jueves, 23 de junio de 2016

El Poeta, creador del Ser del Mundo

Lámina Tarot de Durero

La inspiración poética, aquella que proviene de las Musas, es un don divino que recibe aquél ser humano que logra concentrar todas sus energías en atraer hacia sí las fuerzas universales, conciliarlas en su alma acompasándose a su ritmo tal y como lo haría una seguidora de Astarté, esto es elevando los sistros hacia el cielo para despertar con su música de enamorada el fuego y la pasión celeste.

Esa es la vía que emplea el poeta que, como dice Platón en el Ion y nos recuerda Federico en su Diccionario, no es igual que un rapsoda. 

"jamás será buen rapsodista el que no tenga conocimiento de las palabras del poeta" 
Cartel Feria de Praga, 1926. Archivo dmiventana.


Efectivamente, este poeta inspirado del que hablamos tiene más que ver con un soldado de caballería que con un juglar que conoce las palabras y las interpreta. 

"En nombre de los dioses, Ion, ¿cómo, siendo tú el mejor capitán y el mejor rapsodista de la Grecia, andas de ciudad en ciudad recitando versos y no estás al frente de los ejércitos? 
¿Piensas que los griegos tienen gran necesidad de un rapsodista con su corona de oro, y que para nada necesitan un general?"

El poeta cae y se levanta y su constancia y el trato continúo con los seres intermediarios le otorgan al fin el privilegio de entrar en el templo de la Sabiduría y elevarse hacia Dios Padre con el que mezcla sus pensamientos siendo entonces Uno con el Ser del Mundo. 

Para el poeta, igual que para el alquimista, 


"Zeus es el Cosmos y la Providencia única y las leyes del mundo son el pensamiento del dios".


Todas estas citas son palabras de Sócrates en el Ion.

Por su parte, Federico añade que Platón habla:


"a favor de los auténticos poetas con respecto a los rapsodas, tal cual el maestro que escribió la música y el que la ejecuta, pues los poetas se llamaban así y los rapsodas eran los ejecutantes..." (Entrada: Demon (Daimon)).


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martes, 14 de junio de 2016

Himno a las Potencias del Uno y del Todo



Potencias que estáis en mí, cantad al
uno y al todo; concertaos con mi voluntad
potencias todas que estáis en mí:
santo conocimiento, iluminado por ti, a
tu través, canto a la luz inteligible y me
regocijo en la alegría del pensamiento.

Potencias todas, cantad conmigo. Y tú
también, templanza, canta conmigo. Mi
justicia canta a lo justo a través de mí.
Mi generosidad canta al todo por mí.
Verdad, canta a la verdad. Bien canta
al bien. Vida y luz, de vosotras procede
la alabanza y a vosotras regresa. Padre,
energía de las potencias, gracias te doy,
Dios, potencia de mis energías. Tu palabra
te canta a mi través, recibe a mi través
el todo en la palabra, como sacrificio verbal.

Estas cosas claman las potencias que hay
en mí, cantan al todo, cumplen con tu
voluntad, tu determinación que viene
de ti a ti vuelve, el todo. Recibe de todas
el sacrificio verbal. El todo que ya está en
nosotros ¡sálvalo vida!, ¡ilumínalo luz,
[aliento vital], Dios! Pues a tu palabra la
apacienta el pensamiento, creador que
aportas el aliento vital, sólo tú eres Dios.

Tu hombre proclama estas cosas a través
del fuego, a través del aire, de la tierra y
de tus criaturas. He obtenido de tu eternidad
la alabanza y, tal como buscaba,
estoy en reposo por tu voluntad. He visto
por tu voluntad. (Corpus Hermeticum,
Tratado XIII, 16 y sig.).

Tomado del Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos de Federico González Frías