miércoles, 3 de septiembre de 2008

LEONARDO DA VINCI EN EL DISEÑO DE LOS CANALES DE MILÁN


Estatua de Leonardo en la plaza de la Scala de Milán.
Ciertamente todos conocemos los canales de Venecia, y los que hemos tenido la dicha de pasear por ellos sabemos cómo queda uno impregnado de todo el glamour de esa ciudad europea y palaciega por la que en lugar de autos circulan embarcaciones, lanchas y góndolas que te conducen a la puerta de tu casa o a la entrada de uno de esos palacios, actualmente convertidos casi todos ellos en hoteles.

 
La Zona Navigli, que algunos conocen como “La Venecia de Lombardía”, es parte del antiguo canal de Milan que une lagos al norte de la ciudad. Cientos de piedras fueron transportadas a lo largo del Canal para construir el Duomo.

Sin embargo, no son tantos los que conocen los 152 kilómetros de canales históricos de Milán ni que en su diseño participó el maestro Leonardo da Vinci (uno de los hombres más interesantes del Renacimiento), y cuyo encanto llevó a decir al escritor francés del siglo XIX Henri Stendhal, que Milán era una ciudad más hermosa que Venecia. En la actualidad el canal de vía San Marco, sigue siendo uno de los que aún recuerda, en el centro de la ciudad, el tiempo en que «a Milán llegaba el mar». No es extraño que los milaneses digan que el Naviglio lo tienen, como la niebla, en la propia sangre.

Milán al atardecer

Leonardo llega en 1482 a Milán donde se presenta a Ludovico el Moro (llamado así por el color oscuro de su piel), que ejercía la regencia del ducado de la ciudad. Quizá para situar un poco la historia conviene decir que Ludovico María Sforza era de una familia amiga de los Médicis y él mismo tenía amistad con Lorenzo Médicis, llamado el Magnífico, con quien compartía el amor por los libros, por la recuperación de manuscritos y todo lo que representaba el saber y la cultura, y por lo tanto ambos estaban al corriente de los trabajos del artista de Vinci.
Leonardo muestra a Ludovico a su llegada a Milán un instrumento musical que él mismo había inventado y construido, y que según cuentan las crónicas de la época también "tocaba de forma encantadora acompañándose de su voz". Dicen también de Leonardo que "su porte y los encantos de su conversación sobre los temas de la música causó una excelente impresión", y que "Como músico le daba por improvisar versos y acompañarlos en un laúd de su propia invención, en forma de bucráneo y que poseía una sonoridad maravillosa".
Sin embargo, por una carta de Leonardo, cuya copia se encuentra en el famoso "Códice Atlántico" en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, puede saberse que éste como de verdad quiere mostrarse al duque Ludovico es como un maestro constructor de ingenios, puentes levadizos, máquinas de asalto, galerías de asedio, artefactos para la defensa, así como ingeniero hidráulico arquitecto, además decía: "Esculpo en mármol, bronce y terracota; en pintura puedo hacer lo que otro puede hacer, no importa quien sea".
 
Retrato de Leonardo

Ludovico encarga a Leonardo el estudio de un sistema para navegar desde Milán al Lago de Como, un lugar destacado de la geografía simbólica, puesto que de ahí eran originarios los "Maestros Comacinos", constructores medievales considerados herederos de los antiguos Collegia Fabrorum romanos. Es así como Leonardo proyectó la ampliación de los canales de Milán y en ellos un sistema de exclusas para solucionar el problema de los desniveles de los terrenos. Algo que se ha considerado una genial solución para superar los 23.76 metros de desnivel de los rápidos de Paderno.
 
Río Ticino y uno de los navigli, canales navegables.

En realidad el sistema de canales de Milán data de la mitad del siglo XII, cuando comenzó la realización del primer tramo navegable de 50 kilómetros, conocido como Gran Canal, y 200 años después se cavaron los canales que daban a los ríos Ticino y Adda que conectaron la ciudad con Europa central.

 
Uno de los canales en la actualidad

Esta obra de ingeniería fluvial, poco conocida del artista toscano, representó una vía comercial importantísima para la ciudad ya que a Milán llegaba de todo, y al mismo tiempo fue una obra de salubridad impecable, con la que consiguió desviar las aguas residuales de la ciudad medieval, un problema con el que se encontraron las ciudades medievales en general.

 
Canal a su paso por los campos de cultivo

Además, la proeza de los Navigli conseguía que una importante ciudad quedara unida a los campos de los alrededores, con lo que ello representa para el traslado de frutas y verduras, y de grandes mercancías, como fueron las piedras y el mármol con los que se construyó el Duomo, es decir la mundialmente conocida catedral de la capital de la Lombardia.

Se cree que la figura que sirvió de modelo a Verrochio para su David, es la del joven Leonardo cuando éste entró como aprendiz en su taller.
Dos imágenes de una draga para los trabajos de Construcción de un canal, 1503. Leonardo da Vinci. Milán, Biblioteca Ambrosiana. Códice Atlántico.

 
Canal en la actualidad.

El ferrocarril y los autos marcaron la decadencia de estos medios de comunicación fluvial y lo que fue en su día una extraordinaria solución y un lugar hermoso y emblemático de Milán, en la actualidad, debido al abandono de los puertos, va camino de convertirse en un problema, y en una alcantarilla abierta, que la burocracia italiana no da señales de resolver.
Por suerte, en la actualidad, el área está siendo tomada por artesanos, pintores, turistas, y los Navigli se están volviendo a abrir a las embarcaciones de ocio, y el comercio está devolviéndole el brillo a sus riberas, ya que a ambos lados se comienzan a alinear cafeterías y restaurantes.

Precisamente por esa zona se encuentra la iglesia de Santa Maria delle Grazie que muestra la famosa Ultima Cena (Cenacolo en italiano), realizada por el maestro Leonardo durante la misma época que la construcción fluvial.

 
Retrato de Leonardo en su vejez

Una época que también coincidió con la amistad entre Leonarno y el matemático Luca Paccioli, quien sin duda se entendía bien con este artista que remembraba a Pitagoras en su forma de considerar que “la ciencia matemática se debe entender como la suma de aritmética, geometría astrología, música, perspectiva, arquitectura y cosmografía". Leonardo colaboró en su libro La Divina proporción. En el prefacio a la edición Paccioli escribe: “todos los cuerpos regulares y dependientes realizados por el gran pintor, experto en perspectiva, arquitecto músico y maestro dotado de todas las virtudes (de tutte la virtù doctato), Leonardo da Vinci, mientras trabajábamos juntos en Milán por cuenta del muy excelente duque de dicha ciudad, Ludovico María Sforza Anglo, entre los años 1496 y 1499 de nuestra redención".
También fué por entonces cuando apareció por Milán Durero, con quien el maestro florentino compartió trabajos e ideas. Leonardo anotaría en uno de sus manuscritos: “La proporción no se halla solamente en el número y la medida, sino también en el sonido, el peso, el tiempo y los lugares: en toda realidad existente” (Mª Ángeles Díaz)

 
Plano de Milán, 1567

Y justamente la siguiente nota encadenada es para felicitar la iniciativa de la empresa de digitalización de imágenes HAL9000 y de la editorial italiana De Agostini, que con el apoyo del Ministerio de Bienes Culturales de Italia, ha colgado en la página web http://www.haltadefinizione.com/ el Cenacolo, con una definición de más de dieciséis gigapíxeles. Se trata de la imagen digital más grande del mundo.

Hay que decir que esta pintura representa uno de los casos más difíciles de conservación, que evidenciaba su fragilidad incluso pocos años después de su finalización. La técnica “a secco” que usó Leonardo, el paso de un río subterráneo cercano que humedece la pared y la acción de la contaminación, han hecho que La Última Cena haya sido restaurada hasta siete veces en algunos casos con el uso de colas que perjudicaron más su estabilidad.

Hace apenas un año, el diario milanés Corriere della Sera alertaba de que la contaminación que los turistas llevaban en sus ropas estaba afectando gravemente a la superficie del muro, con lo cual la imagen creada por HAL9000, líder en el sector de la fotografía de alta definición, puede ayudar a reducir el número de visitas y por tanto el impacto sobre la obra y por otro lado darnos una visión mucho más cercana que la que se obtiene desde los dos metros que se puede observar in situ. La imagen, 1.600 veces más nítida que las ofrecidas por una cámara de diez millones de píxeles, permite apreciar detalles como un pequeño campanario, de menos de dos centímetros, que se ve desde la ventana por detrás de Jesús, los vasos con el vino, los gajos de naranja del plato de San Mateo, los bordados dorados del manto de Judas o la increíble transparencia que Leonardo dio a las copas de cristal. Incluso podemos hacernos conscientes del estado de la pintura ante los espacios sin pigmento y las grietas en el muro.
Además de esta ampliación dejo aquí un comentario hecho por Paccioli a la Ultima Cena, donde este maestro de la ciencia matemática, dice de la pintura recién acabada. “No se puede imaginar una atención mas intensa en los discípulos al oír el sonido de la voz de la verdad inefable, que dice: ‘Unus vestrum me traditurus est’ (Uno de vosotros me traicionará). A través de sus acciones y gestos, parecen estar hablando entre ellos, un hombre con otro, y éste con otro más; todos ellos afligidos por una profunda sensación de asombro. Tal fue la maestría que la delicada mano de nuestro Leonardo supo imprimir a su obra”.
Aquí os dejo esta obra maestra de un hombre que no sólo fue un pintor, por más fantasticamente bien que lo hiciera, sino un filósofo, un sabio para el que el arte, y sus propias dotes artísticas, eran el medio de conocer.
¡Que la disfrutéis!
Núria (Mª Ángeles Díaz)
Desde Mi Ventana
Anillo de Symbolos.com

lunes, 11 de agosto de 2008

Teatro de la Memoria y Antología

Como saben los que siguen este espacio, tengo la suerte de asistir desde dentro y como periodista (o blogger) a los ensayos de la Colegiata Marsilio Ficino y por lo tanto de ser espectadora de excepción del nacimiento de este movimiento hermético del “Teatro de la Memoria”. Esta circunstancia me ha permitido recabar en los camerinos y pasillos donde se ensayaba En el Útero del Cosmos, ciertas informaciones y grabar algunas frases que se pronunciaron y que publico porque considero que tienen toda la fuerza de una idea fundadora.


El Teatro de la Memoria es el olvido de la estulticia reiterada.






La intimidad es el lugar de la Memoria.









El mapa de la memoria es la estela de los dioses. Nunca la sucesión de días y noches.





La memoria es el segundo y tercer nacimiento.





Gloriosa o penosamente, olvidarse de ser es llegar a la nada absoluta.

Aquí trasmutamos tiempo por absoluto, aunque los garfios del olvido se aferran a la ignorancia.





Amándose se es amado, repite el vendedor de esperanzas.



El teatro de la memoria es la realidad del aquí y ahora.





Nada más esquivo que la realidad.








El teatro profano de hoy es análogo al asilo de mañana.









El patrón del circo tiene que pagar el próximo alquiler del local y no tiene con qué, o sea que no pasa nada.












ANTOLOGIA de Federico González

Por otro lado, y dado que ambas cosas están intimamente ligadas, este espacio también quiere sumarse a todos aquellos que han destacado la aparición de Antología, de Federico González, aportando unas palabras pronunciadas por Francisco Ariza durante la presentación en Barcelona de dicho libro, pues se trata de la mejor exposición que hemos oído o leído acerca de la obra de Federico González y su carácter principal de adaptación, actualización y síntesis de la doctrina tradicional. Esperamos ver completo en la red este texto de Francisco (de lo cual nos haremos eco en su momento) pues por la cantidad de ideas expresadas ha sido tremendamente difícil hacer de él un resumen.

Sobre estas líneas, y de izquierda a derecha, Raúl Herrero, Francisco Ariza y Federico González durante la presentación de la obra el pasado 19 de junio de 2008 en Barcelona. Al mismo acto pertenecen estas últimas fotos.

"-La obra de Federico establece por su intermedio un vínculo no tan sólo con una determinada forma tradicional, ya sea la Hermética, la Precolombina o cualquier otra, sino con el modelo original de todas ellas, con la Tradición Primordial, también llamada Filosofía Perenne o Tradición Unánime. Es decir que nos encontramos ante una obra que se nutre directamente de las ideas y principios universales, que además estas ideas y principios están expresadas a través de un discurso donde su didáctica se conjuga con el necesario rigor intelectual, y el resultado de todo ello adquiere el nombre de Belleza, que al decir de Platón es el resplandor de lo verdadero.

El prestigioso investigador de la historia del esoterismo Jean-Pierre Laurant, en un libro recientemente publicado: René Guénon. Les Enjeux d’une lecture, dice lo siguiente:

América Latina ha sido visitada por el pensamiento de Guénon llevando una nueva mirada sobre la tradición que enseguida alcanzó a España (...) Una de las llaves maestras de este movimiento es Federico González que publica en 1985 Introducción a la Ciencia Sagrada: Programa Agartha, de nombre evocador, inaugurando un ciclo de enseñanza tradicional destinada a la Argentina, Brasil, Colombia y Ecuador, así como a México y Costa Rica. Federico González edita en Guatemala la revista Symbolos desde 1991; ella difunde en lengua española los textos de René Guénon y los trabajos concebidos en el espíritu tradicional en francés y en inglés principalmente (...) La franc-masonería y el hermetismo ocupan un lugar privilegiado en la visión de la tradición universal de Federico González, como se puede constatar en el balance establecido con Esoterismo Siglo XXI.

En efecto, la obra de Federico es una llave maestra que ha servido para introducir en Hispanoamérica (es decir en España y América) el pensamiento tradicional que comenzó a despuntar nuevamente en Occidente a principios del siglo XX gracias a la obra de René Guénon

-Una obra en concordancia con la de todos los que han integrado e integran la “cadena áurea” que ilumina la Historia desde tiempo inmemorial, es también eso: un antídoto contra el olvido y la desmemoria de nuestra identidad, o sea que el conjunto de toda ella constituye una anamnesis, un “recuerdo de sí” como decía Platón al referirse a la función principal de la Filosofía, que no es otra que la de contribuir a que el hombre no pierda su filiación con la Sabiduría, o sea el amor hacia la diosa Sofía.

-En muchas ocasiones, leyendo cualquier libro de Federico, por ejemplo El Simbolismo de la Rueda, o Los Símbolos Precolombinos, o Simbolismo y Arte, o Las Utopías Renacentistas, o Presencia Viva de la Cábala, o En el Vientre de la Ballena, etc., nos encontramos con la constante evocación de esa Tradición primigenia y los diversos vehículos simbólicos que la ejemplifican, hasta que repentinamente esa evocación cristaliza en una certeza que se traduce en nuestro interior como el nacimiento a una realidad muy concreta pese a su intangibilidad: el vínculo con esa Tradición y el comienzo de una nueva andadura existencial que en su cotidianidad va reconociendo poco a poco la impronta que en ella deja una realidad vertical siempre presente. Como se dice en el Taoísmo (una tradición muy cercana a la Alquimia y el Hermetismo) esa realidad vertical no es otra que la “atracción de la voluntad del Cielo”. En este sentido, Federico ha dicho numerosas veces, en sus libros, conferencias y clases que “la revelación es coetánea con el tiempo”, o sea que siempre es posible encarnar el Ser, que en cualquier circunstancia histórica o personal siempre existe una coyuntura favorable para ello, una escisión en el tiempo reiterativo y circular que permite que el “jardín del alma florezca y el Conocimiento se haga en nosotros”.

-La obra de Federico es, aquí y ahora, esa coyuntura favorable, por donde la revelación de un Pensamiento universal, de una Filosofía Perenne, se hace coetánea con nuestra circunstancia histórica y personal.

-En este sentido la anamnesis platónica es también el recuerdo del tiempo mítico, o sea la recuperación de una memoria que permanecía oculta en el fondo de nuestra conciencia y que el contacto salutífero con el lenguaje simbólico hace aflorar; y entonces la propia vivencia del tiempo adquiere otra dimensión, donde en vez de ser un obstáculo que nos oprime se convierte en un instrumento que nos libera de sus condicionamientos.

-Quisiéramos añadir además que en este libro de la Rueda Federico sintetiza el fruto de toda una enseñanza realizada a lo largo de muchos años, y en este sentido también podemos considerar como parte de su obra los muchos años que estuvo dedicado a la transmisión oral a través de los cursos y conferencias dictados a lo largo y ancho de América y España. Y desde luego también podemos considerar como parte de ella a la revista SYMBOLOS (y la página telemática del mismo nombre), así como la creación de los distintos Centros de Estudios Simbólicos, como los de Barcelona y Zaragoza. Y últimamente ha fundado “La Colegiata Marsilio Ficino” dedicada a la difusión del Teatro de la Memoria.
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-La obra de Federico, volvemos a repetir, ha sintetizado las ideas universales, y es como tener a nuestra disposición toda una Sabiduría que viene del fondo de los tiempos, pudiendo acceder a ella siempre y cuando, claro está, así lo queramos y lo deseemos. Sin duda ninguna la Tradición también está viva en la obra de Federico González, como lo demuestra esta Antología de la misma." Francisco Ariza
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Lista de vínculos a otras reseñas y notas sobre esta Antología:
* El Arka. Revista de Artes y Letras
Federico González Frías, en primer plano, Francisco Ariza, enmedio, y Raúl Herrero, durante la presentación.

lunes, 28 de julio de 2008

LA ILUSTRACIÓN ILUSTRADA . SIMBOLOGÍA MASÓNICA

Federico González y Mª Ángeles Díaz subiendo a la exposición. Foto Francisco Ariza.



Con el título “Il.lustració il.lustrada. Simbologia Maçònica” permanece hasta el 22 de Septiembre de 2008 en la Biblioteca Arús de Barcelona (Paseo Sant Joan, 26) una exposición de Manel Rubiales, artista contemporáneo e ilustrador, diseñador de carteles, portadas de libros, etc, quien también ha colaborado en la llamada prensa “underground” de los años setenta y principios de los ochenta. En la actualidad dirige un taller en la escuela de arte Eina de la ciudad condal donde enseña la técnica del ensamblaje. Rubiales es además un gran viajero que después de una larga temporada viviendo en los EE UU regresa a su ciudad natal.

La muestra que este artísta nos presenta consiste en una bella recreación plástica y tridimensional cuya composición artística a base de superposiciones y ensamblajes de cartón, madera y otros elementos, tiene como motivo la iconografía masónica. Concretamente el tema central de la exposición son los cuadros de logia de los tres primeros grados de la Masonería, que es donde se condensa la cosmovisión de esta Orden iniciática. El artista, a través de un trabajo artesanal minucioso y esmerado que según dicen pertenece al estilo "Povera", que se define por emplear materiales sencillos y trasformarlos en una obra elogiosa. El artista se centra en la belleza de estos cuadros, de Logia , lo que es un modo de aproximarse a ellas.
Podría decirse que si la Sabiduría concibe las ideas y la Fuerza las sostiene, aquí, efectivamente, la Belleza las adorna. En el caso que nos ocupa el autor de esta recreación infunde a los cuadros masónicos un cierto aire venido del “modernismo”, ese estilo artístico que marcó una época en Cataluña y que es tan característico en determinados artistas actuales que lo han heredado como parte de su patrimonio cultural.

Cuadro de Primer Grado, Aprendiz


Cuadro de Segundo Grado, Compañero.


.Cuadro de Tercer Grado, Maestro


Recreación de tres escenarios de la simbología masónica. Cada uno de ellos costituye una síntesis símbolica de cada una de las tres cámaras masónicas. La Primera: Aprendiz, La segunda :Compañero, la tercera: Maestro.

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Las cajitas que siguen conforman las piezas de un puzler que, articuladas según la técnica del ensamblaje, terminan siendo una sola caja, tal y como se puede apreciar en la secuencia siguiente.

Recreación del Delta Luminoso.





Aprendiz. Las "Tres Grandes Luces" de la Masonería: El "libro de la ley Sagrada", el "Compás" y la "Escuadra", aparecen aquí sobre el pavimento mosáico. En la primera cajita estos símbolos estan dispuestos según la cámara de primer grado y se distingue porque la escuadra, símbolo de la tierra, está sobre el compás, símbolo del cielo.


Compañero. Aquí una punta del compás está ya sobre la escuadra, significando de ese modo los progresos del masón, ya compañero, por cierto que Compañero es el que comparte el pan, naturalmente el pan que el compañero está en disposición de compartir son sus bienes espirituales e intelectuales, sus logros, algo que sólo puede dar aquel que lo posee, que lo ha adquirido en su etapa de aprendiz.


Maestro. Las "Tres Grandes Luces" están, en esta tercera cajita, dispuestas según la "Cámara de Tercer Grado" también llamada "Cámara del Medio". Su simbolismo está relacionado con los misterios del grado de Maestro. Aquí el compás está sobre la escuadra. El cielo sobre la tierra.


Recreación de distintos símbolos del Segundo Grado, cuyos secretos están velados y a la vez se revelados, en la simbólica del número cinco y de la letra G.



En este escenario se ve una puerta cerrada y una abierta, pues velar y desvelar es lo que hacen los símbolos masónicos.



Aquí el artísta toma algunos símbolos de la Logia, tales como el pavimento mosáico, las dos luminarias, Sol y Luna y las columnas J. y B. , donde simbolicamente está depositada toda la Sabiduria antediluviana y cuyos signos misteriosos grabados en ellas fueron descifrados una por Hermes Trismegisto y otra por Pitágoras, las dos corrientes que nutren intelectualmente a la Masonería. Por eso se dice que los masones reciben su salario junto a ellas. Estas dos columnas, situadas a la entrada del templo de Salomón, constituyen las piernas de la madre Logia por entre las que es parido el neofito al interior de la Logia, es decir en el seno de su luz y su didáctica. Se trata de un nacimiento que se produce tras la muerte a su condición de profano o ignorante.
Los símbolos recreados aquí son, por un lado, una escala de ascenso por los cinco sentidos y por otro, una imagen de la muerte. Naturalmente es un símbolo de la muerte iniciática, que es para la Masonería, el primer paso de la obra de autorregeneración, pues unicamente después de morir a la ilusión de lo que uno no es, puede nacer a su verdadera identidad.

Al final de esta secuencia de imágenes, o escenarios simbólicos, el artista hace aparecer todos estos escenarios ensamblados en una sola cajita, la cual constituye un juego nemotécnico para aquel que quiera descifrar o profundizar en esta simbólica arquetípica y por lo tanto universal.

Toda la Cosmogonía Masónica en una cajita.

Instantáneas tomadas en dos de de las salas de la biblioteca Arús de Barcelona, donde se celebra esta exposición













Núria (M Ángeles Díaz)
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