martes, 19 de septiembre de 2017
Venus Montada en una Concha
Sobre Venus leemos en el Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, de Federico González Frías, obra de dónde también procede el entrecomillado anterior.
lunes, 14 de agosto de 2017
Los Amores de Hermes y Herse. Un Mito Civilizador
Cualquier viaje puede ser muy diferente según qué
vayas buscando. Recuperar la historia verdadera, la mítica, expresada a través
del arte arcaico y tradicional de ciertos lugares es un buen programa, pues se
trata de rescatar una memoria del origen, cuando todas las posibilidades
estaban en potencia y el tiempo inmaculado.
En este sentido viajar por la
Historia y la Geografía sagradas de Grecia, y de Atenas en particular, es de
algún modo recuperarla virginidad de los pensamientos en los que se
establecieron los pilares de Occidente, en la medida en que esto nos donó una
serie de símbolos, mitos e ideas arquetípicas contenidas en una Filosofía que
tiene como padres fundadores a Hermes, Pitágoras, Sócrates y Platón.
Por ello, creo que debo narrar esta parte de mi viaje como un relato donde el mito, o sea, las andanzas de los dioses, reyes y héroes legendarios, sean las claves que nos den a conocer el origen y desarrollo de nuestra civilización bajo la perspectiva de una Historia vertical y arquetípica.
Por ello, creo que debo narrar esta parte de mi viaje como un relato donde el mito, o sea, las andanzas de los dioses, reyes y héroes legendarios, sean las claves que nos den a conocer el origen y desarrollo de nuestra civilización bajo la perspectiva de una Historia vertical y arquetípica.
Tiempos ha, cuando Atenas se estaba creando culturalmente para ser el flujo seminal
del que nacería Europa,
hubo un rey, de nombre
Cécrope, que pasó a ser conocido
con el sobrenombre de rey-serpiente, pues se decía de él que había nacido de las entrañas
de la tierra, sin
intervención de un padre.
Rey Cécrope fundador de Atenas |
Poseidón entonces abrió con su tridente
un manantial de agua
cristalina en la Acrópolis, mientras
que Atenea, por su parte, plantó un olivo.
Cécrope consideró dicho cultivo más útil a los ciudadanos, por lo cual adjudicó la ciudad a la diosa dándole su nombre y realizando en ella la primera estatua
de Atenea. Y como la historia mítica no
se corresponde con una ensoñación, sino con una realidad
tanto histórica como suprahistórica, sucedió
que esa lucha entre los dioses
del mar y de la tierra se vio reflejada en la retirada del Mediterráneo de las costas atenienses. Sin ir más lejos, las aguas del mar llegaban prácticamente hasta el mismo santuario de Delfos que, como sabemos,
se encuentra actualmente bastante retirado
de la costa, separado de
ella por las montañas.
De Fidias, el elogiado escultor
griego, es la representación de la lucha
entre Atenea y Poseidón
que aún puede
verse en el frontón
oeste del Partenón.
Debe recordarse que los distintos
personajes celebrados
en la Acrópolis no sólo están unidos los unos a los otros en las hazañas
míticas, sino que forman parte de una narración más amplia cuya simbólica, con sus contradicciones o historias superpuestas, son claramente los paradigmas que hay que aprender
a definir. Pues sólo una vez reunidas
las piezas del mito se comienzan a extraer sus enseñanzas, incluso
las que subyacen tras sus paradojas, sabiendo
que una vez advertidas, a la luz de su significado, dejan de ser paradójicas para revelar
una enseñanza, puesto que en ellas se distinguen claramente los poliédricos aspectos
de una misma creación
arquetípica.
Una perspectiva que se obtiene al complementar o reunir todas las caras de la figura. Significa que nos damos cuenta de que la existencia, con sus luces y sus sombras, debe ser vivida y comprendida a la luz de la Inteligencia, energía representada por Atenea-Minerva, nacida, como sabemos, de la cabeza del Padre Zeus.
Una perspectiva que se obtiene al complementar o reunir todas las caras de la figura. Significa que nos damos cuenta de que la existencia, con sus luces y sus sombras, debe ser vivida y comprendida a la luz de la Inteligencia, energía representada por Atenea-Minerva, nacida, como sabemos, de la cabeza del Padre Zeus.
El nombre de Cécrope aparece en distintas leyendas
conservadas en diferentes partes
de Grecia, y en todas ellas se presenta a este rey como héroe civilizador y fundador de distintas ciudades. Es evidente
que la leyenda se corresponde con distintos personajes que siguieron
la estela del rey-serpiente y aplicaron
análogos principios de sensatez en la fundación
de la ciudad.
Esto explica
las diversas genealogías que se le atribuyen, haciéndolo en unas natural
de Egipto, cuya lengua conocía,
y en otras hijo de Erécteo, rey que le antecedió
en el trono y con el que a veces también se le identifica. El caso es que Cécrope,
por su carácter híbrido mitad reptil
mitad humano, también recibía el epíteto de Diphyes, que significa, biforme.
De su biografía debemos destacar
que tuvo un reinado
de 50 años durante los cuales se dedicó a instruir
a su pueblo en el arte de la construcción y planificación de las ciudades. Asimismo les enseñó a enterrar a los muertos. A él se debe también
la división política
del Ática en doce comunidades y la creación
de leyes nuevas.
Para organizar
el Ática lo primero que hizo Cécrope fue reunir a las distintas tribus y clanes que se encontraban dispersos
por los bosques, eligiendo, entre los ancianos, a los más sabios y prudentes, a quienes debían ostentar el gobierno y la autoridad para administrar la ley y la justicia.
Durante su reinado Cécrope fomentó
la monogamia, reconoció la responsabilidad de la paternidad
y creó la institución del matrimonio. Con ello logró dar cohesión
a la familia ya que los
grupos humanos andaban por entonces sin compromisos.
Cécrope instituyó en la tierra de Ática el culto a Zeus como Dios supremo, permitiendo igualmente la construcción de templos a otros dioses.
Asimismo sustituyó los sacrificios humanos por ofrendas de trigo y cebada; por lo que si su reinado representó una idea, ésa fue su innovadora forma de organización política y social, que dejaría
una profunda huella en la historia
no sólo de
Grecia, sino de todo Occidente.
Este rey tenía tres hijas. La mayor se
llamaba Aglauco, como su madre, la pequeña Pándroso, y la mediana Herse. Las
tres se ocupaban, junto a otras jóvenes compañeras, del culto de Atenea, cuyo
templo cuidaban. Pues bien, este rey tenía tres hijas las cuales se ocupaban,
junto a otras jóvenes compañeras, del culto de Atenea, cuyo templo cuidaban. La
mayor se llamaba Aglauco, la pequeña Pándroso, y la mediana, y de quien Hermes
se enamoró era Herse, y de ese amor hablaremos enseguida.
(Pertenece a un capítulo del libro: Viaje Mágico Hermético a Andros. Una Aventura Intelectual. Mª Ángeles Díaz. Editorial Symbolos).
(Pertenece a un capítulo del libro: Viaje Mágico Hermético a Andros. Una Aventura Intelectual. Mª Ángeles Díaz. Editorial Symbolos).
Mª Ángeles Díaz en Delfos. Fotos Francisco Ariza
Delfos, durante el trabajo de campo del libro del Viaje a Andros.
Otra leyenda tradicional cuenta el extraño nacimiento
de Erictonio hijo de Gea, la tierra, y de Hefesto, el cojo dios herrero.
Intentaba Hefesto violar a Atenea más no lo
consiguió ya que ésta logró rechazarlo
cayendo su semen sobre la tierra que fue así fecundada. Parió entonces la
tierra un niño extraño pues tenía cola de serpiente. Atenea apiadándose de la
criatura toma al infante a su cuidado confiando su cuidado a las hijas de
Cécrope, el rey de Atenas, a las que pide discreción reclamándoles un juramento:
no abrir el canasto donde les entregaba al hijo de Hefesto y Gea. Dos de las
tres hermanas no pudiendo resistir la tentación que les producía su curiosidad,
abrieron la cesta y fue tal la impresión provocada por la visión del
niño-serpiente que fueron presas de la locura y acabaron suicidándose.
domingo, 2 de julio de 2017
sábado, 8 de abril de 2017
Simbolismo y Arte en la "Divina Comedia"
Salvador Dalí. Ilustración de la Divina Comedia
Antes de emprender el ascenso en su viaje iniciático por los siete Cielos dispuesto a alcanzar, de la mano de Beatriz, la sede de Dios en el Empíreo, Dante invoca a Apolo en los siguientes términos:
"En mi último trabajo yo te pido / de tu valor, oh Apolo, ser tal vaso / que me halles digno del laurel querido. / Bastó hasta aquí una cumbre del Parnaso, / mas ambas necesito cuando intento / a la última palestra abrirme paso. / Penetra en mi corazón, espira en él tu acento / como cuando arrancaste la piel de Marsias / de su vaina y aposento".
(Divina Comedia. Canto I del Paraíso)
*
"En mi último trabajo yo te pido / de tu valor, oh Apolo, ser tal vaso / que me halles digno del laurel querido. / Bastó hasta aquí una cumbre del Parnaso, / mas ambas necesito cuando intento / a la última palestra abrirme paso. / Penetra en mi corazón, espira en él tu acento / como cuando arrancaste la piel de Marsias / de su vaina y aposento".
(Divina Comedia. Canto I del Paraíso)
*
miércoles, 29 de marzo de 2017
María Magdalena
Magdalena Leggente, atribuido a Leonardo da Vinci
|
A veces nos olvidamos de que Jesús era un sabio rabino y
María Magdalena su discípula, como lo eran los demás apóstoles entre los que
debemos incluirla. El pensamiento tradicional, o mejor el saber tradicional e
iniciático siempre ha tenido clara la idea de que María, la Magdalena, fue una
mujer aplicada al estudio que llegó por esa vía al corazón de Cristo, lo que equivale
decir al centro de su Enseñanza. Y él, por ese amor que ella le profesaba, la hizo pasar de su condición de viviente
para vivir en el espíritu. La mujer
alumbrada o fecundada por el intelecto.
Magdalena Leggente. Rogier van der Weyden, 1435-1438
|
Fue su compañera hasta la cruz, junto con María, madre de
Jesús y Juan Evangelista. Podríamos
decir que para el ciclo cristiano de la civilización Occidental surgida para
revitalizar el Sacro Imperio Romano, la mujer intelectual nace con la
Magdalena, que para nuestro tiempo viene a constituirse en un mito fundacional
que a través del espíritu evangélico de Cristo embargó el corazón de muchos
personajes cuya sangre hirvió como lava purificadora creando esa corriente. Esta
es la razón de que los artistas y a veces las propias mujeres que se
identificaban con ese mito femenino, pintaran o se hicieran retratar (caso de
Isabel d’Este, Vittoria Colonna o Giulia Gonzága) como una “Magdalena Leggente” o “Mater Virgin”, la materia virgen o tierra no
labrada dispuesta a ser fecundada por el espíritu viril del mito viviente
y por consiguiente libre de una estructura eclesiástica o cualquier otra que aprisione el alma. M.A.D.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)