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viernes, 12 de octubre de 2018

El Simbolismo de la Historia. Libro de Francisco Ariza.



Ariza, Francisco: El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza 2018. 456 págs., 42 en color.
Hemos leído recientemente el libro del Sr. Ariza: El Simbolismo de la Historia. Una 

Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente, una lectura rápida pues, por un lado, despertó completamente nuestro interés, por otro, el libro se deja leer con facilidad, pese a la gran cantidad de información que presenta y al nivel de despersonalización y altura de miras que promueve.

Es un recorrido por la Historia europea desde el año 8oo con el nacimiento del Sacro Imperio y Carlomagno, hasta el siglo XVII con la retirada de los Rosacruces a Oriente.
Ocho intensos siglos de los que se trazan líneas maestras que permiten al lector acercarse a la comprensión del latir interno de la verdadera historia y de los actores que desfilaron por el escenario del poder en distintos espacios a la vez que a diferentes niveles.

Para ayudar a la comprensión de estos hechos históricos, el autor dedica los seis primeros capítulos a hablar de la Metafísica de la Historia. Por ejemplo: “Hermes ‘Guía de los pueblos’”, “la Providencia y el Destino”, o “Roma y la Idea de Imperio” son tres de esos capítulos.

Una vez expresado el punto de vista en que se sitúa pasa a recorrer la historia de esos ocho siglos. Son muchos los autores que vienen en su ayuda, comenzando por Dante y su Monarquía. Y no podemos dejar de presentar aquí una de las citas recogidas en el libro:


"Yo me admiraba antes de que el pueblo Romano hubiera llegado sin ninguna resistencia hasta el límite de la Tierra; porque, mirando superficialmente, suponía que lo había obtenido no por su derecho, sino solamente por la fuerza de las armas. Mas cuando hundí los ojos hasta el tuétano y por eficacísimos signos conocí en ello la acción de la Providencia, cedió mi admiración y sobrevino en mi un cierto desprecio irónico, al saber que las naciones se irritaban contra la preeminencia del pueblo Romano ( … ) Amando la paz universal y la libertad, ese pueblo santo, piadoso y glorioso, aparece constantemente desdeñoso de la molicie y el provecho egoísta para procurar la salud común del género humano. Por lo que se ha escrito bien lo siguiente: 'La fuente del imperio Romano es la piedad'”. (Dante, De la Monarquía II).

La comprensión cabal de la Idea de Monarquía Universal, que es la del Imperio Romano y la del Sacro Imperio que rigió la Europa de la Edad Media, con mejor o peor fortuna, es capital para comprender la vivificación de la tradición en esas tierras; hecho que posibilitaron aquellos que comprehendiendo estas ideas se pusieron en manos de la Providencia para cumplir un Destino en que ambos se unían.

Sitúa Francisco Ariza las piezas maestras del tablero histórico europeo: Dante, los Fieles de Amor, la Fede Santa, el legado Artúrico, las Ordenes de Caballería y un largo etc. Siguiendo con el Humanismo, el Renacimiento y el florecimiento Hermético que le siguió.
Otro punto a destacar, aunque hay muchos, es la exposición de la autoridad del Emperador y la del Papa no dependiente ni subordinada la una a la otra; una colaboración en situación de igualdad, la imagen del Papa Pío II Piccolomini y el emperador Federico III (incluida en el libro) la expresan perfectamente.

El emperador no era simplemente un “jefe temporal” ni competía con los reyes por el dominio de un determinado territorio, sino que era el representante de una entidad, el Sacro Imperio, cuyo fin no era otro que instaurar en la tierra una imagen de la Ciudad Celeste. Su autoridad reposaba por tanto en el carácter espiritual de su cargo, que es el que legitimaba cualquier función temporal y política que pudiera ejercer. (pág. 142 del libro)

La Idea de Imperio, y el imperio mismo (con sus más y sus menos), comienza en Europa con Carlomagno y finaliza con Rodolfo II, aun cuando continuara el Sacro Imperio Romano Germánico dos siglos más. Rodolfo II encumbró a Praga convirtiéndola en hogar de hermetistas, astrólogos, alquimistas, matemáticos y de cuanto verdadero artista llegó a ella. Los Manifiestos Rosacruz (1) son luz emanada de ese centro visible que hubieron de abandonar una vez que con la muerte de Rodolfo en 1612 cayó el ambiente propicio y se impusieron la intolerancia y la discordia.

Hasta aquí esta breve reseña de un libro inspirado que merece estar en la biblioteca de los amantes de la Historia y la Metafísica. Muchas gracias al autor por su trabajo.
M. V. Espín


(1) Los Manifiestos Rosacruz, atribuidos a Juan Valentín Andrae, como es sabido, fueron lanzados al aire el primero en Cassel, 1614 (Fama fraternitatis), y el segundo al mismo tiempo en Cassel y Frankfurt, 1615 (Confessio fraternitatis).

El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente, Francisco Ariza. Editorial Libros del Innombrable Zaragoza 2018. 978-84-92759-93-4.


Cartel de presentación donde, como se indica, los patrocinadores son Libros del Innombrable, Revista Symbolos, y Alibri librería. 

"Libros del Innombrable", que también publica una nota.

Asimismo recogimos algunas palabras de los asistentes que se acercaron a la mesa a felicitar al autor, o le escribieron mensajes. 
Todo ello lo publicamos aparte en nuestra cadena de Video.Arte documental

También completamos el post diciendo que el libro está dedicado a la memoria Federico González, que conoció el libro y tuvo ocasión de emocionarse con con él, y a René Guénon, los dos pilares que conforman el pensamiento que guía la obra de este autor, como él mismo dijo. 

Participan en esta presentación, por orden de intervención  
Raúl Herrero, Editor
Mª Ángeles Díaz,
y el autor: Francisco Ariza 
https://youtu.be/niy_uri8mMA

Vídeo de la presentación en la librería Alibri de Barcelona, realizado por La Memoria de Calíope, Canal de Video-Arte Documental dirigido por Francisco Ariza.

https://www.youtube.com/channel/UCMFDA-tw5BFRZC5jO6nWAIQ?view_as=subscriber


lunes, 8 de octubre de 2018

SIMBOLISMO MUSICAL. Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Federico González y Colaboradores

Texto y Video.

"Se sabe que antes de hacerlo por el aire, el sonido se propaga por el éter; este quinto elemento o quintaesencia hermética, es el origen de los cuatro restantes. 

Por su extrema rarificación inmaterial, superior a la del fuego, con el que a veces se lo identifica, el éter es el vehículo por excelencia de la luz inteligible y el sonido inaudible, cuya naturaleza vibratoria hace ser a todos los elementos una sola y misma cosa, antes de diversificarse a través de los sentidos hasta el mundo exterior. 


Por su extrema plasticidad, pureza, y receptividad absolutas, la Tradición también ha asimilado simbólicamente este elemento al agua, la sustancia universal. De ahí que la concha marina, cuya forma nos recuerda al yoni femenino y a la oreja humana, sea el representante unánime (como las conchas de agua bendita de los templos cristianos) del poder purificador, productivo y "generativo" de este supraelemento divino. 


Es de sobra conocida la leyenda que hace de las conchas las conservadoras del sonido del mar. Esta propagación se realiza en forma ondulatoria, de lo que la espiral es símbolo por excelencia. Diremos además que este símbolo está estrechamente vinculado al logaritmo pentagramático del crecimiento de los seres vivos, lo que explica la estructura espiral misma de las conchas y caracoles, así como la del ácido desoxirribonucleico que preside la cadena genética, y también otros muchos ejemplos que omitiremos de momento. 


La medicina pitagórica atribuía a la música un poder terapéutico por excelencia. De ello también nos da referencia la Alquimia, cuando hace coincidir los centros musicales con los centros sutiles, y éstos con las octavas del microcosmos humano. Así vemos cómo la música, encarada desde una perspectiva sagrada, es mucho más de lo que parece. Y también que las naturalezas del tiempo y el espacio, del agua y el fuego, unidas indisolublemente en el éter, origen de su vida, siendo fundamentalmente distintas, se tocan en un punto en donde, sin confundirse, se funden en una Armonía Unica y Universal. Sócrates, en boca de Platón, confirma a las Musas como las primeras protectoras del arte de la música, de quienes ella recibió su nombre. 


Como ya hemos afirmado, el tiempo y el espacio se relacionan mutuamente a través del movimiento, y éste no es sino la expresión dinámica o rítmica de una armonía cuyos modelos son los números. Ritmo y proporción, 16 asimilados respectivamente al tiempo y al espacio, son la métrica por la cual ambos quedan recíprocamente ordenados, conformando la presencia viva de aquella misma armonía que se da por igual en el cielo y en la tierra. La propia geometría (geo = tierra, metría = medida) que ordena idealmente el espacio, está virtualmente implícita en la música como relación métrica de sus intervalos. Armonía, número y movimiento son pues términos equivalentes y mutables entre sí, en cuanto se refieren a una misma realidad, ya sea la arquitectura sutil y musical del cosmos, el ritmo respiratorio, las pulsaciones del corazón o el compás alterno de las fases diurna y nocturna del día. 


El hombre especialmente recibe con más intensidad que ningún otro ser terrestre el ritmo pulsatorio de la existencia, lo cual, en un sentido, lo convierte en el más capaz de reproducirlo. De naturaleza musical está hecha el alma humana y su inteligencia, ya que son ellas las que captan las sutiles relaciones entre las cosas; la maravillosa articulación que a todas las mantiene unidas, con sus matices, en un todo indivisible que se va revelando a medida que la unidad y la armonía se imponen a nuestro caos particular. 



En el hombre, como en un pequeño instrumento en manos de un músico invisible, según se nos dice en el hermetismo antiguo y del Renacimiento, se dan cita todas las potencias, virtudes y ritmos del universo, homologadas o en diapasón con la naturaleza de su estado. Sin embargo no siempre es consciente de ello, ya que su diapasón particular no está en general ritmado al tono universal".


Fuente del texto:
Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, de Federico González Frías y Colaboradores. Publicado en la Revista SYMBOLOS Arte-Cultura Gnosis, 25-26 (Issn 1562-9910)También se encuentra íntegro en el siguiente enlace: La Revista Symbolos 25-26


jueves, 16 de agosto de 2018

Los Misterios de Mitra. Serie completa de 11 vídeos. Considerados como un desarrollo del acápite Mitra, de Programa Agartha.

"Los Misterios de Mitra. Símbolos y Ritos de su Cosmogonía", son una serie de 11 vídeos donde se tratan determinados aspectos simbólicos, e incluso históricos, de esta deidad, relacionada con Apolo y Cristo, y también con Hermes, en tanto que entidades intermediarias y solares, al igual que ella. 

La Cosmogonía mitraica se despliega a través de su iconografía y de los textos que nos han llegado, y nuestra labor ha consistido fundamentalmente en hacer una síntesis desde la comprensión de la simbólica de sus misterios iniciáticos, que se desarrollan a través de siete grados, a cada uno de los cuales hemos dedicado un vídeo.


Interior de un mitreo (Cabra. Córdoba)

lll
Mitra Tauróctono
Mitra Sol Invicto
Mitra - Apolo -Cristo
El Mitreo. La Caverna iniciática
Corax
Primer grado de la iniciación mitraica
Oculto
Segundo grado de la iniciación mitraica
Soldado
Tercer grado de la iniciación mitraica
León
Cuarto grado de la iniciación mitraica
Persa
Quinto grado de la iniciación mitraica
Compañero del Sol.
Sexto grado de la iniciación mitraica

Pater
 Séptimo grado de de la iniciación mitraica

El estudio de estos 11 vídeos es el desarrollo de acápite "Mitra", incluido en Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, de Federico González y colaboradores. Publicado en el Nº 25-26 de la revista SYMBOLOS. ISSN 1562-9910.

Ver también 
https://memoriadecaliope.blogspot.com/search/label/Mitra

https://www.youtube.com/channel/UCMFDA-tw5BFRZC5jO6nWAIQ

https://memoriadecaliope.blogspot.com/2018/05/mitra-hermes-y-la-pirateria-celeste.html


lunes, 6 de agosto de 2018

Revista SYMBOLOS, Historia y Geografía Sagradas.

Presentación del Número 31-32 de la Revista SYMBOLOS Arte-Cultura-Gnosis. 
Monográfico dedicado a la Historia y la Geografía Sagradas.
8 de Octubre de 2007. Librería Alibri de Barcelona.
En las fotos: Francisco Ariza y Mª Ángeles Díaz durante el acto. 



"Queremos dar las gracias a todos los que se han acercado a este nuevo acto cultural y literario de la Revista Symbolos, y por supuesto también a la librería Alibri y a las personas que directamente nos facilitan las cosas siempre que hemos acudido aquí.

Estos espacios son muy importantes en estos tiempos en los que la cultura no está nada de moda. Tal vez cierta literatura que algunos califican  de “literatura infantil para adultos”, tiene algún éxito, pero aquellos libros, temas, enfoques sobre ideas que inducen a la reflexión seria tienen, en verdad, muy pocos seguidores hoy en día.

En esta ocasión el número de la revista que les presentamos es el 31-32, un nuevo monográfico dedicado, en esta ocasión, a la Historia y la Geografía Sagradas. Un volumen del que les hablará más extensamente Francisco Ariza, que es quien ha coordinado este número y a quien se debe el trabajo más extenso. Eso es lo que Federico nos ha pedido que les transmitiéramos.

Decirles, además, que Symbolos, así como el Programa Agartha o el Centro de Estudios de Simbología, a lo largo de los años han conformado un espacio y creado una corriente de pensamiento que nace a principios de los ochenta aquí en Barcelona, la cual ha revitalizado la Tradición Hermética, o sea el Esoterismo Occidental. Una corriente que tiene como máximo inspirador a Federico González, creador y fundador de todas esas estructuras, y que nos ha traído, asimismo, el pensamiento de René Guénon al que la revista toma como guía intelectual.

Symbolos, a lo largo de los años, ha realizado una labor filosófica encarada como una poiesis procedente del furor, el mismo que inflamó durante el Renacimiento a todos aquellos artistas y adeptos del Hermetismo, que promovieron el resurgir de las artes, las letras, las ciencias, la arquitectura y que tuvo como punto de inicio la Escuela Platónica de Florencia, y a Marsilio Ficino, su director, aunque sus ideas sobre la Filosofía Sagrada y la forma de acceder a ser Uno con el Todo se conviertieron en una utopía, una idea con la que consiguieron traspasar las fronteras italianas y penetrar en el alma de toda Europa.

En su entorno encontramos a Gemisto Pletón, Pico de la Mirándola, al cardenal Bessarión, Nicolás de Cusa, pintores y grabadores como Durero, Boticelli, hombres de ciencia, etc. Una corriente hermética que en España inflama a Jacinto Verdaguer, más conocido como Mossen Cinto, quien escribió esa obra insigne titulada la Atlántida. Poema lleno de furor en el que el poeta se refiere a la Patria común del hombre, es decir la Patria Celeste. Ese lugar al que todas las tradiciones de la tierra se han referido asociándolo siempre a un lugar que no está en el espacio pero que equiparan con el Centro del Mundo el Corazón del Mundo, es decir con el hombre mismo como Corazón de la Creación.

Santo Palacio, Palacio Interior, Morada Celeste, Santa Santorum… son diferentes definiciones de esa misma concepción y de la idea de situar ese hogar fuera de los límites terrenales, en el Cielo.


Los betilos y todas las piedras negras caídas en la tierra, asociadas a la diosa Cibeles y a las vírgenes negras, son símbolos de esas moradas divinas todas ellas con condiciones magnéticas como para atraer ciertos influjos espirituales del cielo a la tierra, como han sabido todos nuestros ancestros. Esta idea también está representada en el Santo Grial y la aventura de su búsqueda está en la base de nuestra cultura, es decir de nuestro imaginario tradicional, es la aventura del viaje en pos del Conocimiento.

Symbolos, o lo que es lo mismo su director Federico González, ha conseguido fortalecer una cadena de pensamiento, crear un método de enseñanza, restituir el valor del símbolo, una labor que ha sido reconocida como unida al “hilo de oro”, nombre con el que se reconoce una ligazón total con la Tradición Hermética.

Se ha dicho de Federico, y del núcleo de colaboradores de Symbolos, que somos un grupo elitista, pero la verdad es que, como muy bien lo repite nuestro director en la carta editorial de este número de Symbolos, es que aquí no hay nada gratis sino que hay que hacer un gran esfuerzo, que no todos están dispuestos a realizar, para no dejarse arrastrar por la masa, tipo marabunta, que nos succiona hacia lo más denso y lo más grosero del ser humano.

Ese esfuerzo de Federico, y de sus colaboradores, es el secreto de que una revista del tipo de Symbolos (literaria, esotérica, revista-libro) haya supervivido en un mundo donde la confusión es total (ya nadie distingue entre esoterismo y exoterismo, entre metafísica y religión, entre belleza y estética, entre sagrado y moral) Para empezar el mundo universitario está plagado de estos equívocos y ya no digamos en otros ámbitos sociales, culturales, museísticos, etc.

Symbolos siempre ha combatido las imposturas del mundo moderno y eso le ha ocasionado cierta polémica, pero Federico ha tenido la habilidad de saber adaptarse a los nuevos tiempos y crear nuevos espacios, como es el Teatro de la Memoria o Internet donde en el dominio Symbolos.com se encuentran textos bien importantes que están sirviendo de material de trabajo para muchos internautas. Seguidores anónimos que desde sus páginas personales o desde sus blogs comparten y comentan los textos de Symbolos.

Acabamos con estas palabras que nuestro director nos decía hace un momento por teléfono desde Guatemala, donde reside:

“Nosotros no nos retiramos, pues no nos asustan las contiendas, sino que nos adaptamos a nuevas formas con el fin de difundir la voz de la Tradición Hermética entre oyentes inéditos y tal vez interesar con todo ello a otra generación. Algunos de nosotros tenemos vocación de internautas.

De hecho el dios Hermes, mensajero dúctil y maleable, siempre ha estado relacionado con el servicio de correos –como puede verse en la inclusión de su efigie en numerosos edificios de servicios postales– y no cuesta entender su transformación de patronazgo en nuevos medios de comunicación como es Internet”. Mª Angeles Díaz  

Fuente de la reseña: http://dmiventana.blogspot.com/2007/10/symbolos-historia-y-geografia-sagrada.html
Fotos: Adara Ariza



Francisco y Ariza y Mª Ángeles Díaz durante la presentación del monógrafíco de la Revista SYMBOLOS, dirigida por Federico González desde su fundación  en 1991, 
Número 31-32 dedicado a la  Historia y la Geografía sagradas.


   
Completa, con todos los vínculos activados tal y como fue publicada por Federico. 
También en Guía Bibliogáfica del Esoterismo se hallan todos los artículos tal y como se encontraban en el momento en que Federico pasó al Oriente Eterno. En la versión actual, de forma incomprensible, muchos artículos, reseñas de libros, notas y videos han sido borrados, siendo ese el motivo de que nuestros vínculos remitan al archivo hemeroteca Wayback Machine.

martes, 31 de julio de 2018

"Los Misterios de Mitra. Símbolos y Ritos de su Cosmogonía". Canal de Video-Arte Documental: "La Memoria de Calíope"




Este es el panel que hemos completado con la serie de vídeos sobre Mitra y sus misterios que podéis ver en nuestro Canal al que os invito a suscribiros, los cuales son un desarrollo del Acapite sobre Mitra en el Programa Agartha.

Decir, además, que este trabajo de Video-Arte documental parte de una idea de Federico González, Francisco Ariza y yo misma, el cual ha contado con el apoyo de muchos amigos que colaboran en el proyecto, tanto desde España como desde América, y que pese a los palos en las ruedas que nos han puesto determinados personajes de corte inquisitorial, sigue aumentando en número de apoyos. 


jueves, 26 de julio de 2018

"EL Mito y el Símbolo de Santiago Apóstol". Francisco Ariza



Quisiéramos añadir las siguientes reflexiones acerca del Apóstol Santiago en tanto que mito fundador de la España medieval, forjada durante la Reconquista. Como otros grandes episodios de la Historia (Grecia contra Persia, Roma contra Cartago, etc.), la Reconquista se inscribe dentro de la lucha por la hegemonía de dos civilizaciones, en este caso la cristiana y la musulmana, pero que tuvo además otras connotaciones debido al largo período de permanencia en la península de la civilización islámica.

Existió evidentemente la España musulmana, con sus características propias, y que durante varios siglos fue hegemónica cultural y militarmente con respecto a la España cristiana, al menos hasta comienzos del siglo XIII con la famosa batalla de las Navas de Tolosa (Jaén), ganada por los ejércitos venidos de los distintos reinos cristianos de la península al mando de Alfonso VIII, y que supuso un punto de inflexión en el desarrollo de la Reconquista. A pesar de todo, hubo periodos de relativa estabilidad, e incluso de fructífera y mutua influencia cultural (los mozárabes cristianos son un ejemplo entre muchos otros), y relaciones de todo tipo entre las distintas poblaciones (incluida la judía), y por supuesto entre los reyes cristianos y musulmanes. En los casi ocho siglos que duró la presencia de la civilización árabe en España ocurrió de todo, pero siempre existió una cuestión pendiente en la España cristiana: la recuperación del solar arrebatado.

La Reconquista llevada a cabo por la España cristiana surgió de un impulso nacido de necesidades anímicas y espirituales que tenían en el Apóstol Santiago (y en San Millán) el origen de su fe y de su esperanza en la victoria final sobre el Islam. Frente al poder militar y la fortaleza mostrada por este último, los habitantes de la España cristiana reaccionaron acudiendo a la leyenda de uno de los apóstoles de Cristo, Santiago el Mayor, “hijo del trueno” como lo es también Juan Evangelista, y ambos “hermanos” del Señor, pero no de la carne sino del Espíritu.


Américo Castro en La Realidad Histórica de España señala que la figura de Santiago montado en su caballo blanco es la síntesis de los dos Santiago que aparecen en los Evangelios, el Mayor y el Menor; ambos evocan también las figuras de los Dioscuros (Cástor y Pólux), que igualmente aparecen montados a caballo, y “descienden” del cielo al igual que Santiago en su caballo blanco en el momento de la legendaria batalla de Clavijo (año 884), lo que supuso una victoria significativa sobre el ejército musulmán, dando lugar al mito de Santiago Matamoros, un mito vertebrador de la España cristiana, que a partir de entonces ve posible la reconquista. Precisamente los Dioscuros son las divinidades tutelares de la caballería, y en cierto modo también lo es Santiago Apóstol con respecto a la caballería cristiana de España, como lo certifica que surgiera una Orden militar con su nombre: la Orden de Santiago.

Los Dioscuros son hijos de Júpiter, y en esto también habría una semejanza con Santiago el Mayor, que con Juan Evangelista es el “hijo del trueno” (ligado al rayo o relámpago, “armas” de Júpiter), como hemos señalado anteriormente. También hicimos mención a San Millán, otro santo guerrero, considerado durante mucho tiempo el patrón de Castilla, y que contribuyó junto a Santiago en el proceso de afirmación de la identidad cristiana de España (inseparable de su constitución como nación) frente al poder musulmán. Pues bien, existió un paralelismo entre ambos patrones y los Dioscuros, como evoca este poema de Gonzalo de Berceo en su Vida de San Millán, escrito en el siglo XIII:
“vieron dues personas fermosas y lucientes / mucho eran más blancas que las nieves recientes / Viníen en dos cavallos plus blancos que cristal …/ avíen caras angélicas, celestial figura, descendíen por el aer [aire] a una grant pressura, catando a los moros con torva catadura, espada sobre mano, un signo de pavura [pavor]”.

En este poema, y en muchas leyendas en torno a Santiago, hay que hacer una transposición simbólica a otro orden de realidad no sólo circunscrito a la guerra externa, sino a la que se libra contra los “enemigos internos”, que es la más importante desde nuestro punto de vista. En este sentido es imprescindible la “ayuda” de las entidades espirituales, es decir el despertar de la conciencia a los estados superiores del ser, que en este contexto están representados o simbolizados por los Dioscuros, San Millán y Santiago Apóstol. También por San Jorge y San Miguel. Todos ellos patrones terrestres y celestes de la caballería hermético-cristiana.

Recordemos, en fin, que el “trueno”, anunciado por el rayo, es la propia Palabra que ilumina el intelecto humano, lo fecunda y lo vivifica. Acerca de San Millán quisiéramos añadir que la relación que mantiene con Santiago Apóstol se extiende también a esa función taumatúrgica característica del patrón de España, y que igualmente está presente en San Juan Evangelista. Además, la espada flamígera que blande San Millán tanto en la batalla de Simancas como en la de Hacinas, alude también al “fuego del Espíritu” y por supuesto al “rayo”, es decir al símbolo que expresa la emanación de una influencia espiritual, que es al mismo tiempo una “protección” del espacio sagrado (espacio sacralizado que era también la tierra de España para aquellos guerreros cristianos), lo cual evoca desde luego al querubín guardián que con su espada flamígera protege la entrada al Paraíso.

Santiago predicó en España, y tras su muerte sacrificial en Palestina fue trasladado en barca (o arca) nuevamente al país del Occidente, o del extremo Occidente para aquella época, siendo enterrado finalmente en Galicia, en el finis terrae, en el “fin del mundo conocido”, como una semilla plantada en tierra sagrada destinada un día a dar sus frutos, que serían perceptibles en el desarrollo posterior de la Historia de España, incluida la “conquista” de América, considerada como la apertura a “un nuevo mundo”, que por analogía se correspondería con otros planos más sutiles e intangibles de la realidad. Pero el mito de Santiago, y las posibilidades que éste contenía, permaneció latente durante siglos y no se habría despertado con la fuerza con que lo hizo si los árabes no hubieran invadido la península. A una acción sigue irremediablemente una reacción según la ley universal de las “acciones y reacciones concordantes”, que repercuten tanto en la Historia como en el ser humano.

Esto nos hace recordar lo que dice Arnold Toynbee en su Estudio de la Historia acerca de los “golpes subitáneos”, o repentinos, que reciben los pueblos por parte de sus invasores, y que pueden ser un verdadero acicate para reaccionar frente a esa invasión, despertando en ellos energías que permanecían dormidas, y que generalmente son aquellas que, al despertar, rompen con esquemas mentales solidificados para dar cauce a otras potencialidades de su ser colectivo, e individual, pues en estos casos lo colectivo y lo individual actúan al unísono, como un solo organismo. Hubo, en consecuencia, una verdadera “revolución de las conciencias” que durante varios siglos giró en torno al apóstol Santiago, cuyas historias ejemplares sirvieron para ir galvanizando espiritual y culturalmente una sociedad, la España cristiana, que había sido vencida y fragmentada por la invasión árabe del 711.
Por otro lado, el hecho de ser Santiago el “hermano” de Cristo lo dotaba de una autoridad espiritual superior a otros apóstoles, como Pedro, el fundador de la Iglesia de Roma. El Camino de Santiago fue, en este sentido, un eje que iría ordenando poco a poco la vida de aquellos reinos del norte peninsular que habían sido liberados de la presencia islámica. Era el camino que unía España con Europa, y viceversa, y más concretamente con Santiago de Compostela, el “campo de estrellas”, que devino, junto con Jerusalén y Roma, el centro sagrado de la Cristiandad.

En este sentido, no hay que olvidar que el mito de Santiago (y el camino al que da nombre) está íntimamente relacionado con la luz que viene de Oriente y se dirige a Occidente, siguiendo así el ejemplo de otros muchos héroes de la antigüedad, como el griego Heracles-Hércules sin ir más lejos, uno de los fundadores míticos de Hispania. Nos interesa destacar este aspecto civilizador del discípulo de Cristo, es decir el carácter fundacional de su misión para una época determinada de la Historia de España, y también de la Europa cristiana, construida espiritualmente de Oriente a Occidente siguiendo el eje Jerusalén-Roma-Santiago de Compostela.

Este último es un lugar de peregrinaje no sólo religioso, sino también iniciático y alquímico, hasta tal punto que el propio apóstol Santiago llegaría a ser el patrón de los alquimistas, además de todos aquellos oficios ligados con la iniciación a los misterios de la Cosmogonía. Santiago es entonces, y al igual que Juan Evangelista, el representante de la “Iglesia Secreta”, o “Iglesia Interior”, denominación dada al esoterismo cristiano, donde reside el aspecto más profundo y metafísico de esta tradición. Pedro, en cambio, representa la “Iglesia exterior”, la puramente religiosa y dogmática.

Así pues, en su sentido más profundo y elevado, supra-histórico podríamos decir, el Camino de Santiago (reflejo de la Vía Láctea) es un símbolo de las etapas de la realización interior. Es por ello que Compostela es también el “compost” alquímico, es decir el “abono” de la putrefacción de donde surgirán las energías y potencias que regenerarán al ser en su proceso de Conocimiento. El simbolismo alquímico es aquí transparente: el finis terrae, el lugar donde se oculta y “muere” el sol, es el comienzo de otro viaje, esta vez no ya horizontal sino vertical, pues se ha llegado a un “lugar” (a un centro donde mora el Espíritu del Dios Vivo) en el proceso del viaje interior donde todo lo realmente nuevo está por encima de las expectativas que puedan generar lo humano, que no queda abolido ni disuelto en una especie de “ensoñación cósmica” como cree y postula la falsa espiritualidad de hoy en día, sino “transmutado” o “sublimado” en sus posibilidades más universales.

De la patria terrestre a la patria celeste. Siguiendo las pautas de una Historia y Geografía sagradas, y por tanto simbólicas, míticas y significativas. Francisco Ariza


Tumba de Santiago Apóstol. Catedral de Santiago de Compostela


sábado, 28 de abril de 2018

Taller de Lectura: "La Obra de Federico González Frías. Simbolismo - Literatura - Metafísica" de Francisco Ariza



Compartimos con todos los amigos de este blog algunas de las entregas del libro que Francisco Ariza dedica a la obra de Federico González Frías, y que el autor viene publicando desde hace meses en una página de Facebook. 

El libro es una oportunidad para introducirse en la Vía Simbólica a través de temas fundamentales que son justamente los que Federico ha desarrollado en su obra.

Leemos: 

"Ya desde el primer capítulo de El Simbolismo de la Rueda, nuestro autor comienza hablando precisamente del símbolo y de la ciencia que lo estudia, la Simbólica, o la Simbología. Sin embargo, su “definición” la da en el último capítulo de dicha obra, el IX, donde afirma que la Simbólica jamás ha estado:


Sujeta a la sistematización, ni a la manía clasificatoria de la epistemología (…) En verdad, la simbólica es una ciencia de estructuras, una ciencia arquetípica, una ciencia de ciencias.
Tan alto concepto de la Simbólica, y del símbolo, reside en el hecho de que este siempre ha sido el núcleo y la estructura didáctica de la Ciencia Sagrada, que se ha ido actualizando permanentemente en conformidad con la naturaleza cualitativa del tiempo manifestado en cada momento histórico. Esto es precisamente lo que diferencia a la Simbólica de la epistemología, que nace en el ámbito universitario moderno sin relación directa con ningún tipo de tradición arraigada en la Filosofía Perenne, descrita por Federico en otro lugar de su obra como una auténtica “panacea universal que diese respuesta a todas nuestras preguntas”. Es muy importante entender este matiz, pues no es posible conocer la verdadera naturaleza del símbolo y su potencia transmisora si lo desligamos de la Ciencia Sagrada o Filosofía Perenne, de la que él es el vehículo y el soporte, o sea de una cadena de testificación tradicional que, en el caso de Occidente -y esto lo subraya siempre Federico- no es otra actualmente que la Tradición Hermética, de largo linaje por otro lado.

El símbolo es, pues, el vehículo del Conocimiento, de la Gnosis. No es ese Conocimiento, sino un medio para llegar a él. Esa es su función, nada más, y nada menos:


Todos los seres y las cosas expresan una realidad oculta en ellos mismos, la cual pertenece a un mundo superior, al que manifiestan, y son el símbolo de un mundo más amplio, más realmente universal, que cualquier enfoque particular y literal, por más rico que éste fuese. En verdad la vida entera no es sino la manifestación de un gesto, la solidificación de una Palabra, que contemporáneamente ha cristalizado un código simbólico.
Con estas palabras comienza el libro de la Rueda, hablando directamente de la existencia en el mundo y en el hombre de realidades más sutiles y universales, lo cual supone un reto y la posibilidad de emprender un viaje para su conquista, o sea la aventura del Conocimiento. Este es el objetivo, si así pudiera decirse, de esta Enseñanza: encontrar en uno mismo ese mundo, esa “realidad otra”, que pudiera sacarnos de las limitaciones y condicionamientos impuestos por la individualidad, que por el hecho mismo de ser un reflejo de lo universal no tiene en sí misma su razón de ser.

Justamente esto, y no cualquier veleidad new age y “pseudo-esotérica”, o de esos grupos cada vez más abundantes de “amigos del misterio”, es lo que toda enseñanza iniciática promueve: ir a la causa y al principio de las cosas. Y siempre se partirá del estado en que el ser se encuentra, en este caso el estado humano individual. De la ignorancia condúcenos al Conocimiento, nos dicen todas las tradiciones sapienciales. Tomar conciencia de este hecho es de alguna manera empezar un proceso donde, sin embargo, todo está por hacer:


Tienes que hacerlo todo, instaurar una creación, un orden, una civilización, un lenguaje y un espacio absolutamente nuevos.

Estas palabras de Federico las encontramos en ese inmenso poema alquímico que es En el Vientre de la Ballena (llevada al teatro por él mismo bajo el título En el Útero del Cosmos), y que describen perfectamente el momento en que se halla el ser cuando, tras haber caído el primer velo de la ignorancia descubre una perspectiva de las cosas antes insospechada, y que le ofrece la oportunidad de empezar conocer otros estados de su conciencia más sutiles y menos condicionados. En efecto, tienes que hacerlo todo de nuevo porque nada es lo que parece en este mundo de apariencias, el que Platón ha descrito como una “caverna” habitada por sombras e iluminada por una luz que no está en ella sino que procede del mundo arquetípico.

Se han de invocar, pues, esas ideas-fuerza que “están en nosotros” como dice el Evangelio (“El Reino del Padre está dentro de vosotros”), y que toman nombres de dioses, númenes, ángeles, de entidades sutiles, todos ellos intermediarios, como el propio símbolo. Esa invocación del Mundo Inteligible es de hecho entrar en contacto directo con su influjo espiritual. Los símbolos, por un lado, velan su contenido a través de sus formas, cualquiera que estas sean, pero por otro, y una vez nuestra mirada ha penetrado más allá de lo aparente y periférico, nos revela ese contenido en todo su esplendor. Por lo tanto el símbolo no nos es ajeno, y la mente humana no tiene otra manera de aprehender las ideas si no es a través de su representación mediante las formas y las imágenes simbólicas; y más aún: el símbolo está ya incorporado y es parte constitutiva de nuestra identidad, o, como afirma Federico, consubstancial a nuestro ser". (Continuará).

Obras citadas, ambas de Federico González El Simbolismo de la Rueda y En el Vientre de la Ballena (llevada al teatro por él mismo autor, bajo el título En el  Útero del Cosmos).

Foto: Cartel de una de las últimas presentaciones del libro.
                 

sábado, 24 de febrero de 2018

"El Simbolismo de la Historia. Una Perspectiva Hermética de la Tradición de Occidente". Libro de Francisco Ariza



Un trabajo formidable de investigación que Francisco dedica a Federico González y René Guénon, de quienes aprendió a mirar las cosas desde la perspectiva con la que enfoca la Historia.

Un gusto haber participado de una fiesta gracias a un trabajo bien hecho. Federico, que conoció el libro, se emocionó al leer algunos de sus capítulos. También hubo emoción y magia en esta presentación, desde la sorpresa de tener un escenario de libros donde poder hablar de la Cadena Áurea y de cómo las ideas de una Tradición Unánime han pasado por todas las peripecias para mantener vivo un fuego, el del Amor al Conocimiento y a la Transmisión del mismo, y eso se consiguió. Al menos así lo sentimos en aquel momento y las palabras que se pudieron oír también nos lo hicieron sentir así. Por mi parte ha sido uno de los momentos más bellos de mi vida. M.A.D.

Gracias Hermes, Gracias Fede, Gracias Franc






sábado, 4 de febrero de 2017

"Viaje Mágico-Hermético a Andros. Una Aventura Intelectual" de Mª Ángele...

Presentación a cargo de Francisco Ariza y la Autora del libro

Editado por SYMBOLOS, siendo el último libro cuya edición estuvo a su cargo Federico González Frías, quien se ocupó de la portada y de todos los detalles con mucho cariño, con esmero, como hacía con todas las cosas de las que se ocupaba, dejándome además unas palabras muy bellas sobre este libro alentandome a seguir escribiendo. 

viernes, 4 de marzo de 2016

Las Musas. Diosas de la Memoria.

"Para todo pueblo existen entidades intermediarias, a veces son los dioses mismos, otras semidioses. Las Musas, habitantes del Olimpo, se cuentan entre los primeros.
Hijas de Zeus y Mnemósyne, su quinta esposa, con la cual se unió bajo la apariencia de un pastor, fueron engendradas en nueve noches distintas, lejos de los demás inmortales, con objeto de que hubiera quien celebrara la victoria de los Olímpicos sobre los Titanes.
Diosas de la Memoria (del cielo) y de la inspiración poética, se les atribuye el poder de dar los nombres convenientes a todos los seres. Guardianas del oráculo de Delfos, dicen "lo que es, lo que será y lo que ha sido".
Aunque han nacido en el monte Pierio, y visitan el Olimpo, donde alegran las fiestas de los inmortales con sus cantos con los que hacen resplandecer el palacio de su padre, gustan de reunirse en la cima del monte Helicón, desde donde se acercan en la noche hasta la morada de los hombres, que pueden oir así, en la quietud, la melodía de sus voces. Ellas comunican también a los olímpicos los males y sufrimientos de éstos, el canto de cuya creación es una alegría para Zeus". 



Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Federico González Frías y Colaboradores.

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sábado, 29 de noviembre de 2014

Federico González Frías. Por Siempre vivo


En lo más profundo de la madrugada del día 9 de Noviembre de 2014, a tan solo dos días de sus 81 años (que se cumplen ...precisamente hoy, día 11), ha fallecido uno de los hombres más excepcionales que sin duda ha dado nuestro tiempo: Federico González Frías. Es una pérdida irreparable para su familia, de la que sus alumnos y amigos más cercanos formamos parte, y una pérdida también para quienes en algún momento de sus vidas lo conocieron, a él personalmente o a su obra y se vieron beneficiados por su pensamiento, como está quedando demostrado por las numerosas muestras de cariño, respeto y admiración llegadas de todas las partes de la tierra que estamos recibiendo estos días desde distintos medios.


Federico ha dejado un vacío en este mundo ya crepuscular, que quizá se haya hecho un poco más oscuro sin él, aunque estamos convencidos que ese vacío lo llenará todo lo que hizo por la permanencia y actualización de la Filosofía Perenne o Ciencia Sagrada, a la que en algún momento describió como una panacea o medicina universal expresada a través de “una serie ordenada de conocimientos interrelacionados, de una doctrina (jamás de un dogma), capaz de explicar a los hombres su propia naturaleza y la del mundo en que viven” ("Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha").


De Federico podría afirmarse aquello que los antiguos manifiestos rosacruces decían acerca de los verdaderos sabios, y que él mismo recoge también en "Las Utopías Renacentistas", una de sus obras fundamentales sobre la historia de las Ideas:

“téngase por seguro que las personas enviadas y reunidas por Dios, los seres más sutiles de cada siglo son obra de la máquina del mundo, y ellos viven por encima de los demás en la más alta unidad y el mayor secreto”  

Pero si hay momentos en que las palabras se hacen más difíciles de articular este es uno de ellos, y sin embargo nos vemos en la necesidad imperiosa de decir, de expresar, de manifestar precisamente ahora, cuando más turbada está el alma por la pérdida del amigo, del hermano y del padre espiritual, estas brevísimas palabras, apenas un esbozo, acerca de qué hombre excepcional estamos hablando.


En este turno tenía que leer el Salmo 103, titulado “Dios es amor”, un Salmo bellísimo y profundo, pero finalmente me di cuenta que en verdad no tenía necesidad alguna de acudir al rey David para hablar de ese amor y sus bendiciones que nos rescatan del olvido, del sueño y la fosa de la muerte (a-mor: no muerte, como decía Dante en la Vida Nueva). Ese amor nos fue dado en abundancia por Federico, quien también nos enseñó a todos los aquí presentes el respeto hacia lo sagrado, imprescindible en una vía de Conocimiento en la que el propio Federico, con la Enseñanza de su obra escrita y oral, y también por medio de su Escuela de Pensamiento basada en ella, nos introdujo a través de los vehículos simbólicos de la Tradición Hermética, a la que Federico ha contribuido decisivamente a refundar para nuestro tiempo, dándole una nueva vitalidad para seguir siendo lo que ésta ha sido siempre para Occidente: su luminoso faro intelectual.


No en vano el lema de Federico, y que resume su acción en el mundo, es In Omnia Caritate, “En todo la Caridad”. ¿Y cómo no iba a dar él esa caridad, ese amor, a quienes se acercaron y oyeron su verbo fecundo, espermático, y estudiaron su obra escrita, y la siguen y seguirán estudiando, y recreándola, asumiendo esa herencia recibida? Pues su Enseñanza es como una brasa siempre encendida capaz en cualquier momento de inflamar el alma y arrebatarla hacia “las regiones siempre vírgenes” del Espíritu. El amor, como la inteligencia a la que está íntimamente unido, es hijo de la Sabiduría, y es ella, madre y amante generosa, la que lo nutre y alimenta, como el Pelícano alimenta a sus hijos con su propia sangre. En su primer libro, El Simbolismo de la Rueda, Federico recoge estas palabras de Salomón acerca de la Sabiduría:

“Hay en ella un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil, perspicaz, inmaculado, claro, impasible, amante del bien, agudo, incoercible, bienhechor, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, que todo lo puede, que todo lo observa, penetra todos los espíritus, los inteligentes, los puros, los más sutiles. Porque a todo movimiento supera en movilidad la Sabiduría, todo lo atraviesa y penetra en virtud de su pureza. Es un hálito del poder de Dios, una emanación pura de la gloria del Omnipresente, por lo que nada manchado llega a alcanzarla. Es un reflejo de la luz eterna, un espejo sin mancha de la actividad de Dios, una imagen de su bondad. Aun siendo sola, lo puede todo, sin salir de sí misma renueva el universo, en todas las edades entrando en las almas santas, forma en ellas amigos de Dios y profetas, porque Dios no ama sino a quien vive con la Sabiduría.”

No se puede hablar nunca en pasado de la Enseñanza y la obra de Federico. Su espíritu es una fuente sobreabundante, un torrente de agua viva que no cesará nunca de manar pues se ha fundido con el Uno y Solo de que habla el "Corpus Hermeticum". El es la encarnación de Hermes, heraldo divino, intérprete del Misterio, un teúrgo, un mago, un chamán u hombre-medicina, un héroe civilizador, que une permanentemente el cielo con la tierra, y la tierra con el cielo. Por eso mismo fue también un celoso guerrero, un poderoso león que guarda y protege el recinto sagrado.

Cuando mi Maestro pronuncia su palabra la imagen sonora de una Idea arquetípica irrumpe como un relámpago en la oscuridad de la ignorancia, y se hace la posibilidad de ser en el corazón. La realización espiritual es ahora, y jamás ha estado sujeta al tiempo cronológico. El mito sagrado, como el símbolo y el rito, están vivos y pueden ser encarnados. De lo contrario, ¿qué sentido tendría entonces la transmisión del Conocimiento, de la Gnosis? Recordando la Primera Epístola de San Juan, podríamos decir con el águila de Patmos:

“Lo que existía desde el principio, / lo que hemos oído, / lo que hemos visto con nuestros ojos, / lo que contemplamos / y tocaron nuestras manos / acerca de la Palabra de vida, / -pues la Vida se manifestó, / y nosotros la hemos visto y damos testimonio / y os anunciamos la Vida eterna, / que estaba vuelta hacia el Padre y que / se nos manifestó- / lo que hemos visto y oído, / os lo anunciamos, / para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre / y con su Hijo…”

Esto fue, es y será por siempre nuestro Querido Maestro, Federico González Frías, que ha tomado como soporte una estrella en el firmamento para realizar su último viaje, más allá del Ser, hacia la Libertad absoluta, No-dual e Incondicionada, un estado que es la esencia misma de su pensamiento y su Enseñanza metafísica.

Federico, “Príncipe de la Paz”, ave Phoenix de nuestro tiempo, permanecerás por siempre vivo en la memoria y en el corazón de todos aquellos a los que acogiste bajo tus alas, los que, como señalaste en cierta ocasión, “habiendo heredado no hurtan”. Descansa en la Paz.

Francisco Ariza. Palabras pronunciadas durante sus Honras Fúnebres (11- 11- 2014). 

(Se publica con autorización)