lunes, 31 de octubre de 2011

BELLA FIESTA DEL VALLE

Fragmento de una pintura funeraria. Museo Egipcio de Barcelona.

“Bella Fiesta del Valle” era un rito anual que el antiguo Egipto celebraba en honor a los muertos, es decir, a aquellos que habían emprendido el viaje al País Celeste acompañados de sus ushebtis, sus oraciones escritas en papiros y sus talismanes.
Hoy en día en que nos invaden frívolas fiestas de difuntos, acordes con la puerilidad de nuestro tiempo, vale la pena recordar la importancia que esta fecha tenía para la cosmovisión de las antiguas civilizaciones, y que plasmaban en representaciones simbólicas. No debemos olvidar, en este sentido, que Osiris, que es el centro de esa cosmovisión, es el dios de los muertos y rey de ultratumba. Núria
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jueves, 20 de octubre de 2011

Elogio de la Vida Solitaria

Francesco Petrarca en su estudio*


"El hombre solitario se tiene a sí mismo como compañero de mesa, como interlocutor y convidado no tiene miedo de quedarse solo si es consigo mismo con quién está.

Su corazón no envidia ni odia a nadie. Contento con su suerte y su fortuna e inaccesible a las injusticias, no teme ni desea nada, pues sabe que son bien pocas las cosas que bastan en la vida de los hombres, y que la riqueza más elevada y más auténtica es no codiciar nada y no temer al poder supremo.

Lleva una vida sosegada y dichosa, de noches plácidas, días basados en el ocio y comidas tranquilas. Camina libre, se sienta confiado, no urde ni se previene contra ninguna intriga. Sabe que a él le quieren por lo que es y no por lo que tiene.

Ciertamente hay quien piensa que la vida solitaria es peor que la muerte y que precisamente este tipo de vida conduce a ella.

Esta idea se da principalmente entre los iletrados, a los cuales si les falta un interlocutor ya no tienen nada de que hablar con ellos mismos o con los libros, y por tanto permanecen callados.

Sin duda la soledad sin las letras es totalmente un exilio, una prisión, un potro de tortura. Pon la cultura y tendrás la patria, la libertad, una fuente de placer.

Son bien conocidas  aquellas palabras de Cicerón referidas al ocio: ¿Hay algo más dulce que el ocio dedicado a la cultura?

Por otra parte también es bien conocida la sentencia de Séneca: El ocio sin la cultura es como la muerte, o sea, una sepultura para el hombre vivo".

Petrarca, el autor de esta oda,  perteneció al grupo de los "Fieles de Amor", la organización secreta de la cual Dante fuera su miembro más destacado. Estos filósofos a menudo aparecen retratados con apariencia de clérigos o místicos, pero en verdad todos ellos fueron hombres apasionados  y  auténticos guerreros e iniciados en el Conocimiento,  que se manifestaron contra la estulticia, enfermedad que amenaza a los hombres de todos los tiempos y frente a la cual opusieron el cultivo de las ciencias y las artes, entre ellas la poesía, como manifestación del Verbo creador. 

Y aunque todos ellos hablaban de la necesidad de la soledad y el silencio, siendo los primeros en la historia en aconsejar tener un gabinete privado para el estudio (cambiando el concepto de vivienda), tanto para la mujer como para el hombre, sin embargo estuvieron muy comprometidos con la vida social y con la política de su época, señalando, cuando fue necesario, todos los abusos y malas artes (artimañas) que desde los poderes políticos y religiosos se cometían, ya fuera por maldad o por incapacidad.

Petrarca escribió numerosas odas y canciones de amor dirigidas a Laura, la musa de su inspiración, o sea, la mujer donde vio reflejada su propia alma superior. Mª Ángeles Díaz



*Copyright  de la imágen de Petrarca: "My Own Photo"