Aunque como decimos son siete, como los planetas tradicionales a los que cada una de ellas está simbolizando, las artes liberales deben verse como una única enseñanza facetada en siete caras.
Debemos recordar que la gramática castellana, por ejemplo, tal cual la conocemos, nace a caballo de los siglos XVI y XVII, y es prácticamente contemporánea de Descartes y el racionalismo, aunque este problema es más antiguo: Horacio afirmaba que el uso es el árbitro y señor de las lenguas y las normas un artificio auxiliar.
Para despertar el verdadero valor de la Gramática debemos recordar que las palabras son imágenes del pensamiento, y que éstas deben transmitir el sentido verdadero, el tiempo y el modo. Debemos también tener presente que la Gramática tiene como fundamento a las letras, las cuales sirven tanto para la escritura, como para el cálculo. Dado que forma parte de la primera etapa del conocimiento del arte gramatical aprender esto, se conoce a este periodo de instrucción como estudios elementales.
La palabra Gramática proviene del griego grammata y significa arte de la oración inteligente, de las palabras con sentido. Y más concretamente el arte de las palabras que expresan la esencia de las cosas y sus relaciones numéricas.
El poder de la escritura estriba en que puede ser oída, al leerse, la voz de alguien que no está, que se encuentra ausente.
Además, las letras son aliadas de la Memoria, la madre de las musas. Las nuestras proceden del latín y del griego, que tienen relaciones con una lengua sagrada como es el hebreo (otra lengua sagrada es el sánscrito, entre otras).
La primera de las letras hebreas, Alef, expresa el profundo misterio de la unidad y su armonía, de ahí que su valor numérico sea uno, y su significado comienzo. Alef se convirtió con la pronunciación en Alpha entre los griegos y en A para los latinos.
Las letras hebreas tienen su origen en las tablas de Moisés, y son 22, como los 22 libros del Antiguo Testamento. El 22 es también el número de los arcanos mayores del Tarot, que como sabemos es un código hermético relacionado igualmente con las letras hebreas y sus números correspondientes.
Toda lengua sagrada es hierática (de ahí hieros logos), y se constituye en una imagen de la lengua original, que es la lengua sagrada por excelencia; esta es la “palabra perdida”, o más bien “escondida” a los seres humanos que vivimos en esta edad tan oscura.
Para profundizar en la Ciencia Sagrada no puedo sino recomendar la obra de Federico González y colaboradores, titulada: "Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha" pues dicha obra, por encima de cualquiera otra que hallamos visto, sintetiza una enorme bibliografía hermética que corresponde a la voz de la Sabiduria de todos los tiempos y espacios geográficos.