfectamente comprendido durante
el Renacimiento por Marsilio Ficino y asimilado por los miembros de la Academia
de Florencia, en cuyo entorno femenino se pondrá el énfasis en este Seminario
dedicado a “Lo Femenino”, siguiéndole los pasos a algunas mujeres filósofas,
literatas, científicas, artistas, etc., que han formado parte de esta cadena
áurea de pensamiento, las que habiendo sido receptivas a ese Saber inmemorial
lo han buscado justamente a través de unos arquetipos y unos modelos concretos
tomados del aspecto femenino del Cosmos.
Y aquí debemos referirnos a Isis, a Deméter, diosa
de los antiguos misterios de Eleusis, a Afrodita, diosa de los misterios de Amor,
a las Sibilas y Pitonisas y por supuesto a las Musas, diosas de la Memoria,
engendradas por Zeus y Mnemosine sólo y con el único propósito de seducir al
hombre, alegrarle los días de su vida y llevarlo, a través de sus artes, al conocimiento
de sí mismo, al estado paradisíaco. Pero esto no es una simple ensoñación
poética, pues para la Tradición Hermética las Musas son diosas operativas que ejecutan
su labor a través de la voluntad de aquél que desea aplicarse a las artes que ellas
simbolizan.
Por eso es preciso referirse a Safo en primer
término, a la que tomamos como piedra angular de nuestro discurso, ya que fue
ella quien en el siglo VII a. C. mantuvo en Mitilene una escuela que en cierto
modo será el modelo donde se inspirará la Academia Platónica de Atenas y todas
las que se crearían con el paso del tiempo. La escuela de Safo estaba relacionada
exclusivamente con la iniciación femenina, la cual tenía en Afrodita y en las Musas
sus métodos de enseñanza, que siguen siendo efectivos para los hombres y
mujeres de hoy en día, ya que en definitiva de lo que se trata es de operar la transformación
del alma humana.
1 comentario:
Nos ha llegado de uno de los asistentes al curso la siguiente reseña que, como no podía ser de otro modo, agradecemos sinceramente.
SENSACIONES EN EL CURSO DE Mª. ÁNGELES DIAZ. LA MUJER DENTRO DE LA FILOSOFÍA HERMÉTICA.
"En el curso del que se da cuenta, percibí en la Ponente una pasión arrebatada por desembocar, desde el amor, en el conocimiento, pero en un conocimiento resignificado. Un saber que busca en la naturaleza y en la tradición la escritura de Dios, del Espíritu. Es decir, no el saber por saber sino la vocación de dirigirse, de reconocer la verdad única que cada tradición expresa a su modo.
María Ángeles Díaz nos mostró su pasión por la tradición hermética, su vigencia hoy y, sobre todo, nos enseñó que recuperar los valores, como ya sucediera en el Renacimiento, es posible. Aprendimos de su verbo y de su entusiasmo que resignificar puede ser también recuperar el significado fundacional, reconocer en la experiencia -aunque sea como siempre a contracorriente- que cabe hacer aflorar tus talentos, tu niño de oro y la pureza del alma.
Desde ahí, partiendo de la Escuela Iniciática de Safo, Afrodita y las Musas, y terminando en Catalina de Medici, pasando por decenas de mujeres que sostuvieron y resignificaron dando su valor original al camino hermético en el Renacimiento, hicimos un maravilloso ejercicio de mística urbana, poesía espermática, alquimia del alma y tradición evolutiva.
Como alguien dijera sobre Safo, “no lo hicimos por hacer, sino para morir llevándolo aprendido". Preciosa experiencia sobre la mujer en la filosofía hermética"
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