martes, 22 de septiembre de 2015

La Tabla de Isis de Pietro Bembo


"La Tabla de Isis"es una placa de cobre rojo rescatada en Roma a un herrero por el cardenal hermetista Pietro Bembo, por lo que se la conoce también como Tabla Bembina. Este la conservó hasta su muerte  pasando luego a formar parte de la colección de joyas museísticas de la casa de Mantua, una colección iniciada y perfectamente catalogada por Isabel d'Este.


A lo largo de la historia han sido varios los sabios y estudiosos que han tratado de explicar las figuras y la composición de este extraordinario documento comenzando por Atanasio Kircher a quien el resto cita en sus trabajos; es el caso del neo-pitagórico Thomas Taylor, entre otros, aportando todos ellos los resultados de sus propias investigaciones.

Un calendario de fiestas, una secuencia que formaría parte de algún antiguo ritual de iniciación egipcio, claves del alfabeto hebreo o enigmas que traducen el simbolismo de los Caldeos son algunas de las conclusiones a las que nos conducen dichos trabajos, siempre puestos en relación con las enseñanzas obtenidas de los textos sagrados. Precisamente Taylor, primer traductor de Platón al inglés, nos comenta:
“Platón fue iniciado en los Grandes Misterios a la edad de 49 años, llevándose la iniciación a cabo en uno de los salones subterráneos de la Gran Pirámide de Egipto. La Tabla Isiaca formaba el altar ante el cual el divino Platón recibió lo que siempre fue suyo y que la ceremonia de los misterios despertó de su estado latente" .

Y puesto que todas las iniciaciones son sólo una, dejemos que Plutarco nos introduzca en los Misterios de Isis,

"Desear la verdad es aspirar a la divinidad, sobre todo la verdad en lo que respecta a los dioses. Este deseo es una especie de admisión a las cosas santas; nos incita a instruirnos sobre ellas y a buscarlas, dirigiéndonos de este modo hacía una actividad más santificadora que toda purificación y toda función sacerdotal, actividad grata, sobre todo, a esa Diosa sabia y amiga de la sabiduría, a la que has rendido un culto especial. En efecto el nombre que lleva parece decirnos que el saber y la ciencia no convienen a nadie más que a ella. Isis es palabra griega, tan griega como el nombre de Tifón. Tifón cegado por el humo de la ignorancia y del error, siendo enemigo de dicha divinidad, no procura más que destrozar y empeñar la palabra sagrada. Pero la Diosa Isis  sabe reunirla en su integridad, mantenerla en su orden y trasmitirla a los iniciados que se consagran al culto de su divinidad". (Los Misterios de Isis y Osiris).

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