Esta figura representa a Piccarda Donati, figura femenina de
la Divina Comedia a la que Dante y Beatriz encuentran en primer lugar al llegar
al cielo de la Luna, Paraíso III.
Representa a las almas que aceptan de buen grado la voluntad
de Dios, sin sentir odio, ni rabia, ni envidia, sino paz por dicha aceptación.
Y eso es así porque Piccarda, habiendo entregado su vida a la clausura en un
convento de clarisas en Florencia, involuntariamente tuvo que quebrantar sus
votos al ser secuestrada por su hermano, el violento Corso, y obligada a
casarse por razones políticas con Rosellino della Tosa. Al parecer la joven murió
poco antes de que se celebrase la boda. Lo mismo que a ella le sucedió a la
Emperatriz Constanza de Sicilia, de la cual Piccarda habla a Dante:
“En la esfera de la Luna se ven las almas de aquellos que faltaron a sus votos religiosos y que por lo mismo no llegaron al grado de gloria de los demás bienaventurados. Aparecese al poeta Piccarda di Donati, que satisface algunas de sus dudas respecto a la condición de los que moran en las esferas celestiales, y le refiere la violencia con la que fue sacada de su monasterio, hablándole también de la emperatriz Constanza , que como ella tuvo que colgar los hábitos para casarse con el rey Enrique VI de Suabia.
Virgen al claustro accedí como doncella. Y si tu memoria los recuerdos guardaNo me desconocerás por ser hoy más bella
Vendrás en conocimiento de que soy Piccarda. Y aquí me hallo con estotras bienaventuradas,
Siéndolo yo también en esta esfera que más lentamente gira”.Paraíso Canto III versos 46-51
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