martes, 1 de marzo de 2016

Regreso a Andros

Isla de Andros, hermita en el mar y faro.

Mientras en la lluviosa madrugada del 10 de Enero de 2010, de pie, sobre la cubierta de popa del Penélope, me alejaba de Atenas, pensaba que esa estampa brumosa del puerto de el Pireo, en realidad era muchísimo más clara que la que pude ver la primera vez que vine hasta aquí, para embarcar rumbo a Andros; a pesar de que entonces lo hice bajo la luminosa aurora del mes de Agosto.
Los que me han seguido en el relato desde aquel momento comprenderán que después de lo vivido y conocido, en el transcurso de esta aventura intelectual, no vea las cosas de igual modo y que ahora tenga una apreciación distinta sobre este marco geográfico que conforman las islas Cícladas, entre las que navego. 

Esto no se debe exclusivamente al hecho de estar más familiarizada con esta belleza natural, presentida desde siempre, sino a que en este tiempo he desarrollado posibilidades ignotas que portaba en mi interior, y en especial he hecho un viaje por la memoria, siendo estos espacios geográficos y los personajes que en ellos hicieron su periplo vital, los resortes que la han despertado. 

En realidad, y sin pretenderlo, iba buscando una estela conformada por una cadena de pensamiento al que me siento totalmente adherida, siguiendo así una intuición señalada desde siempre por mi propio ángel y por la sutil melodía que un día escuché por primera vez en las palabras de Federico González Frías acerca de nuestra Tradición Hermética y de su «largo pasado». Era un discurso donde la belleza y una coherencia irrebatible me abrieron la puerta a la lógica analógica del símbolo a través del cual se tenía acceso a espacios desconocidos, nuevas perspectivas y niveles de la propia realidad. En verdad fue entonces cuando en verdad comenzó esta aventura intelectual por los espacios del alma. "Viaje Mágico-Hermético a Andros, una aventura intelectual"  Mª Ángeles Díaz. Editorial Symbolos.

sábado, 6 de febrero de 2016

Venus y Hermes en la Coronación de la Reina Cristina de Suecia



La pintura actual lleva por título Alabanza por la Feliz coronación de una reina, es de Nicolas Vallari y está realizado hacia el 1650, año de la coronación de la reina humanista Cristina de Suecia.  

Se trata de un pergamino de unos cuatro metros de largo que recoge la extraordinaria procesión teatral que se llevó a cabo para celebrar tal evento. Una escena histórica y también simbólica por cuanto el tema que trata forma parte del hermetismo Renacentista, bajo cuya perspectiva esta narración cobra su sentido.

Dicha cabalgata se compuso de varios grupos a pie o a caballo, dos grandes carrozas, y una representación del Monte Parnaso y las Musas con instrumentos musicales.

La primera carroza la ocupa la joven Cristina portando en la mano su propio corazón inflamado, y ante ella Amor disparando sus flechas, mientras a su espalda se ve a Venus, aunque con atributos de otras diosas, en especial de Diana, cuya lanza, o flecha, se insinúa bajo el manto.

En la segunda  carroza, tirada por unicornios alados, se distingue la figura de Hermes con el caduceo, junto a otras diosas. Un largo y fino obelisco también muestra ese mismo corazón ardiente en su pináculo. Ver Video:



(1) Respecto a los disfraces de Venus realizados por los artistas plásticos del Renacimiento en tríadas de diosas, ver lo que dice Edgar Wind en sus “Misterios Paganos del Renacimiento”.

viernes, 29 de enero de 2016

Sobre Venus y el Amor

Para Platón los hombres no pueden ponerse en contacto con los dioses si no es a través del Amor. De ahí que durante el Renacimiento, y en el entorno de la Escuela Platónica de Florencia, todo el panteón griego comenzara a girar alrededor de Venus y del Amor.

Las artes escénicas, la literatura, la estatuaria y la pintura se impregnaron de esa idea con cuadros plagados de simbolismo como parte de los juegos de imágenes que ilustraron ese pensamiento.

El Nacimiento de Venus, de Boticelli, no fue la única pintura que trató el tema, como es el caso de estos frescos de Vasari en el palacio Vecchio, de Florencia, basados en las mismas fuentes como es Homero, Hesiodo o Plutarco, etc.

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martes, 12 de enero de 2016

Los Kogi de Sierra Nevada. Guardianes de una Cosmogonía Perenne y Ancestros de la Humanidad.




"Los Kogi son una tribu de dos mil indios de habla chibcha que habitan en la actualidad las faldas meridionales de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, y guardan aún hoy completamente su visión cosmogónica, tradicional y metafísica, la que se expresa por medio de varios ritos, símbolos y prácticas culturales". Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada Cosmogonía". 

Tras leer lo que Federico recoge acerca de los Kogi y su Cosmogonía nos hemos interesado en este pueblo colombiano, los cuales se consideran a sí mismos, "guardianes del mundo y hermanos mayores de todos los pueblos de la Tierra por haber sido creados antes que el resto de linajes humanos", a los que por esa razón llaman hermanos menores. Es decir que se consideran ancestros de la humanidad (en especial los Arhuacos) y los primeros en aparecer sobre la faz de la Tierra.

Por esa razón, y según ellos mismo lo expresan, los indígenas de Sierra Nevada se sienten en el deber de proteger el corazón de la Madre Universal, que según su cosmogonía está en esa sierra donde todos los espíritus que habitaron en el origen de la Creación tienen su espacio, viven en él, por lo que vendría a ser la reserva espiritual del mundo. Esa es la razón de que el mensaje que dirigen a los hermanos menores, es serio:  "No dejar morir a la Madre"
                                                
Es muy sorprendente esto que dicen sobre todo porque Sierra Nevada es como una representación del planeta entero ya que tiene todos los climas; tropical en la costa, nieves perpetuas en las altas cimas, numerosos ríos (35 principales), cascadas, selva y bosque, todo lo cual lo hacen un pequeño mundo, pues no hay clima en el planeta que no esté en esa sierra representado.

Los Kogi han visto en ello un pantáculo, un centro de interconexión con los campos energéticos del Cosmos que son, a decir de ellos mismos, los que los Kogi cuidan de tal modo que lo han convertido en un verdadero Paraíso ocupado por varios poblados que viven en perfecta armonía.

Hemos indagado en estas comunidades y comprobado que en la actualidad se rigen, cada una de ellas, por un Máma, que actúa como guardián y guía espiritual de todos, y que además es un hombre-medicina. Este es elegido cuando es muy niño, incluso un bebé,  y desde entonces es educado aparte del resto de niños y siguiendo un rito muy, pero muy especial que dura hasta la edad adulta, cuando ya está capacitado para tan alto cargo.

Parte de la instrucción se produce dentro de una cueva. En ella el niño aprende a escuchar la Tierra y a todo lo que en ella vive, el mar, el viento, el pájaro, incluso la piedra.


Hemos podido constatar que los Kogi actuales hablan varias lenguas indígenas, además de un perfecto español, pero todos pertenecen a la misma Tradición, por lo que viven, piensan y actúan de manera coherente a su cosmovisión. Son cultos y están muy bien informados de cómo anda el mundo moderno, el cambio climático, la capa de ozono, la falta de agua en ciertas partes del planeta, etc. 

Por eso sin dejar de ser fieles a su forma de aprendizaje y modo de vida tradicional también estudian en las universidades, pues saben lo importante que es estar preparados para proteger adecuadamente la Cultura que representan. Por eso las materias que en esas universidades estudian son economía, leyes, informática..., es decir, todo aquello que les sirva para llevar a cabo acciones jurídicas que les permitan comprar sus propias tierras y detener los proyectos que hay para Sierra Nevada, como construir un gran Hotel en la zona de las nieves perpetuas, un teleférico que cruce la sierra, un carreteado por toda la zona y distintas presas.


 Dos miembros de la comunidad Kogi con su ropa tradicional y su poporo, una calabaza que todos los hombres reciben al final de la adolescencia, que estiman a los 14 años, y que conservan durante toda su vida. En el interior de la calabaza  introducen conchas, que el mar devuelve a la costa con todo el mensaje del Océano, junto con hojas de coca que van mezclando con el palito y su saliva.
Es un signo de madurez y responsabilidad y el instrumento ritual que les  ayuda a meditar en el origen de la vida, a concentrarse a la hora de tomar decisiones justas y a estar atentos para devolver a la Madre Universal, con su actitud y sus ritos, todo lo que reciben de ella.






Poblado de los Arhuacos. Los más antiguos de los Kogi.



Cuando reciben el poporo también reciben la posibilidad de unirse a una mujer, cuidarla y tratarla con respeto.  





El Máma es elegido y educado desde su más tierna infancia para ser el guía espiritual de su pueblo y Guardián del Corazón de la Madre Universal.


Los Kogi se consideran los Hermanos Mayores de la Humanidad


Son las mujeres las que se ocupan de los cultivos, de la comida y de los hijos pequeños.
Todos visten de blanco con tejidos que realizan los hombres, mientras las bolsas y mochilas las realizan ellas, quienes se adornan con collares de cuentas de colores, generalmente rojas.





Fuente de las imágenes: Natingp.blogspot.com.ar