Esta bellísima escultura que os muestro en la pinacoteca simbólica de hoy es una representación de la diosa Afrodita. Se trata de una copia romana de un original griego del siglo IV a. C.
En torno a esta figura hay una gran historia, una historia que ha recorrido el arte occidental y la literatura clásica, pues de ella se han hecho múltiples copias y versiones tanto escultóricas, pictóricas, como narrativas. En verdad el interés por esta imagen no es únicamente artístico o arqueológico sino que principalmente es histórico y simbólico porque nos habla del mito y del arquetipo que nos ha modelado a nosotros mismos, es decir al occidente actual.
De esta antigua y bella estatua nos
interesa rescatar una herencia cultural, herencia psíquica y espiritual que nos
pertenece por lo que prescindir de su riqueza no es opcional para nosotros.
Comenzaré
por contar que el artista que la creó fue Praxíteles, uno de los más
reconocidos escultores de la antigüedad del que se decía que estaba dotado de
la gracia para esculpir el mármol dando a su estatuaria formas sensuales y
menos estáticas a las que se hacían hasta entonces
En cuanto a
la modelo que le sirvió para representar a la diosa su nombre es Friné, una
joven participante en los ritos de la diosa Deméter, una celebración anual de
iniciación. Nos referimos a los famosos Misterios de Eleusis, ritos de
evocación a la diosa madre y a de su hija Perséfone.
Precisamente
fue durante las fiestas eleusinas, las más importantes de la antigua Grecia,
cuando Praxíteles vio a Friné saliendo de las aguas del mar y mostrando
su escultórica belleza ofreciendo a los ojos del artista la imagen de la propia Afrodita. Ese encuentro entre la joven Friné y el escultor tuvo lugar en el puerto natural de
Fáliro, al sur de Atenas, donde los participantes que formaban la procesión
ritual que iba de Atenas a Eleusis, se purificaban en las aguas.
Lo cierto es
que Friné aceptó ser la modelo de Praxíteles para representar a la diosa
Afrodita tal cual la vio el artista: desnuda y saliendo del mar. También la esculpió
vestida y ambas esculturas fueron adquiridas por dos pueblos distintos para depositarlas
en sus respectivas ciudades. Los ciudadanos de la isla llamada Cos, aunque en
la antigüedad tuvo otros nombres, compraron la estatua de la diosa vestida, la
cual ubicaron en uno de los templos de adoración a la diosa. Y la ciudad helénica
de Cnido, en Caria, Anatolia, compró la estatua de la diosa desnuda, que ubicaron
en un santuario consagrado a Afrodita.
Debemos
saber que los templos en esa época eran centros neurálgicos de mucha atracción,
pues eran lugares de peregrinación, de encuentro y de todo tipo de
transacciones y comercio; ejemplo de ello es Delfos, el famoso santuario de
Apolo donde incluso se acuñaba moneda. La bellísima escultura de la Afrodita de
Cnido cobró gran fama y atrajo una gran afluencia de público deseosos de admirar
la belleza desnuda de la diosa, ya que esta escultura se constituyó en el primer
desnudo femenino de nuestra historia, todo lo cual contribuyó a hacer de Cnido una
ciudad próspera.
Dicha
estatua pereció en un incendio, pero se habían hecho tantas copias de ella que
hoy en día podemos imaginarla perfectamente tal cual era en origen. Actualmente
la figura se conoce como “la Venus de Cnido”.
Plinio el
Viejo, en su Naturalis historia, XXXVI, 4.20, alude a Praxíteles y a su escultura
en los siguientes términos:
«Hemos mencionado la estatuaria en la época de Praxíteles,
quien se superó en la gloria del mármol. Sus obras se encuentran en Atenas, en
Cerámico, pero por encima de todas las obras, no solamente de Praxíteles sino
de toda la tierra, está la Venus; muchos han viajado a Cnido para
contemplarla.»
Sin embargo no
todos estuvieron de acuerdo en que la figura de la diosa se exhibiera desnuda y
mucho menos que se equiparara a Friné con de la diosa, pues consideraban que una
hetera que impúdicamente había comerciado con su cuerpo era indigna de equipararse
a una diosa, por lo cual muchos creyeron que Friné había profanado el culto de
Deméter por lo cual acabó siendo acusada formalmente de impiedad en el areópago,
un delito muy grave en esa sociedad, pues estaba castigado con la pena de
muerte. La acusación fue “haber profanado la sacralidad de los misterios de Deméter”.
"Friné ante el Areópago" (1861), Jean-Léon
Gérôme Galeria
Hamburger Kunsthalle en Hamburgo, Alemania
Durante el
juicio su defensor en el areópago fue Hipérides, un discípulo de Platón y un
orador y defensor excelente, según se sigue en su obra. Este, cuando todo parecía
estar en contra de Friné, le arrancó la túnica, mostrándola desnuda ante los
jueces a quienes les preguntó si no veían en ella los rasgos de la diosa de la
belleza descritos por los poetas, y asimismo si eran capaces de afirmar que
aquel cuerpo no había sido esculpido por los propios dioses, y que siendo así nadie
tendría derecho a destruirlo, pues si lo bello es lo bueno y verdadero, la contemplación
de la belleza no puede merecer castigo alguno. El tribunal no pudo sino
reconocer que Friné era un monumento vivo de la diosa y la absolvieron
Este juicio se convirtiendo en uno de los procesos más famosos de nuestra historia, junto al de Sócrates. Efectivamente historiadores y poetas se han hecho eco de este juicio destacando el discurso de Hipérides y su elogio a lo bello, justo y verdadero. Los pintores y artistas en general, también representaron a Afrodita-Venus con esa imagen icónica de la diosa saliendo del mar, es el caso de la Venus Anadyomene, tantas veces representada siempre saliendo de las olas, de hecho, como nos informa Adara Mª Ariza en su cuaderno sobre Venus-Afrodita
“con este nombre se conoce, ya desde la Antigüedad, una obra desaparecida de Apeles que representaba a Afrodita saliendo del mar. De hecho, Anadyomene significa, en griego, «saliendo»”
La leyenda
de Friné tiene un epilogo, parece que ella recibió de Praxíteles como pago a su
posado una estatua de Eros que ella misma había escogido y que para Praxíteles
era la más valorada. Ella la regaló a Tespia, su ciudad natal que colocaron la escultura
en un santuario, siendo la atracción de muchas gentes que tenían interés por
ver la obra del gran escultor, y eso convirtió Tespia en una ciudad atractiva,
la más importante de Beocia. Por esa razón las gentes del lugar festejaban el
recuerdo de Friné, pues gracia a su lascivia les había procurado fortuna por lo
que el regalo de Friné fue considerado fruto de una prostitución sagrada.
Como diría Cicerón,
“hay diferentes Venus, la de arriba y la de abajo, y entremedias distintas otras”. La de arriba es uránica, pertenece al cielo y sensualmente atrae a las almas hacia el Olimpo de los dioses, la otra es la Pandemos, la que se acerca al hombre para escuchar sus cuitas y aliviar sus sufrimientos.
Y citando
nuevamente a Adara:
la belleza del desnudo femenino nos remite de forma eficaz y sugerente a la Belleza de la Esencia divina, mientras que la pasión que provoca alude al deseo por el Conocimiento de la Verdad que simboliza esta naturaleza de la diosa. Es decir, la sensualidad, o incluso erotismo, que transmiten la mayoría de las Venus que conocemos, viene a simbolizarnos el arrobo que siente el alma cuando encuentra lo que andaba buscando, es decir, cuando logra alcanzar el mundo de las Ideas Eternas. Mª Ángeles Díaz
VER MÁS SOBRE EL TEMA DE AFRODITA-VENUS:
Federico González Frías. Venus. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos:
https://diccionariodesimbolos.com/venus-afrodita.htm#diccionario
Adara Mª Ariza Díaz, Cuadernos de la Tradición Unánime. Biblioteca Hermética.com
https://www.bibliotecahermetica.com/2019/08/afrodita-venus-adara-m-ariza-diaz.html
Y también en: https://nacimientovenus.blogspot.com/
Mª Ángeles Díaz "En Pos de Deméter" En la Revista Symbolos, 27-28. En la Librería Dos de Enero y en la Biblioteca Hermética en PDF y Podcast en el Canal La Memoria de Calíope:
https://www.2enero.com/textos/s27demeter1.htm
https://www.bibliotecahermetica.com/2019/08/demeter-simbolos-y-ritos-de-la-diosa.html
https://www.youtube.com/playlist?list=PL0hwrcsSfC7JRV5JoZpL-Dt8AxCKQhCxn
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