sábado, 10 de agosto de 2019

LA ESCUELA HERMÉTICA INFANTIL DE MANTUA


"...En realidad, la Corte renacentista funcionaba para todos como una institución educativa ya que en ella se accedía desde niño a la cultura. Eran muchos los que pretendían emplearse en ella, entrar como pajes, luego escuderos y terminar por ser caballeros. Las normas no eran sino la cortesía, que se tenía como sinónimo de amabilidad; y de mesura en todo, regla de conducta que cada quien podía aplicar sobre sí mismo y sus pensamientos y actos. Esa es la verdadera gracia perseguida, esa la libertad, y no las formas meramente aparentes y externas.

Ese afán que tenían los gobernantes por inculcar una verdadera educación que diera prestigio a su Corte, lleva a éstos a invitar a los más destacados a establecerse en su ciudad, ofreciéndoles protección y salario a cambio de que impartieran sus conocimientos. Para los ideales de la Corte la educación que debía recibir el príncipe, mucho más esmerada, era tema fundamental, puesto que éste debía encarnar la unidad del Estado y la unidad universal, con capacidad para ser adalid de la paz y la justicia. Un asunto expuesto con toda claridad por Dante en su idea de la Monarquía.

Por esta gran importancia que tenía para la política y el orden de la Corte que el príncipe tuviese la mejor de las instrucciones, Isabel d'Este y Francesco Gonzaga, gobernantes de la Corte de Mantua, invitaron a Vittorino Ramboldini, más conocido como Vittorino da Feltre, a establecerse en ese pequeño estado y crear allí una escuela a la que llamó «Casa de la Alegría». Isabel, como dama de palacio, era quien tenía asignada la función de procurar esa buena educación al futuro gobernante y por lo tanto de ponerlo en manos de un buen maestro.

La fórmula educativa de Vittorino da Feltre consistía principalmente en fomentar el interés de los alumnos por aprender, de modo que éstos nunca pudieran tomar el estudio como una obligación o castigo. Con este propósito la escuela infantil y juvenil de Mantua promovió un programa de estudios donde la actividad física, al aire libre, era parte de la formación. Este modelo educativo incluía ejercicios gimnásticos y deportes como la arquería, las carreras, la cacería, la pesca, la natación, la esgrima, la lucha... También una buena formación musical que contemplaba el tañer de algún instrumento así como el aprendizaje de ciertos pasos de baile. Es decir, un programa de estudios basado en los principios utópicos de hacer perfectos cortesanos, instruidos en la conversación y elegantes en el baile con las damas, hábiles con las armas e inteligentes y audaces para evitar usarlas.

Mediante estos principios y disciplinas se trasladaba el ideal de cortesanía a la formación educativa de todos los niños dado que a nadie se excluía, ni por la sangre, ni por la alcurnia, ni por ninguna otra condición social; sólo el esfuerzo personal, el talento y la constancia del alumno contaban a la hora de que cualquiera pudiese encontrar su lugar en la Corte. Precisamente fue Vittorino da Feltre, el pedagogo a quien se atribuye que por primera vez se efectuasen ejercicios especiales para niños con incapacidades físicas, o que habían sufrido alguna lesión. Mediante dichos ejercicios se conseguía que muchos se recuperaran completamente, o bien que obtuviesen grandes resultados.

Es curioso, pero actualmente su sistema de enseñanza, donde los estudios y el deporte se comparten por igual en la formación de los jóvenes, sigue siendo la fórmula que ofrece mayor estímulo a los estudiantes. Es por esa razón por la que muchos expertos en educación consideran que este programa puesto en marcha en Mantua es la culminación pedagógica de la enseñanza. Al parecer, todas las buenas escuelas de Europa han intentado imitarlo". Ma Ángeles Díaz. Viaje Mágico Hermético a Andros.Una Aventura Intelectual. Edición de Symbolos. (Fragmento). 

Imagen: Pierre Auguste Cot. Tomada de internet

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