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sábado, 18 de enero de 2014

Maximón, una máscara de Dios

Altar de Maximón ante el que sus fieles han depositado ofrendas. (Pulsar sobre la imagen para verla completa)


Siempre he querido escribir acerca de Maximón, pero a la vez nunca he tenido suficientemente clara la figura de este enigmático personaje, venerado en Guatemala como dios popular. Un santo con aspecto de mestizo, ropas europeas, sombrero, gran cigarro en la boca, zapatos bien lustrados, un fajo de billetes asomando de su bolsillo y varias botellas de guaro a su alcance, es la principal iconografía, podríamos decir, que lo identifica. 

Cuando vemos a este curioso personaje siendo devotamente adorado en cualquier capilla de las muchas que le son dedicadas en todo el país, inevitablemente la pregunta es: ¿Qué idea llevó a este pueblo a crear una imagen así de un dios?

Por eso es una satisfacción personal leer esta precisa y preciosa definición que, en su Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, Federico González Frías le dedica a este interesante personaje.

"Magnífico ejemplo de la indefinitud de disfraces y máscaras de Dios.
Maximón baila, tiene mucho dinero, es dueño de todo, toma trago y siempre tiene en la boca un habano.

Curioso ejemplo de lo sagrado que reúne las dos posibilidades del ser- la divina y la humana- y que también conoce el sistema de relaciones indígenas, el mismo que está presente en todas las cosas como calor y el frío en que basa su medicina".

lunes, 25 de junio de 2012

El Viaje del Conocimiento. Diálogos con Federico González

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Federico González, Junio de 2012, durante los días en que se ponía en escena su obra "Noche de Brujas", en su terraza. Barcelona. Al fondo el Tibidabo. 
Foto Núria 


Publico con gran satisfacción un fragmento de los Diálogos mantenidos entre Federico González y Mª Angeles Díaz en Barcelona, los cuales forman parte de las últimas actualizaciones de la Revista Symbolos y que desde aquí invitamos a leer completos.


P¿Qué te llevó a centrar la realidad del símbolo y a describir la Cosmogonía tomando como modelo la rueda?

 R–Bueno, sin duda porque advertí que entre los numerosos símbolos que aparecen en una y otra tradición o civilización, este símbolo siempre merece una atención especial, y no sólo porque éste se da en todas las culturas de las que tenemos noticia, sino también por sus innumerables posibilidades y la diversidad de campos que abarca y, no menos importante, la acción concentradora que ejerce en el estudio y el ordenamiento indispensable en cualquier investigación seria.
Después de un silencio añade:

 –También me interesaron, y me siguen interesando, las relaciones, coincidencias y analogías realmente indefinidas que la rueda puede establecer con los numerosos símbolos que aparecen en una u otra civilización o cultura.
PSueles decir que la rueda es un símbolo que no sólo explica el universo, sino que lo sintetiza y en ese sentido lo contiene. ¿Lo más pequeño es lo más poderoso?

R–Sin duda. En todo caso lo que puedo decir es que ésa es una máxima hermética que he mantenido a lo largo de toda mi vida.

P¿A qué te refieres?
R–A que siempre aposté por lo más pequeño, pero no por una cuestión "tipo humildad", ¡o vayas a saber qué onda...!, sino por la misma razón que lleva a que el árbol en todo su despliegue esté ya contenido en su semilla, o que en el huevo esté el origen del ser.
PEs decir, lo pequeño como sinónimo de lo más sutil e invisible, pero conteniéndolo todo en potencia.
R–¡Exacto!

PEsto nos lleva a la idea de un centro generador, de un "motor inmóvil".
R–Así es, y esa idea de centro es lo que da todo el sentido a la rueda, al universo, o a la manifestación, si así se prefiere. Es gracias al centro que podemos concebir aquello que nos hará salir de esa manifestación, o sea del movimiento reiterativo de la periferia de la rueda. Me estoy refiriendo, claro está, a lo inmanifestado, que es nuestro verdadero origen.
P–Es aquello del Tao-te-King, donde dice que "treinta rayos convergen en el centro de la rueda, pero es el vacío que hay en él lo que hace útil a la rueda".
PCiertamente –le digo yo–, resulta todo un misterio que sea el punto inmóvil de la rueda el que provoque en ella su movimiento.
R–Así es. Tenés toda la razón.
P¿Crees que el universo tiene un plan?
R–¡Claro que tiene un plan! ¡El propio cosmos es el plan!
P¿Y una estructura?
R–Sí, en el sentido de que es un modelo y tiene leyes bien precisas, que se manifiestan geométrica y numéricamente. En realidad esta estructura es la expresión de una Inteligencia universal, que permaneciendo secreta e invisible es el prototipo de todo lo que puede ser llamado orden o inteligencia. Esas mismas leyes nos hablan de un equilibrio y armonía universal, que conforman un lenguaje articulado relacionado con otra visión del espacio y el tiempo.
 –Pero dado que estamos hablando de la rueda conviene no olvidar que ésta, como cualquier otro símbolo, es siempre el vehículo que nos lleva a trascender el cosmos, una región que pertenece al ámbito de la metafísica, y de la que poco o nada puede decirse.  Leer completa en
https://www.2enero.com/textos/s32madiaz1.htmlSymbolos.com



martes, 12 de junio de 2012

Sobre "Noche de Brujas" Teatro de la Memoria Federico González Frías

Algunas de las protagonistas estudian el cuadrado mágico de Saturno, "verdadera síntesis del Cosmos"
Con las siguientes palabras de bienvenida, pronunciadas por Antoni Guri, recibió La Colegiata a su público antes de la representación de "Noche de Brujas" de Federico González Frías, que mereció nuevamente el encendido aplauso de los asistentes, quienes  elogiaron tanto la belleza del texto como la magnífica puesta en escena así como el sólido trabajo de esta "tropa de actores" de La Colegiata. Comparto pues mi alegría con todos los que os acercáis asiduamente a conocer las noticias que se publican en este Calidoscopio Cultural, que se hace eco de noticias tan relevantes, pues se trata nada menos que de autores contempóraneos que, como Federico González, actualizan con su gesta literaria la doctrina de una Filosofía Perenne. Núria

 
Estamos muy contentos de compartir con vosotros hoy esta doble celebración. Por un lado se cumplen cinco años del nacimiento de La Colegiata, cuando Federico González, nuestro fundador y director nos propuso abrir una nueva vía de investigación y estudio en el marco de la Simbólica: el Teatro, el Símbolo en acción, el Rito. Con lo que no veníamos a añadirle nada al hecho teatral mismo sino más bien al contrario, a despojarlo de los añadidos y buscar su esencia, hacer memoria de su origen. Como todos sabemos los orígenes del teatro son míticos y en occidente tienen que ver con los Misterios Dionisíacos. Dioniso es pues nuestro patrón, el Dios del vino y de la embriaguez extática, el Dios dos veces nacido que emerge triunfante periódica y definitivamente después de descender y visitar lo más profundo de los infiernos, para renacer nuevo, transmutado. Y este descenso y ascenso en verdad simultáneos es lo que el teatro ejemplifica, ritualiza.
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Cuando Federico nos hizo esta propuesta la mayoría de nosotros no teníamos ninguna experiencia en el terreno teatral pero fuimos arrebatados por la idea y nos pusimos desde el primer momento a trabajar con entusiasmo. Ahora con la perspectiva que nos dan estos cinco años advertimos que ha sido un periodo muy fecundo, y no sólo en lo exterior –hemos estrenado nada menos que seis obras distintas- sino principalmente en lo interior, en el secreto del corazón de todos aquellos que hemos tenido la suerte de laborar en ello.
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Hoy también celebramos la inauguración de este nuevo espacio: El Teatro de Cámara La Colegiata. Nombre que como en la "música de cámara" a diferencia de la música sinfónica, se refiere a un formato reducido, un carácter más intimista y donde prevalece la proximidad del espectador. Esto pone de manifiesto la unidad que conforman actor y espectador, su complementariedad. Y complementariedad es intercambio: todo actor en la medida que observa su interpretación, se distancía de ella y contempla su transformación es de por sí un espectador, del mismo modo que cualquier espectador en la medida que interioriza aquello que ve y lo hace suyo, lo actualiza y deviene por tanto actor.
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Precisamente en la obra que vamos a ver el papel del espectador es fundamental. Seguramente no es el papel que escogeríamos, no se trata de un papel agradecido ya que viene a representar todo aquello con lo que el ser humano a lo largo de la historia se ha ido identificando, pero que en realidad no constituye su verdadero ser, sino que tiene que ver con los aspectos más externos, groseros e invertidos, con la ignorancia y el error. Pero es precisamente reconociendo esta energía en todos nosotros -espectadores y actores- que podemos llegar a percibir lo que no es eso y sí constituye nuestra identidad, algo indefinible, inefable y que bien podemos llamar Misterio. Un misterio que cada vez cobra más presencia y que en última instancia es lo que nos ha convocado hoy aquí y ahora.
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Y ya les dejamos con “Noche de Brujas, Acto Sacramental en dos actos”, obra escrita y dirigida por Federico González Frías. Y en la que hoy de nuevo tenemos la suerte de contar en el papel del diablo con Carlos Alcolea, un verdadero actor miembro de La Colegiata desde su fundación, del que cada día aprendemos algo nuevo y quien cada día nos contagia con su entrega y su energía.
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Nada más, esperamos que les guste, porque todo lo que hemos dicho no está reñido con que pasen un buen rato". Antoni Guri. Publicado en el Blog de la Colegiata

Parte del círculo que forman las brujas, en torno al eje invisible, consultando sus oráculos

A continuación unas palabras del autor, Federico González Frías en exclusiva para este medio:

Junio de 2012

"Quiero agradecer por este medio a todos aquellos que han contribuido a que este nuevo local (la sala que lleva mi nombre) pudiera crearse y que han llevado a cabo felizmente una actuación más de un texto mío.
Ellos son los miembros de esta tropa teatral llamada La Colegiata, a quienes dedico mi agradecimiento fraterno".
Federico González Frías
                                               

lunes, 7 de mayo de 2012

Los herederos de los bardos


Los herederos de los bardos nos hemos declarado en huelga, se proclama la rebelión de los poetas, un tono gremial empapa esta página. La urgencia de actuar inmediatamente, con velocidad fugaz, en minúsculos toques de atención para que la humanidad despierte. La imperiosa necesidad de un metalenguaje que genere otros códigos, para que el poeta pueda cumplir tan noble como antiguo oficio. ¡Devuélvase al bardo el don de la profecía! ¡Que se sepa que somos un honorable personal jerarquizado y que nuestros antecedentes son sagrados! Venimos de la casta de Homero, de Virgilio, de Dante, de la de los trovadores de todos los pueblos. Señores, formemos una corporación parlante, una estructura audible. Una organización sonora que sea como un templo, como una caja de resonancia, para que la Inspiración pueda recibirse y la Música y la Poesía se expandan por el Mundo entero.

Compartido de Facebook. Miscelánea (Federico González Frías)

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miércoles, 15 de junio de 2011

Mensaje Solsticial. ECLIPSE

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Bahía de Cádiz
"Si los antiguos viviesen estarían atónitos ante la levedad con que se tratan los eclipses actualmente. Justamente, hoy miércoles 15 de Junio a las 21.45, se producirá uno de ellos y podrá verse claramente donde estamos hoy en Cádiz, mientras tanto la población lo convierte en jolgorio, mirándola y haciendo bromas sobre ella, y dice que la Luna aparecerá teñida de sangre, en lugar de estar escondidos en sus casas, como hacían todos los pueblos europeos y precolombinos y otros descendientes de los atlantes, y que llegado este momento preciso (de dos horas de duración) se cubrían con sus capas o ponchos y allí emitiendo todo tipo de sonidos espantosos trataban de ahuyentar aquello que había dejado el eclipse.
Muy peligroso el eclipse.
Se necesita ir con cuidado y posponer toda cita o encuentro en esas horas".
Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos.

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martes, 13 de julio de 2010

NOCHE DE ESTRENO TEATRAL

Foto del escenario la noche del estreno.


A los que seguís este blog, y a todos los que alguna vez os asomáis a él, os quiero hacer partícipes especiales del estreno teatral al que el sábado tuve la suerte de asistir. La Colegiata Marsilio Ficino, y el Teatro de la Memoria, ponían nuevamente en escena una obra de Federico González Frías: “El Tesoro de Valls”.

Envueltos en la atmósfera creada por la banda sonora de Music Hall previo a la función, el público espera en su asiento a que se abra el telón y que discurra el espectáculo. Un público, el que sigue a la Colegiata, que ya sabe que no sólo se encontrará con un buen montaje, cuidado en su escenografía y en el vestuario, sino que además espera oír un texto que resonará en su interior.

Y así fue que a través de un lenguaje siempre rico y transgresor comenzó la función.

Cuando esto sucede se ve el decorado de la habitación de un hotel de lujo. A ella entran dos personajes, un conserje mujer ataviado con un suntuoso frac, acompañando a un caballero elegantemente vestido y asiendo un maletín. Enseguida sabemos que se trata de un viejo cliente del establecimiento. Este, mediante el gesto de su rostro, nos descubre ya en los primeros minutos su carácter altanero, consecuencia del orgullo que siente por los logros obtenidos en la vida, todo un tesoro que guarda en su maletín.

Nada hace presagiar, en ese momento, todo lo que se habrá de vivir en las próximas horas dentro de esa suite, pues la sorpresa es continua, los personajes que lo visitan indefinidos, las situaciones que habrá de experimentar insólitas, y a la vez tan reales que llevan a todos los allí reunidos a vivir junto al propio Valls la transformación de muchos valores que creíamos inamovibles y que habían sido hasta ese momento nuestro “tesoro”, aquello en lo que hemos invertido la vida.

Valls, está interpretado por Carlos Alcolea, que tiene una actuación magistral y una modulación de voz impecable. Este, sin dejar el escenario en ningún momento, se constituye en la columna vertebral que articulará la obra cuyo ritmo se mantiene constante durante los dos actos que dura la función, lo cual es una identidad de la obra.

Las carcajadas del público ante esta ingeniosa, irónica y transgresora comedia fueron continuas y algunas veces sostenidas y esbozadas con una sonrisa, pues si bien las situaciones creadas por Federico no pueden ser más graciosas y ocurrentes, y las interpretaciones gestuales del elenco artístico más conseguidas, sin ninguna sobre actuación, subyace en la obra un drama personal y absurdo, con el que el espectador no puede dejar de verse reflejado.

-¡Pobre hombre! - se oyó decir en la sala en más de una ocasión, -¿pero qué más puede pasarle?-

…Y como rubricando la propia pieza teatral, al final de la actuación el mismo Federico sorprende a todos apareciendo, en el saludo en escena, en pijama y bata, es decir con el mismo atuendo que lleva Valls en todo el segundo acto, como si fuera un personaje más de la comedia, o como la comedia dentro de la comedia.

Finalmente se cerró el telón mientras los participantes recibían un caluroso y cerrado aplauso. A continuación Federico recibió las felicitaciones de muchos amigos y espectadores que quisieron darle personalmente la enhorabuena.

Ojalá pudierais ver la obra y participar de ella de una forma más directa. Tal vez se represente en alguna de vuestras ciudades. Yo por mi parte os mantendré al corriente de todo ello y os avisaré cuando la grabación esté en You Tube.
                                                                                                                    Núria



Una instantánea tomada durante los ensayos.






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domingo, 6 de diciembre de 2009

Libro que estoy leyendo

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En un mundo que apenas si respira, la obra de Federico González es un balón de oxígeno, la posibilidad de recibir la Enseñanza, nutrirse y vivir.
Cuerpos y almas sufren en un mundo siniestro, donde el escándalo se da de continuo y a casi nadie le importa. El cuerpo es torturado de mil y una manera, ¿y el alma? qué decir si la asfixia es casi general. Espacios cerrados, ambientes saturados de minucias, y en realidad ¿qué es el hombre?
La vida de pronto se revela asistiendo de nuevo a un rito que no es sino el doble movimiento: expir-aspir que produce todos los mundos, todos los seres y todos sus estados. Es continua la Creación y la multiplicación, y no se yerra al decir que el aleteo de una mariposa afecta al mundo entero. Todo está entrelazado y un mínimo vislumbre de este caos ordenado nos hace exclamar ¡es imposible abarcarlo! Y sin embargo es posible. Lo que nos lo impide sólo es el miedo al abismo, a la expansión completa del ser. (Contraportada)


domingo, 25 de octubre de 2009

Aniversario "Desde mi ventana"


Hace unos días nuestra amiga Isabel Barceló, escritora valenciana que ama profundamente Roma y que acaba de publicar una novela titulada “Dido, Reina de Cartago”, nos invitaba en su extraordinario blog literario: “Mujeres de Roma”, a brindar por el aniversario de Virgilio, el príncipe de los poetas latinos, quien relató la epopeya de Eneas, y guió a Dante y a una larga corriente de poetas-filósofos.

Pensé que no había mejor lugar a donde ir que allá donde se convocaba ese solemne acto. Y como una cosa lleva a la otra me di cuenta de que yo también tenía que celebrar algo, aunque ciertamente menos significado, los dos años de este blog, DESDE MI VENTANA.

Por eso he querido publicar de nuevo la primera entrada con los comentarios que se produjeron. Se la dedico a todos los que me han dado su apoyo con sus comentarios. A los que me dieron ideas, y a todos los que se acercan a leer las novedades. Muchas gracias amigos. Núria


LA VIA SIMBOLICA

El símbolo es la huella (o el gesto) visible de una realidad invisible u oculta. Es la manifestación de una idea que así se expresa a nivel sensible y se hace apta para la comprensión. En un sentido amplio toda la manifestación, toda la creación, es una simbólica, como cada gesto es un rito, sea esto o no evidente, pues constituye una señal significativa.

El símbolo no es sólo visual, puede ser auditivo, como es el caso del mito y la leyenda, o absolutamente plástico y casi inaprehensible como sucede con ciertas imágenes fugaces que, sin embargo, nos marcan. En la época actual se le suele asociar más con lo visual, porque la vista fija y cristaliza imágenes en relación con estos momentos históricos de solidificación y anquilosamiento más ligados a lo espacial que a lo temporal.

El símbolo es el intermediario entre dos realidades, una conocida y otra desconocida y por lo tanto el vehículo en la búsqueda del Ser, a través del Conocimiento. De allí que los distintos símbolos sagrados de las diferentes tradiciones –y por cierto también los símbolos naturales– se entretejan y se vinculen entre sí constituyendo una Vía Simbólica para la realización interior.

Lo metafísico, esa región desconocida y misteriosa, se manifiesta en el mundo sensible por intermediación del símbolo. Gracias a éste, es posible el Conocimiento para el ser humano; imágenes y símbolos nos permiten tomar conciencia del mundo que nos rodea, de lo que éste significa y de nosotros mismos.

Federico González y colaboradores. Introducción a la Ciencia Sagrada (Programa Agartha). Symbolos.com/ Núria "Desde mi Ventana", hacia los mares de un mundo simultáneo.





COMENTARIOS:

H. dijo...

Dicen que "la Inteligencia goza con aquello que la estimula". Creo que entre los miles y miles de blogs que hay disponibles en estos tiempos que nos ha tocado vivir, en los que reina la tontera más absoluta, y en los que se ha escogido descaradamente cebar los egos en vez de alimentar el verdadero Intelecto, no existe realmente nada mejor que el gesto altruista del que señala la salida, siempre por lo más alto, dejando un cabo suelto para que aquel que busca pueda encontrarse. También dicen que "lo más pequeño es lo más bello y lo más difícil de obtener, lo más escaso" por lo que "resulta mucho más raro cuando sabemos que lo hemos tenido desde siempre" (Federico González - "En el vientre de la ballena - Textos Alquímicos"). Apuesto por este blog.

 .•.

Argantonios dijo...

Con gran alegría descubro este blog que promete grandes aventuras.
Me parece muy oportuno que un blog que quiere ir “hacia los mares de un mundo simultáneo” comience su andadura hablando de la Vía Simbólica, pues la búsqueda hacia el Sí mismo requiere de una didáctica que nos vaya educando en este camino. La definición que se hace de ella me parece de una belleza sin par y al mismo tiempo es de una síntesis asombrosa. No se puede decir tanto con tan pocas palabras del símbolo y de su papel como mensajero e intermediario de las “realidades sutiles”.
Enhorabuena por esta “ventana” donde esperamos gozar de la inteligencia; y hablando de mares me acuerdo del antiguo lema de los marineros: “Navegar es necesario, vivir no es necesario”. La vida si no es para vivirla como una aventura no es vida, sino puro vegetar.
Felicidades de nuevo.
.•.

Pola dijo...

Me gustaría compartir contigo otra gran definición de símbolo que leí en un libro de Gershom Scholem. Decía así:
"El símbolo es una representación expresable de algo que se encuentra más allá de la expresión".
Cuenta Henry Corbin en sus libros sobre la mística sufí una idea muy bella en relación a la vía simbólica. Explica que cada alma debe luchar por la Transfiguración de la Tierra, y que esto comienza con la visión que transforma la tierra y las cosas sobre ella en símbolos. Esta visión restituye el mundo a su pureza paradisíaca, devolviendo cada cosa a su origen y realidad. El sentido literal no es así más que la metáfora del sentido verdadero.
Me alegra encontrar una bitácora con un comienzo tan hermoso y prometedor.
Por cierto, muy bonito el encabezamiento, pues "quien se desplaza familiarmente por el antiguo mundo de los senderos de tierra y mar tiene a Hermes como su dios".
Un saludo.

.•.

Sahaquiel dijo...

Antes que nada, agradezco tu visita a mi blog. Me alegra ver que compartimos intereses comunes sobre ciertos temas tradicionales y en la obra de determinados autores como Guénon, F. González, Coomaraswamy, etc.
Sin duda, este extracto del programa Agartha, es un gran comienzo para tu blog.
Suelo decir que los Símbolos son "prismas a través de los cuales podemos ver hasta donde nuestros ojos lo permitan". La vía simbólica escapa a los límites de los métodos discursivos y, por consiguiente, racionales.
La comprensión de los símbolos depende de la Intuición Intelectual y sólo puede llegarse a su sentido más profundo a través de lo supra-racional... En fin, es un tema que da para mucho.
Saludos.
S., KYW

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Núria dijo...

Queridos amigos: H., Argantonios, Pola y Sahaquiel, antes que nada os doy la bienvenida a este blog y os agradezco enormemente vuestros más que interesantes comentarios con todo lo que eso conlleva de soporte y aliento para seguir construyendo este espacio de comunicación y participación.
También agradezco los correos privados, en especial el de Arlequín, quien nos ha remitido un esbozo de un trabajo de investigación heráldica sobre el que está trabajando y que va a ser una contribución periódica que este joven corresponsal va a hacer en este blog, el cual, estoy segura, nos va a transportar a lugares insospechados.
Este blog no pretende sino navegar por todos los mares, describir paisajes del alma, y transportar a bordo a todos los navegantes que les interese descubrir y explorar tierras vírgenes.
Aquí no se van a forzar nunca las cosas, sino que se tratará de encontrar los vientos favorables que empujen esta nave, imitando así la estrategia de Ulises cuando toma la ruta de vuelta a Itaca, con la única orientación de mantener visible en todo momento a la Polar como guía de su viaje.

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Mahatma dijo...
Hermoso post, Núria!
Un placer conocer este espacio. Voy a visitarte seguido.
Saludos!
M.

.•.

Núria dijo...

Mahatma: Es para mí muy gratificante que alguien que tiene un blog tan bello y bien construido como el tuyo se haya acercado hasta aquí para dejar tan cálidas palabras, las cuales te agradezco enormemente. Por supuesto cuento con tu presencia en este espacio.
Saludos.
N.

.•.


Dédalus dijo...

Buena entrada, Núria. Algo que siempre me agrada es estacionar en esos escritos que parecer ir cayendo irremediablemente hacia el teclado y estar condenados al olvido. Un día tuvieron fuerza, fueron leídos y en ti produjeron una juerga de ilusión cuando le diste a editar. Por eso estoy aquí, y recién leído lo de los símbolos, te dejo un beso y una flor traída (si no desde mi ventana) desde mi alféizar.

Texto publicado y comentado originalmente en sábado, 6 de Octubre de 2007.

domingo, 11 de octubre de 2009

Viaje de los Hieroglyphica. De Andros a la Toscana (Florencia)



Sexta y Séptima Etapa



Me encuentro en la ciudad de Florencia, sin duda el escenario ideal para concluir mi relato sobre Hieroglyphica, el pequeño tratado de Horapolo del Nilo conteniendo las claves con las que penetrar en el lenguaje sagrado del sacerdocio egipcio. Una obra que permaneció desaparecida hasta el siglo XV, cuando un navegante erudito, Cristóforo Buondelmonte, compra el manuscrito en Andros, la “isla verde” del Egeo, trayéndolo hasta esta ciudad donde lo recibirá Marsilio Ficino.

La evocación sonora de “Isla Verde” despertó en mí la remembranza de una geografía mítica, pues es uno de los nombres que recibe la mágica ciudad celeste, a la que se llega a través de un viaje por espacios y tiempos distintos donde se liga con otros estados más sutiles de uno mismo.

“La utopía supone un viaje, imagen de la aventura del Conocimiento. Se trata de descubrir un nuevo mundo, otra realidad distinta a la anterior. Este cambio implica una transmutación, o sea la adaptación a otra forma de vida propia del Hombre Nuevo. Cuando se descubre que la Utopía hermética es real, es que comienza a encarnarse en verdad. El viaje ha llegado a su fin, se ha descubierto la isla. Sólo falta un segundo tramo, la exploración de su territorio, el asombro de las buenas nuevas, la necesidad de seguir conociendo.”
Por ello es que de pronto al oír el nombre de “isla verde” asociado a Andros lo consideré una señal a seguir y un enigma a resolver aquellas preguntas que Federico González, autor de la sintética cita anterior, había dejado pendiendo de un hilo que como el de Ariadna me dio la estrategia para afrontar la pesquisa:

“¿Quién es Cristóforo Buondelmonte que la compra en la isla de Andros en 1416 y la lleva a Florencia?
¿Por qué en esa isla?
Muchas cosas llamativas se entretejen en el Renacimiento, de tipo mágico-hermético, en relación con Marsilio Ficino y sus compañeros de la ciudad celeste, como proyección hacia el futuro de la antigüedad clásica y de su antecedente cultural, la civilización egipcia.”
Dejo para otra ocasión contar una anécdota sorprendente que me sucedió durante el regreso en el Ferry de Andros a El Pireo, el puerto de Atenas. El hecho está relacionado con Stela y Nelson, los compañeros argentinos con los que hice el trayecto de ida y vuelta por las aguas del Egeo, y con la poetisa Safo, llamada por Platón nada menos que “la décima musa” y cuya vida transcurrió en las islas griegas entre los siglos VII y VI a. C., la cual curiosamente tuvo por marido a un hombre de Andros.

La importancia del manuscrito de Horapolo me obliga, en esta ocasión, a centrar la atención sobre él, pues se trata de un texto excepcional donde están contenidas ciertas notaciones que desvelan la profundidad y complejidad de la lengua sagrada del sacerdocio egipcio y nos lleva a consideraciones muy íntimas con las palabras.

Aquí, en la ciudad del Arno, cuando Ficino, el mayor impulsor del Renacimiento, recibe el pequeño tratado del siglo V (que como dije en la primera etapa de este viaje, es una traducción griega realizada por un tal Felipe, quien se basa en una obra mucho más antigua escrita en copto), enseguida comprende que está ante un texto de un valor fundamental, puesto que es un libro completo, no fragmentado y por tanto único en su género, escrito por Horapolo, nombre que identifica con Horus y Apolo, las dos divinidades solares de Egipto y Grecia, lo que significa que bajo ese nombre hay una escuela o entidad filosófica.

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El tratado de Horapolo, no contiene imágenes, sino 189 descripciones de imágenes, y en él se exponen de forma muy concreta los conceptos que traducen el sentido misterioso de la escritura sagrada que tenían los antiguos egipcios. Es la escritura que conocemos como jeroglífica nombre que procede del título del libro de Horapolo, o sea: Hieroglyphica.

Otros autores, cuyas obras no han sido nunca halladas y sólo aparecen citadas en las de otros autores, también realizaron trabajos del estilo de los Hieroglyphica de Horapolo, sus nombres son Manetho, Bolos de Mende, Apión y Cairemón (de este último tenemos un título: “Escritura Simbólica de los Antiguos Egipcios”).

En estas 189 descripciones (divididas en dos partes, dicen que posiblemente la unión de dos manuscritos) Horapolo explica qué quieren decir los sacerdotes egipcios cuando pintan un halcón, una serpiente alada, un pebetero ardiendo, dos pies juntos, un ibis, un corazón suspendido de una tráquea…


También explica Horapolo en su tratado cuáles son los jeroglíficos con los que escriben conceptos como eternidad, alma, tiempo, amor, corazón, universo, año, año en curso, placer, unión sexual, educación, letras egipcias, escriba sagrado, magistratura, juez, pureza, bondad, hombría, conocimiento, gratitud, hombre todavía no formado, impío, miembro viril de un hombre, matrimonio, unigénito, hijo, falta de voz, rey muy poderoso, Señor del mundo, Todopoderoso, Egipto, hombre que no viaja, origen antiguo, alma que pasa un largo tiempo en la tierra, lo imposible, una estrella, la luna, astrónomo, hombre que conoce los fenómenos celestes, viento, fuego, hombre vencido por inferiores, hombre que vence a su enemigo, mujer embarazada, hombre que tiene relación sexual con su mujer, mujer que aborta, mujer que amamanta y cría, mujer que ha dado a luz una sola vez, hombre fecundo, enfermedad, hombre que se cura a sí mismo según la respuesta del oráculo, hombre que prevé su sepultura, hombre que nace al principio amorfo…

He dejado aquí esta muestra pues considero que la estricta relación de estos conceptos es todo un viaje intelectual y de evocación que sugiere muchas ideas.


Una mirada atenta al libro de Horapolo y quedan fuera de juego todas las opiniones que pudieran considerar los jeroglíficos egipcios un lenguaje en ciernes, o sin desarrollar. Muy al contrario, uno se da cuenta de la amplitud de esta lengua sagrada cuyo poder de evocación nos conduce de lo concreto a lo múltiple y de lo diverso a lo sintético, desplegando su comprensión varios niveles de lectura.

Si ponemos en orden ciertos datos históricos que tienen que ver con los representantes de la Filosofía Perenne, vemos que tanto Platón, Cicerón, Plinio, Plutarco y otros, enseñan que la lengua se origina entre el sacerdocio egipcio, quien la inventa como soporte para la remembranza, y comentan que los griegos más sabios y eruditos acudían a la tierra de Egipto para aprenderla.

Por consiguiente el tratado de Horapolo es fundamental para penetrar adecuadamente en su estructura, que por otro lado es análoga a la de otras lenguas también sagradas, como lo demuestra el que los jeroglíficos Mayas y Aztecas fueran interpretados por Diego Valadés a partir de compararlos con las descripciones de Horapolo. Así llegó este fraile a hacer del calendario azteca un método del arte de la memoria.

Me doy cuenta de que restituir el significado esencial de una lengua sagrada dentro de nosotros, es decir “comprenderla”, no es sino recuperar la propia herencia intelectual-espiritual contenida en ella. Sagrado no en el sentido religioso, que es el que siempre se está inclinado a imaginar, sino en el verdadero, el sentido intelectual que es aquella perspectiva que nos muestra los distintos planos de la realidad y nos enseña a distinguirlos y jerarquizarlos dentro y fuera de nosotros.

Los niveles en que está redactada una lengua sagrada, son cuatro: lectura literal, lectura alegórica, lectura esencial o sintética y lectura arquetípica. Que se corresponde en distintas cosmogonías con el estado profano, el de aprendiz, compañero y maestro, respectivamente.

Ahí donde los iniciados y sacerdotes saben ver el sentido metafísico y trascendente de un símbolo, o un jeroglífico, otros leen reglas morales, normas jurídicas, costumbres o dataciones que les sirven perfectamente para ordenar la vida social y la cotidiana.

Herodoto es muy claro al precisar que,

“hay entre los egipcios dos clases de escritura, una sagrada y otra popular, la primera es la hieroglifica, se trata de la lengua que viene de Thot a quien el divino Platón denomina Padre de las letras.”


Ficino, el depositario y divulgador del manuscrito de Horapolo, también conocía por Plotino, a quien traduce, y por otros escritos, que los egipcios en lugar de utilizar en su escritura el argumento discursivo, habían descubierto el medio de plasmar conceptos mediante imágenes.

Escribe Ficino:

“Los sacerdotes egipcios al querer traducir los misterios divinos, no utilizaban los pequeños signos del alfabeto, sino figuras completas de hierbas, de árboles, de animales; ya que Dios no posee el conocimiento de las cosas como un discurso múltiple que a ellas se refiera, sino como una forma simple y estable (…) copias de las ideas divinas en las cosas".

La estructura de la obra de Horapolo es clara y precisa. En primer lugar expone, de forma titular, la idea que quiere explicar y a continuación indica cual es el jeroglífico con el que los egipcios escriben el concepto, dando las razones de que sea así. Por ejemplo, dice Horapolo:

“Cómo representan coraje.
Cuando quieren expresar coraje pintan un león; pues este animal tiene la cabeza grande, las pupilas como el fuego, la cara redonda y en torno a ella cabellos semejantes a rayos como imitación del sol, por lo cual también ponen leones en el trono de Horus, mostrando referido al dios el símbolo del Animal. Horus es el sol porque domina sobre la horas”.
Sin embargo, no es tan simple como parece a priori y algunos incluso no sobrepasando el nivel literal se han adelantado a calificar el tratado de Horapolo de obra pueril. Contrariamente a esa opinión la escritura jeroglífica es de una gran complejidad y está llena de recursos que se encadenan unos a los otros de forma sorpresiva. Una idea la da el saber que la figura del león también se usa para describir otros conceptos, incluso sin relación aparente, por ejemplo: fuerza física, guardián, temible o crecida del Nilo, y así sucede con diversas figuras jeroglíficas.

Sigue Horapolo:

“Cuando quieren expresar fuerza física pintan la parte delantera de un león, porque son los miembros más vigorosos de su cuerpo”
“Para escribir vigilante, y también guardián, pintan una cabeza de león, pues el león tiene cerrados los ojos mientras está despierto y en cambio cuando está dormido los tiene abiertos, lo que es señal de vigilancia. Por este motivo junto a las cerraduras de los templos se ponen leones, de modo simbólico, como guardianes”
“Para expresar temible pintan el mismo signo, porque siendo este animal el más poderoso, hace temer a todos los que lo ven”.
“Para representar la crecida del Nilo pintan un león…, porque el sol, cuando está en conjunción con el león hace mayor la crecida del Nilo de modo que mientras está en este signo, a menudo se desborda el doble del agua nueva, por lo cual los antiguos maestros de las obras de los templos construyeron con forma de león los tubos de los conductos de las fuentes sagradas…”

Efectivamente las descripciones que hace Horapolo de estos jeroglíficos son figuras que se encuentran pintadas en los muros de los templos y palacios, en las paredes de las tumbas, sobre los ataúdes de las momias, en sus amuletos, en bajorrelieves y papiros. Es natural por tanto que el manuscrito de Horapolo fomentara el interés por Egipto y por su arqueología que experimentó un auge que no ha terminado, aunque esto se vio aumentado cuando surgió la imprenta, pues al principio el manuscrito sólo circuló en el entorno de Ficino.

Cuentan los cronistas de la época que la publicación del manuscrito fue un rotundo éxito editorial, con cinco ediciones, todo lo cual se vivió como una fiebre por recuperar cualquier cosa de Egipto, especialmente manuscritos y papiros.
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Vemos en su estructura que esta lengua sagrada toma en cuenta muchos elementos simbólicos, también de tipo sonoro y gestual (no es lo mismo dibujar un campo cultivado, que uno que no lo está). Tampoco está representado siempre lo evidente. Este es el caso del jeroglífico de la luna que no representa a la luna, sino una medida astronómica y de tiempo. La luna con los cuernos arriba es un mes, y hacia abajo la mitad de un mes. También puede estar indicando este jeroglífico dentro del contexto, la idea de fracción, división, ruptura. Tal vez por ello Thot, que además de donar la escritura es también medidor del tiempo, fuera considerado al principio como un dios lunar.

Existe en la composición de esta escritura lo que se llama paranomasia o juego de palabras; en ello participa su acroligia, o sea, permutación del valor numérico de los primeros sonidos (o iniciales) o el número de orden que ocupan en un texto. También cuentan las asociaciones de palabras homófonas o de semejanza fonética (sonidos similares pero que quieren decir cosas distintas) cuya interpretación debe hacerse en base  a su simbolismo fonético. Ese es el caso también de Mori: León y More: Esplendor.

Asimismo deben considerarse las repeticiones de imágenes y ante qué forma se repiten éstas. Hay jeroglíficos que se interpretan por una de estas reglas estructurales y otros, más complejos, que combinan varios procesos al mismo tiempo.

El Caballero Goulianof, misterioso autor de un opúsculo del siglo XIX (seguramente miembro de la Masonería rusa), después de estudiar el libro de Horapolo y apuntar ciertas ideas en esta dirección, llega a la conclusión de que
 “la lengua hermética, conocida con el epíteto de lengua sagrada de los egipcios, es una lengua de construcción llena de fórmulas que son representadas adecuadamente en escritura jeroglífica”.
Ilustrativo al respecto es también conocer que los egipcios para escribir boca dibujaban una serpiente, y que tanto para decir boca como serpiente empleaban un sonido casi idéntico. La razón de este ideograma es que la serpiente tiene en la boca toda su fuerza, como la palabra que sale de la boca. De ese simbolismo sonoro procede la letra S, que se pronuncia aun en nuestras lenguas de forma vibrante, evocando ese sonido la naturaleza de la serpiente.

Otro dato ilustrativo acerca de esta escritura viene dada al saber que los sacerdotes ponían a los reyes impíos e injustos un epíteto cuyo ideograma es un haba (o tal vez una alubia o frijol).

La razón subyacente es precisamente su simbolismo sonoro ya que la palabra rey se pronuncia orpco y haba orpo. A su vez el haba, que era considerada un vegetal impuro (a pesar de considerarse una legumbre saludable) se pronuncia attotbo que se relaciona con attoubo, que significa impuro, sucio, impío, profano.

Después de esto no es difícil imaginar que en este jeroglífico se encuentra el “enigma del haba” entre los pitagóricos, pues sabemos por Jámblico que éstos las detestaban y decían que preferían morir antes que comerlas o cruzar por un campo sembrado con este grano. Es evidente que estamos ante una explicación literal y profana, y que la verdadera razón de su animadversión está en su sentido simbólico. Es decir que preferían morir antes que revelar los secretos de su lengua. Mantenerlos a buen recaudo de los ignorantes y profanadores para que pudieran seguir siendo esta escritura un modo de acceder a los misterios más profundos de la cosmogonía y la teología. Efectivamente de no ser así Aristóteles no se hubiera esforzado en transmitir esta rareza contradictoria del sacerdocio egipcio.

 

Otra página que quiero destacar de Hieroglyphica es aquella donde Horapolo explica que los sacerdotes:

“Cuando quieren escribir ‘corazón’, pintan un ibis. Pues el animal está íntimamente unido a Hermes, señor de todo corazón y raciocinio, porque también el ibis, en sí mismo es semejante al corazón, sobre el cual se cuentan entre los egipcios numerosos relatos”.
Plinio, que también habló de ello señala que cuando pintaban esta ave, los egipcios significan el corazón del hombre y lo dedicaron a Mercurio, a quien tenían por presidente y gobernador de las palabras y los conceptos del corazón.

Por su parte Plutarco, en su libro “Isis y Osiris”, añade que el Ibis representa a Thot,

“que es la primera letra de su alfabeto, pues de este dios viene toda inteligencia y memoria. Ya a él estaba consagrado el lenguaje de los jeroglíficos, pues se supone que todo conocimiento real llega del corazón y vive en él. La verdadera belleza brota del corazón de los seres. El jeroglífico que expresa la bondad, la belleza, la música y la eterna juventud es Nefer. Es –ya nos lo advirtió Horapolo– un corazón del que surge la tráquea. La voz que surge del corazón de la vida, la belleza y la bondad”.
Este jeroglífico es Nefer, significa el corazón del que surge la tráquea. Tiene la forma del laúd, instrumento musical que armoniza la melodía a través de las cuerdas, igual que las cuerdas vocales llevan la voz por la garganta desde el corazón.

El mismo nombre de Egipto significa “Corazón en llamas” y para escribirlo pintaban un pebetero ardiendo y encima un corazón, indicando que así como en el corazón el sebo se abrasa continuamente, del mismo modo Egipto, por el calor, produce continuamente los seres vivos que están en sí.

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Antes he dicho algo sobre el jeróglifico de la serpiente, Horapolo lo amplía diciendo que el Uroboros es el símbolo con el que escriben eternidad.

Marsilio Ficino observa a través de esta descripción que hace Horapolo que los egipcios tienen del tiempo un concepto cíclico y que “por una suerte de revolución unen el fin con el comienzo (…) El egipcio resume todo este discurso en una figura única y estable, al pintar una serpiente alada que introduce la cola en su boca. Y lo mismo puede decirse sobre las demás figuras que describe Horapollon”.

Sigue Horapolo:

Para representar eternidad escriben un sol y una luna porque son elementos eternos. Si quieren escribir eternidad de otra forma, pintan una serpiente con la cola escondida debajo del resto del cuerpo, que los egipcios llaman ureo y en griego es basilisco”.
La Serpiente como símbolo cósmico es una idea hermética que choca con lo que habitualmente se da por sobreentendido. Pues para los sacerdotes egipcios “la serpiente es un símbolo celeste en el que sus escamas representan las estrellas del Universo, cada año quitándose la piel vieja se desnuda como el año en el universo. Cambiándose se rejuvenece. El que la serpiente use su propio cuerpo como alimento indica que todo cuando se produce en el Universo por la providencia divina también tiende a resolverse a sí mismo”.



Para Athanasius Kircher el sistema de la escritura jeroglífica es sublime, la cual mediante un encadenamiento ingenioso de símbolos propone de un solo golpe de vista a la inteligencia comprender cuestiones que tienen que ver con lo divino y el mundo trascendente. Exactamente dice:

“...son ciertamente una escritura, pero no la escritura que se compone de letras, palabras y determinadas partes del discurso que utilizamos habitualmente. Son una escritura mucho más excelente, sublime y próxima a las abstracciones, la cual, mediante un encadenamiento ingenioso de símbolos y su equivalencia, propone de un solo golpe a la inteligencia del sabio un razonamiento completo, elevadas nociones o algún insigne misterio escondido en el seno de la naturaleza”.
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A los humanistas y neoplatónicos que a diferentes niveles se impregnaron de un auge renovador, que paradójicamente había nacido de volver la vista al pasado, en este caso sintiéndose herederos directos de las enseñanzas egipcias reveladas por el último sacerdote del templo de Isis y Osiris, se les abrió un mundo de formas expresivas, es decir, un nuevo lenguaje ideogramático con el que expresar lo inexpresable, y por tanto muy superior al lenguaje discursivo, sujeto como está a normas gramaticales y fonéticas, incluso de gustos, modas o estilos, todo ello propicio a degenerar en simple retórica.

Durero, Alciato, Cesare, Piero Valeriano, Jhon Dee, Michael Maier, Robert Fludd, Alberti, Boticelli, Tiziano o el Bosco son los más representativos de todos aquellos que ponen imágenes, es decir dibujos, a las descripciones de Horapolo. Aunque unos lo hacen de forma sistemática y otros tomen alguna de las 189 representaciones simbólicas, todos se sirvieron de los códigos simbólicos que descifraban a la luz de las interpretaciones del Hermetismo vertidas por Platón y la escuela de Ficino, siendo así como asumen y transmiten la herencia de la sabiduría egipcia.

Los ideogramas que se ven en esta entrada pertenecen la mayoría, a uno de los manuscritos que se realizaron ilustrando las imágenes descritas por Horapolo en su Hieroglyphica. Concretamente este que yo he manejado es una edición de 1599, con el texto escrito en griego y latín. Aunque también he visto el que utiliza Jesús María González de Zárate en su edición castellana. Ambos tienen imágenes muy similares, como es natural, pues tratan de dibujar lo que describe el texto de Horapolo.

Nace así la Emblemática, constituyéndose las imágenes simbólicas -cargadas de sentido- en pequeños tratados de memoria. Con ello el lenguaje alquímico encuentra su forma de expresar los procesos de la transmutación. Pues como acuñarán: “La alquimia imita a la naturaleza en su forma de operar”.

Michael Maier, creador de la obra más representativa, o en todo caso más conocida de la Alquimia, compondrá un libro de ideogramas titulado: "Atalanta Fugiens", que consta de un lema, un epigrama y una partitura musical, o sea que añade al texto y la imagen una musicalidad, dando origen así a los actuales modelos audiovisuales.

Maier se declara amigo de la Orden Rosacruz y opina que los mitos egipcios y griegos son alegorías del trabajo alquímico. Los emblemas creados para "Atalanta Fugiens" ilustran un acápite de las "Metamorfosis" de Ovidio, donde se narra al modo de los griegos las aventuras del alma en pos del Conocimiento. Estos emblemas empleados por los alquimistas constituyen un discurso propio de la Ciencia Sagrada, criptogramático y entretejido de analogías y correspondencias que el lector debe ir conjugando para alcanzar a comprender su significado. Desde otro punto de vista, que no se opone, son obras de una preciosa composición artística e innovadora. Algo que le ocurre al árbol cuando toma de la raíz la fuerza para dar a luz las ramas nuevas. Un símbolo que le vendría muy bien recordar al mundo moderno cuyas sociedades avanzadas e informatizadas son las más desarraigadas de la verdadera intelectualidad de toda la historia humana. Núria.
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Séptima Etapa


aseo por estas calles de viejos adoquines de la Florencia Medieval: San Maniato al Monte, la Santa Croce, la tricónica Santa María del Fiore con la famosa cúpula de Brunelleschi (donde en la pared izquierda de la nave central está retratado Dante en una pintura famosa de Domenico de Michelino, y en la otra pared, enfrente del mismo, un busto de Marsilio Ficino debido al escultor A. Ferrucci), la iglesia de la Santissima Annunciata, Santa María Novella (donde también figuran Ficino, Landino y Poliziano en una pintura de Ghirlandaio)…, preciosas joyas arquitectónicas realizadas con bloques marmóreos blancos de Carrara entremezclados a franjas, con otros verdes, procedentes de Prato, ciudades ambas de la dulce Toscana. De sus montañas se ha extraído parte de la historia artística tanto escultórica como arquitectónica de esta ciudad florentina, y también de Siena, incluso del resto de Italia y de Europa.

Mosaico donde aparece Hermes Trismegisto con Moisés y la Sibila. Duomo de Siena

Precisamente en la catedral de Siena, que algunos consideran la culminación arquitectónica del periodo gótico italiano (estilo diferente al de otros países de Europa), se encuentran los pavimentos marmóreos más impresionantes que seguramente habrá hecho mano humana, entre ellos el famoso mosaico tantas veces reproducido donde se ve a Hermes Trismegisto junto a Moisés y la Sibila. Este pavimento se encuentra a la entrada de la nave principal, junto a la pila bautismal. Es el primero de una serie de 35 mosaicos admirablemente trabajados con la técnica de la incrustación del mármol y cuya factura llega incluso al detalle más delicado, como la realización de puntillas y encajes en los vestidos realizados a base de incrustar piezas menudísimas de mármol de distintas tonalidades, creando así una filigrana de pliegues y adornos en la ropa. Beccafumi fue el inventor de esta técnica, entre 1517-1546, aunque hicieron falta casi dos siglos reuniendo a los mejores artistas italianos, para terminar su proyecto.

Las montañas de la Toscana en la actualidad siguen siendo enormes canteras marmóreas. Son montes rocosos que aparecen a la vista del viajero blanquísimos entre los verdes cipreses increíblemente arquitectónicos, hermosos, altos y esbeltos, esculpidos como si fueran columnas corintias por su delicadeza. Verdaderamente los cipressino son el horizonte que corona el paisaje de la Toscana, maravilloso y teñido de dorado en el trayecto que hago de Florencia hasta Siena, a sólo 50 kilómetros en coche.


Los "Cipressino", Pienza (Siena) Foto Paolo Busato

De nuevo en Florencia, me resulta completamente mágico y fuertemente atractivo caminar por esta ciudad de la Toscana por la que fluye apaciblemente el río Arno, e ir pensando que durante una época Florencia (cuyo nombre precisamente significa “La destinada a florecer”) fue el centro intelectual más importante desde el cual “saltó la chispa” que incendiaría el resto de Europa y que provocaría un resurgir de la Tradición Primordial, al heredar su escuela platónica la antigua sabiduría, tanto filosófica como teúrgica y del esoterismo cabalístico y cristiano, asimilando sus impulsores las corrientes llegadas de Bizancio, pues como todos los grandes iniciados Marsilio Ficino supo ver en ellas distintas formas de expresión de una misma Sabiduría, donde la Belleza es considerada un reflejo de lo Verdadero. A ese movimiento sísmico e intelectual se llamó Renacimiento justamente porque todo renació de nuevo.
Entrada a Villa Careggi

A la puerta de entrada de Villa Careggi, la propiedad donde los Medici crearon la Academia platónica que dirige Ficino, trato de imaginar los carruajes cruzando entre las dos estatuas de leones que la flanquean. En ellos llegaría Cristóforo Buondelmonte con el manuscrito de Horapolo, o Pico de la Mirándola, Angelo Poliziano, Cristóforo Landino, y claro está el propio Marsilio Ficino, el representante más destacado de esa corriente, quien logró la síntesis entre el cristianismo con la filosofía de Platón y Hermes Trismegisto.

Aquí, en este preciso espacio geográfico en el que me encuentro, Ficino, rodeado de un nutrido grupo de intelectuales, sabios y metafísicos, artistas, astrónomos y artesanos, laicos o pertenecientes a la iglesia, recogía todos los documentos que llegaban, los traducían, conservaban y difundían sus saberes.

Durante estos días y viendo las representaciones pictóricas y los retratos o esculturas de muchos de ellos expuestos principalmente en la Galería de los Uffizi, no puedo dejar de pensar en otro personaje insigne dentro de la cadena iniciática, Gemisto Pletón (que figura, junto con todo el resto ya nombrado y muchos más, en la galería de retratos de los Uffizi) quien llegó a Florencia, acompañado de su discípulo el cardenal Bessarión, en el año 1439 procedente de Constantinopla para dar una conferencia, pues se celebraba aquí un concilio muy importante. Dicen que las charlas que dio Gemisto Pletón en esta ciudad calaron muy hondo y fue su calor el que impulsó que se formara la Academia. A él se debe que más tarde Ficino tradujese algunos libros, como el "Corpus Hermeticum", que siglos antes había recopilado el también bizantino Miguel Pselos, otro túmulo de Hermes en este viaje histórico-simbólico.

Ponte Vechio

Sin embargo, no podemos olvidar que para ese entonces Florencia era ya la ciudad de Dante, cabeza de la organización iniciática “Los Fieles de Amor”, hombres de gran ardor guerrero y poético. Ellos ya habían cruzado muchas veces el Ponte Vechio por donde un día pasó también Beatriz para enamorarnos a todos el alma de la Belleza que Dante experimentó al verla. Un escenario y un puente bajo el que sigue pasando el río Arno sobre el que da la ventana de mi habitación. Sin duda estos días pasarán a ser inolvidables para mí, en el auténtico sentido de la palabra. En efecto, no los podré olvidar como tampoco olvidaré los días pasados en la verde isla de Andros. En ambos lugares la Memoria se ha hecho presente en mí, y quieran sus hijas, las veneradas Musas, se retenga por siempre en mi alma. Núria.


Desde mi ventana el río Arno y las doradas colinas de Florencia, bajo un cielo de turquesa.
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Texto y fotos Núria, blogger de "Desde Mi Ventana"

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