miércoles, 28 de noviembre de 2007

Carta a los amigos del blog y anticipo sobre "Noche de Brujas"

En el centro Adara María Ariza Díaz, a la derecha, con camiseta de rayas, Guillem Melo. Al fondo a la izquierda, de rojo, Daniel Alejandro Ariza Díaz. 


Francisco Ariza en el centro Francisco Ariza con cazadora marino, a la derecha en el grupo de tres, en el centro Daniel Alejandro. A la izquierda, bajo el árbol, Guillem Melo a Adara Ariza 

Francisco Ariza y un grupo, El segundo por la derecha, de rojo, Daniel Alejandro Ariza Díaz


 Francisco Ariza a la derecha, mirando un folleto: Daniel Alejandro Ariza Díaz


Francisco Ariza impartiendo una clase. Arriba a la derecha, en el centro de tres, Daniel Alejandro Ariza Díaz. Fotos autora del blog.
Queridos amigos:
Gracias a todos por vuestra participación en este espacio. Por el momento tal vez vaya a estar ausente del blog ya que en unos días voy a viajar a Guatemala y no sé si podré conectarme a la red, aunque sólo sea para mandar saludos y poco más. Ya veremos.... de todos modos a mi regreso me gustaría contaros algo interesante, tal vez sobre las culturas precolombinas…., aunque tengo pendiente para el blog un comentario sobre la ruta simbólica a Tarragona, “Tárraco Romana. Una Historia Viva”, que realicé hace un mes con el Centro de Estudios de Simbología de Barcelona, la cual estuvo extraordinariamente conducida por Francisco Ariza, conocido por sus más que interesantes estudios sobre geografía e historia sagradas, especialmente para la revista SYMBOLOS. Ahí os pongo unas fotos que tomé, aunque algo mencioné de éste viaje en el blog de mi amigo Pola.


Cartel de "Noche de Brujas", de Federico González. Auto Sacramental en dos actos
En la imagen se ve a Carlos Alcolea, primer actor de la obra, en el papel del diablo.

También tengo que hablaros de “La Colegiata Marsilio Ficino”, la compañía de teatro, a la que pertenezco, fundada por Federico González, la cual ya estrenó este verano en la ciudad condal una obra teatral: “Noche de Brujas”, y produjo una película de la misma. Se trata de una obra insertada en el simbolismo del Solsticio de Verano. Un auto sacramental con el que Federico rescata para la ciudad de Barcelona su tradición de celebrar con ritos relacionados con el fuego ese evento cósmico.



Además os comentaré sobre la actual obra de teatro que está ensayando La Colegiata, titulada: En el Utero del Cosmos. Comedia Hiperrealista de alcance Subliminal” escrita y dirigida por el propio Federico, y os pondré alguna foto que he tomado durante dichos ensayos a los que he tenido la suerte de asistir.
Os mando un abrazo a todos y nos mantenemos en contacto.
Durante un ensayo de Noches de Brujas.
Núria

miércoles, 21 de noviembre de 2007

JUEGO Y SERIEDAD

Del "Libro de los juegos de ajedrez, dados y tablas", de Alfonso X El Sabio
Los juegos carecen de significado para nosotros. Pero eso es anormal; y si tenemos que considerar el juego y la seriedad desde un punto de vista más universalmente humano, entonces debemos recordar que los "juegos" ­y esto cubre todo el campo de las contiendas atléticas, las representaciones acrobáticas y teatrales, la juglaría, el ajedrez, las apuestas y la mayoría de los juegos de niños organizados y el folklore, de hecho todo lo que no es meramente el retozo sin arte de los borregos­ no son "meramente" ejercicios físicos, espectáculos, o entretenimientos, o solo de un valor higiénico o estético, sino metafísicamente significantes. Platón pregunta, "¿Tenemos que vivir siempre jugando? y si es así, ¿en qué tipo de juegos?", y responde, "tales como los sacrificios, el canto y la danza, con los que podemos tener el favor de los dioses y vencer a nuestros enemigos" (Leyes 803DE). Ludus subyace en nuestra palabra "ludicrous" ["burlesco"]; pero en el "Latín Dictionary (Harper)" encontramos "Ludi, juegos públicos, juegos, espectáculos, funciones, exhibiciones, que se daban en honor de los dioses, etc.".

Así pues, aunque en un juego no hay nada que ganar excepto "el placer que perfecciona la operación", y la comprensión de lo que es propiamente un rito, sin embargo nosotros no jugamos descuidadamente, sino más bien como si nuestra vida dependiera de la victoria. El juego implica orden; de un hombre que ignora las reglas (como puede sentirse tentado a hacerlo si el resultado es para él la cuestión que más importa) decimos que "no está jugando el juego"; si nosotros estamos tan seriamente comprometidos, tan "interesados" en las apuestas, como para "golpear por debajo de la cintura", eso no es un duelo, sino mucho más un intento de asesinato. Es cierto que por no hacer trampas podemos perder: pero toda la razón del juego es que nosotros no estamos jugando solo para ganar sino representando un papel, determinado por nuestra propia naturaleza, y que lo único que importa es que juguemos bien, independientemente del resultado que nosotros no podemos prever. "La pericia concierne a la acción solo, no a sus frutos; así pues, no dejes que el fruto de la acción sea tu motivo, ni vaciles en actuar" (Bhagavad Gîtâ II.47). "Las batallas se pierden con el mismo espíritu con el que se ganan" (Whitman); la victoria depende de muchos factores más allá de nuestro control, y nosotros no debemos preocuparnos por lo que no es responsabilidad nuestra.

A la actividad de Dios se le llama un "juego" debido precisamente a que se asume que él no tiene fines suyos propios que servir; es en este mismo sentido como nuestra vida puede ser "jugada" y como, en tanto que la parte mejor de nosotros está en ella aunque no es de ella, nuestra vida deviene un juego. En este punto nosotros ya no distinguimos juego de trabajo. Ananda K. Coomaraswamy
Para ampliar el tema de los juegos, os remito a un trabajo de Pedro Abío, en la revista: El Arka.


Núria, blogger de: Desde mi Ventana

viernes, 16 de noviembre de 2007

La extraña desaparición de las abejas. RESPUESTA Y REFLEXIONES


Núria

“La Rosa da su Miel a las Abejas”
Frase hermética en un grabado del Siglo XVII
Entre todos los comentarios al post se ha escrito una segunda parte de este artículo que por la claridad en el punto de vista merece estar en el cuerpo de este blog. Efectivamente, es un lujo y una gracia haber captado, desde este pequeño espacio, la atención de todos estos amigos que traen a la memoria de este blog pensamientos tan oportunos como por ejemplo los que expresa Ismael a través de René Guénon, concretamente la cita es de su obra: “La Crisis del Mundo Moderno”, un libro que muchos consideramos fundamental para entender las claves de la decadencia de este mundo en el que nos ha tocado vivir a los contemporáneos. Como lo es también “El Reino de la Cantidad y los Signos de los tiempos”. Ya que en ambas obras este preclaro autor explica, desde el plano de las ideas más elevadas que son siempre las más concretas y centradas, los errores que han llevado al hombre actual a este estado lamentable de cosas que atañe a todos los órdenes, aunque sea el de la Tierra el reino que está sufriendo con mayor evidencia las huellas de la destrucción.

Sin embargo, resulta increíblemente sorprendente descubrir que aún existe para el hombre actual la posibilidad de reformar su mentalidad, adquirir un verdadero criterio sobre las cosas y poner freno a tanto desatino, algo que pasa por reconocer lo absurdo de seguir creyendo en un progreso indefinido. Recapacitar para advertir que aprender es por encima de todo no olvidar, hacerse consciente de que no vamos ni venimos aunque el mundo sí está en permanente movimiento, darnos cuenta que en el orden principal de las ideas, estamos perdiéndolo todo, y que recuperar el eje entre lo de arriba y lo de abajo, entre el cielo y la tierra…, es ubicarse en el eje del cosmos donde todos los mundos están insertados.

Darnos cuenta de que sin la permanente idea de ese eje, idea que por alguna razón han sacralizado todos los pueblos tradicionales del mundo y han tenido como idea de unión entre los distintos planos de la existencia, nos vamos a la deriva.

Los pitagóricos que manifestaban su pensamiento filosófico a través del número y la matemática, hablaban de la progresión a la que puede llegar una línea desviada minúsculamente al comienzo de su trazo, y de lo necesario que es para todas las generaciones, y para cada individuo, volver siempre al centro, es decir, al eje.

Tiene mucha razón Ismael al recordarnos que los hombres no somos tan poderosos como nos creemos, y que este mundo podría llegar un día a un punto de detención o aniquilarse completamente en algún cataclismo. Los antiguos lo sabían muy bien y por eso al referirse a la tierra decían que era una nave tripulada por el hombre.

Ciertamente, “una civilización, de la cual los modernos tanto se envanecen, no ocupa un lugar privilegiado en la historia del mundo y puede tocarle la misma suerte que tocó a tantas otras que han desaparecido en épocas más o menos lejanas y de las cuales no quedan más que ínfimas huellas, vestigios apenas perceptibles o difícilmente reconocibles”.

Todo lo que sucede en la tierra sucede en el cielo, y todo lo que sucede en el cielo sucede en el mundo. La Naturaleza es mucho más que los ríos, las montañas y el resto de vegetación…

Sahaquiel, autor del precioso blog “Escuadra y Compás: http://escuadraycompas.blogspot.com/index.html , nos recuerda que los hechos que suceden en torno nuestro, tienen otra lectura, son simbólicos, es decir que son señales que debemos considerar e interpretar desde un plano más elevado, porque ése es el lenguaje con que se expresa la realidad.

Concretamente la cita de Guénon dice: "Es necesario considerar los hechos históricos mismos como símbolos de una realidad de orden más elevada." Siendo desde ese punto de vista que se puede entender todas estas cosas y lo que se ha dado en llamar “el sentido de la historia”.

Francisco Ariza, en su estudio “Metafísica de la Historia y la Geografía” (en la revista Symbolos nº 31-32), precisa que el sentido de la historia está “estrechamente vinculado con el tiempo y su devenir cíclico, lo que no excluye desde luego que ese sentido y ese devenir estén dotados además de otra significación mucho más profunda, de carácter supratemporal y suprahistórico, que es precisamente el que nos interesa destacar por encima de cualquier otro al ser el más esencial”.

Y Sahaquiel ve la desaparición de Abejas, “como símbolo de un mundo cuyas posibilidades están siendo agotadas”, un pensamiento que nos conduce a la idea de un ciclo que acaba.

Isis y Osiris también reflexionan sobre la ilusión (evidentemente de iluso), que significa estar instalado en esa idea de progreso, y ven en muchas cosas que están sucediendo cada día a nuestro alrededor que todo está hablando de la ignorancia actual, y de la necesidad que el mundo tiene de que el hombre sea capaz de reformar su mentalidad sobre las cosas y sobre sí mismo, aunque sin dejar de señalar ciertas ventajas que tiene vivir en la actualidad.

“Debemos aceptar que nosotros somos cómplices, si no directamente culpables, de los males que acechan al hombre y al mundo, a causa de un ansia desaforada por el progreso tecnológico y las ganancias económicas, sin haber tenido en cuenta los efectos negativos que se estaban creando. El problema no es el progreso en sí, sino su uso incontrolado. ¿O no nos gusta coger un avión e ir a cualquier parte del mundo? ¿No nos gusta entrar dentro de un ordenador y comunicarnos con todo el mundo? ¿No nos gusta ir a comprar comida y encontrar 4 marcas de un producto y escoger uno? Pero hemos hecho de todo esto el único objetivo a cumplir, olvidando lo esencial de nuestra vida y de todo el planeta”.

Y siguen diciendo “que la desaparición de las abejas nos pone encima de la mesa algo muy interesente a la par que preocupante que nos tiene que encender la alarma, e intentar centrarnos justamente en lo primordial de cualquier ser: la alimentación”.

Algo que no nos deja indiferentes sino que nos hace pensar en las hambrunas que según los textos tradicionales se anuncian para este periodo del ciclo, llamado en la tradición hindú Kali Yuga, o edad de la Diosa Kali, la diosa de la destrucción.

En este comentario se pone de relieve que esto ya está sucediendo, que “la crisis alimentaria ya ha comenzado, ¿qué comemos?, ¿de dónde proviene lo que comemos?, ¿qué contiene lo que comemos? Pareciera que permanecemos ajenos a las manipulaciones que desde hace mucho tiempo sufren los alimentos, siempre en nombre de una mejora de la producción y de la economía”. Para continuar con un link a Greenpeace: http://www.greenpeace.org/, una organización que en el plano de la ecología está concienciando a mucha gente y consiguiendo compensar en alguna medida los desequilibrios.

En esta línea escribe E, autor de “ecología humana” http://www.blogger.com/profile, un blog muy comprometido con el medio ambiente cuyo último post “Salvemos el Medio Ambiente” le ha hecho valedor de ser uno de los blogs más visitados.

Quien nos cuenta que la desaparición de las abejas es uno de los misterios de la naturaleza que no se ha podido resolver, pero que otras especies también están desapareciendo del mismo modo, como por ejemplo las ranas: La contaminación del aire y el agua, la degradación en general del medio ambiente, cambios de temperaturas y un aumento de las radiaciones UV, son algunas de las causas. “Es triste -nos dice este autor- el panorama, y urge buscar soluciones prácticas para terminar con el problema de la contaminación”.
Mahatma, cuyo interesantísimo blog: “Baldanders, puede verse en: http://gnosceteipsum.blogspot.com/, vuelve a reconducir la situación para que no nos olvidemos de la importancia que sobre todo tiene este hecho misterioso de la desaparición de ciertos insectos, como es en este caso la abeja. Lo cual no deja de ser significativo si tenemos en cuenta que se trata de un insecto relacionado con los símbolos de la realeza. Lo cual añade una cuestión interesante.

Susitta, desde Optworld en http://susitta.blogspot.com/ un recientísimo blog muy prometedor, se refiere a la necesidad que tenemos los hombres de cuidar la casa común, es decir la tierra.
Polvorilla, desde su “Razón o Verdad”, un blog muy lindo y lleno de actividad que puede verse en: https://www.blogger.com/, encuentra “impresionante lección la de las abejas a los humanos” y añade que es importantísimo naturalizar a la civilización en vez de civilizar a la naturaleza”.

O sea, entiendo yo, devolver a la civilización aquello que ha perdido: su contacto con los ritmos y ciclos cósmicos. El hombre actual, por haberse olvidado de las cosas fundamentales (como es por ejemplo que sólo él tiene la potestad para equilibrar las cosas y vivir conscientemente de acuerdo al ritmo del universo donde está integrado), ha quedado incapacitado para construir algo bueno. De ese modo, aplicando esa norma universal de equilibrio a todos los pensamientos y creaciones (como es la de la civilización), éstas devienen justas y equilibradas.
Sin embargo el hombre actual, creyendo que lo sabe todo, que es el más avanzado, y sigue avanzando…., pero que actúa como el más ignorante, debe volver a fijarse en las leyes de la naturaleza que le envuelve, y ver que su corazón late en una galaxia de estrellas, que la naturaleza no son únicamente los vegetales, los animales y los ríos, sino que él forma parte del la naturaleza, y una parte muy importante, pues igual que puede destruir puede construir.
Esto último, lo de construir, da sentido a que el simbolismo de la abeja sea tan importante para la Masonería, una Orden iniciática de constructores, porque se entiende que forma parte de la naturaleza real o central del ser humano la búsqueda constante del equilibrio.

En este intento están otras asociaciones, de ámbito más ecologista como la ya mencionada Greenpeace, que al tratar de restaurar esos abusos, consiguen equilibrar en alguna medida los desatinos. Recordemos que gracias a la acción práctica de esta asociación de amigos se ha parado la destrucción de la capa de ozono.

Es curiosísimo leer los distintos textos tradicionales de carácter profético, testamentario o apocalíptico cuando se refieren a este periodo del ciclo en el que vivimos al que definen como edad sombría y ver que dicen cosas tan evidentes para todos nosotros como estas:

“Cuando reinan el engaño, la mentira, la inercia, el sueño, la maldad, la consternación, la aflicción, la turbación, el miedo, la tristeza: esto se llama la Edad Kali, que es tenebrosa". Bhagavata Purâna, Libro XIII.
"En la Edad Kali la riqueza, entre los hombres, reemplazará con mucho la nobleza de origen, la virtud, el mérito; el derecho y la regla estarán determinados por la fuerza". Ibid.
"... ahora existe una estirpe de hierro. Nunca durante el día se verán libres de fatigas y miserias ni dejarán de consumirse durante la noche, y los dioses le procurarán
ásperas inquietudes (...). El padre no se parecerá a los hijos ni los hijos al padre; el anfitrión no apreciará a su huésped ni el amigo a su amigo y no se querrá al hermano como antes. Despreciarán a sus padres apenas se hagan viejos y les insultarán con duras palabras, cruelmente, sin advertir la vigilancia de los dioses (...). Ningún reconocimiento habrá para el que cumpla su palabra ni para el justo y el honrado, sino que tendrán en más consideración al malhechor y al hombre violento. La justicia estará en la fuerza de las manos y no existirá pudor; el malvado tratará de perjudicar al varón más virtuoso con retorcidos discursos y además se valdrá del juramento. La envidia murmuradora, gustosa del mal y repugnante, acompañará a todos los hombres miserables". Hesíodo, Los Trabajos y los Días, versos 174-195.
"Cuidad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías', y engañarán a muchos. Oiréis hablar de guerras y rumores de guerras, pero no os turbéis, porque es preciso que esto suceda, mas no es aún el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá hambre y terremotos en diversos lugares. Pero esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento (...) Entonces se escandalizarán muchos y unos a otros se harán traición y se aborrecerán; y se levantarán muchos falsos profetas, y por el exceso de maldad se enfriará la caridad de muchos, mas el que perseverare hasta el fin, ése será salvo". Mateo XXIV, 4-13.
Federico González, en su carta editorial de Symbolos nº 23-24, http://www.geocities.com/symbolos/s23edit.htm, escribe esta brillante síntesis:

La destrucción se producirá en tres escenarios, de abajo hacia arriba: primero el nivel de la tierra, en el que están incluidos como dijimos terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, huracanes, ciclones, sequías, incendios naturales y desastres en general. También determinadas pestes. El segundo nivel se corresponde con el del hombre y está íntimamente relacionado con el primero; incluye igualmente, daños ecológicos a la Naturaleza: calentamiento, venenos y gases tóxicos, y enfermedades y accidentes contra la propia especie provocados por el ser humano, negligentemente o con conciencia de distinto grado, así como hambrunas, extremo despojo y miseria, injusticias, abusos, mentira, corrupción, traición, robo, estafa, asesinato y violencias, especialmente guerras –y terrorismos– que no dejarían la conflagración atómica de lado. En el tercer nivel, que se corresponde con el cielo, la batalla cósmica se da en un nuevo escenario con los astros y estrellas por protagonistas en el que hay que tener en cuenta que cualquier movimiento de ellos puede ser una catástrofe total en la Tierra, y también que unas decenas de años más o menos, apenas son segundos en una dimensión mucho mayor, que incluso abarca la anterior. La confirmación más clara de esto se encuentra en el propio libro de la Revelación de Juan (21,1) donde se habla claramente de una nueva tierra y asimismo de un nuevo cielo. Volvemos a insistir en que estos mundos o planos se encuentran estrechamente relacionados y se interpenetran los unos con los otros siendo el hombre también aquí un intermediario. De hecho, todo esto ya está ocurriendo.”

Más, también se nos dice, que por encima de estos horrores y tragedias, que son los propios signos con los que se revelan estos tiempos, se abre para todos los seres de corazón recto, la esperanza de un mundo verdaderamente nuevo, que convive y crece con el viejo que está feneciendo a nuestro lado.