Elias Artista.William Blake
La naturaleza no da nada perfecto, es el hombre quien tiene que consumarlo. Esta consumación se llama alquimia o arte de perfeccionar la naturaleza imperfecta. Sin embargo esta naturaleza es tan sutil y rigurosa en su modo de operar que no quiere ser manipulada si no es con las artes más excelsas.
William Blake crea para expresar esta idea el personaje de “Los”, que es el Archeus, el alquimista interior o maestro de todas las artes, el que transforma en materia los arquetipos espirituales.
En ese nombre de Los se ha visto el anagrama de Sol y de Sal, pues Los es asimilado al profético “Elias Artista”, que según Paracelso se aparecerá al despuntar la edad de oro para revelar los últimos secretos de la alquimia.
Johann Gauber estaba convencido de que, permutando las letras de Elias Artista, se desvelaba la verdadera identidad, que no era otra que la prodigiosa "salia artis", la sal del arte.
El Archeus es también denominado Vulcano interior, y desde el punto de vista de los hermetistas, es la sal ignea secreta.
De la sal y sus virtudes hablan todos los alquimistas, y por supuesto también nuestro Paracelso, quien tenía de la naturaleza un conocimiento tan amplio y cabal que asombraba a todos, incluso a sus detractores, que no podían soportar que tuviera un conocimiento tan amplio sobre cosas tan sencillas. Y además que éstas obtuvieran resultados tan sorprendentes en las curaciones de todo tipo de dolencias.
"La sal está en el fuego y de ella nacen los colores del arco iris... “así como veis crepitar el fuego en los diferentes colores cuando se echa sal... así descompone el arco iris sus colores... recibidos de la fuerza del espíritu de la sal, que está en el elemento fuego."
“La sal es esencial en la alimentación del hombre y sus virtudes son muy grandes, conserva todas las cosas, vivas y muertas. Pero además es buena para curar las heridas y llagas... La sal demuestra también toda su eficacia en las enfermedades de la piel como la psoriasis, la sarna, pruritos y otras; las deseca y crea una piel limpia e intacta."
"El hombre se compone de sal, azufre y mercurio, la sal es el cuerpo y el mercurio el espíritu, pero el mediador entre espíritu y cuerpo es el alma y también el azufre." (Paracelso. De natura rerum).
Jacob Boehme da al simbolismo del fuego secreto el nombre de "schrack", que define el rayo, la chispa inicial y que
"tiene origen en el salitre celeste. Este salitre secreto es por dentro la semilla de toda divinidad y por fuera la raíz de toda energía material."
Por eso dicen los alquimistas, y el propio Paracelso, que:
"la vida es un proceso de combustión. Si digo que no puedo arder es como si digo que no puedo vivir."
Paracelso afirma que la salamandra vive en el fuego, pero no en el sombrío fuego
material, sino en el fuego esencial, espiritual de la naturaleza. (La salamandra de la imagen es un emblema del rey Francisco I de Francia que, a juzgar por el empleo de este símbolo, debió ser un personaje interesante).
Núria (Mª Ángeles Díaz)
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