miércoles, 20 de mayo de 2020

TRES NUEVOS TÍTULOS EN LA BIBLIOTECA HERMÉTICA.COM

                                             

La Biblioteca Hermética acaba de incorporar tres nuevos títulos a su colección de "Textros de la Tradición Unánime", en PDF gratis, cuyas portadas recogemos aquí, así como el link al post que los acoge en la página de la BIBLIOTECAHERMÉTICA.COM 
https://www.bibliotecahermetica.com/


AURORA, del hermetista cristiano Jakob Böhme 

SOBRE EL ZEN, Mª Ángeles Díaz

CORPUS HERMETICUM. Poimandrés

lunes, 4 de mayo de 2020

GEMISTO PLETÓN, OTRO ESLABÓN DE LA CADENA ÁUREA

Gemisto Pletón (1360-1452), importante eslabón de la «cadena áurea» y cuya efigie podemos ver en la Galería de los Uffizi junto a otros retratos de personajes que consiguieron, remando en una misma dirección, poner en pie las columnas de una Tradición sapiencial y crear con dichos mimbres una utopía que conocemos como el Renacimiento, justamente porque hicieron renacer un espíritu que ha sido el que ha vivificado periódicamente Occidente, que no es únicamente un lugar geográfico, sino un espacio mental, un lugar del alma.

Pletón, que toma su nombre de Platón, es la persona que recopiló, entre otros textos, el Corpus Hermeticum y los Oráculos Caldeos, reunidos y revividos siglos antes por el platónico bizantino Miguel Pselos.

Imposible estar en Florencia y no rememorar la gesta de Pletón cuando, en el año 1442, llegó a esta ciudad en compañía de su discípulo, el cardenal Bessarión, ambos procedentes de Bizancio, ya que habían sido invitados a dar una serie de conferencias en esta ciudad del Arno con ocasión de celebrarse un Concilio muy importante que pretendía encontrar una solución para unificar las Iglesias de Oriente y Occidente, puesto que la división que mantenían no hacía sino debilitar el propio Cristianismo. Un intento que ambos personajes ya habían llevado a cabo anteriormente en Ferrara con el fin de unir la Iglesia Católica Romana y la Ortodoxa Griega.

Dicen que las charlas que dio Gemisto Pletón en Florencia calaron muy hondo entre el público asistente, y que fue el calor de sus palabras el que impulsó a Cosme de Medici a decidirse a crear la Academia Platónica en su villa de Careggi, con el fin de que pudieran reunirse los textos sapienciales que en esa época andaban desperdigados, traducirse, estudiarse y en definitiva salvaguardarlos de las llamas, el extravío y la incomprensión.

Muchos de los textos clásicos que hoy citamos como fuente fidedigna de nuestra Tradición, tuvieron su propio renacimiento en esta villa florentina que bajo la dirección de Marsilio Ficino, máximo representante de esa proeza cultural. 

En su libro, titulado Leyes, Pletón habla de los dioses, es decir- en palabras de Federico González “de la organización de estos o sea del conocimiento de la cosmología y su relación con las almas humanas que ubicadas en el último peldaño de la jerarquía de la inmortalidad deben tomar conciencia del bien divino expresado en el orden perfecto de la creación mediante la verdad y la belleza, invocando a aquellos mediante himnos recitados a lo largo del ciclo anual de un modo rítmico y concentrado, forma de manifestar su entrega absoluta a la deidad”(Utopías Renacentistas).

Sin embargo, no podemos olvidar que para aquel entonces Florencia era ya la ciudad de Dante, cabeza de la organización iniciática de «Los Fieles de Amor», formada por hombres de gran ardor guerrero y poético. Ellos ya habían cruzado muchas veces el Ponte Vecchio por donde un día pasó también Beatriz para enamorarnos el alma de la sensación de Belleza que Dante experimentó al verla, siendo el encuentro con esa joven dama el aldabonazo que le dió la pasión para avanzar en el Conocimiento, tal y como nos refiere él mismo en su libro La Vita Nuova.

Un escenario y un puente bajo el que sigue pasando el Arno, río al que, precisamente, da la ventana de mi habitación. Sin duda estos días pasarán a ser inolvidables para mí, en el auténtico sentido de la expresión. Eso espero, que este recuerdo permanezca siempre vivo, como vivos están los días pasados en la verde isla de Andros. En ambos lugares la Memoria se ha hecho presente en mí, y quieran sus hijas, las veneradas Musas, que se retenga por siempre en mi alma. Ma. Angeles Díaz




sábado, 2 de mayo de 2020

SOBRE LA GENEALOGÍA DE ERIS, LA DISCORDIA


Los dioses no son buenos ni malos, son energías que se manifiestan y que, dependiendo del momento cíclico, son los aspectos negativos los que se revelan con más fuerza que los aspectos positivos, aunque estos últimos siempre están presentes si bien de manera más oculta, por así decir. Depende de la calidad que la naturaleza humana exprese en un momento dado, esas energías podrán manifestar uno u otro de esos dos aspectos.

En este momento del ciclo que estamos atravesando, son precisamente los aspectos negativos los que se manifiestan con mayor intensidad. A ello ha contribuido la conjunción de dos errores, o desviaciones sufridos por la naturaleza humana: el racionalismo y el sentimentalismo, aspectos aparentemente opuestos, pero que a decir de Guénon se complementan para facilitar que las fuerzas del caos prosperen. 

Lo primero que se ve afectado por esa “alianza malsana” es nuestra percepción de la verdad de las cosas, pues como también manifiesta Guénon, ¿qué importa la verdad en un mundo cuyas aspiraciones son únicamente positivistas, materialistas y sentimentales?

No debemos perdernos en los detalles, mirar los árboles (la parte) que tenemos delante sin ver el bosque (el Todo), porque en esa mirada corta es donde perdemos la perspectiva siendo en ese espacio mental donde se solaza el “príncipe de la mentira”, que siempre se las ingeniará para adoptar los disfraces, o las máscaras, más adecuados para lograr seducir a la mayoría de personas. No olvidemos que este gran tergiversador de los principios, es un imitador de Dios, pero de manera “invertida”, o mejor “contrahecha”, “adulterada”, un hacedor de principios falsos o “consignas” con los que pretende, y muchas veces consigue, destronar a la Concordia, “la unión de los corazones”, una manifestación del Amor, y poner en su pedestal a Eris, la Discordia.

De ella, y de su abyecta genealogía, todo lo sabemos, pues nos lo dejó dicho bien claro Hesíodo en su Teogonía:
Eris Discordia. Acuarela de André Declaustre, 1785 
"Eris (Discordia) parió al doloroso Ponos (Pena), a Lete (Olvido) y a Limos (Hambre) y al lloroso Algos (Dolor), también a las Hisminas (Disputas), las Macas (Batallas), las Fonos (Matanzas), las Androctasias (Masacres), los Neikea (Odios), las Pseudologos (Mentiras), las Anfilogías (Ambigüedades), a Disnomia (el Desorden) y a Ate (la Ruina y la Insensatez).”
Mª Ángeles Díaz





La Ilustración del frontispicio es de "Los Triunfos", de Petrarca