Salvador Dalí. Ilustración de la Divina Comedia
Antes de emprender el ascenso en su viaje iniciático por los siete Cielos dispuesto a alcanzar, de la mano de Beatriz, la sede de Dios en el Empíreo, Dante invoca a Apolo en los siguientes términos:
"En mi último trabajo yo te pido / de tu valor, oh Apolo, ser tal vaso / que me halles digno del laurel querido. / Bastó hasta aquí una cumbre del Parnaso, / mas ambas necesito cuando intento / a la última palestra abrirme paso. / Penetra en mi corazón, espira en él tu acento / como cuando arrancaste la piel de Marsias / de su vaina y aposento".
(Divina Comedia. Canto I del Paraíso)
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"En mi último trabajo yo te pido / de tu valor, oh Apolo, ser tal vaso / que me halles digno del laurel querido. / Bastó hasta aquí una cumbre del Parnaso, / mas ambas necesito cuando intento / a la última palestra abrirme paso. / Penetra en mi corazón, espira en él tu acento / como cuando arrancaste la piel de Marsias / de su vaina y aposento".
(Divina Comedia. Canto I del Paraíso)
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