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miércoles, 3 de agosto de 2022

LA FILOSOFÍA PLATÓNICA EN LA MISTERIOSA ANDROS, ISLA DE LA CÍCLADAS

Vista de Andros

"Calles estrechas y empedradas que suben, otras que bajan y pasan por debajo de una casa, de un puente, junto a una pequeña iglesia ortodoxa; son preciosas construcciones blancas, muchas de ellas con las cúpulas pintadas de turquesa, como el mar que las circunda. Se trata de verdaderas joyas paisajísticas, como un capricho arquitectónico que hubiera mandado edificar el propio mar Egeo para mirarse a los ojos, pues es imposible no conjuntar con la mirada los blancos edificios de azulados adornos, con el tono del mar y el cielo, cuyos azules son continuamente salpicados de blancos copos, unos formados por la espuma de las olas, otros por las algodonadas nubes que se forman y diluyen. En las alturas de la isla y echando la mirada hacia los profundos valles donde se yerguen los núcleos de vida de los andrios, el verde entra en escena y cubre este animal repleto de vida.

Lo cierto es que esta isla ofrece estampas idílicas y cualquier enclave, a lo largo de sus 374 kilómetros, expresa una belleza casi perfecta. Homero es el primero, de un rosario de autores, que nos hablan de estos parajes. Y así dice en uno de sus versos, justamente en el canto IV de la Odisea, donde señala la bonanza climática del entorno.

La vida de los hombres es más cómoda,

no hay nevadas y el invierno no es largo;

tampoco hay lluvias,

pero Océano deja siempre paso a Céfiro

que sopla sonoramente para refrescar a los hombres.


Desde que atracamos en Gavrio, el puerto de Andros situado en una preciosa bahía en sotavento, la isla no ha dejado de dar señales de su magnetismo y de su fuerza evocadora. Este es sin duda un enclave poderoso, provisto de una fuerte naturaleza, insólita para una isla, pues a poco que se recorre se descubren las cascadas de agua y los manantiales salutíferos de los que con tanto entusiasmo nos hablaban los antiguos viajeros y todo aquel que estuvo en Hydrousa, nombre que antiguamente recibía Andros precisamente por su cantidad de agua. También sus montes sorprenden por la altitud, algo que no es corriente en una isla, pues tiene montañas de hasta 994 metros de altura. Filóstrato, en un texto del siglo III, relata que además de ríos con aguas medicinales con las que tratar distintas dolencias, por Andros cruzaban corrientes de vino:

La tierra de Andros está tan henchida de vino por obra y gracia de Dionisos, que estalla y le envía un río a sus habitantes. Si los comparas con un río de agua su caudal no es grande, pero si piensas que es de vino, sí es un río grande, y sagrado. Quien bebe de sus aguas bien puede desdeñar las del Nilo y el Istro y decir de estos ríos que serían más estimados si, aun siendo mucho más pequeños, tuviesen un caudal semejante.

 

Muchas cosas he descubierto desde que emprendí el periplo hasta esta “isla verde”, evocación poética y simbólica de un lugar mágico y épico, situado en el “más allá”, pero que es a la vez la sede de nuestra verdadera identidad. 

Una de las cosas más significativas hallada en esta geografía legendaria y sagrada ha sido descubrir que Andros fue, durante la Edad Media, un enclave en el que Miguel Pselos (1018-1079), reconocido como el “máximo representante del Renacimiento bizantino” y un enamorado de la metafísica de Platón, fundó una escuela filosófica donde enseñó y difundió dicha Filosofía platónica". Fragmanto del libro: Viaje Mágico Hermético a Andros. Una Aventura intelectual. Mª Angeles Díaz. Editado por Symbolos. Seguir la Página del libro en Facebook






viernes, 12 de noviembre de 2021

LA HAMSA, Mano de Fátima o Mano de Miriam


Estos días hemos vuelto a la Casa de Sefarad en plena judería de Córdoba, situada frente a la Sinagoga, y visitando su museo nos hemos detenido una vez más ante este símbolo llamado Hamsa, el cual puede verse realizado en diferentes materiales. 

Allí se explica que la Hamsa -que literalmente significa cinco, en lengua árabe- es un símbolo en forma de mano usado tradicionalmente como talismán o amuleto que protege contra los males e infortunios. Es de origen pre-islámico y se ha convertido en un objeto muy popular, tanto en la cultura musulmana como en la cultura judía, particularmente en la sefardí.

En la tradición musulmana recibe el nombre de “mano de Fátima”, la hija del profeta Muhammad,  y en la tradición  judía se la denomina  “mano de Miriam”, hermana de Moshe Rabenú.

La Hamsa se ha convertido en un objeto “compartido” por ambas tradiciones, es decir en un auténtico símbolo de intercambio cultural. En la tradición musulmana se le identifica con los cinco pilares del Islam, mientras que en la tradición judía se le relaciona con los cinco libros de la Torá.

Las hamsas tienen una rica variedad de elementos decorativos, materiales y colores y son una muestra de una memoria iconográfica compartida en toda la ribera sur del Mediterráneo. Mª Ángeles Díaz



Museo Casa Sefarad de Córdoba


https://dmiventana.blogspot.com/ Publicación  Mª Ángeles Díaz

martes, 19 de septiembre de 2017

Venus Montada en una Concha



Cliveden es una casa palaciega situada en Taplow, el condado de Buckinghamshire, en Inglaterra, la cual sigue la arquitectura creada en la Italia Renacentista, o sea en el espíritu artístico y filosófico que en ese periodo se dio en todos los ámbitos de la creación, y que se basó especialmente en afianzarse a una visión sagrada de la existencia donde el hombre y sus obras eran expresiones de un "arte mayor" que se debía proteger, cuidar, cultivar.

Hoy alguien que está visitando Cliveden en estos días me mandó una foto de su impresionante “Fuente del Amor”, que se encuentra en los jardines del palacio. La bella y sugerente estampa de esta Venus de fino mármol sobre la majestuosa fuente, bien merece un comentario acerca del sentido simbólico de la estatuaria colocada en los jardines renacentistas, esto es recordar al paseante aquel arquetipo de belleza, análogo al que se podía experimentar en la propia alma cultivada o cincelada con el rayo que proyecta la luz de la Inteligencia. Por lo que rodearse de estas esculturas sabiendo qué nos están comunicando, es una forma del Arte de la Memoria que además está en relación con el Arte-Teúrgica o sea con "la magia intelectual-espiritual más alta e inerte y sin embargo actuante". En la Teúrgia, no existen los fines particulares sino los prototípicos, que son simbólicos; en ese sentido suelen ser ejemplares, como los mitos, sus estructuras y personajes".

Sobre Venus leemos en el Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, de Federico González Frías, obra de dónde también procede el entrecomillado anterior.

Nacida de la espuma del mar (esperma) después de que Saturno le cortara los testículos a Urano (cielo) y montada en una concha, Venus ha sido el ejemplo del Amor, en especial de la atracción sexual simbolizada por Eros, elemento fundamental de cohesión en la manifestación universal. Son conocidos sus amores con el guerrero Marte y también con Adonis, muestra de la atracción por la belleza física, como introducción a la auténtica Belleza; desde antiguo se ha distinguido a dos Venus: la uránica y la pandemos, la celeste y la popular, aunque las dos están ligadas al instinto sexual. En las iconografías, ambas se asocian con la manzana.





domingo, 19 de febrero de 2012

LA ORDEN DEL TOISON DE ORO


Códice de 1547, donde se ven a los integrantes fundadores de la Orden de El Toisón de Oro.
  Fijémonos que los colores de las vestimentas, el negro, blanco y rojo, aluden a las tres etapas de la obra hermético-alquímica.
Hablar de la decadencia de este mundo es harto aburrido, especialmente para los que hemos seguido, al respecto, el pensamiento enunciado por René Guénon en obras como La crisis del mundo moderno o El reino de la cantidad y los signos de los tiempos, y además hemos colaborado en los cuatro extensos volúmenes que la Revista Symbolos ha dedicado a investigar las claves de este final de ciclo. Por eso, al evocar el tema de una reciente exposición en Madrid referente a la Orden del Toisón de Oro, en absoluto voy a referirme a lo que hoy en día ha quedado de ella, y mucho menos aludiré a los personajes que reciben actualmente esta condecoración (por cierto la más alta distinción que otorga la Corona española), sino que me remitiré a indicar someramente su origen y significado, donde subyace su sentido simbólico y transcendente.
Decir, entonces, que el Toisón de Oro es una Orden de Caballería fundada por Felipe el Bueno, duque de Borgoña, en el s. XV y cuyo sentido está imbricado con el simbolismo alquímico del vellocino de oro, o sea, aquel Tesoro espiritual que pretenden recuperar todos aquellos que han advertido su pérdida. Se trata de un tesoro difícil de conseguir, aunque no imposible, que por otro lado está más cerca de uno que la propia yugular. En realidad se refiere a la búsqueda del Sí Mismo, objetivo de toda iniciación.
Con Felipe el Bueno la corte de Borgoña era un centro de recepción y difusión de los conocimientos herméticos en una época de transición entre la Edad Media y el Renacimiento. El propio duque estaba interesado en la Alquimia y fue su intención que el Arte de la transmutación del alma humana continuara vivo a través de esta Orden hermética. En realidad la simbólica del Toisón reúne elementos de la tradición clásica, el hermetismo y el judeo-cristianismo.
El fuego representa un elemento importante en la alquimia y en la simbólica del Toisón, y tiene su origen en el fuego lanzado por el dragón que protegía el Vellocino en el mito de los argonautas. Los engarces o eslabones del collar del Toisón simbolizan precisamente esas llamaradas de fuego. El mensaje es claro: para alcanzar el vellocino hay que pasar por ese fuego purificador.
Por un códice de 1547, presente en la muestra, puede observarse que los integrantes de la Orden eran magos, monjes, astrólogos y guerreros. Así puede verse en sus atuendos y decoraciones con signos astrológicos, hábitos, espadas y por supuesto collares con el vellón pendiendo.
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En la mitología griega el vellocino de oro era el vellón del carnero alado Crisomallo, que Jasón y los argonautas, entre los que se encontraban Hércules y Ulises, tratan de recuperar en el periplo de su aventura.

Preciosa crátera griega (340-330 a. C. y no incluida en la exposición) con pintura roja donde se ve a Jasón que regresa con el vellón en la mano. Entre los personajes se encuentra Hermes portando el caduceo

Lugar de la exposición: Fundación Carlos de Amberes. C/ Claudio Coello, 99. Madrid. En ella se presentan retratos firmados por Velázquez o Goya e incluso un grabado con la firma de Durero. La muestra recoge otras obras como esculturas, joyas, armaduras y códices relacionados con la rica simbólica y emblemática del Toisón de Oro. Núria

jueves, 12 de enero de 2012

24 Horas en Madrid

I- Arquitecturas Pintadas del Renacimiento al siglo XVIII
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 Ciudad Ideal. 1480-1490. Anónimo.


Pasar un día en Madrid es siempre una aventura, tanto si te dejas llevar por la ciudad como si consigues hacerte un buen programa y seleccionar entre las muchísimas posibilidades que ofrece, culturalmente hablando, y los lugares que podrían visitarse.
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Sí, Madrid es sin duda la capital de España, y aunque no ha dejado de ofrecer una estampa de pueblo grande, ella sigue siendo un espacio donde siempre encuentras una exposición que nos habla de las raíces culturales de Europa, de España y de Hispanoamérica, y esto para mi es siempre una oportunidad de reivindicarlas y proyectarlas en la actualidad.
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En esta ocasión, mi viaje ha comenzado callejeando por Recoletos, la Puerta de Alcalá, la Plaza Mayor, el café Gijón, y otros lugares emblemáticos del centro. Hay mucha animación, y movimiento de viandantes que se desplazan entre las luces y los adornos de Navidad, incitándonos a pensar que esta “crisis”, que algunos llaman económica pero que en realidad es mucho más profunda, es una neblina que se disipa con el bullicio y el color.
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Entro en el Museo Thyssen donde hay una exposición de pinturas denominada “Arquitecturas Pintadas”. Se trata de una enorme selección de cuadros que recogen la arquitectura que se desarrolló desde el Renacimiento hasta el siglo XVIII, el siglo de la Ilustración. Aunque los cuadros se centran en Italia, también hay representados otros lugares de Europa, incluido el Madrid de Carlos III, gran reformador de la ciudad, que la embelleció urbanística y arquitectónicamente.

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Las obras expuestas proceden de muy diversos emplazamientos y su reunión es una narración pictórica relativa a una época y un espacio geográfico bien determinado, y que se expresan a través de la plaza de San Marcos en Venecia; la plaza de San Pedro en Roma, o el puente Vecchio de Florencia, aquel por el que cruzaban Beatriz y Dante; o la plaza de la Signoria de esta misma ciudad.
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La muestra recoge además representaciones de arquitecturas imaginarias o estructuras utópicas, bíblicas y simbólicas, como las que se refieren a la Torre de Babel, que pueden verse en la pintura de Lucas van Valckenborch, de Pieter Brueguel el viejo, o de Athanasius Kircher, ya que todos ellos abordaron el tema.
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Otros autores cuya obra aparece en esta exposición son también bastante conocidos. Podríamos señalar a Pietro Perugino, Giovanni Paolo Panini, Gentile Bellini, Claudio de Lorena, Viviano Codazzi, Fra Carnevale, Francesco Rosselli, Tintoretto, Tiziano, Velázquez (con una pintura titulada "Vista del jardín de Villa Medici"), Poussin, Canaletto, Piranesi, el pintor que en sus grabados (casi fotográficos) pudo recoger la memoria visual de la antigua arquitectura romana, incluso a través de sus ruinas, las que sin embargo están bañadas de esa pátina de evocadora resonancia y claves simbólicas que el tiempo siempre deja sobre las cosas.
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Algunos de los pintores pertenecen a la escuela de Florencia, cuya distinción consiste en que los artistas eran al mismo tiempo filósofos que realizaban sus obras inspirados por las ideas suscitadas por Marsilio Ficino y sus compañeros, los miembros de la Academia Platónica.
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Muchas cosas me han llamado la atención en esta recreación de los espacios arquitectónicos, por ejemplo la relación entre pintura y arquitectura a través de la perspectiva, ampliamente desarrollada a partir del Renacimiento. También la luz captada en muchas de esas pinturas, como un elemento que participa de esa misma recreación…
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Los cuadros son tantos que la muestra se expone dividida, y así es que mientras que las obras realizadas entre los siglos XIV y XVII pueden verse en las salas del Museo Thyssen, la que se efectuó hasta el siglo XVIII se encuentra en el edificio de la Fundación Caja Madrid. Núria. (Continuará).


Ciudad Ideal. Se cree que es obra de Fra Carnavale. 1480-1490

Lucas Van Valckenborch. La Torre de Babel. 1595



Domenico Gargiulo. La Plaza del Mercado de Nápoles. 1654


Giovanni Antonio Cala "Il Canaletto". Plaza de San Marcos, de Venecia. 1723-1724.
 

Giovanni Paolo Panini. Plaza de San Pedro. Roma. 1741


 
Giuseppe Zochi. El Arno a su paso por el Puente Santa Trinita. Al fondo el Puente Vecchio.1741.

 Bernardo Bellotto. Plaza de la Signoria. Florencia.  1742

Canaletto. Il Bucintori. Detalle de la Plaza Ducal de Venecia 1745-1750

Para ampliar las imágenes se puede hacer clik sobre ellas que son una pequeña muestra que puede verse completa en el magnífico catálogo de la exposición .
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viernes, 15 de enero de 2010

El Hermes de Andros

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EL Hermes de la Isla de Andros se encontró en Paleopolis, ciudad cercana al mar y se expone en el Museo Arqueológico de Andros, al que agradezco el haberme permitido realizar estas fotos. Después de que se descubriese esta figura en una tumba de esta isla, el nombre genérico de este tipo de representaciones del dios pasó a llamarse: Hermes Andros-Farnesio.







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miércoles, 12 de agosto de 2009

Cristóforo Buondelmonte. Cartógrafo del Egeo.


Segunda Etapa

iajo en la cubierta del “Blue Star Superferry”, en la parte de proa, a estribor. Mientras abandonamos el puerto del Pireo, rumbo a Andros, descubro que verdaderamente las del Egeo son aguas de color turquesa. Uno siente que desea probarlas, saborearlas en los labios. No me extraña nada que Venus naciera de la espuma de las olas. Estas aguas son la belleza de la Naturaleza acuosa brillando bajo los rayos del astro rey.
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Todos los destinos contienen muchos viajes, en el trayecto, como en un juego de naipes sagrado, todas las posibilidades están contenidas y siempre se encuentran analogías y enseñanzas para jugar la gran partida, el viaje de nuestra vida. Nicolás de Cusa en “De la Docta Ignorancia”, dice que la posibilidad es la materia del Universo y añade que “los antiguos se ocuparon abundantemente de la posibilidad, y su opinión unánime era que nada sale de la nada; por eso, afirmaron que existía una posibilidad absoluta de ser todas las cosas y que esa posibilidad era eterna y creían que todo estaba encerrado de modo absoluto en esa posibilidad” (…) añade que como la posibilidad carece de forma, los platónicos la llamaron “carencia”; y esa carencia es lo que lleva a orientar el deseo de conocer y la oportunidad de modelar nuestra alma como si se tratara de plastilina en las manos de un artista.
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Federico González en su tratado “Las Utopias Renacentistas” es igualmente claro cuando puntualiza: “El hombre lleva en sí el ansia de ampliar sus horizontes, lo que equivale en el exterior al viaje a la novedad de otras tierras. Arriesgar su vida en ello, se juega entero. Pero no sabe que está simbolizando lo que es la mayor apetencia del alma: el conocerse a sí mismo, es decir, la aventura del viaje interior inmensamente más rica que cualquier Eldorado”
....En realidad la partida que me ha tocado jugar en este viaje y hacia la que está orientado mi interés está relacionada con Cristóforo Buondelmonte y con el manuscrito de los “Hyeroglyphica de Horapolo del Nilo” escrito en el siglo V y rescatado por Buondelmonte en 1.416 en Andros, la isla verde del archipiélago de las Cícladas en el Egeo hacia la que me dirijo. Me muevo hacia ella siguiendo la senda de mi destino y una pista de Federico González que señala esta isla como un centro importante de difusión de la Tradición Hermética, esperando recrear en mi memoria algo de lo aprendido, intuido y soñado.
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Stela y su nieto Nelson, a los que conocí en el hotel de Atenas, me han contado en el trayecto desde allí al Pireo que Andros se encuentra al sur de la famosa y extensa isla de Eubea, en dicho conjunto de islas llamadas Cícladas, siendo Andros la segunda en dimensiones, después de Naxos. También me dicen que es una isla excepcional y muy diferente a todas las demás, pues tiene grandes saltos de agua, ríos y fuentes medicinales y sus acantilados son tremendamente escarpados. Se conoce como la “isla verde” porque su tupida vegetación la distingue de las demás haciéndola aparecer como una esmeralda en el intenso mar turquesa.
Añaden que bajo la superficie de Andros existen paredones de corales de 6000 pies de profundidad y que al bucear se descubre un laberinto de cavernas que se conectan entre ellas y con la superficie produciendo lo que llaman “Hoyos azules en Tierra”, expresando la emoción que produce sumergirse en uno de ellos y explorarlo hasta alguna caverna, donde al final desembocan.
Sin embargo, añade la mujer muy seria, hay que ser un experto buzo para introducirse en uno de los cientos de hoyos azules que tiene Andros, muchos de ellos inexplorados.


El chico amplía la información sobre Andros añadiendo que en sus aguas se produce un paso de tiburones y que es posible sumergirse hasta verlos pasar. Por lo visto es algo que permiten hacer a partir de los 12 años, algo que, está claro, al muchacho le divierte un montón tanto como la idea de adentrarse a explorar los restos de naufragios de los que tanto le había hablado su abuela.

Los nombres del conjunto de las islas Cícladas aparecen en un folleto que tomé en el Pireo en el siguiente orden: Amorgos, Anafi, Andros, Antiparos, Donousa, Folegandros, Los, Kea, Kythnos, Koufonisia, Milos, Mykonos, Naxos, Paros, Santorini, Serifos, Sifnos, Sikinos, Syros, Tinos.
Cristóforo Buondelmonte fue un humanista del Renacimiento que llegó de Florencia a Grecia para aprender el idioma griego. Gran viajero y prodigioso navegante, cartógrafo, arqueólogo, poeta y un cronista de la antigüedad, pasó alrededor de cinco años de su vida explorando estas islas, recopilando información y datos de 72 de ellas, tomando nota de sus nombres, sus principales puertos, las más altas montañas, las mejores tierras, los manantiales, su historia y sus mitos y leyendas. Es así que en el relato que Buondelmonte hace de su viaje se habla de los ritos de Apolo en Delfos, de Mercurio, Diana, Vulcano, Minerva, Baco, Pan, Cibeles…


Ciertamente nadie conoció mejor que él estas islas y muestra de todo ello es un excepcional trabajo en el que compara las ruinas que va encontrando en estas islas con las descripciones hechas por Ovidio, Virgilio, Plinio, Plutarco, Tito Livio, Macrobio, Cicerón, Ptolomeo e Isidoro de Sevilla, entre otros.

También hace anotación de distintos libros raros, de los que hoy día nada se sabe, como es el que titula “Creta Sagrada” donde al parecer se describen ciertos ritos. Precisamente Creta será la isla a la que Buondelmonte dedica una atención especial que plasma en un libro: “Insulae Cretae,” de 1417. Unos años más tarde, en 1.420, se edita “Insularum Archipelagi”, donde Buondelmonte cuenta su propio y fascinante viaje por estas islas griegas y por los personajes mitológicos que las pueblan desde siempre.


En su momento la obra de Buondelmonte supone una revolución editorial que se concreta en un novedoso estilo de literatura conocido como islario o libro-isla, al incluirse en el tratado el mapa de la isla y una descripción hecha de primera mano sobre diversos aspectos de ese territorio. Por primera vez para la cartografía no sólo se tiene en cuenta el litoral sino que aquí se plasma el relieve de sus montañas, se reconstruye los edificios importantes, etc., lo cual da a su lslario un carácter también histórico, arqueológico y arquitectónico a la vez que sirve a Buondelmonte para enunciar ciertas ideas relacionadas con el sentido simbólico y mítico que desde siempre se ha dado a la insula en la literatura tradicional, al tomarla como ese espacio al que es posible acceder y que está allende los mares y mucho más próxima, en el corazón de cada Isla Humana.Continuará.Núria.  .

DESDE MI VENTANA hacia los mares de un mundo simultáneo
El resto de capítulos se ha retirado para su edición como libro.
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"Viaje a las Islas Griegas"
Primera etapa: Andros la Isla Verde
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*Las imágenes del manuscrito de Cristóforo Buondelmonte pertenecen a la British Library.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Andros, la Isla Verde




Primera Etapa
n viaje de trabajo inesperado me ha traído hasta Atenas. Sin embargo el contacto que tenía que establecer aquí no se ha presentado. Una escueta nota en la recepción del hotel me pone al corriente de la razón de fuerza mayor que le había obligado a cancelar la cita. En ese momento pienso que todavía no he conectado mi teléfono desde que tuve que cerrarlo en el avión, seguramente tendré un mensaje desde hace horas.
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Verdaderamente es una experiencia inmensurable examinarnos en esos momentos en los cuales nos quedamos “en blanco”, totalmente desprogramados, como un cuaderno sin estrenar, vacío, pero por eso mismo conteniendo todas las posibilidades.
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Mando subir mis cosas a la habitación y me quedo en el salón del hotel donde me busco un rincón estratégico desde el que poder observar atentamente mi situación en aquel decorado. Decido quedarme hasta el día previsto, no quiero andar peleando con Iberia por un cambio de reserva.
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Estoy extrañamente relajada, esperando una señal, algo que ponga en marcha, que me indique qué dirección tomar, en qué voy a emplear las 48 horas que tengo por delante en Atenas.
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Un anciano de aspecto enjuto y fuerte, con un rosario de cuentas negras en la mano, viene a sentarse cerca de mí. Seguramente será de Creta, pienso, pues recuerdo una conversación reciente mantenida con Daniel, un querido amigo y gran viajero al que algunos llamamos “el incansable Humboldt”, que acababa de estar por allí, quien me contó que en esa isla, especialmente los hombres, solían llevar todo el tiempo un rosario en la mano y que así se les veía esperando el ferry hacia cualquier isla, o en una barra de bar.
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No es como cuando lo llevan los taxistas de Buenos Aires o Madrid, o en cualquier otra ciudad iberoamericana, pendiendo sobre el salpicadero del auto, sino que lo mantienen todo el tiempo en la mano, en permanente contacto.
.Tal vez reconozcan todas las bolas y sea para ellos como un juego nemotécnico; seguramente saben asociar cada bola con el misterio que simboliza y que recuerdan y recrean en su memoria la fórmula ritual asociada a cada cuenta.
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En realidad el rosario es un símbolo más común de lo que pensamos. Yo misma tengo uno budista que me regaló en cierta ocasión un Rimpoché en Francia. Son muchas las tradiciones culturales que utilizan este objeto de forma ritual y como juego que ayuda a mantener vivo el recuerdo y fresca la memoria, sin la cual nada somos.
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En todas las tradiciones el rosario es tomado como una cadena o lazo que ensarta a todos los seres. Por eso en las distintas tradiciones es un símbolo de” la cadena de los mundos”. Y así lo expresa el Bhagavad Gita, el libro sagrado de la tradición Hindú:
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“En mi todas las cosas están ensartadas como una hilera de perlas en un hilo”
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Es decir, que en realidad lo que hace significativo y universal el símbolo del rosario es el hilo que ensarta las cuentas, pues sin él no hay rosario.
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“Por esta incomprensión se han provocado enormidad de malentendidos, riesgosos acontecimientos…” Son palabras que pronuncia uno de los personajes de “En el Utero del Cosmos”, la obra del Teatro de la Memoria, donde Federico González, su creador, insiste, como lo ha hecho de múltiples maneras y siempre con todo rigor, como exige la rectificación del error, sobre la importancia de diferenciar entre esoterismo y exoterismo, es decir entre metafísica y religión, entre la esencia y la forma.
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El caso es que acabamos viendo únicamente las cuentas, la forma exterior y nos olvidamos de lo que realmente nos está queriendo recordar este símbolo, aquello para lo que fue creado como objeto ritual y con ello perdemos su sentido vertical y trascendente.
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René Guénon nos da a conocer que rosario en lndia significa “guirnalda de aksha” y que aksha, como sucede con toda lengua sagrada, significa distintas cosas al mismo tiempo y a distintos niveles. Las palabras para designar el rosario son: alcanzar, penetrar, atravesar…, aksha es además la palabra con la que nombran una semilla con forma de ojo perforado que utilizan para confeccionar este collar.
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Ciertamente, “desde el punto de vista externo se ven más bien las cuentas que el hilo; y esto mismo es muy significativo, puesto que las cuentas representan la manifestación, mientras que el sûtrâtmâ, representado por el hilo, es en sí mismo no-manifestado”.
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Advierto que el rosario es un símbolo idéntico al de la rueda, ya que en ella lo fundamental es también lo invisible, su eje o el vacio de la rueda.
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“Treinta rayos convergen hacia el centro de una rueda, pero es el vacío del centro el que le da toda su utilidad”, se lee en el Tao-Te-King.
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Un chico de unos 12 años y una señora de mediana edad bajan la escalera hablando animadamente en español de Argentina. Mi sonrisa cómplice les ha hecho notar que he entendido la broma que ambos se venían gastando y por eso aunque se dirigen a los dos, al viejo griego del rosario y a mí, la señora lo hace en español.
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¿Me podrían indicar si es aquí donde se espera el transporte para ir a El Pireo?
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Sí, contesta, el hombre en inglés.
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¿Dónde van ustedes?, pregunto yo.
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La mujer responde: Mi nieto Nelson y yo vamos a Andros, la isla verde.
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¡Andros…! ¡Andros!, me repite la ninfa Eco en mi interior, y Mnemosine, en memoria fotográfica, me lleva a una cita a pie de página del libro “Las Utopías Renacentistas”, del ya citado Federico, que desde siempre me intrigó. Los que somos seguidores, lectores, admiradores o fans de este autor y sabemos de su intuición intelectual, de la coherencia de su obra rigurosa, seria, bien documentada a la par que evocadora por la brillantez de su exposición, tomamos sus indicaciones como un hilo en el aire del que pende siempre una aventura vertical, y más tratándose en este caso de un libro que como el de “Las Utopias Renacentistas” nos sumerge en el alma de la historia y la geografía.


Isla de Andros. Cristóforo Buondelmonte, Liber Insularum Archipelagi (1420)
British Library. Arriba Milos. Islas griegas. Mar Egeo.


En ese libro nuestro autor señala a Andros como un lugar misterioso y muy relevante dentro de la historia mágico-hermética de las ideas, y a Cristóforo Buondelmonte como un personaje clave en el descubrimiento de un manuscrito trascendental, los Hyeroglyphica de Horapolo del Nilo, el único tratado completo y sistemático que explica el sentido que los egipcios daban a sus jeroglíficos-ideogramas. Un libro originalmente escrito en copto por un egipcio, Horapolo, y traducido luego al griego por un tal Felipe. Se trata de una obra pagana única en su género, que no sólo sirvió de inspiración a la Emblemata en general, sino que el manuscrito que Buondelmonte rescata en Andros es el que le abrió al mundo la puerta del lenguaje de los antiguos egipcios. La clave sobre la que trabajó el francés Champollión para traducir la famosa “Piedra de Rosseta”.
“¿Quién es Cristóforo Buondelmonte que la compra en la isla de Andros en 1416 y la lleva a Florencia? ¿por qué en esa isla? Muchas cosas llamativas se entretejen en el Renacimiento, de tipo mágico-hermético, en relación con Marsilio Ficino y sus compañeros de la ciudad celeste, como proyección hacia el futuro de la antigüedad clásica y de su antecedente cultural, la civilización egipcia Núria.

DESDE MI VENTANA, hacia los mares de un mundo simultáneo
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Segunda etapa: Cristóforo Buondelmonte. Cartógrafo del Egeo
 

lunes, 15 de junio de 2009

Lucena, la Perla de Sefarad

Estas son algunas huellas del pasado judío de Lucena, la "Ciudad de los poetas del Talmud", expuestas en una sala del museo arqueológico de la ciudad Cordobesa.

La carretera que lleva a Lucena desde Córdoba cruza por una inmensa campiña marcada por el relieve de suaves colinas que se pierden a la vista. Estamos en pleno Corazón de Andalucía.
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En esta mañana soleada del mes de mayo la luz brillante hace tornasoles en los vigorosos cultivos de maíz, cebada, trigo… que se extienden, alineados en filas de soldados, en todas las direcciones.
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La fuerza de la Primavera se deja notar también en el borde de la calzada. De pronto es la sangre del mítico Gerión vencido por Hércules, la que tiñe la tierra de amapolas, luego el poder germinal de la flor amarilla, el jaramágo, cambia el retal de un paisaje o de una tenue ladera.
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¡Qué hermosa es esta tierra domesticada por la agricultura desde la época de los tartesos, los fenicios y los griegos, quienes supieron ver en esta “espesura selvática” de “corpulentos árboles poblada”, como describieron Tito Livio o Estrabón a estas tierras de la Bética, que tanto el olivo como la vid crecían espontáneamente.
Había estado por aquí en época de verano, cuando esta tierra generosa ha donado ya sus frutos o pinta los cultivos de dorado y maduro, lo que hace que los campos aparezcan agotados, confundiéndose el turista de ciudad que ante este aparente aspecto yermo no reconoce que la campiña ya entregó, a su justo tiempo, las dádivas de la cosecha.
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Presto mucha atención a este entorno de vistas amplias recordando las palabras y comentarios de ilustres personajes del pasado, o de discretos viajeros que han estado por aquí. En todos ellos destaca idéntica admiración a esta inmensidad que sólo encuentra límite en la línea del horizonte, que en esta época enmarca a un cielo inundado de luz clara.
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Pero especialmente me emociona pensar que este es el camino que emprendían los poetas del Talmud cuando iban a Eliossana, nombre hebreo de Lucena, ya que entre los siglos IX y XII la ciudad a la que me dirijo estuvo habitada exclusivamente por judíos manteniendo en ella la escuela talmúdica más importante de España, a la que acudió el propio Maimónides y de la que salieron algunos de aquéllos judíos que se establecieron en distintos lugares de España y el sur de Francia, formando otros parte de la famosa Escuela de Traductores de Toledo, que tan fundamental ha sido para la cultura judía, cristiana y musulmana.


No sin razón Eliossana, fue conocida entonces como “la ciudad de los poetas” extendiéndose su fama por todos los centros judíos de Europa y el Mediterráneo, que dieron a Lucena el título de“Perla de Sefarad”.

El pueblo judío ha sido un pueblo muy castigado a lo largo de la historia y también aquí, después de siglos de florecimiento, tuvo que vivir su ruina


Del propio Abraham ibn Ezra es este cantar amargo que describe el final de Lucena por los montaraces almorávides.
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"¡Ay! Cayó sobre Sefarad el mal de los cielos,
un lamento se cierne sobre Occidente,
por ello tiemblan mis manos.
Mis ojos, mis ojos manan lágrimas.
El llanto de mis ojos cae como manantial por la ciudad de Eliossana;
libre de tachas, pura, allí moró la cautiva comunidad,
sin cesar hasta cumplir la fecha de mil setenta años;
pero llegó su día, vagó su gente y ella quedó como viuda,
huérfana de Ley,
sin Escritura,
sellada la Misná,
el Talmud estéril se tornó…."
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Crónica de Viaje publicada también en DIARIO LITERARIO DE VIAJES con fotos complementarias.



miércoles, 12 de noviembre de 2008

Kodo, una crónica desde Buenos Aires

Estimada Núria,
La noche del 4 de noviembre en Buenos Aires hemos tenido la sorpresa de ver y experimentar un espectáculo extraordinario llamado Kodo, de ritmo, sonido y movimiento -interno y externo-, a través de golpes ritmados y gestuales de tambores de varios tamaños y formas (desde pequeños tamborines a inmensos y bellos tambores), y algunas veces, acompañados de flautas, el gong, unos pequeños platillos dorados, produciendo una poderosa danza acompañada de cantos y gestos. Estos sonidos ritmados a modo de mundos dentro de mundos son formas de invocación, principalmente al dios del trueno, la tormenta, el viento, la lluvia... en fin, a toda la naturaleza; lenguajes sutiles, a través de los cuales se es transportado por el sonido atronador de los tambores a la vivencia de estos estados, a su potencia, sus movimientos rítmicos y cíclicos, repetitivos, produciendo una especie de encantamiento y rapto al ritmo mismo del corazón.
Kodo, un grupo de artistas japoneses, en una gira mundial denominada "un sólo mundo", se dedica a preservar y a reinterpretar las artes tradicionales japonesas.

En el programa se explica que: "Al explorar las ilimitadas posibilidades del tambor tradicional japonés, el 'taiko', Kodo forja nuevos rumbos para un arte vibrante. En japonés, la palabra "Kodo" tiene dos significados: el primero es el origen de todo ritmo -el latido del corazón- que representa el corazón de la madre sentido por el bebé en el útero y aunque parezca imposible a menudo los bebés se duermen arrullados por este atronador sonido; y segundo (según como se lea) la palabra puede significar "niños del tambor" -una reflexión del deseo de Kodo de tocar sus tambores con sencillez, con el corazón de un niño".

Y dicho esto nada más mencionarte algunos títulos tan sugerentes como los siguientes que describen de alguna manera lo que allí acontece: "Puerta a lo desconocido" o "Tobira, se refiere a una puerta... que antes de abrirla no tengo idea de qué me espera del otro lado... cada golpe está repleto del espíritu de los intérpretes, que se imaginan embarcados en una aventura en un mundo desconocido". Otro: "Como un bosque en el océano" donde el artista se enfrenta con un tambor de un tamaño muchísimo mayor que si mismo y se ve sumergido, por el extraordinario sonido de ese gran instrumento a las profundidades del océano. Y dos más: "Mariposa", una bellísima danza ritual interpretada con 2 abanicos cuyos lados, uno dorado y otro plateado, eran movidos por la bailarina que danzaba a manera de una mariposa y "Monochrome" del que se dice en el programa que "al entrelazar patrones rítmicos constantes con otros altamente irregulares, se potencia en espiral hasta alcanzar un clímax. El oyente podrá interpretar los sonidos como los cambios en las estaciones, incluso la progresión de la vida misma". Y para terminar: "O-daiko, este gran tambor tallado de un solo tronco de árbol, mide más de un metro de diámetro y produce sonidos intensos poseedores de una profunda tranquilidad. Habrá que dejarse llevar por las vibraciones del poderoso y antiguo tambor y el puro impulso del percusionista transformándose en uno con su instrumento..."
Virginia



Nota: Como en otras ocasiones publico con gusto esta crónica enviada desde Buenos Aires por Virginia, una amiga de “Desde mi ventana”, a la que agradezco especialmente esta interesante aportación al blog. Núria

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