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viernes, 27 de abril de 2012

CHIMENEAS DE GAUDI EN EL PALAU GUELL

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Desde el punto de vista de la simbólica tradicional la casa es una imagen del cosmos. Es por lo tanto un organismo vivo que respira por sus ventanas y aberturas, siendo la chimenea la representación axial de la salida del cosmos, aquello que nos conecta con los espacios increados y siempre con el misterio.
Es evidente que existe una analogía entre la casa y el propio individuo, en tanto que éste posee un cuerpo que da cobijo a un alma la que a su vez es sede del espíritu en su descenso. Por ello, en ciertas organizaciones iniciáticas, la abertura al cosmos a través de la cual penetran las influencias celestes se significa a través de la tonsura en la coronilla.
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Las chimeneas están señalando el corazón de una vivienda, siendo el hogar el lugar de reunión familiar en torno al cual los más viejos transmiten las leyendas y tradiciones a los jóvenes.
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Estéticamente hablando, las chimeneas suelen dar a una casa un perfil determinado y en muchos casos embellecen un edificio dando vida e identidad a los territorios. Pienso por ejemplo en algunas ciudades portuguesas en las cuales sus chimeneas marcan de manera muy destacada el paisaje urbano.
Las chimeneas que Antoni Gaudí, el gran arquitecto catalán, realizó para los Güell (una interesante familia de mecenas) en el Palau Güell, es la más exquisita excusa que podíamos haber traído para sacar a colación el tema de las chimeneas. Efectivamente, en todos los edificios civiles que Gaudí construyó, las chimeneas no son únicamente un accesorio práctico, sino que éstas embellecen y dan relieve a las azoteas, que hermosean así decoradas con sus peculiares conductos (las de la casa de La Pedrera son un ejemplo bien conocido).
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Gaudí es un arquitecto excepcional, original, meticuloso en los detalles, visionario, pero también práctico, todo lo cual se deja ver en la realización de toda su obra, catalogada de monumental y magnífica, la cual se halla repartida por distintos lugares de España (especialmente en Cataluña), poniendo de manifiesto lo que decimos.
Gaudí fue además un genio innovador que supo rodearse de los más excelentes artesanos (albañiles, carpinteros, vidrieros, ceramistas, cerrajeros, pintores, orfebres, forjadores, etc.) y artistas, que siguieron al maestro como los componentes de una orquesta ejecutando las indicaciones del director, y así fue como supieron trasladar en lo concreto las brillantes ideas de Gaudí, muchas de ellas inspiradas en las formas y fuerzas equilibradoras de la naturaleza. Me refiero, por ejemplo, a sus columnas imitando los troncos de las palmeras, incluso sus naturales curvaturas debidas a la proximidad del agua o la fuerza de los vientos.
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También podemos destacar en este apartado la construcción de su famoso arco catenario, que es aquel cuya curva está descrita por la caída natural de una cadena suspendida por sus extremos y sometida a un campo gravitatorio uniforme. Gaudí pensó en invertir ese arco y aprovechar el equilibrio de esta curva matemática para construir sus ventanales y puertas, a los que dio diferentes amplitudes.
A este maestro de la arquitectura le interesó, por encima de todo, el diseño del Universo, y por ello creó un nuevo lenguaje arquitectónico espectacular, armonioso, sugerente, cálido, seguro, y al mismo tiempo cómodo y alejado de la suntuosidad. Una arquitectura abierta a los espacios que enaltece con la grafía de sus formas, análogas a las que advierte en la flora y el paisaje del Mediterráneo, o sea, en el diseño que el Gran Arquitecto Universal proyectó para esta parte de la Tierra que Gaudí amó y a la que prestó gran atención a la hora de recrear ese paisaje. Muestra de ello la tenemos en la representación de la palmera Margalló, una variedad de palma que sólo crece en esta parte del mundo, algo que no pasó desapercibido para este creador que la imaginó en la forja donde la plasmaron sus artesanos.
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En su nuevo lenguaje, este catalán universal, con una visión mágica de las cosas, bebe en las fuentes de la propia tradición arquitectónica que se desarrolló desde antiguo en la península ibérica a través de sus distintas corrientes, autóctonas o venidas de aquí y de allá: románicas, mozárabes, góticas, mudéjares, renacentistas, neoclásicas. Todo ello queda integrado en su arquitectura para conformar la hermosa y sugerente síntesis de su arte, muy alejado de cualquier sincretismo. Todo un ejemplo.
De ahí que Gaudí sea el máximo representante del modernismo en España y Cataluña, esa preciosa tendencia artística de finales del siglo XIX y principios del XX que, como sabemos, floreció en distintos lugares de Europa, denominándose Art Nouveau en Francia. Por suerte Gaudí sigue vivo, pues la influencia de su arquitectura se deja sentir todavía, y son muchos los arquitectos de todo el mundo que lo tienen como referente.
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No podemos dejar de señalar que entre sus obras arquitectónicas se destacan, por su popularidad y magnificencia, la Sagrada Familia, el Park Güell, la Casa Milà (conocida como La Pedrera, anteriormente citada), la Casa Batlló o la Cripta de la Colonia Güell, por citar las más conocidas.
Ni que decir tiene que cualquiera de sus edificios es susceptible de un estudio pormenorizado, pero hoy nos hemos detenido en estas chimeneas del Palau Güell, verdaderas muestras de que el ingenio y el buen gusto no están reñidos con la funcionalidad y limpieza de la obra. La cosa es que Gaudí levantó este palacio en medio de una manzana, y puesto que tenía ciertos límites, lo elevó con ocho plantas, acondicionando cada habitación con un hogar que diera calor a las estancias y las hiciera confortables.
El condicionante de poner un hogar en cada habitación, incluso en los baños, le obligaba a tener que colocar muchos conductos, y claro está, muchas chimeneas que debía colocar en la terraza. Por ello se le ocurrió una linda, peculiar y elegante manera de hacerlas. Construiría pequeños torreones atractivos a la vista de los vecinos y alegres para las personas que subían a tender la colada o a admirar desde lo alto la bella ciudad de Barcelona entre el mar y la montaña. Y así estas chimeneas aparecen con sus formas enigmáticas y perfiles llenos de magia haciendo que caminar entre ellas sea una fantasía. Unas aparecen recubiertas de colores, logrados a base de aplicar el famoso trencadís cerámico, otras están hechas de ladrillo toledano, de piedra…Y así construyó una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve… Lo cierto es que caminando sobre la azotea del palacio, se pierde la cuenta. Aquí van unas cuantas imágenes. Núria









  
Forja de Antoni Gaudí imitando la hoja de la palmera mediterránea Margalló, bajo estas líneas.



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jueves, 5 de junio de 2008

Tarot, libro de Federico González


Núria
Barcelona estaba lluviosa, un fastidio, porque el tráfico es insoportable y la gente se comporta de un modo imprevisible. Sin embargo, cuando esta tarde entraba en la ciudad condal, en auto, por la autopista, un arco iris impresionante se ha formado desde la montaña de Collserola hasta el mar, y he sentido que todo iba bien y que Hermes, como buen maestro de ceremonias, estaba orquestado con su varita mágica la operación. Nada menos que de Iris (su paredro) disfrazado, ha formado un arco, o puente de luz, como define Guénon "al arco iris" o "arc de Sant Martí" en catalán, para celebrar de ese modo con nosotros el acontecimiento: la presentación de un nuevo estudio sobre el Tarot, es decir sobre la propia deidad cuando allá, en el Egipto de la pirámides, su nombre era Toth. Y así se le conoce Tarot, libro de Toth.
De ese Egipto hereda el Liber Mutus o libro mudo la tradición de los jeroglíficos y consecuentemente eso es este libro, una concatenación de jeroglíficos herméticos que velan y revelan una realidad y un secreto. Y aunque uno no consiga descifrar su mensaje por completo, siempre queda la posibilidad de indagar o simplemente jugar con él. Por eso es que de ese libro mudo derivan todas las barajas de cartas, las que cumplen también un sencillo papel lúdico y alegre nada desdeñable
Volviendo a la edición especial y artística de este nuevo volumen del Tarot, felicitar a los que lo han hecho posible, y especialmente a su autor, en nombre de todos los que se alegran conmigo por este nuevo volumen.
Dejo, a partir de ahora, en manos de Patricia Serdá (a la izquierda de las imágenes) y Ana Contreras (que han estado al cargo de esta nueva edición junto con Lucrecia Herrera, que por motivos de salud no pudo estar en el acto), para que sean ellas quienes comenten el reportaje fotográfico, con palabras pronunciadas en sus propias conferencias de presentación del libro.

Ana:
Buenas tardes a todos. En el nombre del Centro de Estudios de Simbología de Barcelona les damos la bienvenida a la presentación de este nuevo libro sobre el Tarot, que es una reedición del ya existente “Tarot de los Cabalistas, Vehículo Mágico”, que fue en su día editado en Buenos Aires, por la editorial Kier, y que hoy lo es aquí en Barcelona por MTM.
Estamos hablando de "Tarot de los Cabalistas, vehículo mágico", cuyos cuatro términos, número ya de por sí clave en la Tradición Hermética, contienen todo un simbolismo deseoso de ser penetrado y comprendido, asimilado y encarnado. No por nada se dice que la Inteligencia brilla con aquello que la revela. Naturalmente, estamos hablando de la Inteligencia arquetípica, absolutamente libre de la forma y acepciones que la sociedad actual quiere imponerle, ya que, y aprovechamos la ocasión para insistir una vez más, no se trata aquí de demostrar ningún tipo de erudición, lo que más bien va en contra de todo este trabajo mágico, sino de entregarse a este libro totalmente virgen para ser fecundado por su generosa y fértil Luz, y esa virginidad exige un vacío que sólo se logra por verdadero amor al Conocimiento. Estas cuatro palabras constituyen en sí una síntesis de todo este trabajo, como vamos a ver. Se está hablando del Tarot, de la Cábala, verdaderos mapas de ruta reconocibles por el iniciado, de cómo vehiculizar los influjos celestes y terrestres para poder encarnarlos y convertirnos así en ayudantes de la deidad en su perenne tarea creativa. Por tanto, cuando hablamos aquí de magia, nos estamos refiriendo principalmente a la Teúrgia, su forma más alta, que se encuentra más allá de la individualidad, e insistimos en este aspecto pues desgraciadamente, lo que se conoce hoy día por Magia, por Tarot o por Cábala desde el mundo profano deja mucho que desear, contemplándose en ellos su aspecto más bajo y carente de interés para el verdadero adepto, pues se basa en la mera individualidad que rebaja el nivel hasta límites insospechadamente grotescos propios de un fin de ciclo que llega irremediablemente a su fin. (…)

El trabajo del cabalista, del mago, del teúrgo, consiste en asistir a la deidad, en ponerse a su servicio, y no al servicio de nuestros estados más groseros, invocando a los dioses para conseguir pequeñas metas con fines individuales que confundimos con una felicidad o una paz malentendidas y que no dejan de ser pasajeras pues se quedan en este mundo de ilusión y de apariencia. No hay que olvidar que en la ignorancia también existen grados, como deja bien claro Dante en la Divina Comedia, y este tipo de sacrilegio se paga con la imposibilidad de salir de las pantanosas aguas en las que uno se acaba pudriendo.(…)


En estas dos fotos secuenciales se ve la colocación, y posterior retirada, del enorme cartel de dos metros que reproducía, a tamaño gigante, el desplegable que lleva el libro en su interior y que ha sido realizado con todo lujo de detalles por Ana Contreras. El cual, colgado de la pared, servía de guía visual a las explicaciones que una y otra daban sobre dicho diagrama (el Arbol de la Vida y su correspondencia con las cartas del Tarot y con las 22 letras del alfabeto hebreo) y que iban señalando con un puntero luminoso.


















Abajo una instantánea de la preparación de un vino del Penedés con el que se brindó al finalizar el acto

Para colgar ese cartel ha sido necesario quitar otro más enorme, se trata de una formidable fotografía de la fachada de la antigua librería Herder, famosa en Barcelona desde antiguo, ubicada en el número 26 de la céntrica calle Balmes. Actualmente la librería ha cambiado su nombre por Alibri, y como antaño ésta sigue acogiendo distintos actos culturales, como el evento actual.

Patricia:
Pues bien, como ha dicho Ana, en esta nueva edición se incluye un luminoso desplegable, del que éste que tenemos detrás nuestro es una ampliación, donde figuran estos dos modelos universales de la Ciencia Sagrada que atesora la Tradición Hermética, la propia de Occidente, emanada directamente de la Tradición Primordial y Unánime, y cuyo interprete y guía es el sorprendente dios Hermes, figura universal presente en toda la historia de Occidente, que da nombre a esta Tradición.


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En esta ocasión, estos modelos, al mostrársenos ensamblados, además de enriquecer nuestra visión universalizando nuestra conciencia, podemos advertir que ambos obedecen a un arquetipo común, como todos los modelos sagrados, revistiendo solo en apariencia distinta forma, pues su verdadero sentido y cometido, su esencia una y única permanece idéntica siendo como es inmutable y eterna.
En este libro vemos además como estos vehículos de Conocimiento continúan vigentes para todos aquellos hombres y mujeres que desengañados de esta visión literal, ilusoria, chata y sin sentido que se impone en este fin de ciclo, donde impera el punto de vista profano, quieran emprender la Aventura interior, el viaje de autoconocimiento, llamado realización espiritual-intelectual, pues estos modelos nos brindan los soportes o herramientas simbólicas necesarias para poder Conocer nuestra verdadera Identidad, la que a través de ellos advertimos que va mucho más allá de nuestra mera individualidad, al reflejarse en ellos el Orden interno del hombre y del Cosmos -los que son idénticos, a escala, y hechos a imagen y semejanza de su Creador- siendo por tanto capaces de despertarnos a otra realidad olvidada a través de una Inteligencia viva y el fuego interno que la promueve, ofreciéndonos la posibilidad de que podamos establecer las indefinidas analogías y correspondencias, entre todos los Númenes, órdenes y jerarquías que la conforman; un andamiaje que explica no sólo lo que es el Cosmos sino cómo actúa mágicamente en el interior de nuestra conciencia, gracias a las distintas Artes y Ciencias herméticas que ellos incluyen, y que son tanto alquímicas como astrológicas, numéricas, aritméticas y geométricas, pues en ellos están incluidas todas las Artes Liberales, cada una de ellas presidida por una Musa, hijas de la Memoria.
Una de las más importantes para la Cábala es la ciencia de las letras, en perfecta identidad con los números, la que da lugar a la metafísica del lenguaje-, y esto es así porque esta simbólica sagrada obedece a leyes universales que el hombre no ha inventado, sino que están en la trama y urdimbre del universo y del hombre, y que por tanto la Naturaleza entera no hace sino reflejar, dada su Inmanencia divina, la que vela y revela al mismo tiempo.
Esta Sabiduría o Filosofía Perenne se expresa en el Arbol de la Vida a modo de Emanaciones que recorren los diez inefables Sefiroth, traducidos por numeraciones- en perfecto acuerdo con el sistema numeral pitagórico- que están representados por círculos o esferas que se vinculan entre sí a través de 22 senderos. Y a su vez el Libro sagrado y oracular del Tarot se expresa a través de 78 láminas o cartas dibujadas a color y divididas en tres grupos: el primero consta de 22 láminas llamadas Arcanos mayores y son una síntesis de toda la baraja, el segundo de 40 cartas llamadas los Arcanos menores, y el tercero de 16 cartas llamadas de la Corte; ambos modelos reflejan, sintetizan y vehiculan toda la realidad, que es una y única y que en definitiva es nuestra realidad interior, aunque lo hayamos olvidado, pero que puede ser despertada poco a poco a medida que vayamos estimulando al símbolo, activándolo con nuestra contemplación activa y receptiva y cuya aprehensión promueve el despertar de la memoria del Sí mismo, es decir, la posibilidad de identificarnos y de ser uno con todas estas ideas-fuerza de las que el símbolo es portador, las que reflejan auténticamente aquello que expresan, realidades invisibles y secretas las que de continuo crean, conservan y transforman el universo y los innumerables seres que lo pueblan, energías descendentes y ascendentes, celestes y terrestres, que conforman nuestro verdadero Ser e Identidad. (...)


-------------------Desplegable tal y como aparece en el interior del libro.