Hablar de la decadencia de este mundo es harto aburrido, especialmente para los que hemos seguido, al respecto, el pensamiento enunciado por René Guénon en obras como La crisis del mundo moderno o El reino de la cantidad y los signos de los tiempos, y además hemos colaborado en los cuatro extensos volúmenes que la Revista Symbolos ha dedicado a investigar las claves de este final de ciclo. Por eso, al evocar el tema de una reciente exposición en Madrid referente a la Orden del Toisón de Oro, en absoluto voy a referirme a lo que hoy en día ha quedado de ella, y mucho menos aludiré a los personajes que reciben actualmente esta condecoración (por cierto la más alta distinción que otorga la Corona española), sino que me remitiré a indicar someramente su origen y significado, donde subyace su sentido simbólico y transcendente.
Decir, entonces, que el Toisón de Oro es una Orden de Caballería fundada por Felipe el Bueno, duque de Borgoña, en el s. XV y cuyo sentido está imbricado con el simbolismo alquímico del vellocino de oro, o sea, aquel Tesoro espiritual que pretenden recuperar todos aquellos que han advertido su pérdida. Se trata de un tesoro difícil de conseguir, aunque no imposible, que por otro lado está más cerca de uno que la propia yugular. En realidad se refiere a la búsqueda del Sí Mismo, objetivo de toda iniciación.
Con Felipe el Bueno la corte de Borgoña era un centro de recepción y difusión de los conocimientos herméticos en una época de transición entre la Edad Media y el Renacimiento. El propio duque estaba interesado en la Alquimia y fue su intención que el Arte de la transmutación del alma humana continuara vivo a través de esta Orden hermética. En realidad la simbólica del Toisón reúne elementos de la tradición clásica, el hermetismo y el judeo-cristianismo.
El fuego representa un elemento importante en la alquimia y en la simbólica del Toisón, y tiene su origen en el fuego lanzado por el dragón que protegía el Vellocino en el mito de los argonautas. Los engarces o eslabones del collar del Toisón simbolizan precisamente esas llamaradas de fuego. El mensaje es claro: para alcanzar el vellocino hay que pasar por ese fuego purificador.
Por un códice de 1547, presente en la muestra, puede observarse que los integrantes de la Orden eran magos, monjes, astrólogos y guerreros. Así puede verse en sus atuendos y decoraciones con signos astrológicos, hábitos, espadas y por supuesto collares con el vellón pendiendo.
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En la mitología griega el vellocino de oro era el vellón del carnero alado Crisomallo, que Jasón y los argonautas, entre los que se encontraban Hércules y Ulises, tratan de recuperar en el periplo de su aventura.
Lugar de la exposición: Fundación Carlos de Amberes. C/ Claudio Coello, 99. Madrid. En ella se presentan retratos firmados por Velázquez o Goya e incluso un grabado con la firma de Durero. La muestra recoge otras obras como esculturas, joyas, armaduras y códices relacionados con la rica simbólica y emblemática del Toisón de Oro. Núria
La había oído nombrar pero desconocía su origen y significado.
ResponderBorrarGracias.
Besos.
Cuanto menos, curioso.
ResponderBorrarIker Jiménez
Querida Núria:
ResponderBorrarMe gustaría añadir a tu interesante noticia lo siguiente:
Como todas las órdenes de caballería, la del Toisón de Oro otorgaba una extraordinaria relevancia a las ceremonias rituales que lejos de ser algo insustancial y sin sentido tenían un gran sentido. Felipe el Bueno y sus allegados querían aludir, mediante dichas ceremonias, a las empresas difíciles y a los viajes peligrosos en pos de las nobles metas. Una de las leyendas del Toisón se extiende hasta Asia y en ella se dice que el Toisón dorado, tal y como aparece en la segunda de tus imágenes, era la piel de cordero ofrecida por Hermes a dos héroes, Frixo y Heles, para que pudieran salvarse de las persecuciones a las que se veían sometidos.
Por último decirte que comente o no comente, siempre te agradezo todas tus actualizaciones.
Un gran beso
Toro:
ResponderBorrarGracias a ti, por el cariñoso comentario.
Besos
Iker:
ResponderBorrarGracias por comentar.
Gracias Helios por esa buena pincelada.
ResponderBorrarCon ella nos haces ver la riqueza de ideas que podemos llegar a descubrir si indagamos en los principios, tanto simbólicos como históricos, sobre los que fueron creadas estas Ordenes de Caballería.
Un fuerte abrazo.